PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3639 ~ Lunes 23 de Abril de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Desde
hoy lunes inicia un ejercicio mental que enriquecerá tu vida: analiza cuál
puede ser un efecto positivo de todo lo que inicialmente pueda parecerte
negativo.
Si
acaso llueve... ¿cuál puede ser el efecto positivo de ello?
Si
llegas tarde o si alguien se retrasa... ¿qué puedes aprender de esa situación?
Si
hay dificultades con el tráfico, te disgustas con alguien o algo no te sale
como quisieras... ¿cuál será la enseñanza positiva oculta?
Entrénate
para que aprendas a pensar, sentir y actuar positivamente.
¡Buenos días!
El abeto y el espino
Es
fundamental convencerme que, si quiero ser yo mismo, el único punto de
referencia para superarme soy yo. No necesito compararme con nadie más. Lo
correcto es conocer mis talentos y habilidades, alegrarme de lo que tengo y no
estar ansioso por mis límites y carencias. Que esto te ayude a vivir con
equilibrio y en paz tu propia realidad.
Disputaban entre sí el abeto y el espino, a ver cuál
era el mejor árbol. Se jactaba el abeto diciendo: —Soy hermoso, esbelto y alto,
luzco en los parques de los reyes y sirvo para construir las naves y los techos
de los templos. ¿Cómo tienes la osadía de compararte a mí, arbolito de ínfima
calidad? — ¡Si recordaras -replicó el espino- las hachas y las sierras que te
cortan, preferirías la suerte del espino, que sobrevive a los grandes! (Esopo)
No
te compares nunca con los demás, porque todo humano tiene éxitos y fracasos,
días de sol y de nublados, tiempo de risas y de duelo, épocas de penuria y
prosperidad. Enumera y goza, en cambio, tus propios bienes y agradécelos al
Señor y él te librará celos y envidia. Es lo que expresa este refrán: “Hueso
que te tocó en parte, róelo con arte”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús habló así: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra
por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es
un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las
ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas
las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va
delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no
seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los
extraños». Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les
hablaba.
Entonces
Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las
ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero
las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a
salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar,
matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».
(Jn
10,1-10)
Comentario:
Hoy
continuamos considerando una de las imágenes más bellas y más conocidas de la predicación
de Jesús: el buen Pastor, sus ovejas y el redil. Todos tenemos en el recuerdo
las figuras del buen Pastor que desde pequeños hemos contemplado. Una imagen
que era muy querida por los primeros fieles y que forma parte ya del arte sacro
cristiano del tiempo de las catacumbas. ¡Cuántas cosas nos evoca aquel pastor
joven con la oveja herida sobre sus espaldas! Muchas veces nos hemos visto
nosotros mismos representados en aquel pobre animal.
No
hace mucho hemos celebrado la fiesta de la Pascua y, una vez más, hemos
recordado que Jesús no hablaba en un lenguaje figurado cuando nos decía que el
buen pastor da su vida por sus ovejas. Realmente lo hizo: su vida fue la prenda
de nuestro rescate, con su vida compró la nuestra; gracias a esta entrega, nosotros
hemos sido rescatados: «Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo»
(Jn 10,9). Encontramos aquí la manifestación del gran misterio del amor
inefable de Dios que llega hasta estos extremos inimaginables para salvar a
cada criatura humana. Jesús lleva hasta el extremo su amor, hasta el punto de
dar su vida. Resuenan todavía aquellas palabras del Evangelio de san Juan
introduciéndonos en los momentos de la Pasión: «La víspera de la fiesta de la
Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al
Padre, como hubiera amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el
fin» (Jn 13,1).
De
entre las palabras de Jesús quisiera sugerir una profundización en éstas: «Yo
soy el buen pastor, conozco a las mías y las mías me conocen a mí» (Jn 10,14);
más todavía, «las ovejas escuchan su voz (...) y le siguen, porque conocen su
voz» (Jn 10,3-4). Es verdad que Jesús nos conoce, pero, ¿podemos decir nosotros
que le conocemos suficientemente bien a Él, que le amamos y que correspondemos
como es debido?
Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)
Santoral Católico:
San Jorge
Mártir
La
figura de este mártir nos llega desde la remota antigüedad cristiana envuelta
en leyenda. Nacido en Capadocia y educado en la fe cristiana por su madre, dejó
su cargo en el ejército imperial, cambiándolo por la profesión de la milicia
cristiana; repartió sus bienes entre los pobres, se enfrentó a los cultos
paganos y sufrió cruel martirio durante la persecución de Diocleciano a
comienzos del siglo IV. Ya en ese siglo fue objeto de veneración en Dióspolis o
Lidda (Palestina), donde había una iglesia construida en su honor, en la que se
veneraba su sepulcro. Su culto se difundió ampliamente desde muy antiguo por
Oriente y Occidente. La tradición popular y el arte lo representan como el
caballero que hace frente al dragón, símbolo de la fe intrépida que triunfa
sobre la fuerza del maligno.
Oración: Señor, alabamos tu poder y te rogamos que
san Jorge, fiel imitador de la pasión de tu Hijo, sea para nosotros protector
generoso en nuestra debilidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
"Preocúpate más por tu conciencia que por tu
reputación,
porque tu conciencia es lo que eres,
y tu reputación es lo que los otros piensan de ti.
Y lo que piensan los demás es problema de ellos"
Tema del día:
Otra vez lunes...
Consejos
para sobreponerse a los lunes en el trabajo y sobrevivir toda la semana.
Si
le preguntaran a cualquier empleado cuál es el día de la semana que más
detesta, probablemente elegiría el lunes. Pero ¿qué es lo que hace a este día
tan desagradable? ¿No se supone que
marca el inicio de una nueva semana de trabajo y nuevos desafíos? Usted ve una
pila de carpetas apiladas en su escritorio y su primera reacción es correr
gritando con su camisa sobre su cabeza. Aunque pueda sonar como la solución
perfecta en el momento, probablemente no lo sea.
Aquí
le damos algunos consejos para no perder la cabeza, convertirse en un fóbico al
trabajo o hacer algo que después lamentaremos. Entonces... ¿qué se puede hacer
para evitar la gran depresión de los lunes por la mañana? Prestar mucha
atención a los siguientes datos puede ser un buen punto de partida.
1.-
No se sienta abrumado.
2.-
Cuando las emociones negativas se confunden con los asuntos de negocio, nada
positivo sale de ello. No solamente nublará su entendimiento, probablemente
teñirá su motivación y detendrá su productividad.
3.-
Sepa qué esperar.
Si
llegamos a nuestro escritorio cada semana para comenzar con nuestro trabajo con
la idea de que no va a quedar nada pendiente, nos encontraremos con una
sorpresa desagradable. No sólo nos
estamos decepcionando a nosotros mismos, sino que además seremos responsables
de montar toda una escena cuyo único final posible es una gran decepción.
Siempre hay que estar preparado ante la posibilidad de que surjan cosas de
último momento.
4.-
Tenga listas las cosas más urgentes... para ayer.
Si
el presidente del banco de manera personal devuelve un llamado concerniente a
la posibilidad de una línea de crédito extendida para su compañía, devuélvale
el llamado lo más rápido posible. No desperdicie lo que, potencialmente, puede
ayudar al crecimiento de su firma y a su expansión. Cuide las tareas
importantes hoy; las cosas más pequeñas pueden esperar.
5.-
Priorice sus tareas.
Cada
tarea tiene un grado de importancia cuando se compara con el resto. Use esto
como lema para su quehacer cotidiano. Si la tarea en cuestión puede hacer la
diferencia entre que la compañía pegue un salto de calidad o deje de existir,
no la postergue. En otras palabras, responda a las necesidades de su primer
cliente antes de tomarse el tiempo de limpiar el horno a microondas de la
oficina, si es la semana para hacerlo. Priorizar es la palabra, ni más ni
menos.
6.-
Siempre tenga anotada la lista de cosas para hacer.
Tomar
nota de sus tareas corrientes lo tranquilizará, así como también le permitirá
progresar en su trabajo a ritmo constante, sin lugar para la improvisación.
Preparar una lista estándar diaria o semanal, y actualícela con las nuevas
tareas que se van agregando por el camino.
7.-
Termine las cosas los viernes.
Si
cada lunes a la mañana es una montaña rusa de emociones con final abierto, es
porque algo se está haciendo mal. Termine de hacer las cosas del viernes
durante el mismo viernes. No tenga miedo de trabajar un ratito extra justo
antes del fin de semana; ponga en claro cuáles son las tareas incompletas y
hágalas, para luego poder disfrutar de sus días de descanso hasta su regreso.
8.-
Planee las emergencias.
Como
los nuevos proyectos constantemente tienen idas y venidas, tenga en cuenta por
adelantado la posibilidad de posponer su tarea habitual para dar los toques
finales a asuntos más importantes. Para solucionar este tipo de coyunturas se
debe reservar un estimado de alrededor del 10-15% de su tiempo semanal.
9.-
Encare las tareas a medida que vayan llegando.
Manejar
los problemas de cada día no es algo que usted pueda sentarse y planear. Tiene
que manejarse con eventos inesperados a medida que van llegando.
10.-
Haga una caminata en la mitad del día.
Trabajar
seguido durante todo el día no es la mejor manera de pasar el lunes. Hacerlo
así solamente puede bajar su eficiencia y hundir su mentalidad. Haga un paseo
por el parque, tome su almuerzo y aprecie el aire libre.
11.-
Conozca sus límites.
Aún
un empleado modelo tiene limitaciones cuando llega a trabajar. Apilar el
trabajo daña la moral y puede enviar a cualquier empleado a un camino sin
retorno. Si realmente siente que es demasiado trabajo para usted, dígaselo a su
jefe. Los superiores serán comprensivos si explica que, simplemente, hay
demasiado en su plato. Recuerde, alguna vez estuvieron en sus zapatos y pueden
sentirse identificados.
12.-
De vuelta al trabajo.
Tomarse
un tiempo para ordenar las cosas el lunes le traerá algún orden el resto de la
semana. Planear sus actividades con la mencionada lista de cosas pondrá las
ruedas en movimiento de una manera bien aceitada, lo que resultará en mínimas
cantidades de úlceras y dolores de cabeza. Muchas veces, gastamos tanto tiempo
contemplando lo que debe ser hecho más que lo que realmente hay que hacer. Mire
las cosas desde arriba y piense las cosas siempre en términos de progreso.
Fuente: enplenitud.com
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Hace
ciento sesenta años se publicaba una obra destinada a convertirse en un clásico
de la espiritualidad mariana. San Luis María Griñón de Montfort compuso el
Tratado de la verdadera devoción a la santísima Virgen a comienzos del año
1700, pero el manuscrito permaneció prácticamente desconocido durante más de un
siglo.
Finalmente,
en 1824 fue descubierto casi por casualidad, y en 1843, cuando se publicó, tuvo
un éxito inmediato, revelándose como una obra de extraordinaria eficacia en la
difusión de la "verdadera devoción" a la Virgen Santísima. A mí
personalmente, en los años de mi juventud, me ayudó mucho la lectura de este
libro, en el que "encontré la respuesta a mis dudas", debidas al
temor de que el culto a María, si se hace excesivo, acaba por comprometer la
supremacía del culto debido a Cristo (Don y misterio, p. 43).
Bajo
la guía sabia de San Luis María comprendí que, si se vive el misterio de María
en Cristo, ese peligro no existe. En efecto, el pensamiento mariológico de este
santo "está basado en el misterio trinitario y en la verdad de la
encarnación del Verbo de Dios" (…) La lectura de este libro marcó mi vida.
San Juan Pablo II
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad
en Córdoba (Argentina); por los niños
con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del
Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países
del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las
familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes
hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por el eterno descanso del alma de Juan
Domingo L., de Córdoba, Argentina, y Felicísimo
T., de España. Que el Padre celestial los reciba en su reino eterno.
Pedimos
oración para Carlos Augusto C. D.,
de Venezuela, que mañana será operado de cataratas en su ojo izquierdo, rogando
al Señor que la cirugía sea exitosa.
Pedimos oración para Kattia Elena, de 48 años de edad, que
vive en Canadá, y hoy será operada de un quiste en la cabeza. Que Jesús la
acompañe y todo resulte bien.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino,
paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al
Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del Espíritu Santo
Abril 23
Algunos
dicen que el Espíritu Santo es solamente una energía. Pero nosotros creemos que
la Biblia no dice eso, sino que es una Persona.
En
la Biblia, Espíritu es el impulso de Dios, que interviene en el mundo y
particularmente en el hombre. En ese sentido, se aplica a la actividad de las
tres Personas de la Trinidad que obran unidas.
Pero
hay textos donde la expresión Espíritu se refiere a alguien, indica una Persona
distinta del Padre y del Hijo. Así lo vemos, por ejemplo, en el Evangelio de
Juan. Allí se le da también el nombre de Paráclito, y se le llama el otro
Paráclito, para distinguirlo de Cristo; y se le atribuye la misión de
recordarnos lo que Cristo enseñó. Se dice, por otra parte, que el Padre lo
envía. Se le menciona con el pronombre aquél, que no se utiliza para referirse
sólo a una energía o a un impulso impersonal, sino para hablar de una Persona
(Juan 14,26; 16,7-15).
También
podríamos mencionar 1 Corintios 12,11 donde se le atribuye un poder de decisión
personal: reparte los dones como él quiere. Finalmente, mencionemos Gálatas
4,6, donde se dice que el Espíritu clama "Padre", lo cual remarca que
se distingue del Padre.
Sin
embargo, aunque es una Persona distinta, el Espíritu no permite que nos
detengamos en él, porque siempre nos orienta a Cristo, y al Padre. Lo que él
nos comunica es lo que recibe de Cristo (Juan 16,14-15), y lo que nos recuerda
son las enseñanzas de Cristo. Pero además, él nos hace clamar:
"Padre" (Gálatas 4,6; Romanos 8,15). Él, con la seducción sublime de
su gracia, hace que nos enamoremos de Cristo y que nos dejemos atraer por Dios
Padre.
Pidamos
al Padre Dios que derrame en nosotros ese magnífico regalo del Espíritu Santo,
porque su Palabra lo ha prometido:
"Y
si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el
Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan" (Lucas
11,13).
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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