PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3494 ~ Martes 7 de Noviembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Vivimos
en un mundo recargado por situaciones que los mismos humanos provocamos:
ansiedades, intereses desmedidos, avaricia, y tantas otras situaciones
igualmente negativas en las cuales el nexo que las une es la actitud egoísta de
buscar nuestro propio bienestar como meta principal.
Tal
vez deberíamos aprender a negociar. Pero sabiendo que “negociar” no es tratar
de sacar el mejor provecho, sino traer beneficios para todos. Es que todos
habitamos en un solo y único mundo, y el beneficio de unos será el de otros.
Es
importante comprender plenamente la dimensión de eso: en la medida que otros
estén bien, yo lo estaré. Quizá no sea tan pronto, tal vez demore unos años,
pero la realidad es que en la medida que damos beneficio, este se devuelve. Por
lo tanto, considera la negociación desde este punto de vista y verás cambios en
la actitud de los demás.
¡Buenos días!
Defender al amigo
Los
amigos son escasos. Los puedes contar con los dedos de la mano y siempre te
sobrarán dedos. Por eso tal vez no tengas muchos, pero los que tienes siempre
serán suficientes para llenar tu alma. Un amigo es como la perla evangélica
que, cuando la encuentras, vas y vendes todo, con tal de poseerla.
La amistad se basa en comprender al otro,
acompañarlo, escucharlo y quererlo sin condiciones, con sus virtudes y
defectos. La amistad es para toda la vida. Es esa persona con quien queremos
compartir nuestros secretos. La amistad es necesitar estar con él, cuando
estamos felices, pero también cuando nos sentimos tristes. La amistad es
extrañar cuando estamos separados y permitirnos el aburrimiento, al estar
juntos. La amistad es el cariño entre dos personas, o tres, o muchas más. La
amistad es identificarse con el otro y respetarse mutuamente. Si un amigo es el
hermano que elegimos, si un amigo es uno en otro cuerpo, ¡cómo no vamos a
cuidarlo y defenderlo! (Sandra Roediger).
“Un
hermano puede ser tu amigo, pero un amigo siempre será tu hermano. Con tus
conocidos hablas, con tus amigos te comunicas. Un conocido te oye, un amigo te
escucha, y lo más importante es que no te escucha con sus oídos, sino con su
corazón”. Dios te conceda el tesoro de uno o más amigos.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, dijo a Jesús uno de los que comían a la mesa: «¡Dichoso el que
pueda comer en el Reino de Dios!». Él le respondió: «Un hombre dio una gran
cena y convidó a muchos; a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los
invitados: ‘Venid, que ya está todo preparado’. Pero todos a una empezaron a
excusarse. El primero le dijo: ‘He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te
ruego me dispenses’. Y otro dijo: ‘He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a
probarlas; te ruego me dispenses’. Otro dijo: ‘Me he casado, y por eso no puedo
ir’.
»Regresó
el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo
a su siervo: ‘Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar
aquí a los pobres y lisiados, y ciegos y cojos’. Dijo el siervo: ‘Señor, se ha
hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio’. Dijo el señor al siervo: ‘Sal a
los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa’. Porque os
digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena». (Lc 14,15-24)
Comentario:
Hoy,
el Señor nos ofrece una imagen de la eternidad representada por un banquete. El
banquete significa el lugar donde la familia y los amigos se encuentran juntos,
gozando de la compañía, de la conversación y de la amistad en torno a la misma
mesa. Esta imagen nos habla de la intimidad con Dios trinidad y del gozo que
encontraremos en la estancia del cielo. Todo lo ha hecho para nosotros y nos
llama porque «ya está todo preparado» (Lc 14,17). Nos quiere con Él; quiere a
todos los hombres y las mujeres del mundo a su lado, a cada uno de nosotros.
Es
necesario, sin embargo, que queramos ir. Y a pesar de saber que es donde mejor
se está, porque el cielo es nuestra morada eterna, que excede todas las más
nobles aspiraciones humanas —«ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del
hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman» (1Cor 2,9) y, por lo
tanto, nada le es comparable—; sin embargo, somos capaces de rechazar la
invitación divina y perdernos eternamente el mejor ofrecimiento que Dios podía
hacernos: participar de su casa, de su mesa, de su intimidad para siempre. ¡Qué
gran responsabilidad!
Somos,
desdichadamente, capaces de cambiar a Dios por cualquier cosa. Unos, como
leemos en el Evangelio de hoy, por un campo; otros, por unos bueyes. ¿Y tú y
yo, por qué somos capaces de cambiar a aquél que es nuestro Dios y su
invitación? Hay quien por pereza, por dejadez, por comodidad deja de cumplir
sus deberes de amor para con Dios: ¿Tan poco vale Dios, que lo sustituimos por
cualquier otra cosa? Que nuestra respuesta al ofrecimiento divino sea siempre
un sí, lleno de agradecimiento y de admiración.
Rev. D. Joan COSTA i Bou (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santo Prosdócimo
Obispo de Padua
Según
una piadosa tradición, san Prosdócimo, primer obispo de Padua, fue enviado por
el apóstol san Pedro a anunciar la buena nueva en tierras euganeas.
Santo
patrón de la ciudad de Euganean, y también, según la opinión de muchos
estudiosos, probable evangelizador de la Venecia occidental entera.
Santa
Justina, Virgen y Mártir, fue convertida y bautizada por San Prosdocimo, siendo
este un claro ejemplo de la labor apostólica del santo Obispo de Padua
© Cathlic.net
María Mediadora de todas las Gracias
Este
título se le reconoce en documentos oficiales de la Iglesia.
Y
ha sido acogido en la liturgia, introduciéndose en 1921 una fiesta dedicada a
María Mediadora de Todas las Gracias.
María,
asunta a los cielos, no ha dejado su misión salvadora.
Sino
que con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos los dones de la
salvación eterna.
Palabras del Papa Francisco
"Queridos
jóvenes,
ustedes
tienen muchos proyectos y sueños para el futuro.
¿Ponen
a Cristo en el centro de sus proyectos y de sus sueños?"
Tema del día:
No temer ni a la muerte
1) Para saber
En
este año, el Papa Francisco ha tomado el tema de la esperanza para sus
reflexiones. Y para concluir este ciclo, decidió hablar sobre el Paraíso, como
meta de nuestra esperanza.
«Paraíso»
es una de las últimas palabras pronunciadas por Jesús en la cruz, y las dirigió
al buen ladrón.
El
Pontífice explicó que “el Paraíso no es un lugar como en las fábulas, ni mucho
menos un jardín encantado. El Paraíso es el abrazo con Dios, Amor infinito, y
entramos gracias a Jesús, que ha muerto en la cruz por nosotros”, ahí no
tendremos más necesidad de nada, ni lloraremos más.
2) Para pensar
Cuando
san Juan Bosco era joven sacerdote, un día fue a visitar al apóstol más famoso
de su ciudad, que era san Benito Cottolengo, y le preguntó: “Padre, ¿qué
consejo debo darles a quienes vienen a contarme que están atormentados de penas
y sufrimientos?”
Y
el venerable anciano, abriendo la ventana de su habitación y señalándole el cielo
azul, le dijo: “Hábleles del cielo. No olvide que un pedacito de cielo arregla
muchas dificultades”.
San
Juan Bosco le hizo caso y en adelante a toda persona que le venía a contar
terribles angustias le hablaba con entusiasmo del Paraíso Eterno que nos espera
al final de nuestra existencia terrenal.
3) Para vivir
La
única vez que la palabra “Paraíso” aparece en los evangelios es cuando se lo
promete al ladrón que tuvo la valentía de dirigirle el más humilde de los
pedidos: «Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino» (Lc 23,42). No tenía obras
de bien, no tenía nada, sino se encomienda a Jesús. Fue suficiente esta palabra
de humilde arrepentimiento para “robarse” el Cielo.
El
buen ladrón nos recuerda nuestra verdadera condición ante Dios: que nos
presentaremos con las manos vacías y descubriremos que las faltas superan las
obras de bien. Pero, no obstante, somos sus hijos y Él siente compasión por
nosotros. No existe una persona, por cuanto haya vivido mal, al que le sea
prohibida la gracia. Por ello no cabe el desánimo, sino confiar en la
misericordia de Dios. ¡Y esto nos da esperanza, esto nos abre el corazón!
Dios
es Padre y espera hasta el último nuestro regreso. Al hijo prodigo que ha
regresado, que comienza a confesar sus culpas, el padre le cierra la boca con
un abrazo (Cfr. Lc 15,20). ¡Este es Dios: así nos ama! Así la muerte deja de
darnos miedo. Quien ha conocido a Jesús, no ha de temer nada, ni la muerte
misma.
A
la hora de la muerte, el cristiano repite serenamente y con confianza a Jesús:
“Acuérdate de mí”. Y aunque no haya nadie que nos recuerde, Jesús está ahí,
junto a nosotros. Quiere llevarnos al lugar más bello que existe. Quiere
llevarnos allá con lo poco o mucho de bien que existe en nuestra vida. Es esta
la meta de nuestra existencia: que todo se cumpla, y sea transformado en el
amor.
Y
podremos repetir las palabras del viejo Simeón, también él bendecido por el
encuentro con Cristo, después de una entera vida consumida en la espera:
«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has
prometido, porque mis ojos han visto la salvación» (Lc 2,29-30).
© Pbro. José Martínez Colín
Meditaciones
El
dolor puede conducir a una triste rebelión en las personas que no lo quieren
aceptar. Sin embargo, el dolor es siempre una oportunidad que el hombre tiene
para crecer interiormente.
Todos
nos habremos admirado alguna vez de la gran altura de espíritu de las personas
que sufren serenamente. De aquellos a quienes los años de sufrimiento les han
hecho madurar. De aquellos a quienes la enfermedad ha producido tesoros de
fortaleza y humildad. Se descubre en todos, al final de su vida, una serie de
rasgos que difícilmente habrían surgido si no hubieran sufrido tanto.
La
vida de todos los hombres tiene unas cosas buenas y otras menos buenas. Lo que
no podemos pretender es que, por tener fe, nuestra vida tenga que ser como una
balsa de aceite, o disfrutar de la felicidad de un cuento de hadas, o vivir en
un perpetuo descanso físico, psíquico y afectivo. No podemos pretender que los
problemas tengan que desaparecer por sí solos por el mero hecho de creer en
Dios. O que los dolores de cabeza deban convertirse en efluvios místicos. O que
las preocupaciones tengan también que desvanecerse como por arte de magia. Es
verdad que la fe ayuda a afrontar esas situaciones y a estar alegre, pero no
las hace desaparecer. Las personas con fe no dejan de ser personas normales.
Alfonso Aguiló
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Nikole G., y la hijita
(Isabella) que crece en su vientre.
Ellas son de California (USA) y están internadas en alto riesgo con una severa
infección de riñones. Le pedimos a la Virgen Santísima que interceda por ellas
ante Jesús, para su pronta recuperación.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Noviembre 7
La
Virgen María se dejó guiar en su vida por las luces de la fe. Ella se movió en
todo por las inspiraciones de la gracia y por las mociones e impulsos de los
dones del Espíritu Santo.
Si
nosotros queremos adelantar por el camino de la santidad, seamos dóciles a la
voz del Espíritu que resonará en nuestro interior.
Nuestra Señora del Evangelio, haznos dóciles a la
Palabra y conviértenos en anunciadores de la Buena Noticia para nuestros
hermanos.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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