sábado, 1 de julio de 2017

Pequeñas Semillitas 3375

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3375 ~ Sábado 1 de Julio de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado Señor, aquí estoy para comenzar un nuevo mes, la segunda mitad de este año que me regalas e iniciando nuevamente mi jornada, que por tu misericordia puedo vivir. Te quiero pedir que me des la capacidad de liberarme de aquello que me ata, me ancla y no me deja crecer. Quiero ser libre frente a recuerdos, amores, amistades, vicios, que me están haciendo daño y que no puedo quitar de mi vida. Hoy quiero solicitarte tu ayuda poderosa, quiero que actúes con todo el poder que hay en Ti y me hagas libre de esas situaciones. Que pueda vivir para Ti, amarte y abrirme a nuevas experiencias de bendición que la vida me está trayendo. No quiero, Señor mío, seguir inmóvil mientras la vida pasa y suma más días y más experiencias. Quiero vivir comprometido con el bien y hacer lo que Tú quieres que haga. Te suplico que hoy pueda dar testimonio de libertad y de fortaleza Y confiar plenamente en tu amor misericordioso. Amén.

¡Buenos días!

Invitados al casamiento…
La sinceridad es una virtud exigente, ya que puedes faltar a la verdad de distintas y sutiles maneras. Por ejemplo, con la simulación, que es mentir con los hechos, o con la hipocresía pasando por lo que no se es, o con jactancias atribuyéndose uno excelencias que no posee, o con adulaciones cuando se engaña para sacar algún provecho de los otros. Un ejemplo.

En todas las fiestas siempre hay alguno colado. Esto sucede en cualquier lugar. Una vez en una familia se organizó una fiesta muy importante. El dueño de casa empezó a sospechar porque había muchos más de los calculados. Entonces hizo parar la orquesta y dijo: —¡Por favor, la orquesta interrumpa un momentito! A ver, los invitados del novio pasen de este lado; y los invitados de la novia de este otro lado… Enseguida gran parte de la concurrencia se dividió en dos bandos.—Bueno —dijo el dueño—, ¡ahora mismo se van todos ustedes inmediatamente, porque esto es un bautismo!

Es lamentable que en Argentina estas faltas de sinceridad sean celebradas como “viveza criolla”, feo vicio antisocial que ha vulnerado tristemente nuestra imagen en el exterior. Y lo peor es que perdura entre nosotros cuando aplaudimos al canchero, al piola, al madrugador, que son los “avivatos” y “ventajitas” de las historietas cómicas. La verdad nos hará libres.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos». Dícele Jesús: «Yo iré a curarle». Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y lo hace». Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes». Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creído». Y en aquella hora sanó el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y se levantó y se puso a servirle. Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; Él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos, para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: «Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades». (Mt 8,5-17)

Comentario:
Hoy, en el Evangelio, vemos el amor, la fe, la confianza y la humildad de un centurión, que siente una profunda estima hacia su criado. Se preocupa tanto de él, que es capaz de humillarse ante Jesús y pedirle: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos» (Mt 8,6). Esta solicitud por los demás, especialmente para con un siervo, obtiene de Jesús una pronta respuesta: «Yo iré a curarle» (Mt 8,7). Y todo desemboca en una serie de actos de fe y confianza. El centurión no se considera digno y, al lado de este sentimiento, manifiesta su fe ante Jesús y ante todos los que estaban allí presentes, de tal manera que Jesús dice: «En Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande» (Mt 8,10).
Podemos preguntarnos qué mueve a Jesús para realizar el milagro. ¡Cuántas veces pedimos y parece que Dios no nos atiende!, y eso que sabemos que Dios siempre nos escucha. ¿Qué sucede, pues? Creemos que pedimos bien, pero, ¿lo hacemos como el centurión? Su oración no es egoísta, sino que está llena de amor, humildad y confianza. Dice san Pedro Crisólogo: «La fuerza del amor no mide las posibilidades (...). El amor no discierne, no reflexiona, no conoce razones. El amor no es resignación ante la imposibilidad, no se intimida ante dificultad alguna». ¿Es así mi oración?
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo...» (Mt 8,8). Es la respuesta del centurión. ¿Son así tus sentimientos? ¿Es así tu fe? «Sólo la fe puede captar este misterio, esta fe que es el fundamento y la base de cuanto sobrepasa a la experiencia y al conocimiento natural» (San Máximo). Si es así, también escucharás: «‘Anda; que te suceda como has creído’. Y en aquella hora sanó el criado» (Mt 8,13).
¡Santa María, Virgen y Madre!, maestra de fe, de esperanza y de amor solícito, enséñanos a orar como conviene para conseguir del Señor todo cuanto necesitamos.
Rev. D. Xavier JAUSET i Clivillé (Lleida, España)

Santoral Católico:
San Oliverio Plunkett
Obispo y Mártir
Nació en Irlanda el año 1625. Estudió en Roma y, ordenado de sacerdote en 1654, continuó allí como profesor del seminario de Propaganda Fide y Agente de los obispos irlandeses. En 1669 fue elegido arzobispo de Armagh y primado de Irlanda. Reconstruyó y reorganizó la Iglesia irlandesa, tan castigada en los años precedentes. En 1673 tuvo que pasar a la clandestinidad. Cuando las circunstancias lo permitieron, reemprendió su labor apostólica. Poco después lo detuvieron y lo acusaron falsamente de participar en una conspiración. Lo trasladaron a Londres y lo condenaron por traidor y por difundir el catolicismo. Fue ahorcado y descuartizado en la plaza de Tyburn de Londres el año 1681, en tiempo del rey Carlos II.
© Directorio Franciscano  Aciprensa    

Pensamiento del Santo Padre Pío
"La verdadera causa por la que no siempre consigues hacer bien tus meditaciones yo la descubro, y no me equivoco en esto: te pones a meditar con cierto nerviosismo y con una gran ansiedad por encontrar algo que pueda hacer que tu espíritu permanezca contento y consolado; y esto es suficiente para que no encuentres nunca lo que buscas y no fijes tu mente en la verdad que meditas. Haz de saber que cuando uno busca con prisas y avidez un objeto perdido, lo tocará con las manos, lo verá cien veces con sus ojos, y nunca lo advertirá. De esta vana e inútil ansiedad no te puede venir otra cosa que no sea un gran cansancio de espíritu y la incapacidad de la mente para detenerse en el objeto que tiene presente; y la consecuencia de esta situación es cierta frialdad y sin sentido del alma, sobre todo en la parte afectiva"

Temas Médicos:
Dignidad del embrión
No resulta fácil, en algunos ambientes, hacer ver los males inherentes a ciertas técnicas de fecundación artificial. Sobre todo, porque tales técnicas son presentadas en sus no pocos “resultados buenos”, mientras se cubre de silencio todo el mal que las acompaña.

Por ejemplo, muchos alaban la “bondad” de las técnicas de fecundación in vitro (FIVET e ICSI) porque a través de ellas pueden tener hijos parejas que no los “conseguirían” de otra manera. ¿Cómo puede ser mala, nos dicen, una técnica que llena de alegría a unos padres? ¿Cómo acusar de inmoralidad a un laboratorio gracias al cual nace un niño acogido y amado por su familia?

Un nuevo ámbito de estas técnicas está siendo centro de no pocas discusiones: a través del uso de la FIVET y de la selección de embriones, ya resulta posible que nazcan hijos “escogidos” para luego dar algunos tejidos a sus hermanos enfermos.

Nadie puede negar que el nacimiento de un hijo es un acontecimiento maravilloso. Nadie se atrevería a condenar una donación de células, tejidos u órganos desde un niño sano para posibilitar la curación de un niño enfermo.

Pero los beneficios obtenidos no son capaces de ocultar los males realizados. En toda fecundación artificial que suponga la “creación” de embriones en probeta, se da un dominio, que puede llegar a extremos y abusos intolerables, sobre cada uno de esos embriones. Tal dominio permite a los médicos y a los padres decidir si congelar o no a esos embriones, si transferirlos al seno materno o destruirlos, si seleccionarlos según los deseos de los adultos o respetarlos a todos y a cada uno de ellos en su igual dignidad.

Los miles de embriones congelados en el uso casi rutinario de técnicas de fecundación artificial, los miles de embriones muertos por causa de esas mismas técnicas, son males que no deberían ser tolerados en ninguna sociedad verdaderamente justa. Porque buscar el nacimiento de un hijo no es excusa suficiente para permitir que otros hijos (los embriones son siempre hijos) sean tratados como si se tratase de individuos de segunda clase a disposición de la voluntad de los adultos, expuestos a peligros y a daños que muchas veces ocasionarán la muerte de esos hijos.

Igualmente, la búsqueda de la curación de un hijo enfermo no otorga un permiso absoluto para recurrir a cualquier tipo de técnica. Cuando para curar a un enfermo son producidos en laboratorio diversos embriones para escoger luego sólo aquellos “útiles”, mientras que los “embriones inútiles” son desechados o congelados “por si algún día serán útiles”, está siendo permitido un trato a esos hijos como si fuesen menos dignos de respeto que el (o los) embrión afortunado y escogido para nacer y ayudar a la curación del hermano enfermo.

La ética no se opone a la búsqueda de caminos justos para promover bienes tan maravillosos como el tener un hijo o el curar a un hijo enfermo. En cambio, está llamada a oponerse firmemente a la búsqueda de tales fines a través de caminos injustos y discriminatorios.

Por eso, se hace cada día más urgente reconocer la dignidad que posee todo embrión humano. Merece nuestro respeto, no sólo en cuanto ser humano, sino especialmente en cuanto hijo. Un respeto que ya recibe y seguirá recibiendo a través del cariño de tantos miles de familias que renuncian a técnicas de fecundación in vitro injustas y peligrosas. Un respeto que sostiene la profesionalidad y honradez de tantos médicos que buscan caminos éticamente correctos para curar, siempre con mayor eficacia, enfermedades que afligen a millones de seres humanos.
© Fernando Pascual

Humor de sábados
Un hombre es parado por la Policía y le ordenan que abra el maletero de su automóvil.
Dentro había un montón de cuchillos, y el hombre dice:
- Es que soy lanzador de cuchillos.
Y el policía responde:
- ¿Ah si? demuéstralo.
Entonces este toma a su esposa que iba en el coche y la pone contra un árbol y empieza a tirar los cuchillos.
En ese momento pasa por allí otro conductor que presencia la escena y se dice a sí mismo:
- Caramba, sí que están poniendo difícil la prueba del alcohol.

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Meditaciones
Quizá, el problema más grande del hombre, es que está demasiado distraído… La verdad se le escapa, a quien no presta atención, a quien no sabe escuchar y ver.
La vida se vuelve un pesar, para quien no sabe regresar a las cosas simples del vivir, la vida se vuelve una confusión, cuando no tenemos tiempo para sentarnos a contemplar, y del pesar nace el sin-sentido y de la confusión la ira.
No es entonces extraño, que las personas que más tienen, más infelices son, porque hay más cosas que las distraen, que las pre-sobre-ocupan, que las hacen perder la capacidad humana de disfrutar las pequeñeces de la vida.
Creo que la existencia del hombre está creada para que en todo momento podamos contemplar la verdad, contemplar la belleza que nos rodea, humanizarla, y humanizarnos nosotros mismos que no es sino regresar a comprender quiénes somos, y qué buscamos, comprender, que allí donde está nuestro tesoro, allí estará también nuestro corazón. (Carlos Ray)

Los cinco minutos de María 
Julio 1
María amaba a Jesús con los dos amores más fuertes: el amor de la mejor de las madres al mejor de los hijos y el amor a Dios de la criatura más santa que haya existido en el cielo y en la tierra.
Jesús era para ella su Dios y su Hijo; el tesoro de María era Jesús y Jesús estaba en el cielo; por eso, aunque María vivía en la tierra, sus alma estaba en el cielo, pensando en Jesús, amando a Jesús.
¿Cómo es tu amor a Jesús? ¿Lo amas más que a ti mismo?
Santa María, Corazón de la Iglesia, que de mi corazón broten, como brotan del tuyo, las obras de caridad.
* P. Alfonso Milagro
 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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