PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1901 ~ Martes
18 de Diciembre de 2012
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Algún Obispo que también era profeta y poeta, y que para
más señas se llamaba Hélder Cámara, decía que cuando urgía a la gente a
practicar la caridad decían que era un santo y cuando los exhortaba a practicar
la justicia lo tildaban de comunista.
Juan el Bautista también habría sido acusado de
"rojillo" porque urgía a los israelitas compartir los bienes, a
autocontenerse y no abusar del poder para despojar de sus escasos bienes a los
pobres.
La propuesta de Juan era clara: había que practicar la
justicia a fin de agradar al Señor que venía a visitar a su pueblo. Nuestra
situación social no es nada favorable. La mitad de la población padece
situaciones de pobreza que con voluntad política y con una participación
ciudadana más responsable y generosa se podría superar, al menos en sus
aspectos más dramáticos.
Los cristianos hemos sido omisos. La solidaridad es el
rostro de la caridad. La justicia social, tantas veces postergada, es un
llamado incómodo y urgente que brota de la confesión de un Padre común.
"La verdad católica"
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre,
María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se
encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y
no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le
apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a
María tu mujer porque lo engendrado en Ella es del Espíritu Santo. Dará a luz
un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus
pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por
medio del profeta: «Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le
pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: “Dios con nosotros”».
Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y
tomó consigo a su mujer.
(Mt 1,18-24)
Comentario
Hoy, la liturgia de la palabra nos invita a considerar el
maravilloso ejemplo de san José. Él fue extraordinariamente sacrificado y
delicado con su prometida María.
No hay duda de que ambos eran personas excelentes,
enamorados entre ellos como ninguna otra pareja. Pero, a la vez, hay que
reconocer que el Altísimo quiso que su amor esponsalicio pasara por
circunstancias muy exigentes.
Ha escrito el Papa Juan Pablo II que «el cristianismo es
la sorpresa de un Dios que se ha puesto de parte de su criatura». De hecho, ha
sido Él quien ha tomado la “iniciativa”: para venir a este mundo no ha esperado
a que hiciésemos méritos. Con todo, Él propone su iniciativa, no la impone:
casi —diríamos— nos pide “permiso”. A Santa María se le propuso —¡no se le
impuso!— la vocación de Madre de Dios: «Él, que había tenido el poder de
crearlo todo a partir de la nada, se negó a rehacer lo que había sido profanado
si no concurría María» (San Anselmo).
Pero Dios no solamente nos pide permiso, sino también
contribución con sus planes, y contribución heroica. Y así fue en el caso de
María y José. En concreto, el Niño Jesús necesitó unos padres. Más aún:
necesitó el heroísmo de sus padres, que tuvieron que esforzarse mucho para
defender la vida del “pequeño Redentor”.
Lo que es muy bonito es que María reveló muy pocos
detalles de su alumbramiento: un hecho tan emblemático es relatado con sólo dos
versículos (cf. Lc 2,6-7). En cambio, fue más explícita al hablar de la
delicadeza que su esposo José tuvo con Ella. El hecho fue que «antes de empezar
a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo» (Mt
1,19), y por no correr el riesgo de infamarla, José hubiera preferido
desaparecer discretamente y renunciar a su amor (circunstancia que le
desfavorecía socialmente). Así, antes de que hubiese sido promulgada la ley de
la caridad, san José ya la practicó: María (y el trato justo con ella) fue su
ley.
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
La Expectación del Parto
Cuando se espera algún acontecimiento importante que trae
consigo tristeza y pena la reacción espontánea de la persona normal es de temor
acompañado a veces por la congoja y angustia que tiende a aumentarse por la
fantasía ante la consideración de los males futuros previsibles. Cuando por el
contrario se prevé la llegada de un bien que tiene una entidad considerable se vive
en una espera atenta y presurosa que va desde el anhelo y la ansiedad hasta la
euforia acompañada de una prisa impaciente. A mayor mal futuro, más miedo; a
mejor bien futuro, más esperanza gozosa.
Algo de esto pasó al Pueblo de Israel que conocía su carácter
de transitoriedad funcional, al menos en los círculos más creyentes o
especializados en la espiritualidad premesiánica. El convencimiento de que la
llegada del Mesías Salvador era inminente hizo que muchos judíos piadosos
vivieran en una tensión de anhelo creciente —basta pensar en el anciano Simeón—
hasta poder descubrir en Jesús al Mesías que se había prometido a la humanidad
desde los primeros tiempos posteriores al Pecado. Era todo un Adviento.
Y como el Mesías llega por la Madre Virgen, es imposible
preparar la Navidad prescindiendo de la contemplación del indecible gozo
esperanzado que poseyó Santa María por el futuro próximo inmediato de su parto.
Eso es lo que se quiere expresar con "La Expectación del Parto", o
"El día de Santa María" como se le llamó también en otro tiempo, o
"Nuestra Señora de la O" como popularmente también se le denomina
hoy.
Fue en España, concretamente en Toledo, en el décimo
concilio que se celebró en el año 656, siendo San Eugenio III el obispo de
aquella sede y que posteriormente un muy devoto de la Virgen María —San
Ildefonso- se tomó bastante en serio propagar.
La intuición del pueblo denominando a la expectante
Doncella joven "Virgen de la O" está basada en la directa
contemplación de las obras pictóricas o esculturales que presentan piadosamente
la natural redondez abultada de la Virgen grávida.
El origen del título es no obstante más espiritual, más
fino, más litúrgico y menos somático. Tiene su origen en que las antífonas
marianas del rezo de vísperas comienzan con la O: O Sapientia, O Adonai, O Enmanuel... veni!
Se me ocurre advertir una vez más que tienen un notable
valor catequético las dignas representaciones de los misterios de la fe, y que,
en ocasiones, enseñan al pueblo sencillo más que los libros y la misma
liturgia. Es bueno tenerlo en cuenta a la hora de atender las peticiones de las
modas iconoclastas que a temporadas van vienen por las iglesias.
Hoy también se celebra a San Modesto.
Información ampliada: clic acá.
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
“El Camino de Jesús
es una senda que nos conducirá a la libertad:
la libertad radical que nos permite
participar en la Gran Obra de Arte de Dios
de manera libre, espontánea y creativa...
y para todos juntos”
Albert Nolan
Tema del día:
El Papa usa el twitter
1) Para saber
El pasado doce de diciembre, día en que la Iglesia
celebra a la Virgen de Guadalupe, el Papa Benedicto XVI publicó sus primeros 5
tuits (tweets) en su cuenta oficial de Twitter (https://twitter.com/pontifex_es). Es
una forma rápida de enviar cortos mensajes de texto por internet.
El Papa ha querido utilizar este medio de comunicación
para poder llegar a muchas personas que lo utilizan. Y en efecto lo logró,
pues, por lo pronto, lo siguieron más de millón y medio de personas, que han
podido enterarse de los mensajes y respuestas que el Papa ha transmitido.
Su primer mensaje fue el siguiente saludo: "Queridos
amigos, me uno a vosotros con alegría por medio de Twitter. Gracias por vuestra
respuesta generosa. Os bendigo a todos de corazón".
Luego contestó a la siguiente interesante pregunta:
"¿Cómo podemos vivir mejor el Año de la Fe en nuestro día a día?"
El Papa respondió señalando una manera muy concreta de
crecer en la fe: "Dialoga con Jesús en la oración, escucha a Jesús que te
habla en el Evangelio, encuentra a Jesús, presente en el necesitado".
2) Para pensar
Con la oración nos disponemos a un encuentro con Dios.
Una persona que lo experimentó nos cuenta su experiencia.
El equipo de futbol inglés “Manchester United” se ha
hecho conocido en México gracias al jugador apodado “Chicharito” que juega en
él. Sin embargo, pocos saben que hace algunos años, en 1958, el equipo sufrió
una tragedia en Alemania. Se estrelló el avión que llevaba a todo el equipo.
Solo algunos sobrevivieron. Su entrenador, Matt Busby, que salió vivo, hizo
unas declaraciones a la prensa: “La oración ha sido siempre una ayuda
maravillosa para mí. Pero cuando se sabe que hay millares de personas que están
rezando por uno, se siente en el corazón el calor y lo bueno que es esto; se
advierte un consuelo que no se puede describir. Lo sé: me pasó a mí… Estuve en
paz cuando recibí los sacramentos”.
Terminaba diciendo el entrenador que las oraciones tenían
un objetivo más amplio que salvarle la vida: “debía trabajar, debía volver a
construir”.
Es en la oración donde de manera concreta nos ponemos en
diálogo con Dios. Podemos afirmar que la oración nos eleva, lo cual nos ayuda
también a tener mayor perspectiva respecto a los asuntos humanos. Pensemos si
no podríamos incorporar a nuestra vida un momento de oración.
3) Para vivir
En este Adviento, el mensaje del Papa, nos puede servir
para plantearnos cómo es nuestra relación con el Señor, y ver si no podríamos
consolidarla más.
Una manera práctica es seguir su consejo de hablar con el
Señor. ¿Cómo mantener un diálogo con el Señor a lo largo del día? Lo puede
favorecer el tener unos momentos dedicados exclusivamente para hablar con Él.
De esa manera tendremos mayor conciencia de su cercanía. Como lo acaba de decir
el Papa, el Adviento nos recuerda a todos "que Dios no se ha ido del
mundo, que no está ausente, que no nos abandona".
Esta experiencia de la cercanía de Dios, concluía el
Santo Padre, nos ha de llevar a testimoniar su presencia en el mundo a menudo
superficial y distraído, y a hacer que resplandezca en nuestra vida la luz que
ha iluminado la gruta de Belén.
Pbro. José Martínez Colín
Pensamientos sanadores
Cuerpo sin alma
En una ocasión, predicando unas jornadas de formación y
espiritualidad, alguien me preguntó por qué motivo, en algunas parroquias no se
percibe amor, unidad, alegría, ni actitud misionera.
La pregunta me dejó pensando, pero, entre tantas
respuestas posibles, yo pensé que una de las causas podría ser que quizá no se
le permite al Espíritu Santo moverse en ellos todo el tiempo y transformar
todas las realidades.
La filosofía y la teología que estudiamos, los cursos de
catequesis y pastoral que hicimos o que dictamos, pueden y deben ser
impregnados por el Espíritu de vida y de amor, de no ser así sólo estaremos
transmitiendo conocimientos intelectuales y enseñando prácticas ritualistas.
Será como un hermoso cuerpo, pero al que le falta vida.
Ayer, hoy y siempre el mundo tiene necesidad de testigos del amor a Dios y a
los hermanos.
El Señor me dijo:
“Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos? Yo respondí: “Tú lo sabes, Señor”.
Él me dijo: “Profetiza sobre estos huesos, diciéndoles: Huesos secos, escuchen
la palabra del Señor. Así habla el Señor a estos huesos: Yo voy a hacer que un
espíritu penetre en ustedes y vivirán” Ezequiel 37, 3-5.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de Anna Paula A., de 2
añitos, que vive en San Luis, Argentina y que tiene problemitas en su
corazoncito, para que la Santísima Virgen de Schoenstatt, cuya Imagen Peregrina
estuvo a su lado en el día de su nacimiento, la siga sosteniendo en sus brazos
amorosos, la cobije, la proteja y le brinde mucha fortaleza a ella y a su
familia.
Pedimos oración por Antonio, de 17 años, que vive en
Chimbote, Perú, que está gravísimo, en manos de Dios…
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
"Intimidad Divina"
La salvación a los
pobres
Un día Jesús dirigió este duro reproche a los fariseos y
a los jefes del pueblo: “Vino Juan a vosotros por el camino de la justicia y no
habéis creído en él; mientras que los publicanos y las meretrices creyeron en
él” (Mt 21, 32). En efecto, los publicanos se habían rendido a la predicación
del Bautista, habían confesado sus pecados, habían pedido el bautismo de
penitencia y preguntado: “¿qué hemos de hacer?” (Lc 3, 12). Pero los fariseos,
no; “no se habían arrepentido creyendo en él” (Mt 21, 32). La soberbia los
cegaba, y como les había impedido creer en el precursor, también ahora los
tenía cerrados y hostiles a Cristo. Por eso Jesús les dirá: “Los publicanos y
las meretrices os preceden en el reino de Dios” (ib 31). Una única salvación es
ofrecida a todos los hombres, pero sólo los humildes, los pobres y los pequeños
son aptos para acogerla.
Para hallar a Dios hay que ir a él con alma de pobre.
Dios ofrece al hombre la salvación y lo llama a la santidad y a la comunión con
él; pero todos estos inmensos bienes deben ser acogidos con corazón humilde,
convencidos de no poder nada sin la ayuda divina, pues sólo de Dios viene el poder
y el querer. Dios está dispuesto a todo en favor de una criatura que lo busca
sin pretensiones y en verdadera pobreza de espíritu, convencida de que el
buscarlo y el desearlo es ya un don y convencida igualmente de que sus propias
fuerzas son inadecuadas para salvarla, santificarla y conducirla a la intimidad
con Dios. Cuanto más indigna e impotente se reconoce ella, tanto más
estrechamente la atrae Dios a sí mismo.
Cuando vino al mundo el Hijo de Dios, quiso rodearse de
los pobres y humildes: María y José, descendientes sí de la casa de David, pero
tan pobres e ignorados que no hubo lugar para ellos en la posada; los pastores,
despreciados como gente sin importancia y tenidos frecuentemente aparte con
muestras de desconfianza y de recelo. Durante su ministerio Jesús fue en busca
de los pobres, de los oprimidos, de los pecadores y de los pequeños, diciendo:
“No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Mt 9, 13). Quien se
cree justo y satisfecho de su propia virtud y hasta quizá desprecia a los demás
teniéndolos por inferiores a sí mismo, no sacará fruto alguno de la Navidad.
Jesús Salvador viene a todos, pero en un corazón lleno de sí no hay lugar para
recibirlo, o, por lo menos, existe sólo un lugar reducido y mezquino. Sólo
quien se acerca a Cristo con corazón de pobre le ofrece espacio suficiente para
la invasión de su gracia y de su amor, y es apto para acoger en beneficio
propio y de toda la Iglesia la redención, “la consolación de Israel” (Lc 2,
25).
¡Oh Señor, Jesús!,
que has venido al mundo para buscar y salvar lo perdido. Si yo no me hubiera
perdido, tú, Hijo del hombre, no habrías venido. Pero habiéndome perdido yo
hombre, has venido tú Dios y hombre, y yo hombre he sido hallado. Habíame
perdido yo hombre por mi propia voluntad, y tú te has hecho hombre para
librarme con tu gracia… El hombre primero se perdió por la soberbia, y ¿dónde
estaría yo de no haber venido tú, Hombre segundo? (San Agustín, Sermón)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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