domingo, 5 de noviembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3492

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3492 ~ Domingo 5 de Noviembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el Evangelio de este domingo, Jesús habla con indignación profética. Su discurso dirigido a la gente y a sus discípulos es también una dura crítica a los dirigentes religiosos de Israel. Mateo lo recoge hacia los años ochenta para que los dirigentes de la Iglesia cristiana de entonces y los de hoy no caigan en conductas parecidas.
¿Podremos recordar hoy las recriminaciones de Jesús con paz, en actitud de conversión, sin ánimo alguno de polémicas estériles? Sus palabras son una invitación para que obispos, presbíteros, agentes pastorales y cuantos tenemos alguna responsabilidad eclesial hagamos una revisión de nuestra actuación.
Señor, auméntanos a todos la fe, la esperanza y la caridad para que veamos las personas y los sucesos como Tú los ves, que cuentas con el tiempo y las adversidades para mejorar a las personas, y que tienes tus previsiones –tu Providencia–. Que entendamos los verdaderos signos de los tiempos como llamadas que Tú nos haces para que trabajemos más y mejor, y danos la ilusión para que vayamos al ritmo que Tú esperas. Haremos las cosas para Ti, solamente por Ti, aunque no lo vea nadie en este mundo. ¿Y los resultados? Los resultados los dejamos en tus manos.

¡Buenos días!

El trabajo es salud
Aprecia la virtud de la laboriosidad. Laboriosa es la persona que ama el trabajo y trata de hacerlo bien. La laboriosidad lleva consigo la decisión de aprovechar el tiempo, de concentrarte en el trabajo y de no abandonar actividades a medio hacer. Haz hoy tu trabajo con entusiasmo, con empeño, y así crecerás en esta virtud con traje de faena.

En cierta ocasión vi a Satanás que tenía prisa y estaba buscando a alguien entre las hermanas, pero no la encontraba. Sentí en el alma la inspiración de ordenarle en nombre de Dios que me dijera a quién buscaba entre las hermanas. Y confesó, aunque de mala gana: "Busco las almas perezosas". Cuando volví a ordenarle en nombre de Dios que me dijera a qué almas del convento tenía el acceso más fácil, me confesó otra vez de mala gana que: "A las almas perezosas y ociosas". Que se alegren las almas fatigadas y abrumadas por el trabajo. (En el Diario de Santa Faustina Kowalska).

El trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de entregarnos a los vicios, y nos proporciona lo necesario para vivir. Es una bendición de Dios. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que tengas un día de mucha acción.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame “Rabbí”.
»Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie “Padre” vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar “Directores”, porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado». (Mt 23,1-12)

Comentario:
Hoy, el Señor nos hace un retrato de los notables de Israel (fariseos, maestros de la Ley…). Éstos viven en una situación superficial, no son más que apariencia: «Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres» (Mt 23,5). Y, además, cayendo en la incoherencia, «porque dicen y no hacen» (Mt 23,3), se hacen esclavos de su propio engaño al buscar sólo la aprobación o la admiración de los hombres. De esto depende su consistencia. Por sí mismos no son más que patética vanidad, orgullo absurdo, vaciedad… necedad.
Desde los inicios de la humanidad continúa siendo la tentación más frecuente; la antigua serpiente continúa susurrándonos al oído: «El día en que comiereis de él (el fruto del árbol que está en medio del jardín), se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal» (Gn 3,5). Y continuamos cayendo en ello, nos hacemos llamar: “rabí”, “padre” y “guías”… y tantos otros ampulosos calificativos. Demasiadas veces queremos ocupar el lugar que no nos corresponde. Es la actitud farisaica.
Los discípulos de Jesús no han de ser así, más bien al contrario: «El mayor entre vosotros será vuestro servidor» (Mt 23,11). Y como que tenemos un único Padre, todos ellos son hermanos. Como siempre, el Evangelio nos deja claro que no podemos desvincular la dimensión vertical (Padre) y la horizontal (nuestro) o, como explicitaba el domingo pasado, «amarás al Señor, tu Dios (…). Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22,37.39).
Toda la liturgia de la Palabra de este domingo está impregnada por la ternura y la exigencia de la filiación y de la fraternidad. Fácilmente resuenan en nuestro corazón aquellas palabras de san Juan: «Si alguno dice: ‘Amo a Dios’, y aborrece a su hermano, es un mentiroso» (1Jn 4,20). La nueva evangelización —cada vez más urgente— nos pide fidelidad, confianza y sinceridad con la vocación que hemos recibido en el bautismo. Si lo hacemos se nos iluminará «el camino de la vida: hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre» (Sal 16,11).
Rev. D. Miquel PLANAS i Buñuel (Montornès del Vallès, Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II 
“¡Hermanos y hermanas!
¡No tengáis miedo de acoger a Cristo y de aceptar su potestad!
¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!
¡No tengáis miedo! Cristo conoce «lo que hay dentro del hombre».
¡Sólo Él lo conoce!”

Predicación del Evangelio:
“Dicen y no hacen”
Los fariseos no son practicantes. Todavía hay humor en este texto. Muchos y muchas lectores encontrarán un gran placer.  Con una ironía fina, Jesús ridiculiza a los hipócritas, a los orgullosos y vanidosos; a toda esta gente desagradable que hemos encontrado.  Cada uno hace sutilmente la aplicación a los homólogos actuales de los escribas y fariseos: personas que tienen la ciencia, que buscan la consideración, que dirigen y juzgan a los demás.  Incluso el anticlericalismo, que adormece al corazón de toda persona que se despierta dulcemente.

¿Qué reprocha Jesús a los jefes espirituales de su tiempo?  Son incoherentes: “Dicen y no hacen.”  Son perezosos: “Echan cargas pesadas... pero ellos no quieren mover ni un dedo.”  Son vanidosos: “Siempre actúan para ser vistos...  Les gustan los lugares de honor... los primeros rangos... que los saluden en las plazas.”

Desgraciadamente, los escribas y los fariseos no son los únicos en calificarse: muchos bautizados podrán reconocerse en ellos. Si hemos experimentado ante lo que dice Jesús y decimos: “Yo no soy de esos”, entonces, desde ese instante, los somos. Por otra parte, ¿quién de entre nosotros no se ha alegrado nunca en ver condenar los errores de los demás?

Pues lo el Señor reprocha aquí a los escribas y a los fariseos —su incoherencia, pereza y vanidad— es muy universal y humano, y cada uno lo somos a nuestra manera. La peor ceguera es la que no oculta nuestras propias incoherencias.

En el Reino de los cielos, nadie es dueño y nadie debe dominar: somos hermanas y hermanos. Ninguno es padre, nadie da a luz a los demás: todos son hijos de Dios.  Ninguno es doctor y nadie enseña; todos son enseñados por el mismo Espíritu.  Así la jerarquía del Reino no se basa en la ciencia, ni en la competencia, ni en el dominio, sino en el servicio de los y de las que no han tenido acceso a su justa parte de felicidad.
© P. Felipe Santos SDB

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
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Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde Bogotá, Colombia, nuestro amigo lector Carlos C. escribe y dice: “Agradecemos al Señor y a nuestra Santa Madre, la Virgen María, así como a las personas que han orado por nuestro hijo Carlos, quien se encuentra actualmente en una población cercana a Londres, en la Universidad de Warwick, cursando su primer año de Doctorado en Economía. Los avances tecnológicos nos han permitido estar muy cerca de él, comunicándonos con relativa frecuencia y percatándonos de su bienestar, gracias a nuestro Señor Jesucristo. A 'Pequeñas Semillitas', hermoso espacio de encuentro con Dios, la Virgen Santísima y todos los Santos, un gesto de eterna gratitud; con fe y esperanza recibimos las bondades del Señor, por las oraciones que con esa fe y esperanza realizamos, y cuyas obras se ven plasmadas en nuestro bienestar, nuestra salud y nuestra unidad familiar”.

  Desde Cuba, Idania agradece a Dios porque sus problemas laborales se van solucionando, al menos en parte, y pide por la estabilidad de su trabajo.

  Pequeñas Semillitas agradece a la Santísima Virgen de Lourdes, a San José, a San Juan Pablo II y al Señor Jesús, porque los problemas técnicos que nos tuvieron fuera de la posibilidad de publicar durante una semana se han solucionado.

Los cinco minutos de María
Noviembre 5
Los Padres de la Iglesia nos dicen que la Virgen María concibió al Señor por la fe en su corazón antes que en sus entrañas. Su maternidad tiene sentido por la fe y su entrega al plan de Dios. En su vida acogió también las palabras de su Hijo que anunció un Reino superior a los lazos de la carne y de la sangre y declaró “dichosos” a los que, como ella, escuchan la Palabra de Dios y la practican (Lc 11, 27-28).
María vivió en la fe las obras realizadas en su persona por Dios y los acontecimientos de la vida de Jesús que superaban su comprensión. Así también ella avanzó en el camino de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la cruz, donde Jesús la hizo madre del discípulo y, en él, de todos nosotros, con estas palabras: “Mujer, aquí tienes a tu hijo” (Jn 19,26).
Nuestra Señora de la fe, aumenta nuestra fe y nuestra docilidad al plan de Dios, sobre todo cuando aparece la cruz.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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