martes, 13 de marzo de 2007

Pequeñas Semillitas 0013

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0013 ~ Martes 13 de Marzo de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Un corazón egoísta es duro y seco. Quien actúa con mezquindad no puede ser feliz, ni hacer feliz a nadie. Procura estimular la alegría en los demás e indúcelos a generar ambientes agradables para compartir. Comparte con los más necesitados, comunícate cariñosamente con quienes te rodean. Muchas personas tienen vidas desiertas de amor, vos puedes ser un oasis amoroso para ellos.


Evangelio de hoy

En aquel tiempo, Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?». Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
»Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: ‘Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré’. Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.
»Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: ‘Paga lo que debes’. Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: ‘Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré’. Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: ‘Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?’. Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano»
(Mateo 18, 21-35)

Comentario
Hoy, el Evangelio de Mateo nos invita a una reflexión sobre el misterio del perdón, proponiendo un paralelismo entre el estilo de Dios y el nuestro a la hora de perdonar.
El hombre se atreve a medir y a llevar la cuenta de su magnanimidad perdonadora: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?» (Mt 18,21). A Pedro le parece que siete veces ya es mucho o que es, quizá, el máximo que podemos soportar. Bien mirado, Pedro resulta todavía espléndido, si lo comparamos con el hombre de la parábola que, cuando encontró a un compañero suyo que le debía cien denarios, «le agarró y, ahogándole, le decía: ‘Paga lo que debes’» (Mt 18,28), negándose a escuchar su súplica y la promesa de pago.
Echadas las cuentas, el hombre, o se niega a perdonar, o mide estrictamente a la baja su perdón. Verdaderamente, nadie diría que venimos de recibir de parte de Dios un perdón infinitamente reiterado y sin límites. La parábola dice: «Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda» (Mt 18,27). Y eso que la deuda era muy grande.
Pero la parábola que comentamos pone el acento en el estilo de Dios a la hora de otorgar el perdón. Después de llamar al orden a su deudor moroso y de haberle hecho ver la gravedad de la situación, se dejó enternecer repentinamente por su petición compungida y humilde: «Postrado le decía: ‘Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré’. Movido a compasión...» (Mt 18,26-27). Este episodio pone en pantalla aquello que cada uno de nosotros conoce por propia experiencia y con profundo agradecimiento: que Dios perdona sin límites al arrepentido y convertido. El final negativo y triste de la parábola, con todo, hace honor a la justicia y pone de manifiesto la veracidad de aquella otra sentencia de Jesús en Lc 6,38: «Con la medida con que midáis se os medirá».
Rev. D. Enric Prat i Jordana (Sort-Lleida, España)


Santoral y Efemérides

En el Santoral Católico hoy se conmemora a Santa Eufrasia, Virgen y a San Humberto, Obispo
Un cordial saludo para las amigas y amigos que llevan esos nombres.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:
1519 - Hernán Cortés desembarca en México.
1604 - Un incendio destruye parte del palacio de El Pardo (Madrid), y se pierden cuantiosas obras de arte.
1813 - Creación del escudo argentino.
1844 - Carlos Antonio López es designado presidente constitucional de Paraguay.
1900 - Las Cortes Españolas aprueban una ley que regula el trabajo de las mujeres y los niños.
1925 - Tratado Hay-Quesada entre Cuba y EE.UU, por el que este último país renuncia a la posesión de la isla de los Pinos en favor de Cuba.
1961 - El presidente estadounidense, John F. Kennedy, propone la unión de los pueblos del hemisferio en una "Alianza para el Progreso".
1995 - Visita de Fidel Castro a París.
2004 - Once millones de españoles marchan en repudio al atentado del 11-M en Madrid



Para pensar...

"Junto al noble arte de hacer las cosas, existe él también noble arte de dejarlas sin hacer. La sabiduría de vivir consiste en eliminar lo que no es indispensable".
Lin Yutang




Pasos para que seas feliz

# Date un tiempo para estar solo y pensar. Necesitas estar tú solo, enteramente solo para preguntarte si lo que haces realmente es lo que viniste a hacer a esta vida. Confróntate. No le des la vuelta. No leas esta columna y ya haz algo al respecto iniciando en pensar. Piensa en lo que más te gusta en la vida y cómo lo podrías realizar. Aquí quiero comentarte algo muy moderno en el área de la superación personal que quizá te ayude y te de luz en el camino: si te estás esforzando demasiado en lo que haces, si sientes que tu esfuerzo es mayúsculo a momentos, entonces, ten la certeza de que eso no es lo tuyo, no es tu camino.
El camino del éxito siempre se recorre sin esfuerzo. El esfuerzo sólo se sucede cuando se camina en contra de nuestra esencia.

# Pierde el miedo a la opinión pública. El temor al “qué dirán” es una de las barreras de la superación personal que más frecuentemente he observado. Y es de los obstáculos más difíciles de vencer. Pero también he observado algo trascendente en este punto: mientras más primitiva es la persona en su evolución, más importancia le confiere a lo que digan los demás de él; y mientras más evolucionada sea la persona, menos importancia o nula le confiere a la opinión que los otros emitan de él.
La buena noticia: es cuestión de evolucionar en el arte de ser persona, y herramientas para tan sublime evolución hay muchas.

# Decide cuanto antes. Decidir es renunciar. Incluso el origen etimológico de la palabra proviene del latín decidere que significa “cortar”. Si ya descubriste qué no te gusta, y ya perdiste el temor a la opinión pública, corta y deja aquello que lastima tu vida.
Verás que la decisión de dejarlo es prácticamente automática si perdiste el temor al qué dirán.
Si ya te diste cuenta que la persona que está junto a ti no es la adecuada, corta esa relación. Si ya te diste cuenta de que tu trabajo te agobia y no te permite disfrutar de la vida, corta y cámbialo. Si no te agrada tu cuerpo, corta con la inercia y vuélvelo a moldear. En esta decisión lo que está en juego es tu alegría de vivir. Nada más.

# Disfruta del resultado. ¡Ahora solo queda gozar! Sin duda alguna te puedo afirmar que tu vida se transforma prácticamente en una experiencia epicúrea.
Y aquí lo más hermoso: cuando tú disfrutas tanto de tu vida te transformas en un agente inspirador para miles, tu presencia es agradable y buscada por muchos, tu conversación se convierte en una de las más amenas charlas, tu compañía es deseada por mucha gente aunque no te des cuenta de ello, tu capacidad de ayuda se incrementa enormemente.
Y lo más impactante: todo ello suele suceder sin que te des cuenta y sin el más mínimo esfuerzo.
¿Te parece un cuento de hadas? Pues no, créeme que así es, tal cual. Lo único que se necesitó para llegar a este punto de evolución humana es ser tú mismo y hacer lo tuyo. En este nivel no existe el esfuerzo.
Aunque los demás, sí lo pueden percibir así en ti. Ellos no saben que solo te estás dejando fluir. De las ironías más grandes de la vida es cuando la perfección –prácticamente—se logra sin el mínimo esfuerzo.
Alejandro Ariza



Consignas

No sabe cuánto bien hace el que no hace el mal. Pero tampoco sabe cuánto mal hace el que no hace el bien. Los pecados de omisión no siempre son los más leves, ni los de menor proyección para la vida espiritual de uno y para el bien de los demás.


Historias : Agradeciendo a los espinos

Era la víspera del día de Acción de Gracias, Sandra se sentía muy infeliz cuando entró a la florería. Su hijo estaría naciendo si no lo hubiese perdido en un accidente de automóvil. Lamentaba mucho su pérdida. No bastando eso, aún había posibilidad de que su marido sea transferido; y para completar, su hermana canceló la visita que le haría en el próximo feriado.
¿Acción de Gracias? ¿Agradecer qué? se preguntó.
Una amiga tuvo el coraje de decir que el sufrimiento era una dádiva de Dios, que hacía madurar y fortalecer.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la vendedora diciendo:
- ¿Quiere un arreglo tradicional o le gustaría innovar con lo que yo llamo , especial?
Sandra explicó que nada tenía para agradecer y la otra replicó, enfática:
- Pues tengo el arreglo perfecto para usted.
En ese momento entró un cliente que vino a buscar su pedido, un arreglo de follajes y largos y espinosos tallos de rosa. Todo muy bien arreglado, pero no había ninguna flor.
Sandra se quedó pensando por qué alguien pagaría por tallos de rosas, sin flor.
Este es el "especial". Lo llamo bouquet de espinos de Acción de Gracias, -explicó la vendedora.
Pero ¿qué la llevó a crear el bouquet de espinas? -preguntó Sandra.
Aprendí a ser agradecida por las espinas. Siempre agradecí a Dios por las buenas cosas en mi vida y nunca le pregunté por qué esas buenas cosas sucedían. Pero cuando vinieron cosas malas, yo lloré y grité: ¿Por qué? ¿Por qué yo?
Demoré para aprender que los tiempos difíciles son importantes para nuestra fe y nuestro fortalecimiento. Delante de las dificultades nos aproximamos a Dios y valorizamos la vida y sus buenos momentos.
Sandra recordó lo que su amiga le había dicho, y exclamó: Perdí a mi bebé y yo estoy enojada con Dios.
En ese momento entró un hombre en el negocio, que también venía a buscar un arreglo de tallos espinosos.
¿Esto es para su esposa? -Preguntó Sandra incrédula. ¿Pero por qué ella querría un bouquet como ese?
- Mi esposa y yo casi nos divorciamos, pero con la gracia de Dios, nosotros enfrentamos problema tras problema y salvamos nuestro matrimonio. El arreglo especial nos recuerda los tiempos "espinosos". Etiquetamos cada tallo con uno de los problemas enfrentados y damos gracias por lo que él nos enseñó. Yo le recomiendo el arreglo especial.
- No sé si puedo ser agradecida por los espinos en mi vida. Es todo tan reciente...
La vendedora respondió cariñosamente:
- Mi experiencia me mostró que los espinos vuelven las rosas más preciosas. Apreciamos más el cuidado providencial de Dios durante el problema, que en cualquier otro tiempo.
Lágrimas rodaron por el rostro de Sandra.
- Llevaré una docena de esos tallos largos y llenos de espinas, por favor ¿cuánto le debo?
Nada. Nada además de la promesa de que permitirá que Dios cure su corazón. El primer arreglo es siempre por mi cuenta.
La vendedora sonrió y pasó una tarjeta a Sandra.
-Colocaré esta tarjeta en su arreglo, pero tal vez usted quiera leerlo primero.
Y Sandra leyó:
"Mi Dios, yo nunca agradecí por mis espinas, yo agradecí mil veces por mis rosas, pero nunca por mis espinas. Enséñame el valor de mis espinas. Muéstrame que a través de mis lágrimas, los colores de Tu arco iris son mucho más brillantes".
Recibido de Graciela Baquerizo.


Meditación breve

Hemos sido invitados a participar en esta vida, a estar presentes, con los demás, y esto es todo lo que se espera de nosotros. Quizá nuestros éxitos nos proporcionen alegría personal, pero nuestro valor como personas está simplemente en nuestro ser.
Sin embargo, vivir plenamente significa más que hacer acto de presencia. Significa celebrar nuestra singularidad -los lazos que nos unen con los demás-, nuestra necesidad de la presencia de otros para completar la nuestra. Y sólo podemos celebrarla si nos comprometemos y nos concentramos totalmente en esta experiencia.
Si estamos atentos a la plenitud del momento, podremos captar los dones y las riquezas de la vida. Cuando nuestro corazón y nuestra mente se distraen, perdemos lo que más necesitamos.



Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro

Si quieres hacer mucho y piensas que haces poco, es buena señal; si juzgas que haces más de lo que te corresponde es mala señal; si crees que siempre estás a tiempo para hacer algo más, es buena señal; si piensas que ya pasó tu hora, es mala señal.
Cuando te esfuerzas por poner un granito más de arena de tu colaboración en la acción común, ofreces una buena señal; cuando te retiras
prematuramente, pensando que ya hiciste lo suficiente y que ahora le corresponde poner el hombro a los demás, das una mala impresión de tí mismo, ofreces o presentas una triste figura.
No permitas que haga otro lo que tú debes hacer; no tengas inconveniente en que otro haga lo que también tú pudieras hacer; pero no dejes de hacer lo que los otros debieran hacer y no lo hacen, o lo que los otros directamente no pueden hacer.




Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-



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