lunes, 3 de septiembre de 2018

Pequeñas Semillitas 3759

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3759 ~ Lunes 3 de Setiembre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina) 
Alabado sea Jesucristo…
Los católicos estamos viviendo días difíciles. La gran difusión de los escándalos sexuales protagonizados por miembros de la Iglesia es un hecho por demás desagradable y vergonzoso para los cristianos, pero que no debe doblegar nuestra fe. En todos los tiempos los hubo, a partir de un hecho que no debemos perder de vista: los miembros del clero son hombres, con todas las pulsiones y dificultades para controlarlas propias de su naturaleza, aunque por cierto, deberían hacer un máximo esfuerzo de templanza para no caer en esos hechos. Por lo tanto, jamás justificaremos esos desvíos de conducta, pero tampoco vamos a decir que “es la Iglesia” la pecadora... son algunos de sus ministros y deberán ser juzgados y castigados con todo el peso de la ley. El artículo central de esta edición se ocupa más extensamente de este tema.
Igualmente preocupantes son las actitudes de agresividad hacia la Iglesia y hacia todo lo católico, que ciertos grupos radicalizados están poniendo en práctica en diversos países del mundo incluyendo Argentina. También en este tema, la respuesta es que no podrán con la Iglesia y con la fe de los católicos. La historia está llena de ejemplos de persecuciones, ataques y aún martirios. Y pese a todo, la religión instaurada por Jesús hace dos mil años, siempre ha salido adelante, precisamente porque cuenta con el sustento de la Santísima Trinidad y la protección de la Virgen María, Reina y Madre de la Iglesia.

¡Buenos días!

Por las huellas…
Abrahán Lincoln dijo: “Todavía concibo que se pueda ser ateo mirando la tierra; pero no acabo de entender que se puedan alzar, de noche, los ojos al cielo y decir que no existe Dios”. La naturaleza revela y manifiesta la bondad, sabiduría y poder de Dios: tanto los astros del cielo como la belleza de un rosal hablan al hombre de un Dios maravilloso creador de cuanto existe.

Era africano. Y creía en Dios. Alguien se propuso tomarle el pelo y reírse de él. Y le preguntó:
— ¿Cómo sabes tú que existe Dios?
— ¿Y cómo sabes tú que una persona o un perro o un burro ha estado alrededor de tu choza?
— Lo descubro por las huellas que deja en la arena del suelo.
— También yo descubro a Dios por las huellas que deja.

Beata Maria Romero, de corazón ardiente y fino sentido artístico, descubría a Dios a través de las creaturas salidas de sus manos. Como san Francisco de Asís, se sentía hermana de las flores y de los animales. Alimentaba unos canarios y los animaba a bendecir al Señor con sus trinos y gorjeos. Que subas a Dios por la escalera de sus creaturas.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy 
Primera Lectura: 1Cor 2, 1-5

Salmo: Sal 118, 97-102

SANTO EVANGELIO: Lc 4,16-30
En aquel tiempo, Jesús se fue a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor».

Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.

Comentario:
Hoy, «se cumple esta escritura que acabáis de oír» (Lc 4,21). Con estas palabras, Jesús comenta en la sinagoga de Nazaret un texto del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido» (Lc 4,18). Estas palabras tienen un sentido que sobrepasa el concreto momento histórico en que fueron pronunciadas. El Espíritu Santo habita en plenitud en Jesucristo, y es Él quien lo envía a los creyentes.
Pero, además, todas las palabras del Evangelio tienen una actualidad eterna. Son eternas porque han sido pronunciadas por el Eterno, y son actuales porque Dios hace que se cumplan en todos los tiempos. Cuando escuchamos la Palabra de Dios, hemos de recibirla no como un discurso humano, sino como una Palabra que tiene un poder transformador en nosotros. Dios no habla a nuestros oídos, sino a nuestro corazón. Todo lo que dice está profundamente lleno de sentido y de amor. La Palabra de Dios es una fuente inextinguible de vida: «Es más lo que dejamos que lo que captamos, tal como ocurre con los sedientos que beben en una fuente» (San Efrén). Sus palabras salen del corazón de Dios. Y, de ese corazón, del seno de la Trinidad, vino Jesús —la Palabra del Padre— a los hombres.
Por eso, cada día, cuando escuchamos el Evangelio, hemos de poder decir como María: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38); a lo que Dios nos responderá: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Ahora bien, para que la Palabra sea eficaz en nosotros hay que desprenderse de todo prejuicio. Los contemporáneos de Jesús no le comprendieron, porque lo miraban sólo con ojos humanos: «¿No es este el hijo de José?» (Lc 4,22). Veían la humanidad de Cristo, pero no advirtieron su divinidad. Siempre que escuchemos la Palabra de Dios, más allá del estilo literario, de la belleza de las expresiones o de la singularidad de la situación, hemos de saber que es Dios quien nos habla.
Rev. D. David AMADO i Fernández (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Gregorio Magno
Papa y Doctor de la Iglesia
 
Nació en Roma hacia el año 540 de la familia senatorial de los Anici. Ya de joven desempeñó cargos públicos, y llegó a ser prefecto de la Urbe. Más tarde, distribuyó su patrimonio a los monasterios y se hizo monje en la abadía benedictina de San Andrés, de la que luego fue abad. El papa Pelagio II lo ordenó de diácono y lo nombró legado pontificio en Constantinopla. El 3 de septiembre del año 590 fue elegido papa, cargo que ejerció como verdadero pastor, en su modo de gobernar, en su ayuda a los pobres, en la reforma de la sagrada liturgia, en su actividad misionera y evangelizadora entre los pueblos bárbaros, en la consolidación de la fe del pueblo cristiano, en el fomento de la vida monástica. Elaboró el Sacramentario que lleva su nombre y constituye el núcleo fundamental del Misal Romano. Dejó escritas muchas obras de carácter moral y pastoral, homilético y espiritual. Murió el 12 de marzo del año 604.
Oración: Oh Dios, que cuidas a tu pueblo con misericordia y lo gobiernas con amor, concede el don de sabiduría, por intercesión del papa san Gregorio Magno, a quienes confiaste la misión del gobierno en tu Iglesia, para que el progreso de los fieles sea el gozo eterno de sus pastores. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día

“Es inevitable que haya escándalos,
pero ¡ay de aquel que los ocasiona!”
(Jesús Lc 17, 1-2)

Tema del día:
#RevoluciónSantidad 
Mucho se está hablando estos días de la crisis dentro de la Iglesia Católica y la división que se ha creado en ella. Sean o no sean verdad las acusaciones hechas contra el Papa, muchos católicos empiezan a cansarse y a preguntarse qué pueden hacer. Aquí mi propuesta:

La historia de nuestra Iglesia ha estado siempre plagada de crisis. Sus mismos inicios estuvieron manchados con la traición de Judas, la negación de Pedro y tantos otros pecados que llevaron a Cristo a la Cruz. En el siglo X se vivió el así llamado "Siglo oscuro", en el que los Papas estaban al servicio de las familias romanas, que los usaban a su antojo para sus intereses políticos y familiares. El Cisma de Occidente vio a tres papas luchando entre sí por ser el legítimo Vicario de Cristo. El Renacimiento tuvo a papas como Alejandro VI o Julio II, que dejaron mucho que desear de su misión como Sucesores de Pedro. En el siglo XVIII, algunos Papas jugaban a ser emperadores e incluso uno de ellos (Clemente XIV) cayó en los juegos políticos de reyes masones y suprimió la Compañía de Jesús. Y la Iglesia siguió adelante...

Y en todos estos períodos han existido Cardenales, Obispos, sacerdotes y laicos que de católicos no tuvieron nada, sino que mancharon la Iglesia de Cristo y ofendieron terriblemente a Dios con sus tremendos pecados. Así pues, nuestra época no es ajena o especial. Toda la historia de la Iglesia ha estado manchada por el mal y la miseria de muchos de sus miembros.

Y aquí viene la pregunta: ¿cómo es que ha seguido? ¿Qué es lo que la ha sostenido en estos dos milenios de historia?

Primeramente, porque es Dios quien está detrás. No se entendería nada si no fuera por Él. Pero, también, esa historia de pecado siempre fue acompañada por historia de santidad: hombres y mujeres, papas, cardenales, obispos, sacerdotes y laicos santos que, con su vida y ejemplo, elevaron el nombre de la Iglesia y de Cristo.

La historia, sin los santos, sólo son guerras, cambios de poder de un país a otro, corrupción y pecado. Pero, cada cierto tiempo, Dios señala el camino que Él quiere que sigan las cosas que han de ocurrir, y el letrero que Él usa una y otra vez es un santo.

Por eso, quiero proponer como respuesta muy inmediata y clara a lo que estamos atravesando como Iglesia, una llamada a todos a buscar con nuestra vida, ejemplo, oración, apostolado, etc., a mostrar el verdadero rostro de Cristo. Llamo a una #RevoluciónSantidad

Tú que lees estos pensamientos, puedes y debes ser santo. Tú y yo podemos sostener con nuestros pequeños o grandes actos de amor a nuestra Iglesia sufriente, a Cristo que llora aquí en la tierra por nosotros. ¡Sé santo ahí en donde estás y en donde Dios te llama! Médico, arquitecto, sacerdote, ama de casa, estudiante, político, ingeniero... ¡Lo que sea! ¡Ser santo es como vamos a cambiar nuestro mundo y como mejoraremos nuestra Iglesia!

Y esto no se trata de tomar partido por nadie, sino que es una invitación a buscar ser lo que tenemos que ser. Y si de verdad somos eso que tenemos que ser, ¡prenderemos fuego al mundo!

¿Te animas a formar parte de esta #RevoluciónSantidad ? Te invito a compartir esto y a promoverlo entre tus redes sociales y amigos. ¡Vale mucho la pena! Hagamos ruido y mostremos que #SomosMásLosBuenos
© Pbro. Juan Ruiz Jorge LC

Mensaje de María Reina de la Paz 
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de Setiembre de 2018

"Queridos hijos, mis palabras son simples, pero llenas de amor maternal y preocupación. Hijos míos, sobre ustedes se ciernen cada vez más las sombras de las tinieblas y del engaño, y yo los llamo hacia la luz y la verdad, yo los llamo hacia mi Hijo. Solo Él puede convertir la desesperación y el dolor en paz y serenidad, solo Él puede dar esperanza en los dolores más profundos. Mi Hijo es la vida del mundo: cuanto más lo conocen más se acercan a Él y más lo amarán porque mi Hijo es amor. El amor lo cambia todo, él hace maravilloso incluso lo que sin amor les parece insignificante. Por eso nuevamente les digo que, si desean crecer espiritualmente, deben amar mucho. Apóstoles de mi amor, sé que no siempre es fácil, pero, hijos míos, también los caminos dolorosos son vías que llevan al crecimiento espiritual, a la fe y a mi Hijo. Hijos míos, oren, piensen en mi Hijo. Durante todos los momentos del día eleven su alma a Él, y yo recogeré sus oraciones como flores del jardín más bello y las regalaré a mi Hijo. Sean apóstoles auténticos de mi amor, difundan a todos el amor de mi Hijo; sean jardines con las flores más bellas. Con la oración ayuden a sus pastores para que puedan ser padres espirituales llenos de amor hacia todos los hombres. ¡Les doy las gracias!”

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” 
En tiempos críticos y llenos de angustia, la principal y constante preocupación de los católicos fue siempre refugiarse bajo la mirada de María y confiarse a su maternal bondad, lo cual demuestra que la Iglesia Católica ha puesto siempre, y con razón, toda su confianza en la Madre de Dios.
(..) Esta piedad tan grande y tan llena de confianza en la Reina de los Cielos, nunca ha brillado con tanto esplendor como cuando la violencia de los errores difundidos, o el la degradación de las costumbres o los ataques de adversarios poderosos han parecido poner en peligro a la Iglesia militante de Dios.
La historia antigua y moderna y los fastos memorables de la Iglesia recuerdan las oraciones públicas y privadas dirigidas a la Madre de Dios, así como las ayudas concedidas por Ella, y, en muchas circunstancias, la paz y tranquilidad públicas, obtenidas por su intercesión. De ahí los excelentes títulos de auxiliadora, bienhechora y consoladora de los cristianos, reina de los ejércitos y dispensadora de la victoria y la paz, con los que se le ha saludado.
Entre todos esos títulos es especialmente solemne y digno de mención el que le viene del Rosario, por el cual han sido consagrados a perpetuidad los insignes beneficios que le debe a Ella la cristiandad.

Pedidos de oración
 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por una intención particular de Julia R., de la ciudad de Córdoba, Argentina, preocupada por el resultado de una biopsia de mama que le han realizado, confiando en que la misericordia de Dios permitirá que todo sea favorable para su salud.

Pedimos oración para: Juan Carlos P., de San Diego, California, que está en Terapia Intensiva por infección pulmonar; por la completa recuperación de Tania H., de ciudad de México que cursa un pos operatorio; y para Spiky, de la misma ciudad, para que el Señor le conceda la mejor y no sufra.

Pedimos oración para el señor Carlos Jesús L. M., de 69 años de edad, internado en la ciudad de Bogotá, Colombia, afectado de cáncer en estado avanzado. Confiando en el Señor Dios Omnipotente, que puede realizar lo que es imposible para los hombres de ciencia y sanarlo, se lo pedimos por la intercesión de Santa Laura Montoya.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Setiembre 3
El futuro a veces nos despierta mucha inseguridad. No sabemos qué será de nosotros el día de mañana, y a veces nos imaginamos encerrados en un asilo de ancianos, en un lugar oscuro y desagradable. O pensamos en la posibilidad de enfermarnos gravemente y que los demás no nos cuiden, y terminar abandonados.
Estos y otros pensamientos a veces tiñen el futuro de tristeza o de inquietud.
Pero tenemos que creer en la Palabra de Dios, donde él amablemente nos dice: "No te dejaré ni te abandonaré" (Hebreos 13,5), y nos recuerda que "nada podrá separarnos del amor de Dios" (Romanos 8,39).
Si creemos en esas promesas, podemos saber con seguridad que el Espíritu Santo estará de verdad con nosotros, en toda circunstancia. Por eso, no importa tanto cómo será nuestro futuro ni lo que nos sucederá. Es más importante sentirnos seguros sabiendo que no estaremos solos. De eso podemos tener certeza.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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