martes, 3 de enero de 2017

Pequeñas Semillitas 3229

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3229 ~ Martes 3 de Enero de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Desplegar las alas es el secreto de vivir. Sin miedos, sin dudas allí, frente a todo, frente a un paisaje conocido o desconocido. Abrir las alas y volar...
Y ahora, al iniciar un nuevo año, es el momento de abrir las alas al máximo...
Disfrutemos del viaje de la vida. No nos detengamos ante los obstáculos al contrario pasemos por ellos sintiéndonos fuertes, comprendiendo que el horizonte es la meta, que Dios va con nosotros y que ese vuelo es sinónimo de libertad. Como en los sueños, como en esos momentos mágicos en que la mente nos lleva a un mundo desconocido y maravilloso, como en esos instantes en que sólo nos dejamos llevar sin ofrecer resistencia...
Está en nosotros el secreto de tener esa fuerza, sólo debemos confiar en Dios y aprender a volar…

¡Buenos días!

Jesús, buen pastor resucitado
El pastor está al servicio de las ovejas. El pastor deja la comodidad de su casa y se expone a la intemperie para que a su rebaño no le falte el agua y el alimento. El pastor está atento a las necesidades y enfermedades de cada oveja. El pastor enfrenta el peligro y hasta la muerte para preservar la vida de sus ovejas (AC).

Lo que Jesús te ofrece: “Si lloras, estoy deseando consolarte. Si eres débil, te daré mi fuerza y mi energía. Si nadie te necesita, yo te busco. Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti. Si estás vacío, mi plenitud te colmará. Si tienes miedo, te llevo sobre mis espaldas. Si quieres caminar, iré contigo. Si me llamas, voy siempre. Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte”  (R. Prieto).

Jesús, buen pastor, nos ha dado ejemplo para que hagamos lo mismo que él hizo con nosotros. ¡Seamos pastores los unos de los otros, sirviendo y sacrificándonos por quienes nos rodean en la familia, en el trabajo, en el barrio, en los ambientes que frecuentamos!  Colabora con Jesús en cuidar a tus hermanos. 
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Al día siguiente Juan ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios». (Jn 1,29-34)

Comentario:
Hoy, san Juan Bautista da testimonio sobre el Bautismo de Jesús. El Papa Francisco recordaba que «el Bautismo es el sacramento en el cual se funda nuestra fe misma, que nos injerta como miembros vivos en Cristo y en su Iglesia»; y agregaba: «No es una formalidad. Es un acto que toca en profundidad nuestra existencia. Un niño bautizado o un niño no bautizado no es lo mismo. No es lo mismo una persona bautizada o una persona no bautizada. Nosotros, con el Bautismo, somos inmersos en esa fuente inagotable de vida que es la muerte de Jesús, el más grande acto de amor de toda la historia; y gracias a este amor podemos vivir una vida nueva, no ya en poder del mal, del pecado y de la muerte, sino en la comunión con Dios y con los hermanos».
Hemos escuchado los dos efectos principales del Bautismo enseñados en el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1262-1266):
1º «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 11,29). Un efecto del Bautismo es la purificación de los pecados, es decir, todos los pecados son perdonados, el pecado original y todos los pecados personales así como todas las penas del pecado.
2º «Baja el Espíritu», «bautiza con Espíritu Santo» (Jn 1,34): el bautismo nos hace "una nueva creación", hijos adoptivos de Dios y partícipes de la naturaleza divina, miembros de Cristo, coherederos con Él y templos del Espíritu Santo.
La Santísima Trinidad —Padre, Hijo y Espíritu Santo— nos da la gracia santificante, que nos hace capaces de creer en Dios, de esperar en Él y de amarlo; de vivir y obrar bajo la moción del Espíritu Santo mediante sus dones; de crecer en el bien por medio de las virtudes morales.
Pidamos, como nos exhorta el Papa Francisco, «despertar la memoria de nuestro Bautismo», «vivir cada día nuestro Bautismo, como realidad actual en nuestra existencia».
* Rev. P. Higinio Rafael ROSOLEN IVE (Cobourg, Ontario, Canadá)

Santoral Católico:
El Santísimo Nombre de Jesús
Cada 3 de enero la Iglesia celebra el Día del Santísimo Nombre de Jesús. “Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia”, decía San Bernardino de Siena.

La palabra Jesús es la forma latina del griego “Iesous”, que a su vez es la transliteración del hebreo “Jeshua” o “Joshua” o también “Jehoshua”, que significa “Yahveh es salvación”.

El Santísimo Nombre de Jesús comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas del siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús. En 1530 el Papa Clemente VII concedió por primera vez a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.

San Bernardino solía llevar una tablilla que mostraba la Eucaristía con rayos saliendo de ella y, en el medio, se veía el monograma “IHS”, abreviación del Nombre de Jesús en griego (ιησουσ).

Más adelante la tradición devocional le añade un significado a las siglas: "I", Iesus (Jesús), "H", Hominum (de los hombres), "S", Salvator" (Salvador). Juntos quieren decir “Jesús, Salvador de los hombres”.

San Ignacio de Loyola y los jesuitas hicieron de este monograma el emblema de la Compañía de Jesús.

El Nombre de Jesús, invocado con confianza:

Brinda ayuda en las necesidades corporales, según la promesa de Cristo: "En mi nombre agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien" (Mc. 16,17-18). En el Nombre de Jesús los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hch. 3,6; 9,34) y vida a los muertos (Hch. 9,40).

Da consuelo en las pruebas espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador el "padre del hijo pródigo" y el buen samaritano; al justo le recuerda el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.

Nos protege de Satanás y sus artimañas, ya que el diablo le teme al Nombre de Jesús, quien lo ha vencido en la Cruz.

En el nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y la eternidad, pues Cristo dijo: "lo que pidan al Padre se los dará en mi nombre." (Jn. 16,23). Por lo tanto, la Iglesia concluye todas sus oraciones con las palabras: "Por Jesucristo Nuestro Señor", etc. Así se cumple la palabra de San Pablo: "Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos." (Flp. 2,10).
© Aciprensa 

Pensamiento del día
El año nuevo puede ser un buen momento para…
LIBERACIÓN:
para dejar atrás alguna atadura que no te permite avanzar,
un rencor que sólo te hace mal a ti,
una relación estéril, una creencia limitante.
PERDÓN:
tal vez precises perdonarte algo que te provoque culpa
y no te permite acceder a la felicidad que mereces.
O necesites perdonar a alguien
que sabes que no quiso hacerte daño,
pero tomó una decisión equivocada en algún momento.
ACERCAMIENTO:
si estás lejos de alguien que quieres
y por alguna razón no te has comunicado en los últimos tiempos,
envía un mail, un mensaje de texto, llama por teléfono…
la palabra de alguien querido a quien extrañamos
es un puente hacia una sonrisa del corazón.
HUMILDAD:
si el orgullo o alguna otra razón
te cegaron al tomar alguna resolución,
o no te permitieron ver lo que realmente sucedía
y sientes que estuviste mal,
qué mejor oportunidad para reconocer que somos humanos,
que todos nos equivocamos,
y aunque intentemos hacer las cosas lo mejor posible,
no podemos controlar todo lo que sucede… sólo nuestras intenciones.
CONCRECIONES:
¿y si decides hacer eso que has estado posponiendo
y te agradaría mucho llevar a cabo?
Si te lo propones, este año,
seguramente encontrarás el tiempo para hacerlo.

Tema del día:
¿Qué deseo en un año nuevo?
La pregunta me deja un poco inquieto. Porque sé que el "año nuevo" es simplemente una hoja de calendario, un cambio en los números, una simple tradición humana. Porque el tiempo escapa a nuestro control, y fluye sin cesar.

Pero casi todos, al llegar el año nuevo, damos una mirada al año que termina y soñamos en el año que comienza.

Lo pasado queda allí: fijo, inmodificable, casi pétreo. Con sus momentos buenos y sus fracasos, con sus sueños realizados y con los sueños que se evaporaron en el vacío, con las ayudas que me ofrecieron y con las ayudas que pude ofrecer a otros, con mis omisiones y mis cobardías.

Lo futuro inicia, como inició ayer, como inició hace un mes, como iniciará mañana.

Cada instante se presenta como una oportunidad que en parte depende de mi prudencia y de mis decisiones. En otra buena parte, depende de las decisiones de otros. En los dos casos, y aunque no siempre nos demos cuenta, depende de Dios.

De nuevo, ¿qué deseo en un año nuevo? Desearía la paz en Tierra Santa. Para que nadie privase a nadie de su tierra, de su casa, de su familia. Para que las religiones fueran vividas como lo que son: un camino para unir a los hombres bajo la luz de Dios. Para que la tierra donde vivió, murió y resucitó Cristo testimoniase con un estilo de vida nuevo la gran belleza del Evangelio.

Luego, desearía la paz en tantos lugares del planeta. Especialmente en África, donde todavía unos poderosos venden armas para la muerte pero no ofrecen comida para los hambrientos.

Querría, además, que desapareciese el aborto en todos los países del mundo. Lo cual no es ningún sueño imposible: basta con aprender a vivir responsablemente la vocación al amor para que ningún hijo sea visto como un “enemigo” o un obstáculo en el camino de la propia vida. Porque lo mejor que podemos hacer es vivir para los demás. Porque cada niño pide un poquito de amor y de respeto. Porque cada madre que ha empezado a serlo merece ayuda y apoyo, para que no le falten las cosas que más necesite durante los meses de embarazo y los primeros años de su hijo.

En este nuevo año me gustaría dialogar con quien piensa de modo distinto en un clima de respeto, sin insultos, sin desprecios, sin zancadillas. Porque si él y si yo somos humanos, porque si él y si yo queremos encontrar la verdad, podemos ayudarnos precisamente con una palabra nacida desde los corazones que saben escucharse y, más a fondo, que saben amarse...

El año que inicia querría tener más energías, más entusiasmo, más convicción, para enseñar a los otros lo que para mí es el tesoro verdadero: mi fe católica. Enseñarla, sobre todo, con mi vida. Querría ser, en ese sentido, más coherente, más bueno, más abierto, más disponible, más cercano. Especialmente cuando me encuentre con un pobre, con un enfermo, con una persona triste o desesperada, con quien llora porque sabe lo que muchos no se atreven a reconocer: que ha pecado. Porque sólo cuando me pongo ante mis faltas con honestidad clara y completa, descubro mi miseria y comprendo la de los otros. Y porque cuando reconozco mi miseria y la ajena puedo entender que necesitamos al único que puede limpiarnos con su palabra llena de perdón y de esperanza: Dios.

¿Qué deseo en un año nuevo? Quizá deseo demasiado. Quizá he soñado despierto. Quizá me he dejado llevar por una emoción inconsistente. Mientras, el reloj sigue su marcha, y, sin saberlo, me dice: este año será un poco distinto si te abres a Dios, si rompes con tu egoísmo, si empiezas a vivir no para ti mismo, sino para tantos corazones que encontrarás en los mil cruces de camino de este año que está iniciando...
P. Fernando Pascual LC / Fuente: Catholic.net

Mensaje de María Reina de la Paz 
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de enero de 2017

“Queridos hijos, mi Hijo ha sido fuente de amor y de luz, cuando en la Tierra habló al pueblo de todos los pueblos. Apóstoles míos, seguid su luz. Esto no es fácil: debéis ser pequeños, debéis aprender a haceros más pequeños que los otros, y con la ayuda de la fe, llenaros de Su amor. Ningún hombre en la tierra, sin fe, puede vivir una experiencia milagrosa. Yo estoy con vosotros; me manifiesto a vosotros con estas venidas, con estas palabras; deseo testimoniaros mi amor y mi preocupación maternal. Hijos míos, no perdáis el tiempo haciendo preguntas a las que nunca recibís respuesta: al final de vuestro viaje terreno os las dará el Padre Celestial. Sabed siempre que Dios lo sabe todo, Dios ve y Dios ama. Mi amadísimo Hijo ilumina las vidas y dispersa la oscuridad; y mi amor materno, que me trae a vosotros, es indescriptible, misterioso, pero es real. Yo expreso mis sentimientos hacia vosotros: amor, comprensión y afecto maternal. De vosotros, apóstoles míos, busco las rosas de vuestra oración, que deben ser obras de amor; estas son para mi Corazón maternal las oraciones más queridas, y yo se las presento a mi Hijo, que ha nacido por vosotros. Él os ve y os escucha; nosotros siempre estamos cerca vuestro. Este es el amor que llama, une, convierte, alienta y llena. Por eso, apóstoles míos, amaos siempre los unos a los otros, pero, sobre todo, amad a mi Hijo: este es el único camino hacia la salvación y hacia la vida eterna. Esta es mi oración más querida que, con el perfume más hermoso de rosas, llena mi Corazón. Orad, orad siempre por vuestros pastores, para que tengan la fuerza de ser la luz de mi Hijo. ¡Os doy las gracias! ”

Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando allí encontrarás una selección de los mejores artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
Entre los archivos de texto (pdf) están en forma completa los documentos papales: "Lumen Fidei", "Evangelii Gaudium", "Misericordiae Vultus" y "Laudato Si". También está el Diario de Santa Faustina y hay enlaces para ver películas con la vida de grandes santos de la Iglesia.

Meditación

Te llamé a vivir, te hice hermoso con mis propias manos.  Te comuniqué mi vida, deposité en ti mi propio amor con abundancia.  Te hice ver el paisaje y el color.  Te di el oído para que escucharas el canto de los pájaros y la voz de los hombres.  Te di la palabra para decir "padre", "madre", "amigo", "hermano".
Te di mi amor más profundo.  No sólo te di vida, te estoy sosteniendo en ella.  Tú eres mi hijo amado, te conozco cuando respiras y te cuido cuando duermes.  No lo dudes.  Mis ojos están puestos en tus ojos, mi mano la tengo colocada sobre tu cabeza.
Te amo, aunque me olvides o me rechaces. Te amo aunque no me ames, ya lo sabes.  Podrás ir donde puedas y donde quieras, hasta allá te seguirá mi amor y te sostendrá mi diestra.  ¿O es que crees que yo como Padre puedo olvidar a mi hijo?  ¡Ni lo sueñes!  Desde que te hice ya no te puedo dejar solo, camino y sonrío contigo, vivo en ti.
Te lo escribo de mil maneras y te digo al oído y en silencio: Eres mi hijo, te amo.
Firmado: Tu Padre DIOS.

Los cinco minutos de María
Enero 3
Los hombres nos vamos a mirar unos a otros en una perfecta visión si nos miramos en Cristo, que ha de ser el punto de reunión de todas las miradas; y para que esas miradas lleguen a Cristo más purificadas, hagamos que pasen por el Corazón de María, que es la fuente en la que todo se limpia y todo se reviste de Dios, la fragua en la que nos despojamos de nuestras miserias pecadoras y adquirimos el fuego del amor a Dios. Los Santos Padres afirmaron que la devoción a María purifica y renueva el corazón a sus devotos.
María, ayúdanos a purificar nuestras miradas para que podamos descubrirte presente en nuestra vida.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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