PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
15 - Número 4522 ~ Domingo 6 de Diciembre de 2020Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) Alabado sea Jesucristo…
El
evangelio leído en la misa hoy comprende los primeros versículos del Evangelio
según Marcos. Interesantemente no destacan a Jesús sino a Juan Bautista. Juan
tiene tan gran fama que gentes vengan de lejos para escucharlo. Se preguntan si
él es el mesías que todo Israel ha esperado. Pero su mensaje es claro. Él no es
el esperado sino su precursor. Tan importante como Juan sea, él no puede
comparar con el que viene. Es como un gatito en comparación con un tigre o una
velita en comparación con el sol.
Por
un año entero vamos a estar leyendo de este Evangelio según San Marcos. Vamos a
escuchar las palabras poderosas de Jesús consolarnos en nuestros apuros. Vamos
a ver como sus discípulos, como a veces nosotros también, lo malentienden y
fallan. Vamos a atestiguar a él entregando todo, aun su sentido de cercanía con
Dios Padre, por nosotros en la cruz. Como todos los evangelios, el que escribió
Marcos tiene sus propios propósito y belleza. Vale la pena venir todo domingo
para escucharlo.
¡Buenos días! La chicharra y la rana
La incomprensión entre las personas es una realidad
cotidiana. Entre los mismos miembros de la familia, en las asociaciones
apostólicas y grupos humanos sucede lo que la Reina de la Paz señaló en un
mensaje: “Hijitos, oren y no permitan que Satanás actúe en sus vidas con
malentendidos, incomprensiones y faltas de aceptación entre unos y otros”.
Entre las tupidas hojas
de un árbol la chicharra chirriaba. De repente se calló, dejando sordos a todos
su mismo silencio; y la rana aprovechó la ocasión para contestarle con su
potente croar. Oyendo esto, la chicharra volvió a chirriar. La rana, ella,
siguió, como si tal cosa, y durante horas, ambas cantaron así juntas, sin
hacerse caso una a otra. Hasta que, cansadas de tanto gritar, se callaron,
exclamando ambas a la vez, en son de crítica: «¡Qué lata tiene!» (Daireaux).
San Pablo a los colosenses los pone en guardia contra
las rivalidades, envidias y discordias, obras propias del hombre carnal y
terreno. Desea, por el contrario, verlos llenos de los frutos del Espíritu, a
saber: amabilidad, bondad, confianza mutua, alegría, amor y paz. Por lo tanto,
vigila y ora al Espíritu Santo para que encienda en tu corazón el fuego de su
amor.
* Enviado por el P.
Natalio
La Palabra de Dios Lecturas del día ♥ Primera Lectura: Isaías 40:1-5, 9-11
♥ Salmo: Sal 85:9-14
♥ Segunda Lectura: II Pedro 3:8-14
♥ Santo Evangelio: Mc 1,1-8
Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
Conforme está escrito en Isaías el profeta: «Mira, envío mi mensajero delante
de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas».
Apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando
un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Acudía a él gente de
toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en
el río Jordán, confesando sus pecados.
Juan llevaba un vestido de piel de camello; y se
alimentaba de langostas y miel silvestre. Y proclamaba: «Detrás de mí viene el
que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa
de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con
Espíritu Santo».
♥ Comentario:
Hoy, cuando se alza el telón del drama divino,
podemos escuchar ya la voz de alguien que proclama: «Preparad el camino del
Señor, enderezad sus sendas» (Mc 1,3). Hoy, nos encontramos ante Juan el
Bautista cuando prepara el escenario para la llegada de Jesús.
Algunos creían que Juan era el verdadero Mesías. Pues
hablaba como los antiguos profetas, diciendo que el hombre ha de salir del
pecado para huir del castigo y retornar hacia Dios a fin de encontrar su
misericordia. Pero éste es un mensaje para todos los tiempos y todos los
lugares, y Juan lo proclamaba con urgencia. Así, sucedió que una riada de
gente, de Jerusalén y de toda Judea, inundó el desierto de Juan para escuchar
su predicación.
¿Cómo es que Juan atraía a tantos hombres y mujeres?
Ciertamente, denunciaba a Herodes y a los líderes religiosos, un acto de valor
que fascinaba a la gente del pueblo. Pero, al mismo tiempo, no se ahorraba
palabras fuertes para todos ellos: porque ellos también eran pecadores y debían
arrepentirse. Y, al confesar sus pecados, los bautizaba en el río Jordán. Por
eso, Juan Bautista los fascinaba, porque entendían el mensaje del auténtico
arrepentimiento que les quería transmitir. Un arrepentimiento que era algo más
que una confesión del pecado —en sí misma, ¡un gran paso hacia delante y, de
hecho, muy bonito! Pero, también, un arrepentimiento basado en la creencia de
que sólo Dios puede, a la vez, perdonar y borrar, cancelar la deuda y barrer
los restos de mi espíritu, enderezar mis rutas morales, tan deshonestas.
«No desaprovechéis este tiempo de misericordia
ofrecido por Dios», dice San Gregorio Magno. —No estropeemos este momento apto
para impregnarnos de este amor purificador que se nos ofrece, podemos decirnos,
ahora que el tiempo de Adviento comienza a abrirse paso ante nosotros.
¿Estamos preparados, durante este Adviento, para
enderezar los caminos para nuestro Señor? ¿Puedo convertir este tiempo en un
tiempo para una confesión más auténtica, más penetrante en mi vida? Juan pedía
sinceridad —sinceridad con uno mismo— a la vez que abandono en la misericordia
Divina. Al hacerlo, ayudaba al pueblo a vivir para Dios, a entender que vivir
es cuestión de luchar por abrir los caminos de la virtud y dejar que la gracia
de Dios vivificara su espíritu con su alegría.
* Fr. Faust BAILO
(Toronto, Canadá)
Palabras de San Juan
Pablo II “El
Adviento mantiene viva la espera de Cristo, que vendrá para visitarnos con su
salvación, realizando plenamente su Reino de justicia y de paz. La evocación
anual del nacimiento del Mesías en Belén renueva en el corazón de los creyentes
la certeza de que Dios es fiel a sus promesas. El Adviento es, por tanto, un
poderoso anuncio de esperanza que afecta en profundidad a nuestra experiencia
personal y comunitaria”.
Predicación del
Evangelio: Rendijas Son bastantes las personas que ya no aciertan a creer
en Dios. No es que lo rechacen. Es que no saben qué camino seguir para
encontrarse con él. Y, sin embargo, Dios no está lejos. Oculto en el interior
mismo de la vida, Dios sigue nuestros pasos, muchas veces errados o
desesperanzados, con amor respetuoso y discreto. ¿Cómo percibir su presencia?
Marcos nos recuerda el grito del profeta en medio del
desierto: «Preparadle el camino al Señor, allanad sus senderos». ¿Dónde y cómo
abrir caminos a Dios en nuestras vidas? No hemos de pensar en vías espléndidas
y despejadas por donde llegue un Dios espectacular. El teólogo catalán J. M.
Rovira nos ha recordado que Dios se acerca a nosotros buscando la rendija que
el hombre mantiene abierta a lo verdadero, a lo bueno, a lo bello, a lo humano.
Son esos resquicios de la vida a los que hemos de atender para abrir caminos a
Dios.
Para algunos, la vida se ha convertido en un
laberinto. Ocupados en mil cosas, se mueven y agitan sin cesar, pero no saben
de dónde vienen ni a dónde van. Se abre en ellos una rendija hacia Dios cuando
se detienen para encontrarse con lo mejor de sí mismos.
Hay quienes viven una vida «descafeinada», plana e
intrascendente en la que lo único importante es estar entretenido. Solo podrán
vislumbrar a Dios si empiezan a atender el misterio que late en el fondo de la
vida.
Otros viven sumergidos en «la espuma de las
apariencias». Solo se preocupan de su imagen, de lo aparente y externo. Se
encontrarán más cerca de Dios si buscan sencillamente la verdad.
Quienes viven fragmentados en mil trozos por el
ruido, la retórica, las ambiciones o la prisa darán pasos hacia Dios si se
esfuerzan por encontrar un hilo conductor que humanice sus vidas.
Muchos se irán encontrando con Dios si saben pasar de
una actitud defensiva ante él a una postura de acogida; del tono arrogante a la
oración humilde; del miedo al amor; de la auto condena a la acogida de su
perdón. Y todos haremos más sitio a Dios en nuestra vida si lo buscamos con
corazón sencillo.
(P. José Antonio Pagola)
Poesía ¿Qué tengo yo?¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?¿Qué interés se te sigue, Jesús míoque a mi puerta, cubierto de rocíopasas las noches del invierno oscuras? ¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,pues no te abrí!¡Qué extraño desvarío si de mi ingratitudel hielo frío secó las llagas de tus plantas puras! Cuántas veces el ángel me decía:"Alma, asómate ahora a la ventana;verás con cuánto amor llamar porfía"Y cuántas, hermosura soberana,"Mañana le abriremos", respondíapara lo mismo responder mañana!". Si, Jesús, "mañana"... porque hoy estoy muy ocupada...Porque hoy... así como que "no me late".Porque... no se lo que me vas a pedir...Porque la verdad es que me asusta un pocoese TU AMOR POR MI y yo... no se querer así. -Lope De Vega- Nuevo vídeo Hay
un nuevo vídeo subido al blogde
"Pequeñas Semillitas" en
internet.Para
verlo tienes que ir al final de esta página: Agradecimientos Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y
allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por
la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos
por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
♡ ...
Meditaciones de Adviento Mas, Dios, que
es rico en misericordia, por su extremada caridad con que nos amó, aun cuando
estábamos muertos por los pecados, nos dio vida juntamente con Cristo. Considera que la muerte del alma es el
pecado; pues que este enemigo de Dios nos priva de la Divina Gracia, que es la
vida del alma.
Nosotros, miserables pecadores, por nuestras culpas
estábamos ya todos muertos y condenados al infierno. Dios, por el inmenso amor
que tenía a nuestras almas, quiso
volvernos la vida, y ¿qué hizo? Envió a la tierra a su Unigénito, para que
muriese, a fin de que el mismo nos recobrase la vida con su muerte.
Con razón, pues, el Apóstol llama a esta obra de
amor, extremada caridad. Sí, porque ni
pudiera jamás esperar el hombre porque no pudiera jamás esperar el hombre
recibir de un modo tan amoroso la vida, si recibir de un modo tan amoroso la
vida, si Dios no hubiese hallado esta manera de redimirle para siempre, eterna redemptione inventa Hb. 9, 12. Estaban
todos los hombres muertos, y no había redención para ellos. Pero el Hijo de
Dios, por las entrañas de su misericordia, viniendo del cielo, oriens ex alto, nos ha dado la vida; y
por esto justamente llama el Apóstol a Jesucristo nuestra vida. He aquí a
nuestro Redentor, que vestido ya de carne y hecho niño nos dice: “He venido
para que tengan vida y la tengan en abundancia” Jn 10, 10. Á este fin vino a
tomar sobre si la muerte, para darnos la vida. Razón es, pues, que nosotros vivamos solamente para
aquel Dios que se ha dignado morir por nosotros: razón es que Jesucristo sea el
único señor de nuestro corazón, ya que ha derramado su sangre, y dado la vida
para ganárselo; porque, como dice san Pablo: Por esto murió Cristo y resucitó, para
ser Señor de muertos y de vivos (Rm 14, 12)
¡Oh Dios para cautivarse su amor, rehusé después amarle; y renunciando a
su amistad, quiera hacerse voluntariamente esclavo del infierno.
(San Alfonso María de Ligorio)
¡Hasta mañana! con Madre
Teresa Diciembre 6
Todos nosotros, ustedes y yo, debemos hacer uso de
lo que Dios nos ha dado, de aquello para lo que Dios nos creó. Porque Dios nos
creó para cosas mayores: amar y dar amor. Por esta razón, somos capaces de dar
a Jesús a los demás... Las personas no tienen hambre de nosotros, de nuestros
trabajos, de nuestros cuidados. Las personas tienen hambre de Dios, de Jesucristo,
de la Eucaristía.
FELIPE -Jardinero
de Dios-(el más pequeñito de
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¡Buenos días!
La Palabra de Dios
Palabras de San Juan
Pablo II
Predicación del
Evangelio:
Poesía
Meditaciones de Adviento
¡Hasta mañana! con Madre
Teresa
FELIPE
Gracias Dr. Felipe de Urca por su maravillosa entrega diaria que fortalece nuestra FE.
ResponderEliminarLe comento que mí sobrino Maximiliano de Maipú, Mendoza, que estuvo delicado en Terapia por una delicada Neumonía, le dieron el alta. Gloria a Dios, gracias a Ud. y a toda la gente linda que rezaron por su sanación.
Ahora sigue en su hogar su recuperación final.
Todo mí cariño y Bendiciones en nombre de Dios y la Virgen.
Carmen Amalia
Querida Carmen: Seguiremos teniendo presente a Maximiliano en nuestras oraciones para que llegue a su más completa recuperación. Lo encomendamos a María Inmaculada.
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