martes, 14 de noviembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3501

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3501 ~ Martes 14 de Noviembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Siempre tenemos algo para donar…
Incluso si no tenemos nada de material, tenemos mucho para ofrecer. Basta pensar en los talentos y aptitudes, cuando damos una palabra de confort, cuando estamos presentes en momentos importantes en la vida de otro.
O incluso, pequeños gestos como: ayudar a poner la mesa, responder un mensaje, hacer aquel trabajo siempre igual, conducir el auto, preparar la comida, estudiar con un compañero que tiene dificultades en la materia, recoger la basura, compartir una alegría, ofrecer una sonrisa, escuchar, ofrecer oraciones. Es decir, cada gesto que hacemos como un servicio es un don para el otro, porque nos donamos nosotros mismos. Donar nuestro tiempo es lo mismo que dar nuestra vida por alguien.
La economía del amor va más allá de la comprensión humana, todos sin excepción, tenemos siempre algo para dar…

¡Buenos días!

El trabajo dignifica
Martin Luther King expresó: “No hay trabajo que no tenga importancia. Toda tarea que eleve a la humanidad, es digna e importante, y debería ser asumida con dedicación total. Si alguien está llamado a ser barrendero de las calles, debería barrer como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía versos”.

El dramaturgo irlandés Bernardo Shaw tenía muchos enemigos en la alta sociedad inglesa. En una reunión que se realizaba en la corte, uno de ellos se le acercó y le preguntó con cierta sorna: — ¿No era sastre su padre? El escritor hizo un ademán afirmativo y dijo: —Es cierto. — ¿Y por qué no se ha hecho sastre usted también? Shaw sonrió, y a continuación planteó a su interlocutor esta pregunta: — ¿No era su padre un caballero? —Sí, lo era en efecto, —replicó el otro. —Entonces, ¿por qué no lo es usted también?

Triste suerte la de quien sólo trabaja para vivir, pero no sabe para qué vive. Triste suerte la de aquel que ha hecho del "tener y retener" el objetivo de su vida. Dichoso, en cambio, el que, mientras gana su pan o acrecienta su fortuna, sabe hacer del trabajo una ocasión de servicio al prójimo y de cooperación con el proyecto de Dios. La Palabra del Señor te ilumine.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’. ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’. ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: ‘Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer’». (Lc 17,7-10)

Comentario:
Hoy, la atención del Evangelio no se dirige a la actitud del amo, sino a la de los siervos. Jesús invita a sus apóstoles, mediante el ejemplo de una parábola a considerar la actitud de servicio: el siervo tiene que cumplir su deber sin esperar recompensa: «¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado?» (Lc 17,9). No obstante, ésta no es la última lección del Maestro acerca del servicio. Jesús dirá más adelante a sus discípulos: «En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Desde ahora os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre» (Jn 15,15). Los amigos no pasan cuentas. Si los siervos tienen que cumplir con su deber, mucho más los apóstoles de Jesús, sus amigos, debemos cumplir la misión encomendada por Dios, sabiendo que nuestro trabajo no merece recompensa alguna, porque lo hacemos gozosamente y porque todo cuanto tenemos y somos es un don de Dios.
Para el creyente todo es signo, para el que ama todo es don. Trabajar para el Reino de Dios es ya nuestra recompensa; por eso, no debemos decir con tristeza ni desgana: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer» (Lc 17,10), sino con la alegría de aquel que ha sido llamado a transmitir el Evangelio.
En estos días tenemos presente también la fiesta de un gran santo, de un gran amigo de Jesús, muy popular en Cataluña, san Martín de Tours, que dedicó su vida al servicio del Evangelio de Cristo. De él escribió Sulpicio Severo: «Hombre extraordinario, que no fue doblegado por el trabajo ni vencido por la misma muerte, no tuvo preferencia por ninguna de las dos partes, ¡no temió a la muerte, no rechazó la vida! Levantados sus ojos y sus manos hacia el cielo, su espíritu invicto no dejaba de orar». En la oración, en el diálogo con el Amigo, hallamos, efectivamente, el secreto y la fuerza de nuestro servicio.
Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta (Badalona, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Lorenzo O’Toole
Obispo
Nació en Castledermont (Kildare, Irlanda) el año 1128, en el seno de una familia distinguida. En 1140 ingresó en el monasterio de Glendalough, del que fue abad de 1154 a 1162, año en que fue elegido arzobispo de Dublín. Fue uno de los grandes hombres que aplicaron la reforma gregoriana en medio de las implicaciones político-religiosas que vivió la Iglesia en su tiempo, y tuvo que hacer frente a grandes problemas. Favoreció las fundaciones de cistercienses y canónigos regulares, promovió la disciplina regular de la Iglesia, procuró poner paz entre los príncipes, llevó una intensa vida de piedad y atendió a los pobres. Murió el año 1180 en Eu (Normandía, Francia), cuando fue a visitar al rey Enrique II de Inglaterra.
© Catholic.net

Santoral Católico:
San José Pignatelli
Restaurador de los Jesuitas 
Información sobre su biografía
© Aciprensa    

Pensamiento del día

“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú.
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú.
Sé tú el que aparta la piedra del camino.”
-Gabriela Mistral-

Tema del día:
La Estrella de la nueva evangelización
Virgen y Madre María, Tú que, movida por el Espíritu, acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe, totalmente entregada al Eterno, ayúdanos a decir nuestro «sí» ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.

Tú, llena de la presencia de Cristo, llevaste la alegría a Juan el Bautista, haciéndolo exultar en el seno de su madre. Tú, estremecida de gozo, cantaste las maravillas del Señor.
Tú, que estuviste plantada ante la cruz con una fe inquebrantable y recibiste el alegre consuelo de la Resurrección, recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu  para que naciera la Iglesia evangelizadora.

Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte. Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos  el don de la belleza que no se apaga.

Tú, Virgen de la escucha y la contemplación, madre del amor, esposa de las bodas eternas, intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo, para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el Reino.

Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,  del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz.

Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. Amén. Aleluya.
Papa Francisco. “Evangelii Gaudium”, 287

Meditaciones
Dos esposos, una vez sus hijos nacidos y su familia constituida, decidieron que lo mejor para honrar a Dios, era vivir en castidad completa. Pero el diablo fue capaz de inducir al marido en tentación. Su esposa, sin éxito trató de retenerlo. Preso de ira, el hombre dijo estas palabras imprudentes: "Si se me da un hijo, al diablo se lo reservo". El maligno lo oyó y un hijo, hermoso de cuerpo, alma y espíritu les nació. Llena de remordimiento, su madre se lamentaba sin cesar.
Doce años más tarde, Satanás se apareció a la madre: "¡Pronto voy a volver para confirmar la promesa!" En su desesperación, la madre confesó su secreto a su hijo. Angustiado, el niño le pidió a la Madre del Cielo y fue a buscar a un santo ermitaño que le dio valor. "Puedes estar seguro, frente a la Señora del Cielo, las cadenas del infierno no resisten.”
El ermitaño trazó en la frente del niño la señal de la cruz, a continuación, ayunaron y se pusieron en oración toda la noche. Por la mañana, el santo sacerdote celebró la misa servida por el niño, pero en el momento de la comunión éste desapareció de repente, arrastrado por Satanás que permanecía al acecho. Sollozando, el sacerdote cayó a los pies de la Virgen María implorándola. Y la Madre del Rey de la gloria no la abandonó: el niño fue devuelto y tomó la comunión. Nuestra Señora lo había liberado. El diablo y sus demonios renunciaron a su decisión sin que nadie pudiera detenerlos en su huida. 

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Los cinco minutos de María
Noviembre 14
El pensamiento afectuoso que cada día ofrecemos a la Virgen en estos cinco minutos con ella, teniéndola presente en nuestra vida, esforzándonos por imitarla en todas nuestras obras, nos elevará sobre todas las cosas de este mundo y nos capacitará y dispondrá para mirar al cielo y vivir de un modo diferente.
Encontraremos a la Estrella de los cielos, la dulce Virgen María, que ilumina y marca el camino para llegar allá, donde ella está.
Virgen María, estrella de la mañana, haz que caminemos en la vida como hijos de la luz nacidos de la Pascua de Jesucristo.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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