PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3754 ~ Miércoles 29 de Agosto de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado
Padre, envía tu Espíritu Santo sobre mí ahora, a todo mi interior, para que yo
asuma con un compromiso firme, las cosas que no estoy haciendo bien. Te
necesito, Dios, en mi corazón, ven a vivir en él para que tenga una vida nueva.
Que tenga siempre un corazón puro para vivir de acuerdo con tu palabra. Quiero
que mi voluntad esté guiada por tu instrucción de vida para tomar nuevos
caminos y transformar algunas acciones que no me están haciendo bien. Lléname
con la fuerza de tu amor, para que tenga la valentía de ser diferente, aunque
me cueste mucho aceptar que me equivoco y que debo cambiar lo que no construye
a mi familia, eso que la lleva a la tristeza y a la desesperación de los
problemas. Amén.
¡Buenos días!
Medito tu palabra
En la Biblia la “ley” del Señor, se nombra con
distintas palabras: el camino del Señor, su voluntad, sus palabras, su
enseñanza, su sabiduría, su verdad, su voz, sus preceptos, sus normas, sus
consignas y algunas más. Estos sinónimos complementan, enriquecen y profundizan
el concepto de “ley”, Te ofrezco hoy este responsorio sacado del salmo 1º.
- Dichoso el hombre cuyo
gozo es la ley del Señor.
- Dichoso el hombre cuyo
gozo es la ley del Señor.
- Y la medita de día y
de noche.
- Su gozo es la ley del
Señor.
- Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
- Dichoso el hombre cuyo
gozo es la ley del Señor.
Meditar la palabra de Dios contenida en la Biblia es
excelente. Pero puedes meditar con cualquier otro buen libro que te sirva de
estímulo para pensar y reflexionar sobre los grandes temas de la vida. La
meditación es una fuente de paz, de orientación, y sabiduría. Te animo a
iniciar este camino. Será una acertada decisión.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: Jer 1, 17-19
♥ Salmo: Sal 70, 1-4a. 5-6ab. 15. 17
♥ SANTO EVANGELIO: Mc 6,17-29
En aquel tiempo, Herodes había enviado a prender a
Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su
hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes:
«No te está permitido tener la mujer de tu hermano». Herodías le aborrecía y
quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era
hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le
escuchaba con gusto.
Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños,
dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea.
Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los
comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te
lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino».
Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?». Y ella le dijo:
«La cabeza de Juan el Bautista». Entrando al punto apresuradamente adonde
estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la
cabeza de Juan el Bautista». El rey se llenó de tristeza, pero no quiso
desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el
rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó
en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la
muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger
el cadáver y le dieron sepultura.
♥ Comentario:
Hoy recordamos el martirio de san Juan Bautista, el
Precursor del Mesías. Toda la vida del Bautista gira en torno a la Persona de
Jesús, de manera que sin Él, la existencia y la tarea del Precursor del Mesías
no tendría sentido.
Ya, desde las entrañas de su madre, siente la
proximidad del Salvador. El abrazo de María y de Isabel, dos futuras madres,
abrió el diálogo de los dos niños: el Salvador santificaba a Juan, y éste
saltaba de entusiasmo dentro del vientre de su madre.
En su misión de Precursor mantuvo este entusiasmo
-que etimológicamente significa "estar lleno de Dios"-, le preparó
los caminos, le allanó las rutas, le rebajó las cimas, lo anunció ya presente,
y lo señaló con el dedo como el Mesías: «He ahí el Cordero de Dios» (Jn 1,36).
Al atardecer de su existencia, Juan, al predicar la
libertad mesiánica a quienes estaban cautivos de sus vicios, es encarcelado:
«Juan decía a Herodes: ‘No te está permitido tener la mujer de tu hermano’» (Mc
6,18). La muerte del Bautista es el testimonio martirial centrado en la persona
de Jesús. Fue su Precursor en la vida, y también le precede ahora en la muerte
cruel.
San Beda nos dice que «está encerrado, en la tiniebla
de una mazmorra, aquel que había venido a dar testimonio de la Luz, y había
merecido de la boca del mismo Cristo (…) ser denominado "antorcha ardiente
y luminosa". Fue bautizado con su propia sangre aquél a quien antes le fue
concedido bautizar al Redentor del mundo».
Ojalá que la fiesta del Martirio de san Juan Bautista
nos entusiasme, en el sentido etimológico del término, y, así, llenos de Dios,
también demos testimonio de nuestra fe en Jesús con valentía. Que nuestra vida
cristiana también gire en torno a la Persona de Jesús, lo cual le dará su pleno
sentido.
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
Santoral Católico:
El Martirio de San Juan
Bautista
Conmemoramos hoy el martirio, por degollación, de san
Juan, el precursor del Señor, que le preparó el camino, lo anunció y señaló, lo
bautizó, y luego fue mártir de la verdad y la justicia. Los evangelios nos
dicen que Herodes Antipas encarceló a Juan en la fortaleza de Maqueronte porque
lo acusaba de vivir con Herodías, mujer de su hermano Felipe. En la fiesta de
su cumpleaños, le gustó tanto a Herodes el baile de Salomé, hija de Herodías,
que prometió darle lo que le pidiera. La joven, instigada por su madre, pidió la
cabeza del Bautista, y Herodes, aunque a disgusto, mandó que lo decapitaran en
la cárcel y le entregaran la cabeza en una bandeja a la joven, la cual se la
llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron
a contárselo a Jesús. De esta suerte, el Precursor del Señor, como lámpara
encendida y resplandeciente, tanto en la muerte como en la vida dio testimonio
de la verdad.
Oración: Señor,
Dios nuestro, tú has querido que san Juan Bautista fuese el precursor del
nacimiento y de la muerte de tu Hijo; concédenos, por su intercesión, que, así
como él murió mártir de la verdad y la justicia, luchemos nosotros
valerosamente por la confesión de nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
“Donde haya un árbol que
plantar, plántalo tú.
Donde haya un error que
enmendar, enmiéndalo tú.
Donde haya un esfuerzo que
todos esquivan, hazlo tú.
Sé tú el que aparta la
piedra del camino”.
-Gabriela Mistral-
Historias:
¿Qué solía comer Jesús?
Los evangelios están llenos de banquetes, y podemos
tener una idea bastante realista de lo que se ofrecía en ellos
Desde la boda de Caná hasta la pesca milagrosa, la
comida y la bebida están por todas partes en los Evangelios. Algunos estudiosos
dicen incluso que “Jesús se comió su camino a través de los Evangelios”.
Es cierto que muchos de los momentos más importantes
del Evangelio están marcados por las comidas. Por ejemplo, la boda de Caná que,
en el Evangelio de Juan, es la ocasión para el comienzo del ministerio de
Jesús. Más tarde, Jesús recibe críticas de los fariseos por comer con
recaudadores de impuestos y pecadores, y tuvo que defender a sus discípulos por
recoger espigas en sabbat.
Su ministerio culmina incluso con una comida, la
Última Cena, que nosotros, como católicos, representamos en la Eucaristía. En
Juan 6, Jesús dijo a Sus seguidores que debían comer Su carne y beber Su sangre
para ser salvados. Incluso en la cruz, Jesús ingiere una bebida a base de
vinagre.
Las comidas continúan jugando un papel en los
encuentros que los discípulos tienen con Jesús después de Su Resurrección,
valga el ejemplo de la fracción del pan en el camino a Emaús y la pesca
milagrosa de peces en el mar de Galilea.
Pero, ¿qué comían y bebían exactamente Jesús y sus
discípulos? ¿Cómo habría sido una comida típica para ellos?
En el siglo I, la dieta típica de una persona judía
de Oriente Medio se habría basado en gran medida en el pan, según los autores
de “The Food and Feasts of Jesus: Inside the World of First Century Fare” [La
comida y las celebraciones de Jesús: dentro del mundo de los alimentos del
siglo I]. “Para ricos y pobres por igual, el pan era el corazón de la dieta
mediterránea del siglo I. Se hacía todos los días. Se comía en todas las
comidas (…). El pan era lo que la gente comía para vivir (…). Cuando el pan se
acababa, todo se había acabado”, escriben los autores. Esto, sin duda, le da un
significado más profundo a “danos nuestro pan de cada día”.
Otro alimento básico eran las legumbres, como los
garbanzos, las habas y las lentejas, según “Food and Feasts of Jesus”. Las
frutas habrían incluido uvas, granadas e higos. La principal fuente de carne
eran las ovejas y las cabras, y el vino se servía como bebida común, según el
escritor católico James Campbell.
Y no fue solo la Última Cena o las comidas después de
la Resurrección las que tuvieron un significado especial, según señala
Campbell. “Las comidas eran un momento sagrado cuando la presencia de Dios era
esperada y bienvenida en cada comida. La gente reconocía que, aunque se habían
ganado el pan de cada día, Dios era quien les daba todo lo que tenían. La
hermandad en una comida siempre era hermandad ante Dios”, afirma Campbell.
© Stephen Beale
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Cuando San Pedro, saltando de la barca, se lanzó al
encuentro del Salvador, caminó con firmeza sobre las olas. El viento soplaba
con violencia. Las olas ya se levantaban en torbellinos furiosos y socavaban en
el mar abismos profundos. La vorágine se abría delante del Apóstol. Pedro
tembló; dudó un segundo. Y así comenzó a hundirse... “Hombre de poca Fe, le
dijo Jesús, ¿por qué has dudado?”.
He ahí nuestra historia. En los momentos de fervor
nos quedamos tranquilos y recogidos junto al Maestro. Viene la tempestad, el
peligro absorbe nuestra atención. Desviamos entonces la mirada de Nuestro Señor
para fijarla ansiosamente sobre nuestros sufrimientos y peligros. Dudamos... y
luego nos hundimos.
(De "El Libro de la
Confianza", P. Raymond de Thomas de Saint Laurent)
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la población civil de Venezuela, que está sufriendo una
verdadera tragedia humanitaria, huyendo masivamente de su país que está en
manos de una dictadura que no respeta los más elementales derechos humanos y
está causando gran daño a esa nación.
Pedimos oración por Nicaragua, para que Dios y la Santísima Virgen ayuden en la búsqueda
de soluciones: no más detenidos, ni muertos, liberación de reos políticos,
consuelo a las familias y madres que han sufrido la muerte de sus hijos
Pedimos
oración solicitando fortaleza y fe para Sergio
Q., en Estados Unidos, con diagnóstico de cáncer y pronto a iniciar
quimioterapia.
Pedimos oración para María de
Fátima, de Madrid, España, que ha sufrido una caída en su casa y se fisuró
el hombro izquierdo por lo que debió ser ingresada al hospital en horas de la
madrugada de hoy. Rogamos al Señor que le conceda una pronta recuperación y sin
secuelas.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin
rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que
tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto
el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias
que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se
hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse
elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la
pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo
nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Agosto 29
Hoy celebramos el martirio de Juan el Bautista, y eso
nos permite descubrir algo muy importante: Los que se dejan llevar por el
Espíritu Santo, son fieles a sus convicciones hasta la muerte. Pero los que
rechazan las inspiraciones del Espíritu Santo, terminan destruyendo lo bueno
que hay en el mundo.
El texto de Marcos 6,17-29 se detiene a narrar la
muerte de Juan el Bautista, donde se muestra que el poder de la apariencia
social y de la vanidad es tan fuerte que puede torcer las mejores intenciones.
Porque Herodes admiraba a Juan, lo protegía, lo consultaba y lo escuchaba, pero
no podía negarse a entregar la cabeza de Juan para no quedar mal delante
"de los convidados" (Marcos 6,26). Hasta ese momento, Herodes
respetaba a Juan. Sin embargo, la palabra del profeta no había logrado llegar
al corazón, donde se toman las decisiones más profundas. Allí tenían más poder
las habilidades de una mujer, que lo llevó a asesinar a Juan.
Esta historia no deja de ser una profunda exhortación
para que reconozcamos nuestro propio corazón, lo que realmente nos mueve, más
allá de la apariencia, más allá de los sentimientos y emociones superficiales,
más allá de las palabras. Nos hace ver las resistencias que hay en el mundo
frente al Espíritu Santo, que nos invita a modificar las cosas establecidas y a
cambiar un estilo de vida. Porque el ser humano normalmente prefiere dejar las
cosas como están y evita lanzarse a lo que todavía no sabe controlar. Por eso
le tiene miedo al Espíritu Santo y prefiere eliminarlo de su vida. Esto nos
invita también a que nos preguntemos de modo permanente si nuestro deseo de
tener todo bajo control no nos está cerrando el corazón a los nuevos caminos
del Espíritu Santo.
Juan el Bautista se entregaba lleno de confianza,
porque estaba lleno del Espíritu, y sabía que su muerte injusta no era el final
de la historia. Del amor brota esa certeza. Ese amor lleno de esperanza es
infundido por el Espíritu Santo en nuestros corazones (Romanos 5,5).
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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