PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3790 ~ Jueves 4 de Octubre de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Todos
en la vida cometemos errores, a partir de nuestra naturaleza humana que es
falible.
Ahora
bien, es increíble cuánto podemos aprender de nuestros errores y
equivocaciones. La actitud que tenemos que tomar no es de pena ni enojo al
advertir los errores...
Si
aprendemos a mirar positivamente, un error cometido es una lección, un
aprendizaje y una experiencia. Ese error nos está indicando que algo nos falta
por aprender y mejorar.
Miremos
y analicemos todo positivamente; en muchas ocasiones se aprende más y mejor de
los propios errores.
¡Buenos días!
El asno, el gallo y el
león
Hay una realidad indiscutible, normal y prevista por
Dios con un designio de amor: los talentos han sido distribuidos en forma
desigual. ¿No te parece que es con el fin de hacernos crecer en el amor y el
servicio complementándonos, ayudándonos, intercambiando los dones,
integrándonos a la familia humana?
Estaban un gallo y un
asno en un pastizal cuando llegó un hambriento león. Y ya iba el león a tirarse
encima del asno, cuando el gallo, cuyo cantar se dice que aterroriza a los
leones, chilló fuertemente, haciendo salir corriendo al león tan rápido como
pudo. El asno al ver el impacto que un simple canto del gallo realizaba, se
llenó de coraje para atacar al león, y corrió tras de él con ese propósito. No
había recorrido gran trecho cuando el león se volvió, lo atrapó y lo
destrozó. Esopo.
Es bueno reconocer las fortalezas y ventajas de uno
mismo y de los demás para servirnos de los dones personales adecuadamente, sin
pretender destacarnos en toda habilidad y destreza. Apeles dijo una vez a un
zapatero que se metió a crítico de arte señalando defectos en sus maravillosas
pinturas: “Zapatero, a tus zapatos”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: Jb 19, 21-27
♥ Salmo: Sal 26, 7-9c. 13-14
♥ SANTO EVANGELIO: Lc 10,1-12
En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y
dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a
donde él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos.
Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os
envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni
sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.
»En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a
esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si
no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo
que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En
la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los
enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de
vosotros’.
»En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a
sus plazas y decid: ‘Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a
los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está
cerca’. Os digo que en aquel día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella
ciudad».
♥ Comentario:
Hoy Jesús nos habla de la misión apostólica. Aunque
«designó a otros setenta y dos, y los envió» (Lc 10,1), la proclamación del
Evangelio es una tarea «que no podrá ser delegada a unos pocos “especialistas”»
(San Juan Pablo II): todos estamos llamados a esta tarea y todos nos hemos de
sentir responsables de ella. Cada uno desde su lugar y condición. El día del
Bautismo se nos dijo: «Eres Sacerdote, Profeta y Rey para la vida eterna». Hoy,
más que nunca, nuestro mundo necesita del testimonio de los seguidores de
Cristo.
«La mies es mucha, y los obreros pocos» (Lc 10,2): es
interesante este sentido positivo de la misión, pues el texto no dice «hay
mucho que sembrar y pocos obreros». Quizá hoy debiéramos hablar en estos
términos, dado el gran desconocimiento de Jesucristo y de su Iglesia en nuestra
sociedad. Una mirada esperanzada de la misión engendra optimismo e ilusión. No
nos dejemos abatir por el pesimismo y por la desesperanza.
De entrada, la misión que nos espera es, a la vez,
apasionante y difícil. El anuncio de la Verdad y de la Vida, nuestra misión, no
puede ni ha de pretender forzar la adhesión, sino suscitar una libre adhesión.
Las ideas se proponen, no se imponen, nos recuerda el Papa.
«No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias...» (Lc
10,4): la única fuerza del misionero ha de ser Cristo. Y, para que Él llene
toda su vida, es necesario que el evangelizador se vacíe totalmente de aquello
que no es Cristo. La pobreza evangélica es el gran requisito y, a la vez, el
testimonio más creíble que el apóstol puede dar, aparte de que sólo este
desprendimiento nos puede hacer libres.
El misionero anuncia la paz. Es portador de paz
porque lleva a Cristo, el “Príncipe de la Paz”. Por esto, «en la casa en que
entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz,
vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros» (Lc 10,5-6).
Nuestro mundo, nuestras familias, nuestro yo personal, tienen necesidad de Paz.
Nuestra misión es urgente y apasionante.
Rev. D. Ignasi NAVARRI i Benet (La Seu d'Urgell, Lleida, España)
Santoral Católico:
San Francisco de Asís
Fundador de la Orden de los Franciscanos
Nació en Asís (Italia) hacia 1182, hijo de un rico
mercader de telas. De joven ayudó a su padre en el comercio y fue el rey de la
juventud. Participó en la guerra de su ciudad contra Perusa; la cárcel que
sufrió y la enfermedad que contrajo le iniciaron en un nuevo camino, por el que
Dios lo fue conduciendo hasta su plena conversión. Renunció a su herencia,
abrazó la vida evangélica, se desposó con Dama Pobreza, atendió a pobres y a
leprosos. Se le unieron compañeros con los que se presentó al Papa: Inocencio
III aprobó su forma de vida, que consistía en seguir las huellas de Cristo que
adora al Padre, ama todo y a todos, predica incansablemente la penitencia y
conversión. Junto con santa Clara fundó la Segunda Orden, la de las Clarisas, y
a los seglares les dio directrices para vivir el Evangelio en su estado y
condición, la Tercera Orden. En 1223, Honorio III aprobó su Regla definitiva.
En septiembre de 1224, sobre el monte Alverna, las Llagas de Cristo quedaron
impresas en el cuerpo de Francisco, quien murió en la Porciúncula al atardecer
del 3 de octubre de 1226. Gregorio IX lo canonizó en Asís el 16 de julio de
1228.-
Oración: Dios
todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre san Francisco la gracia de
asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus
huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor
jubiloso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamientos del día
“Ten cuidado con tu vida,
tal vez sea el único
Evangelio
que algunas personas vayan a
leer”
"Comienza haciendo lo
que es necesario,
después lo que es posible
y de repente estarás haciendo
lo imposible"
"Recuerda que cuando
abandones esta tierra,
no podrás llevarte contigo
nada de lo que has recibido,
sólo lo que has dado."
(San Francisco de
Asís)
Oración por la PAZ
La Oración por la paz es una oración tradicional que
suele relacionarse con san Francisco de Asís. San Juan Pablo II la rezó frente
a los representantes de las Iglesias cristianas y las religiones del mundo
cuando se reunió con ellos para rezar por la paz en 1986.
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor,
que yo no busque tanto ser consolado, cuanto
consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí
mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.
Amén.
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet
sobre San Francisco de Asís
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Mi primera experiencia con Nuestra Señora,
particularmente con Nuestra Señora de Aparecida (Brasil) me ocurrió,
cuando era todavía niño, y no tenía aun
la conciencia formada, como la de un adulto.
Desde los primeros meses de mi vida había tenido
problemas de salud y mis padres, devotos de la Virgen, me consagraron a Nuestra
Señora de Aparecida. Rezaron mucho y por largo tiempo pidiendo mi curación y
protección a la Virgen. Desde en ese momento, no volví a enfermarme ni puse
nunca los pies en un hospital, salvo cuando me herí jugando con el balón a los
17 años.
Conservo todavía la pequeña imagen que recibí en el
momento de esa consagración en mi niñez. En esa época mis padres lo hicieron
por mí, ahora soy yo quien ha escogido a la Virgen María como compañera de
viaje. La Virgen es la referencia de todas mis reflexiones, mis decisiones y
acciones. Ella es mi Madre, quien me escucha, me indica el camino... ¡Y camina
conmigo!
Silvonei José: Director de Radio
Vaticano en Brasil
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin
rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Octubre 4
Digamos una vez más que los santos son una alabanza
al Espíritu Santo, porque nadie puede ser santo sin la gracia del Espíritu. Él,
con su gracia, nos hace parecidos a Jesús. Eso está muy claro en San Francisco
de Asís, a quien recordamos hoy.
El pobre de Asís es uno de los santos que mejor
reflejan la pobreza, la alegría y el amor fraterno de Jesús. Pero la hermosura
de su corazón podría expresarse sintéticamente como apertura. Todo lo existente
era objeto de su amor, de su admiración o de su compasión fraterna, y por eso le
cantaba a Dios por la "hermana luna", el "hermano fuego",
la "hermana hierba". Así vemos cómo el Espíritu Santo no nos encierra
en nosotros mismos, sino que nos pone en comunión fraterna con la realidad.
Su corazón pacificado no se resistía ni se llenaba de
tensiones ante las contrariedades de la vida o de la naturaleza, sino que
reaccionaba con un espíritu de feliz aceptación. Eso lo convertía en un modelo
de permanente alegría.
Su mirada de amor cautivaba y exhortaba a vivir de
otra manera. No necesitaba insistir ni presionar a los demás para obtener una
respuesta generosa. Servía con sencillez el banquete del Evangelio que atrae
por sí mismo, por su propia hermosura. Movido por el Espíritu Santo, Francisco
salía permanentemente de sí mismo para adorar, para reconocer la belleza de las
cosas, para servir con humildad a quien lo necesitara, para perdonar a quien lo
ofendía. Su pequeña existencia, por estar completamente apoyada en el
"altísimo y buen Señor", era una inestimable combinación de ternura y
de vigor.
Su mensaje y la belleza de su testimonio provocaban
conversión y reconciliación fraterna por donde pasaba. El beso que dio a un
leproso refleja su capacidad de mirar a los demás con la mirada de Dios. Y el
Espíritu Santo lo identificó tanto con Cristo, que le regaló las llagas que
recibió en las manos, en el maravilloso encuentro con Jesús que vivió en el
monte Alvernia. Es bello dejarse transformar por el Espíritu Santo de esa
manera, porque mientras más nos parecemos a Jesús, más alegría podemos
experimentar en la vida. Invoquemos al Espíritu Santo para que podamos vivir
esa transformación.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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