sábado, 1 de octubre de 2022

Pequeñas Semillitas 5111

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5111 ~ Sábado 1 de Octubre de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Iniciamos el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario y también a las Misiones.
El Rosario "es una conversación con María que, igualmente, nos conduce a la intimidad con su Hijo". La vida de Jesús, por medio de la Virgen, se hace vida también en nosotros, y aprendemos a amar a nuestra Madre del Cielo.
También octubre es dedicado mundialmente a despertar el Espíritu Misionero en los fieles, con gestos de solidaridad hacia los 200.000 misioneros que entregan sus vidas por el anuncio del Evangelio en el mundo. Durante este mes, llamado "Mes de las Misiones" se intensifica la animación misionera, uniéndonos todos en oración, el sacrificio y el aporte económico a favor de las misiones, a fin de que el Evangelio se proclame a todos los hombres.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Job 42,1-3.5-6.12-16
 
Salmo: Sal 118
 
Santo Evangelio: Lc 10,17-24
En aquel tiempo, regresaron alegres los setenta y dos, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos».
En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».
 
Comentario:
Hoy, el evangelista Lucas nos narra el hecho que da lugar al agradecimiento de Jesús para con su Padre por los beneficios que ha otorgado a la Humanidad. Agradece la revelación concedida a los humildes de corazón, a los pequeños en el Reino. Jesús muestra su alegría al ver que éstos admiten, entienden y practican lo que Dios da a conocer por medio de Él. En otras ocasiones, en su diálogo íntimo con el Padre, también le dará gracias porque siempre le escucha. Alaba al samaritano leproso que, una vez curado de su enfermedad —junto con otros nueve—, regresa sólo él donde está Jesús para darle las gracias por el beneficio recibido.
Escribe san Agustín: «¿Podemos llevar algo mejor en el corazón, pronunciarlo con la boca, escribirlo con la pluma, que estas palabras: ‘Gracias a Dios’? No hay nada que pueda decirse con mayor brevedad, ni oír con mayor alegría, ni sentirse con mayor elevación, ni hacer con mayor utilidad». Así debemos actuar siempre con Dios y con el prójimo, incluso por los dones que desconocemos, como escribía san Josemaría Escrivá. Gratitud para con los padres, los amigos, los maestros, los compañeros. Para con todos los que nos ayuden, nos estimulen, nos sirvan. Gratitud también, como es lógico, con nuestra Madre, la Iglesia.
La gratitud no es una virtud muy “usada” o habitual, y, en cambio, es una de las que se experimentan con mayor agrado. Debemos reconocer que, a veces, tampoco es fácil vivirla. Santa Teresa afirmaba: «Tengo una condición tan agradecida que me sobornarían con una sardina». Los santos han obrado siempre así. Y lo han realizado de tres modos diversos, como señalaba santo Tomás de Aquino: primero, con el reconocimiento interior de los beneficios recibidos; segundo, alabando externamente a Dios con la palabra; y, tercero, procurando recompensar al bienhechor con obras, según las propias posibilidades.
* Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
Santa Teresa del Niño Jesús
(Teresita de Lisieux)
Virgen y Doctora de la Iglesia
[Murió el 30 de septiembre y su memoria se celebra el 1 de octubre]. Nació en Alençon (Normandía, Francia) el año 1873 en el seno de una familia muy cristiana; fueron sus padres los santos Luis Martin y Celia Guérin. Siendo aún adolescente entró en las Carmelitas Descalzas de Lisieux, ejercitándose sobre todo en la humildad, la sencillez evangélica y la confianza en Dios, virtudes que se esforzó en inculcar, de palabra y con el ejemplo, sobre todo en las novicias, de las que era maestra. En sus cartas y sobre todo en su autobiografía, la «Historia de un alma», nos dejó un testimonio admirable de su vida de fe por el camino de la infancia espiritual, en medio de grandes pruebas y tribulaciones. Allí escribe: «Mi vocación es el amor... En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor». Murió el 30 de septiembre de 1897, ofreciendo su vida por la salvación de las almas y por el incremento de la Iglesia. Pío XI la proclamó patrona de las misiones, y san Juan Pablo II, doctora de la Iglesia.
Oración: Oh Dios, que has preparado tu reino para los humildes y los sencillos, concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino de santa Teresa del Niño Jesús, para que nos sea revelada, por su intercesión, tu gloria eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Palabras de Santa Teresita
«Para mí, la oración es un impulso del corazón, una simple mirada dirigida al cielo, un grito de agradecimiento y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría. En una palabra es algo grande, algo sobrenatural que me dilata el alma y me une a JESÚS».
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«No poseo el valor para buscar plegarias hermosas en los libros; al no saber cuáles escoger, reacciono como los niños; le digo sencillamente al buen Dios lo que necesito, y Él siempre me comprende».
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«No son las riquezas ni la gloria lo que reclama el corazón del niñito; lo que pide es amor. No puedo hacer más que una cosa: ¡amarte, oh Jesús!»
 
Tema del día:
Octubre mes del Santo Rosario
San Pío V atribuyó la victoria de Lepanto, el 7 de octubre de 1571 -con la cual desaparecieron graves amenazas para la fe de los cristianos-, a la intercesión de la Santísima Virgen, invocada en Roma y en todo el orbe cristiano por medio del Santo Rosario, y quedó instituida la Fiesta que se celebra el mismo día. Con este motivo, fue añadida a las Letanías la invocación Auxilium Christianorum (Auxilio de los Cristianos). Desde entonces, esta devoción a la Virgen ha sido constantemente recomendada por los Romanos Pontífices como "plegaria pública y universal frente a las necesidades ordinarias y extraordinarias de la Iglesia santa, de las naciones y del mundo entero".
 
Siempre, pero especialmente en el mes de octubre, que la Iglesia dedica a honrar a Nuestra Madre del Cielo especialmente a través de esta devoción mariana, hemos de pensar con qué amor lo rezamos, cómo contemplamos cada uno de sus misterios, si ponemos peticiones llenas de santa ambición, como aquellos cristianos que con su oración consiguieron de la Virgen esta victoria tan trascendental para toda la cristiandad.
 
Ante tantas dificultades como a veces experimentamos, ante tanta ayuda como necesitamos en el apostolado, para sacar adelante a la familia y para acercarla más a Dios, en las batallas de nuestra vida interior, no podemos olvidar que, "como en otros tiempos, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas".
 
El Rosario "es una conversación con María que, igualmente, nos conduce a la intimidad con su Hijo". La vida de Jesús, por medio de la Virgen, se hace vida también en nosotros, y aprendemos a amar a nuestra Madre del Cielo:
 
Tú que esta devoción supones
monótona y cansada, y no la rezas
porque siempre repite iguales sones...
tú no entiendes de amores y tristezas:
¿qué pobre se cansó de pedir dones,
qué enamorado de decir ternezas?
 
Sor Lucía, vidente de Fátima, decía: "Con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas. Por eso, el demonio hará todo lo posible para distraernos de esta devoción; nos pondrá multitud de pretextos: cansancio, ocupaciones, etc., para que no recemos el Santo Rosario… El Rosario es el arma de combate de las batallas espirituales de los Últimos Tiempos".
(Tomado del sitio Santísima Virgen)
 
Humor de sábados
Respuestas de niños
🌻 Una niñita le estaba platicando de las ballenas a su maestra. La docente dijo que era físicamente imposible que una ballena se tragara a un ser humano porque aunque era un mamífero muy grande, su garganta era muy  pequeña.
La niña afirmó que Jonás había sido tragado por una ballena. Irritada, la profesora le repitió que una ballena no podía tragarse a ningún humano; físicamente era imposible.
La niñita dijo, "Cuando llegue al cielo le voy a preguntar a Jonás".
La maestra le preguntó, "¿Y qué pasa si Jonás se fue al infierno?"
La niña le contestó, "Entonces le toca a usted preguntarle”.
 
🌻 Una maestra de jardín de infantes estaba observando a los niños de su clase mientras dibujaban. Ocasionalmente se paseaba por el salón para ver los trabajos de cada niño.
Cuando llegó a donde una niñita trabajaba diligentemente, le preguntó qué estaba dibujando.
La niña replicó "Estoy dibujando a Dios"
La maestra se detuvo y dijo "Pero nadie sabe cómo es Dios"
Sin pestañear, y sin levantar la vista de su dibujo, la niña contestó “Lo sabrán dentro de un minuto"
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Una pequeña Catedral en las afueras de Belén marca el lugar del nacimiento de Jesús.
Detrás de un elevado altar en la entrada de la iglesia, hay una cueva; una pequeña caverna iluminada por lámparas de plata.
Se puede entrar al edificio principal y admirar la antigua iglesia.
Se puede penetrar también en la tranquila cueva donde una estrella empotrada en el piso señala el lugar del nacimiento del Rey.
Sin embargo, hay un requisito: Hay que inclinarse o arrodillarse; la puerta es tan baja que no deja entrar erguido a nadie.
Puedes ver el mundo estando de pie, pero para ser testigo del Salvador, tienes que permanecer de rodillas.
 
Un minuto para volar
Octubre 1
La ansiedad te lleva a perder el respeto a las personas. ¿No te ha pasado a veces que alguien te está hablando y estás pensando qué vas a decirle para que se vaya rápido? Es normal que te suceda algunas veces, cuando tienes mucho trabajo que hacer. El problema es que comience a sucederte cada vez con más frecuencia. Así ya nunca tendrás un momento de calma frente a otra persona, ya no podrás mirar a alguien detenidamente, ya no lo escucharás con un sagrado aprecio ni tomarás en serio cada cosa que te diga.
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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