miércoles, 19 de diciembre de 2007

Pequeñas Semillitas 0281

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0281 ~ Miércoles 19 de Diciembre de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)






Hola !!!
El ser humano, mientras va avanzando por los caminos de la existencia, atraviesa etapas diferenciadas que van perfilando su personalidad y escribiendo su biografía en la pequeña historia cotidiana. Es un itinerario a través de un paisaje que cada persona contempla desde distintos puntos de observación y, a medida que va acercándose a la cumbre, la panorámica se dilata y los horizontes se abren más y más.
Nunca se termina de aprender todo. Siempre hay posibilidades de perfeccionarse y de enriquecerse con este aprendizaje, y de ser portadores de valores, de experiencias gratificantes, de alegría y ganas de vivir para cuantos nos rodean.




Evangelio de hoy



Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba Isabel; los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos de avanzada edad.
Sucedió que, mientras oficiaba delante de Dios, en el turno de su grupo, le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a la hora del incienso. Se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de él. El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan; será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento, porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, y a muchos de los hijos de Israel, les convertirá al Señor su Dios, e irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
Zacarías dijo al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad». El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo».
El pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaban de su demora en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario; les hablaba por señas, y permaneció mudo. Y sucedió que cuando se cumplieron los días de su servicio, se fue a su casa. Días después, concibió su mujer Isabel; y se mantuvo oculta durante cinco meses diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre los hombres».
(Lucas 1, 5-25)

Comentario
Hoy, el ángel Gabriel anuncia al sacerdote Zacarías el nacimiento “sobrenatural” de Juan el Bautista, que preparará la misión del Mesías. Dios, en su amorosa providencia, prepara el nacimiento de Jesús con el nacimiento de Juan, el Bautista. Aunque Isabel sea estéril, no importa. Dios quiere hacer el milagro por amor a nosotros, sus criaturas.
Pero Zacarías no manifiesta en el momento oportuno la visión sobrenatural de la fe: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad» (Lc 1,18). Tiene una mirada excesivamente humana. Le falta la docilidad confiada en los planes de Dios, que siempre son más grandes que los nuestros: ¡en este caso, ni más mi menos que la Encarnación del Hijo de Dios para la salvación del género humano! El ángel encuentra a Zacarías como “despistado”, lento para las cosas de Dios, como estando en “fuera de juego”.
Cuando ya faltan pocos días para la Navidad, conviene que el Ángel del Señor nos encuentre preparados, como María. Es necesario tratar de mantener la presencia de Dios a lo largo del día, intensificar nuestro amor a Jesucristo en nuestro tiempos de oración, recibir con mucha devoción la Sagrada Comunión: ¡porque Jesús nace y viene a nosotros! Y que no nos falte la visión sobrenatural en todos los quehaceres de nuestra vida. Hemos de poner visión sobrenatural en nuestro trabajo profesional, en nuestros estudios, en nuestros apostolados, incluso en los contratiempos de la jornada. ¡Nada escapa a la providencia divina! Con la certeza y la alegría de saber que nosotros colaboramos con los ángeles y con el Señor en los planes amorosos y salvadores de Dios.
Rev. D. Ignasi Fuster i Camp (La Llagosta-Barcelona, España)




Santoral y Efemérides



En el Santoral Católico hoy se conmemora a San Urbano V, Papa.

Un cordial saludo para los amigos que llevan su nombre.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:

1683 - Nace en Versalles Felipe V de España.
1686 - Según Daniel Defoe, Robinson Crusoe deja su isla luego de 28 años.
1906 - Nace el político soviético Leonid Brezhnev, secretario general del Partido Comunista Soviético entre 1964 y 1982.
1915 - Nace la cantante francesa Edith Piaf (Edith Giovanna Gassion).
1915 - Muere el psiquiatra y neurólogo alemán Alois Alzheimer. Realizó notables contribuciones en el estudio acerca de la patología de la neuroglia y de la demencia presenil.
1935 - Nace Luis Landriscina, humorista argentino.
1972 - Retorna a la Tierra -luego de 13 días- el Apolo 17, último de su serie.
1987 - Gary Kasparov retiene el título de campeón mundial de ajedrez, luego de empatar con Anatoli Karpov.
1996 - Muere el talentoso actor italiano Marcelo Mastroiani.




Para pensar...



"Navidad debe ser un tiempo de fuego duradero, del aroma de flores y vino, una charla cordial, gratos recuerdos y amistades fortalecidas.... Pero, si todo falta, bastará con el amor".
Jesse O'Neill





El verdadero espíritu de Navidad



Navidad: Fiesta tradicional compartida por la mayoría de los habitantes de la tierra, se celebra con regalos, reuniones y comidas familiares.

Pero... ¿está en sus corazones el espíritu navideño?.

Has leido las cartas que dirigen a Papá Noel los niños y también los mayores.

En la mayoría de ellas se enumeran los regalos que cada uno quiere recibir en esas fechas.

En cambio muy pocas o casi ninguna recuerda el verdadero espíritu de la Navidad.

El Nacimiento del Niño Dios para redimir al mundo, y la obra de San Nicolás de ayudar a los niños pobres, fueron el origen de los obsequios que se reciben en la Nochebuena.

¿Cuál es el verdadero significado de esos regalos?

¿Hemos ayudado al prójimo?

¿Hemos donado algo nuestro, realizado un pequeño sacrificio para dar una alegría a los que menos tienen?

¿Nos hemos puesto a reflexionar que en medio de tantos problemas de la vida actual, siempre hay muchos que tienen muy poco, mucho menos que nosotros?

¿Hemos recordado a los niños que yacen enfermos en hospitales y que quizás nunca tuvieron un juguete o una golosina navideña?

Aún estás a tiempo de ayudar a los demás, pues en cualquier fecha podemos revivir el espíritu de la Navidad, el sentido de solidaridad hacia los demás.

Abre tu corazón a quien necesita tu ayuda; y no esperes a que te la pida para ofrecerla.

Haz un sacrificio para compartir con otros tus cosas, y notarás que aunque no te traigan el regalo anhelado en Navidad te sentirás satisfecho, con el corazón repleto de gozo, por haber realizado una obra buena.




Consignas


La vida de Jesús fue vida de humildad. Fue Dios en la aldea. En la aldea hay humildes y pudientes. Él nos dijo que nos daba ejemplos para que nosotros los imitáramos.




La palabra Navidad



Un profesor de psicología les dio a sus estudiantes un examen de asociación de palabras. Les dijo que escribieran lo primero que les viniera a la mente tan pronto como él dijera cada palabra. Por ejemplo, si decía «conversación», podían escribir «teléfono» o «diálogo». Una de las palabras de ese día causó diversas reacciones y asociaciones sumamente interesantes. La palabra era «Navidad».

Estas fueron algunas de las palabras que asociaron con la Navidad: cohetes, fiesta, lechón asado, baile, licor, regalos, árbol y luces. Entre todas las asociaciones no hubo ninguna referencia a Jesucristo, ni siquiera a su nacimiento.
La verdad es que muy poco de lo que hacemos hoy día se asocia con lo espiritual. Muy pocas de nuestras actividades tienen alguna relación con lo divino. Muy pocos de nuestros pensamientos abordan lo religioso. Hablamos con vehemencia en contra del materialismo.
Nos sorprendemos cuando alguien afirma que es ateo. Nos enojamos cuando alguna persona ridiculiza las cosas religiosas. Sin embargo, guardamos muy poca relación con lo espiritual. Claro que de cuando en cuando vamos a la iglesia, quizás una vez al mes o hasta una vez a la semana. Pero muchas veces lo hacemos para salir de una exigencia social.

Desde luego que buscamos a Dios en los momentos de tragedia, pero esto también viene a ser un acto de último recurso, cuando no nos queda otra esperanza en la vida. Mientras tenemos buena salud y disfrutamos de popularidad, mientras nuestros amigos nos acogen y todo nos va bien, no buscamos seriamente a Dios.

Así que aquellas asociaciones con la palabra «Navidad» revelan algo que se expresa en todas las facetas de nuestra vida.

Si aquel profesor les hubiera dicho la palabra que pusimos como ejemplo, «conversación», habría escogido una de las palabras que más debiéramos asociar con la Navidad. Porque a los ojos de Dios, lejos de representar cohetes, fiestas, lechón asado, baile, licor, regalos, árbol y luces, la Navidad fue el principio de un nuevo diálogo que entabló Él con nosotros.

Esa primera Nochebuena, Dios el Padre, mediante el nacimiento de su Hijo Jesucristo, reparó la línea de comunicación con nosotros que se había cortado a fin de que pudiéramos restablecer con Él la comunión que habíamos perdido. De modo que ahora todos podemos tener comunión íntima y constante con Dios.

Él está esperando que respondamos a la llamada celestial que nos hizo por medio de su Hijo. Pues es mediante esa conversación que restablecemos la conexión y mostramos que comprendemos el verdadero sentido de la Navidad.

Este día es una oportunidad para reflexionar sobre el más grande amor demostrado hacia la humanidad. El amor eterno de Dios.
"De tal manera amó Dios a este mundo, que envió a su único Hijo, Jesucristo, para que todo aquel que en él crea no se pierda, más tenga vida eterna" Juan 3:16.

Carlos Rey.



Poesía





Navidad



Dios creó el firmamento
El mundo...la inmensidad
Y viendo nuestro sufrimiento
¡Nos dio a su Hijo en Navidad!

El hombre vivía en tormento
Andaba lejos de la verdad
Pero desde ese momento
Empieza a ver la claridad.

Navidad es el tesoro
Del cristiano espiritual
Donde aviva sus promesas.

Navidad es el coro
De trompetas de cristal
Con que alaban las almas ilesas.


Luis Bárcena Giménez






Meditación breve



El egoísmo es injusto, ventajoso y exigente; es indiferente ante las necesidades ajenas; y considera que todos deben rendirle pleitesía y servirle como esclavos.
Tú rechazas el egoísmo ajeno. Pero ¿cómo reaccionarías ante tu propio egoísmo?
Sólo un corazón bondadoso y lleno de generosidad podrá derrotar al tirano ya identificado que es el egoísmo personal, origen y causa del individualismo colectivo, que prefiere el interés por el bien comunitario.
El egoísmo es una barrera que impide la intercomunicación humanizada y las relaciones humanas auténticas.





El rincón de los lectores


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En estos días están llegando a este "Rincón de los lectores" numerosos mensajes de amigas y amigos de esta página que expresan sus saludos con motivo de Navidad y Año Nuevo. Debido a la cantidad de los mismos resulta materialmente imposible darles cabida en este lugar, por lo que simplemente les digo que agradezco mucho los buenos deseos y los retribuyo desde mi corazón al de todos ustedes con mis mejores augurios de una Natividad llena de paz y amor y un nuevo año cargado de expectativas positivas y felices...
Que así sea !!!




Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro



Ya hace días que todos estamos pensando en la próxima Navidad; estamos pensando en ella y la estamos esperando; como espera el niño el día de fiesta o el paseo; con la ilusión de la novia que sueña en el momento de la consagración de su amor ante el altar de Dios.
Y es que la fiesta de Navidad es para todos los cristianos todo éso: es una fiesta, un paseo, una entrega de Dios al hombre.
La fiesta de Navidad llena de ilusiones a todos: a niños y a adultos. Todos esperamos a ese Niño que siendo niño atrae a los adultos, y siendo adulto se rodea de niños.
Siempre lo sentimos nuestro, muy nuestro y muy cerca de nosotros. Todos, sin excepción, en el día de la Navidad pareciera que nos sentimos más buenos, porque nos sentimos más niños. Y, al sentirnos más niños, recordamos las palabras que dijo el Niño que nació en Belén: "El Reino de los Cielos es de aquellos que se hacen como niños: sencillos, humildes, inocentes".

Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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