PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3321 ~ Lunes 8 de Mayo de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
A
principios del mes de mayo de 2015, durante la audiencia general del miércoles,
6 de mayo, en la plaza de San Pedro, el papa Francisco exhortó a los fieles a
tener confianza en la intercesión de la Virgen María, la Madre de Dios. Su
exhortación es más relevante que nunca a inicios de este mes de mayo 2017.
El
Papa invitó a los peregrinos a "renovar" su "amor a la Madre de
Jesús" y a "pasar un poco más de tiempo con ella," en este mes
de mayo, en el que ella es
tradicionalmente venerada: "Preséntele con confianza todas sus intenciones
", dijo el Papa.
El
Papa ve en María, Madre de Dios, un apoyo muy importante para los jóvenes, los enfermos y los recién casados, como dijo
en italiano al final de la audiencia: "Comenzamos el mes de María el
viernes pasado. Queridos jóvenes, la Madre de Dios es su refugio en los
momentos más difíciles. Que Ella les sostenga queridos enfermos, para afrontar
con valentía su cruz de cada día. Que
ella sea su punto de referencia, queridos recién casados, para que su familia
sea un hogar de oración y de comprensión mutua."
¡Buenos días!
Yo soy el Buen Pastor
Alrededor
de Jesús la gente se preguntaba y discutía sobre quién era este profeta
asombroso. Al leer el Evangelio, pon atención especial cuando Jesús empieza por
un “Yo soy”, pues va a dar una definición de sí mismo. Podrás apreciar la
riqueza de la persona de Jesús, cuando medites en esas como pinceladas que
describen su identidad.
Juan 10, 11
Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas.
Juan 6, 48-51: Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en
el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del
cielo, para que aquel que lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá
eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo».
Juan 8, 12: Jesús les dirigió una vez más la palabra,
diciendo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la Vida».
Juan 10, 25-26: Jesús le dijo: «Yo soy la
Resurrección y la Vida. El que cree en
mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás.
¿Crees esto?».
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús habló así: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su
vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no
pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo
hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada
las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a
mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las
ovejas.
También
tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que
conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me
ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita;
yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de
nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre». (Jn 10,11-18)
Comentario:
Hoy,
nos dice Jesús: «Yo soy el buen pastor» (Jn 10,11). Comentando santo Tomás de
Aquino esta afirmación, escribe que «es evidente que el título de “pastor”
conviene a Cristo, ya que de la misma manera que un pastor conduce el rebaño al
pasto, así también Cristo restaura a los fieles con un alimento espiritual: su
propio cuerpo y su propia sangre». Todo comenzó con la Encarnación, y Jesús lo
cumplió a lo largo de su vida, llevándolo a término con su muerte redentora y
su resurrección. Después de resucitado, confió este pastoreo a Pedro, a los
Apóstoles y a la Iglesia hasta el fin del tiempo.
A
través de los pastores, Cristo da su Palabra, reparte su gracia en los
sacramentos y conduce al rebaño hacia el Reino: Él mismo se entrega como
alimento en el sacramento de la Eucaristía, imparte la Palabra de Dios y su
Magisterio, y guía con solicitud a su Pueblo. Jesús ha procurado para su
Iglesia pastores según su corazón, es decir, hombres que, impersonándolo por el
sacramento del Orden, donen su vida por sus ovejas, con caridad pastoral, con
humilde espíritu de servicio, con clemencia, paciencia y fortaleza. San Agustín
hablaba frecuentemente de esta exigente responsabilidad del pastor: «Este honor
de pastor me tiene preocupado (...), pero allá donde me aterra el hecho de que
soy para vosotros, me consuela el hecho de que estoy entre vosotros (...). Soy
obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros».
Y
cada uno de nosotros, cristianos, trabajamos apoyando a los pastores, rezamos
por ellos, les amamos y les obedecemos. También somos pastores para los
hermanos, enriqueciéndolos con la gracia y la doctrina que hemos recibido,
compartiendo preocupaciones y alegrías, ayudando a todo el mundo con todo el
corazón. Nos desvivimos por todos aquellos que nos rodean en el mundo familiar,
social y profesional hasta dar la vida por todos con el mismo espíritu de
Cristo, que vino al mundo «no a ser servido, sino a servir» (Mt 20,28).
Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Nuestra Señora
de Luján
Advocación Mariana – Patrona de Argentina
A
60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se halla la villa de Luján. En 1630 no
había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las
caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del
puerto de Buenos Aires.
Sucedió
que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató
de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la
Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña
de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una
que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el
santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada
en Sumampa.
Partió
entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del
tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el
conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos
no se movían. Vinieron en su ayuda troperos y peones pero no tuvieron suerte.
Finalmente juzgaron que era necesario aliviar el peso de la carreta.
Descargaron las imágenes y en ese momento los bueyes pudieron moverse con
facilidad. Queriendo cerciorarse si el obstáculo provenía de las imágenes las
pusieron nuevamente en la carreta y no se pudo mover. Entonces viendo que las
imágenes se querían quedar en aquel lugar decidieron que una de ellas
permaneciera en la Cañada y la entregaron al dueño de esas tierras. La fama del
prodigio corrió hasta Buenos Aires y no faltaron quienes emprendieron un viaje
a Luján para contemplar la imagen.
En
1887 la imagen fue coronada canónicamente por el Papa León XIII
Palabras del Papa Francisco
“En este día en el que se celebra Nuestra Señora de
Luján,
celestial Patrona de Argentina,
deseo hacer llegar a todos los hijos de esas queridas
tierras
mi sincero afecto, a la vez que pongo en manos de la
Santísima Virgen
todas sus alegrías y preocupaciones. Muchas gracias”
Tema del día:
Lecciones de la vida
A
menudo las pequeñas frustraciones diarias nos impiden apreciar la vida en el
momento presente. Pero a medida que envejecemos, aprendemos a desprendernos del
drama y del caos; nos volvemos más humildes y estamos menos dispuestos a
dedicar nuestro tiempo a cosas banales. He aquí algunas lecciones importantes
de la vida que he aprendido con el paso del tiempo:
1.
Las frustraciones cotidianas son inevitables:
Muy
rara vez tenemos el control total de todas las situaciones. Por muy estresante
que esto sea, lo que nos importuna tanto hoy no importará dentro de un mes. Y
con la edad lo sabemos con certeza.
Consejo:
Deja de lado las tonterías, sé positivo y sigue adelante con tu vida.
2.
Alcanzar la perfección:
Hay
una gran diferencia entre el esfuerzo razonable y el perfeccionismo. El
perfeccionismo nos causa estrés innecesario y ansiedad, creado por la necesidad
superficial de hacerlo bien. No te pierdas en esforzarte por lograr la
perfección porque esto te impedirá obtener algo que valga más la pena hacer.
Consejo:
Deja ir las fantasías y los momentos perfectos que creaste
"artificialmente" y te han hecho creer.
3.
Las complejidades de lo que está en él para usted:
En
esta vida nada 'guardamos' hasta que primero 'damos'. Esto puede aplicarse al
conocimiento, perdón, servicio, amor, tolerancia, aceptación... No olvides que
dar/entregar nos abre a la gracia.
Consejo:
Dar para recibir.
4.
La presión de actuar inmediatamente:
Hacer
las cosas apresuradamente puede parecer mejor cuando somos más jóvenes; con el
tiempo nos damos cuenta de la importancia del trabajo lento y constante. Además
a menudo pensamos que sólo las grandes obras marcarán la diferencia, pasando
por alto que una simple sonrisa puede iluminar el día de otra persona.
Consejo:
No puedes plantar una semilla y esperar a que se convierta en flor durante una
sola noche.
5.
Ansiar posesiones caras:
Más
adelante en la vida prestamos menos atención a las pertenencias físicas que
solían parecernos tan necesarias y vitales.
Consejo:
Las que realmente importa no se puede comprar.
6.
Ganar la aprobación de otros:
A
largo plazo tu convicción es lo que determinará tu nivel de éxito personal, no
el número de personas que están de acuerdo con las cosas que haces.
Consejo:
Sigue el camino que conduce a tu corazón hacia una genuina paz.
7.
Las críticas de los demás:
Si
lo tomas todo personalmente, vivirás ofendido por el resto de tus días. Cuando
te desprendes de las opiniones o críticas de otras personas, te sientes libre.
Consejos:
La manera en que la gente te trata es su problema. Cómo reaccionas tú, es el
tuyo.
8.
Juzgar a otros por sus deficiencias:
Todos
tenemos días malos. Te darás cuenta de que debes dar a los demás el 'respiro'
que merecen; como esperar a que ellos hagan lo propio en esos días menos
favorables. Nunca sabemos realmente lo que alguien está pasando.
Consejo:
Sé amable, generoso y respetuoso.
9.
Culpar a otros:
Una
persona feliz nunca evade las responsabilidades o culpas (apuntando a los demás
e inventando excusas). Piensa que la felicidad es un subproducto de tu propio
pensamiento, creencias, actitudes, carácter y comportamiento.
Consejo:
Tu eres el único responsable de cómo se desarrolla su vida.
10.
Relaciones superficiales que te hacen sentir más popular:
Mientras
que es bueno tener conocidos, dedica tu tiempo a aquellos que más importan.
Consejo:
Tu tiempo es limitado. Aprovecha para estar cerca de las personas que te hacen
sonreír con el corazón.
11.
Distantes posibilidades futuras:
A
medida que envejecemos, somos conscientes de que tenemos más tiempo tras nosotros
y menos por delante. El futuro lejano poco a poco cobra menos valor para
nosotros a un nivel personal. El secreto para la felicidad y la paz es dejar
que este momento sea lo que es (en lugar de lo que pensamos que debería ser).
Consejo:
Algunos esperan todo el día que sean las 5 pm, toda la semana para que sea
viernes, todo el año para que lleguen las vacaciones y toda su vida para
alcanzar la felicidad. No seas uno de ellos.
12.
La obsesión con la belleza exterior:
Con
el tiempo nos damos cuenta de que la belleza no tiene casi nada que ver con las
miradas. El principal interés radica en quiénes nos hemos convertido
interiormente.
Consejo:
El secreto de la belleza radica en cómo hacemos sentir a los demás -sobre sí
mismos- y en cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos.
©
Todomail
Oración por la Patria
Jesucristo,
Señor de la historia, te necesitamos.
Nos
sentimos heridos y agobiados.
Precisamos
tu alivio y fortaleza.
Queremos
ser nación, una nación cuya identidad
sea
la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos
la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para
amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando
a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo
el odio y construyendo la paz.
Concédenos
la sabiduría del diálogo
y
la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú
nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos
a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina!
¡Canta y camina!
Jesucristo,
Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por Yvonne, de Cartagena,
España, que está muy afectada por la artrosis y no le permite caminar, o bien
lo hace pero con riesgos de caídas. Que el Señor Resucitado le conceda la
gracia de mejorar su afección.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Mayo 8
San
Pedro cayó en el pecado de negar al Maestro, pero luego consiguió el
arrepentimiento y, tras el arrepentimiento, alcanzó el perdón.
No
nos cuesta mucho imaginar que San Pedro acudió a la Madre de Jesús para que
ella le alcanzara el perdón de su divino Hijo, y tampoco nos cuesta imaginar el
afecto y la ternura con que fue recibido el apóstol pecador, arrepentido y
lloroso.
Ese
y no otro debe ser el camino que nosotros debemos seguir, si en alguna oportunidad
caemos en pecado; no debemos desesperar del perdón, pues conocemos las entrañas
de misericordia con que Dios nos espera, pero haremos muy bien en acudir a la
Madre del perdón, para que sea ella la que nos presente al divino Redentor.
Madre del amor, suscita en nosotros el
arrepentimiento sincero de nuestras culpas.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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