PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3490 ~ Viernes 3 de Noviembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
A
veces nos pasamos la vida esperando que pase algo, y lo único que pasa es la
vida.
Jamás
entendemos el valor de los momentos, hasta que se convierten en recuerdos.
Por
eso, haz lo que quieras hacer, antes que se convierta en “lo que te gustaría
haber hecho”.
No
hagas de tu vida un borrador… porque quizás no tengas tiempo de pasarlo en
limpio.
¡Buenos días!
El lobo y el cabrito protegido
Una
fábula cuenta que un puma al escapar de los cazadores buscó refugio en una
laguna, pero con tan mala suerte que empezó a ahogarse. Cuando las ranas,
nutrias, y aves acuáticas vieron al feroz carnívoro en dificultades, se
acercaron al moribundo, y quien comenzó a picotearlo, quien a darle patadas,
quien a excrementar sobre él… ¡Todos se volvieron valientes!
Protegido por la seguridad del corral de una casa, un
cabrito vio pasar a un lobo y comenzó a insultarlo y burlarse cuanto quiso de
él. El lobo, con serenidad le replicó: — ¡Pobre cobarde! Sé muy bien que no
eres tú quien me está insultando, sino el seguro sitio en que te encuentras…
Hacer
alarde de valentía cuando el peligro ha pasado es ridículo, porque más bien
subraya la cobardía de un corazón pusilánime. Es cierto que hay miedos
razonables que surgen del instinto de conservación. Pero también existen los
miedos sin base en la realidad y que la fantasía nutre a su antojo. Que sepas
distinguir y ser siempre sanamente valiente.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Un
sábado, Jesús fue a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos
le estaban observando. Había allí, delante de Él, un hombre hidrópico. Entonces
preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o
no?». Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a
ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en
día de sábado y no lo saca al momento?». Y no pudieron replicar a esto. (Lc 14,1-6)
Comentario:
Hoy
fijamos nuestra atención en la punzante pregunta que Jesús hace a los fariseos:
«¿Es lícito curar en sábado, o no?» (Lc 14,3), y en la significativa anotación
que hace san Lucas: «Pero ellos se callaron» (Lc 14,4).
Son
muchos los episodios evangélicos en los que el Señor echa en cara a los
fariseos su hipocresía. Es notable el empeño de Dios en dejarnos claro hasta
qué punto le desagrada ese pecado —la falsa apariencia, el engaño vanidoso—,
que se sitúa en las antípodas de aquel elogio de Cristo a Natanael: «Ahí tenéis
a un israelita de verdad, en quien no hay engaño» (Jn 1,47). Dios ama la
sencillez de corazón, la ingenuidad de espíritu y, por el contrario, rechaza
enérgicamente el enmarañamiento, la mirada turbia, el ánimo doble, la
hipocresía.
Lo
significativo de la pregunta del Señor y de la respuesta silenciosa de los
fariseos es la mala conciencia que éstos, en el fondo, tenían. Delante yacía un
enfermo que buscaba ser curado por Jesús. El cumplimiento de la Ley judaica
—mera atención a la letra con menosprecio del espíritu— y la fatua presunción
de su conducta intachable, les lleva a escandalizarse ante la actitud de Cristo
que, llevado por su corazón misericordioso, no se deja atar por el formalismo
de una ley, y quiere devolver la salud al que carecía de ella.
Los
fariseos se dan cuenta de que su conducta hipócrita no es justificable y, por
eso, callan. En este pasaje resplandece una clara lección: la necesidad de
entender que la santidad es seguimiento de Cristo —hasta el enamoramiento
pleno— y no frío cumplimiento legal de unos preceptos. Los mandamientos son
santos porque proceden directamente de la Sabiduría infinita de Dios, pero es
posible vivirlos de una manera legalista y vacía, y entonces se da la
incongruencia —auténtico sarcasmo— de pretender seguir a Dios para terminar yendo
detrás de nosotros mismos.
Dejemos
que la encantadora sencillez de la Virgen María se imponga en nuestras vidas.
Rvdo. D. Manuel COCIÑA Abella (Madrid, España)
Santoral Católico:
San Martín de Porres
Religioso Dominico Peruano
Nació
en Lima (Perú) el año 1579, de un funcionario real español, Juan de Porres, y
de una joven de origen africano, Ana Velázquez, que no se casaron: Martín era
mulato e hijo ilegítimo, lo que le causó muchas dificultades. Fue educado
cristianamente por su madre y aprendió de joven el oficio de barbero-cirujano.
En 1603 fue admitido en la Orden de los dominicos como hermano converso,
después de vivir ocho años en el convento como donado. Desde el principio se le
confió el oficio de enfermero que ejerció, con gran competencia y mayor caridad,
en favor de los frailes y de los numerosos pobres que acudían al convento;
además instituyó varias obras caritativas. Supo conjugar la incesante actividad
asistencial con el recogimiento de un contemplativo. Llevó una vida de
mortificación y de humildad, y tuvo una gran devoción a la Eucaristía. Murió en
Lima el 3 de noviembre de 1639.
Oración: Señor, Dios nuestro, que has querido
conducir a san Martín de Porres por el camino de la humildad a la gloria del
cielo, concédenos la gracia de seguir sus ejemplos, para que merezcamos ser
coronados con él en la gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
“Nada te llevarás cuando te marches
Cuando se acerque el día de tu final
Vive feliz ahora mientras puedes
Tal vez mañana no tengas tiempo
Para sentirte despertar
Siente correr la sangre por tus venas
Siembra tu tierra y ponte a trabajar
Deja volar libre tu pensamiento
Deja el rencor para otro tiempo
Y echa tu barca a navegar”.
(José María Napoleón)
Temas Médicos:
Espasmos eutanásicos
Con
la legalización hace años en Holanda de la eutanasia activa bajo ciertas
circunstancias, el viejo "derecho a pedir una muerte digna" ha pasado
ya a ser el "derecho a dar una muerte digna" (el salto del pedir al
dar no es de poca importancia).
Ese
salto -que no ha tardado en ser imitado en otros lugares- ha contribuido a
reavivar el viejo debate de la eutanasia, aunque esta vez de forma bastante más
inquietante. Un debate que a todos nos interesa, porque, cuando se habla de la
vida y de la muerte, todos tenemos cosas que decir.
-Pero
parece que querer morir dignamente es una aspiración legítima, sensata y
coherente.
La
dignidad y la dulzura son dos cualidades que hacen al hombre más humano, y es
natural que todos estemos un poco seducidos por la idea de que ambas estén
presentes en nuestra propia muerte. El problema viene a la hora de pensar en
cómo se muere uno "dignamente".
Porque,
¿qué es más digno, esperar pacientemente la llegada de la muerte, luchando en
lo posible por mitigar el dolor, o morir sin dolor a manos de otro hombre?
Porque
en este punto se da no pocas veces una cierta manipulación de las palabras,
presentando la eutanasia como algo más inocuo de lo que es. Se dice
"muerte dulce", o "muerte digna" para propiciar su
aceptación social. Como si fuera secundario el hecho central de que, en la
eutanasia, un ser humano da muerte consciente y deliberadamente a otro ser
humano inocente.
El
respeto a la dignidad de la vida humana es un fundamento esencial de la
sociedad. Por eso la eutanasia debe considerarse siempre como un acto de
intolerancia inaceptable, por muy presuntamente nobles o altruistas que
aparezcan las motivaciones que animen a ejecutar tal acción, y por suaves y
dulces que sean los medios que se utilicen para realizarla.
Quien
aplica la eutanasia no permite continuar una vida que él considera inútil o sin
sentido. ¿Pero quién es él para decidir que una vida está de más, es inútil, no
tiene sentido, o no tiene derecho a vivir?
© Alfonso Aguiló
Mensaje de María Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de Noviembre
de 2017
"Queridos
hijos, al mirarlos reunidos en torno a mí, su Madre, veo muchas almas puras, a
muchos hijos míos que buscan el amor y la consolación, pero que nadie se la
ofrece. Veo también a aquellos que hacen el mal, porque no tienen buenos
ejemplos, no han conocido a mi Hijo: ese bien que es silencioso y se difunde a
través de las almas puras, es la fuerza que sostiene este mundo. Los pecados
son muchos, pero también existe el amor. Mi Hijo me envía a ustedes, la Madre,
la misma para todos, para que les enseñe a amar y comprendan que son hermanos.
Él desea ayudarlos. Apóstoles de mi amor, es suficiente un vivo deseo de fe y
amor, y mi Hijo lo aceptará; pero deben ser dignos, tener buena voluntad y
corazones abiertos. Mi Hijo entra en los corazones abiertos. Yo, como Madre,
deseo que lleguen a conocer mejor a mi Hijo, Dios nacido de Dios, para que
conozcan la grandeza de Su amor, del que ustedes tienen tanta necesidad. Él ha
tomado sobre sí sus pecados, ha obtenido la redención para ustedes, y a cambio,
les ha pedido que se amen los unos a los otros. Mi Hijo es amor, Él ama a todos
los hombres sin distinción, a los hombres de todas las naciones y de todos los
pueblos. Si vivieran, hijos míos, el amor de mi Hijo, Su Reino estaría ya en la
Tierra. Por eso, apóstoles de mi amor, oren, oren para que mi Hijo y Su amor
estén más cerca de ustedes, para poder ser ejemplo del amor y poder ayudar a
todos aquellos que no han conocido a mi Hijo. Nunca olviden que mi Hijo, Uno y
Trino, los ama. Oren y amen a vuestros pastores. Les doy las gracias. "
Meditaciones
El
Papa San Juan Pablo II tenía una relación especial con Fátima (Portugal) y con
Lucía una de las tres videntes de Fátima, en particular después del atentado
contra su persona el 13 de mayo de 1981. Además, luego enviará al futuro
Cardenal Tarcisio Bertone, -en ese entonces “número dos” de la Doctrina de la
fe- a informarse de la exactitud de la interpretación del “tercer secreto” de
Fátima y de su integralidad, antes de su publicación en el año 2000.
“Si, está completo”,
respondió Lucia. Para verificar si la consagración del mundo al Corazón
Inmaculado de María del 25 de marzo de 1984 había correspondido a lo que la
Madre de Dios pedía: “si” contestó
nuevamente Sor Lucia.
Y
cuando le decían que algunos pretendían que había otro secreto ella decía: “¡Si ellos lo saben que lo digan! No conozco
otro”. Se sorprendía que se pasara tanto tiempo en buscar algo que no
existía en lugar de poner en práctica los mensaje ya conocidos de la Virgen. (Zenit)
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para María Paula C. A., de
Bogotá, Colombia, que en estos días estará
en la Universidad de Santander presentando una ponencia sobre 'La
Fonoaudiología y su impacto en personas afectadas por el conflicto social en
Colombia', por lo que le pedimos al Espíritu Santo la ilumine y la guíe en esa
gran responsabilidad, y la regrese al seno de su hogar sin contratiempos de
ninguna naturaleza.
Pedimos
oración para Leda H., de Colombia,
que será sometida a una serie de exámenes médicos vinculados con un fuerte
dolor abdominal todavía no diagnosticado con certeza. Que con la intercesión de
nuestra amada Virgen de Lourdes, el
Señor la bendiga y le conceda salud.
Pedimos
oración para el niño Martín S., de
Santa Fe, Argentina, recién nacido y que está en grave estado. Lo encomendamos
al Divino Niño Jesús para que lo ayude a superar sus dificultades y le regale
el don de la salud.
Pedimos
oración para las siguientes personas: Angélica
Pilar, 67 años, de Texas, USA, hospitalizada 4 meses, con una herida abierta
y complicaciones por operación a intestinos; Carola A., 74 años, de Lima, Perú, para que tenga éxito en su nuevo
tratamiento de cáncer; Ana María H.,
69 años, de Lima, Perú, afectada de enfisema y problemas de salud en general; Violeta E., de 70 años, de Florida,
USA, intoxicada con amonio y con temblor en las manos; Luis I. S., de 74 años, de Lima, Perú, enfermo de parkinson e
insuficiencia renal con diálisis; y Lucho R. V., de 77 años, de Perú, para que
pueda sanar su único ojo y tener medios económicos para su tratamiento. Por
todos ellos, te pedimos Señor.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Noviembre 3
Cuando
María Santísima presenció la muerte de su Hijo no perdió la fe, no olvidó sus
palabras y sus promesas; esperó su resurrección, que cambió la derrota en
triunfo, las lágrimas en sonrisas, el dolor en alegría, las tinieblas en luz.
No
lo olvides nunca, especialmente en la hora de la prueba: la historia no termina
en los brazos de la cruz, sino en la gloria de la resurrección final.
Nuestra Señora de América Latina, convierte el dolor,
las angustias e injusticias de nuestros pueblos en compromiso con la vida y en
esperanza de resurrección.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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