PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3105 ~ Sábado 20 de Agosto de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En
la vida es imposible parar. Aun cuando decidimos no avanzar, la vida avanza. Y
a veces tenemos la impresión que ella corre. Y en ese nuestro vivir, encontramos
diariamente caminos en frente nuestro. En cada situación hay siempre una opción
de caminos. Escogemos entonces el más largo, el más corto, el más fácil, el más
difícil... somos guiados por voluntades, necesidades, corazonadas, emociones...
y en verdad no siempre sabemos dónde nos llevará el camino escogido.
Y
es preciso cada día, a cada paso, seguir nuestro sentir y asumir. Nadie, nadie
más puede o debe ser responsable por nuestras decisiones. Y aún que escuchemos
a un amigo, a los padres, la decisión final será responsabilidad nuestra.
Muchas
veces sufrimos porque creemos que escogimos el camino errado. Y sabemos que
después de la elección no hay vuelta
atrás, y que siempre tendremos un resultado y la opción de dirigir
nuestros pasos para direcciones diferentes. Y entonces una nueva opción se da. Con
todos los riesgos posibles.
Amar
a alguien, sentir amistad por alguien, no es una decisión por lo menos
voluntaria, de nuestra mente. Es del corazón, del sentir, pues no tenemos un
control, no podemos negar el sentir ese amor
o esa amistad. Mas podemos decidir seguir ese amor o esa amistad. Eso
también es una escuela, o camino.
Lo
verdaderamente importante es no parar. Leí una vez que "el agua que se
estanca se pudre", y pienso que a nadie le gustaría vivir como agua
estancada. Deberemos ser entonces como el agua de los ríos, corriendo siempre
en alguna dirección, regando flores que nacen a nuestro lado, matando la sed de
los pájaros y de los hombres, desembocando en grandes mares. Y así sigue
nuestra vida...
Cabe
a cada uno la responsabilidad de escoger diariamente. Y todo lo que se puede
decir con certeza es que no hay errores posibles en el momento de escoger, a la
hora de seguir el Gran, el Verdadero Camino, que sabemos es JESÚS. Para los
otros, que la sabiduría esté en los corazones de cada uno para que las opciones
escogidas estén lo más cerca posible de aquello que llamamos de felicidad.
¡Buenos días!
Suaves llamados
A
lo largo de tu vida Dios se hace presente invitándote a dar pasos hacia nuevas
metas que ha preparado para hacerte feliz. Presta atención para captar estos
llamados del Señor, porque son sutiles y aparecen de improviso. El autor del
soneto de hoy atestigua que el Señor habla muy suavemente y, para sintonizar
con él, hay que silenciar los ruidos y toda interferencia.
Yo he sentido, Señor, tu voz amante, en el misterio
de las noches bellas,
y en el suave temblor de las estrellas la armonía
gocé de tu semblante.
No me llegó tu acento amenazante entre el fragor de
trueno y de centellas;
al ánima llamaron tus querellas como el tenue vagido
de un infante.
¿Por qué no obedecí cuando te oía? ¿Quién me hizo
abandonar tu franca vía
y hundirme en las tinieblas del vacío?
Haz, mi dulce Señor, que en la serena noche vuelva a escuchar tu cantilena;
¡ya no seré cobarde, Padre mío! Amén.
Examina
tu corazón, en el que arde quizá, desde hace tiempo, la ilusión de algo grande.
Piensa si no será Dios el que te está hablando bajito, con las palabras de un
amigo, tras la aparente monotonía de la vida. Considera quién golpea suavemente
tu alma. Quizás lleve tiempo hablándote, y no lo hayas descubierto todavía.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a la gente y a los discípulos: «En la cátedra de
Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo
lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan
cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el
dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los
hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del
manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las
sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame “Rabbí”.
»Vosotros,
en cambio, no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro Maestro; y
vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie “Padre” vuestro en la tierra,
porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar
“Guías”, porque uno solo es vuestro Guía: el Cristo. El mayor entre vosotros será
vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille,
será ensalzado». (Mt 23,1-12)
Comentario:
Hoy,
Jesucristo nos dirige nuevamente una llamada a la humildad, una invitación a
situarnos en el verdadero lugar que nos corresponde: «No os dejéis llamar
“Rabbí” (...); ni llaméis a nadie “Padre” (...); ni tampoco os dejéis llamar
“Guías”» (Mt 23,8-10). Antes de apropiarnos de todos estos títulos, procuremos
dar gracias a Dios por todo lo que tenemos y que de Él hemos recibido.
Como
dice san Pablo, «¿qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿a
qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?» (1Cor 4,7). De manera que,
cuando tengamos conciencia de haber actuado correctamente, haremos bien en
repetir: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer» (Lc
17,10).
El
hombre moderno padece una lamentable amnesia: vivimos y actuamos como si
nosotros mismos hubiésemos sido los autores de la vida y los creadores del
mundo. Por contraste, causa admiración Aristóteles, el cual —en su teología
natural— desconocía el concepto de la “creación” (noción conocida en aquellos
tiempos sólo por Revelación divina), pero, por lo menos, tenía claro que este
mundo dependía de la Divinidad (la “Causa incausada”). Juan Pablo II nos llama
a conservar la memoria de la deuda que tenemos contraída con nuestro Dios: «Es
preciso que el hombre dé honor al Creador ofreciendo, en una acción de gracias
y de alabanza, todo lo que de Él ha recibido. El hombre no puede perder el
sentido de esta deuda, que solamente él, entre todas las otras realidades
terrestres, puede reconocer».
Además,
pensando en la vida sobrenatural, nuestra colaboración —¡Él no hará nada sin
nuestro permiso, sin nuestro esfuerzo!— consiste en no estorbar la labor del Espíritu
Santo: ¡dejar hacer a Dios!; que la santidad no la “fabricamos” nosotros, sino
que la otorga Él, que es Maestro, Padre y Guía. En todo caso, si creemos que
somos y tenemos algo, esmerémonos en ponerlo al servicio de los demás: «El
mayor entre vosotros será vuestro servidor» (Mt 23,11).
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Bernardo de Claraval
Abad y Doctor de la Iglesia
Nació
en el castillo de Fontaines-les-Dijon (Francia), el año 1090, de familia noble.
Recibió una piadosa educación, y el año 1111 entró con 30 compañeros en el
monasterio de Cîteaux (Borgoña, Francia), recién fundado. Poco después lo
eligieron fundador y primer abad del monasterio de Claraval, en el departamento
francés de Aube, donde permaneció hasta su muerte. Fue un monje contemplativo y
de actividad desbordante al servicio de la Iglesia en la que promovió una vida
más evangélica, formador de monjes y reformador de comunidades religiosas,
consejero de papas y obispos, predicador insigne y escritor lleno de sabiduría
y unción. Recorrió Europa para restablecer la paz y la unidad. Con su vida y
sus escritos ejerció una enorme influencia en la vida y espiritualidad
cristiana de su tiempo y de los siglos posteriores, e inspiró un devoto afecto
a la humanidad de Cristo y a la Virgen Madre. Murió el 20 de agosto de 1153.
Oración: Señor, Dios nuestro, tú hiciste del abad san
Bernardo, inflamado en el celo de tu casa, una lámpara ardiente y luminosa en
medio de tu Iglesia; concédenos, por su intercesión, participar de su ferviente
espíritu y caminar siempre como hijos de la luz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
© Directorio Franciscano
El pensamiento del día
"Amemos
a Jesús por su grandeza divina,
por
su poder en el cielo y en la tierra,
y
por sus méritos infinitos,
pero,
también y sobre todo, por motivos de gratitud"
-Santo
Padre Pío-
Tema del día:
Dios en los Juegos Olímpicos
1) Para saber
El
Papa Francisco envió un mensaje al pueblo brasileño en ocasión de los Juegos
Olímpicos Río 2016, en donde hay un total de 206 países participantes, un
“saludo afectuoso al pueblo brasileño, en particular a la ciudad de Río de Janeiro,
que acoge a los atletas y a los apasionados de todo el mundo en ocasión de las
Olimpiadas”.
En
su saludo, el Santo Padre expresó su deseo de que estos Juegos Olímpicos sean
ocasión para edificar una sociedad donde reine la solidaridad: “En un mundo que
tiene sed de paz, tolerancia y reconciliación, espero que el espíritu de los
Juegos Olímpicos pueda inspirar a todos, participantes y espectadores, a
combatir la ‘buena batalla’ y terminar juntos la carrera”.
En
este esfuerzo, alentó, se debe buscar conseguir “como premio no una medalla,
sino algo más precioso: la realización de una civilización en la que reine la
solidaridad, fundada en el reconocimiento de que todos somos miembros de una
única familia humana, independientemente de las diferencias de cultura, color
de piel o religión”.
2) Para pensar
Hace
unos días una atleta hizo unas declaraciones en que puso de manifiesto la
importancia de la fe en su deporte y en su vida. Se trata de Sydney McLaughlin,
quien a su corta edad se convirtió en el miembro más joven de la selección de
Estados Unidos para participar en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de
Janeiro (Brasil). Sydney nació en Nueva Jersey y aún asiste a la escuela
secundaria.
Ella
considera que su fe cristiana la impulsa a competir con los mejores atletas del
mundo: "El atletismo es un deporte muy mental, hay mucha presión y la
expectativa está puesta en ti. Cumplir con lo que sé y saber que todo lo que me
fue dado proviene de Dios, sin duda jugó un papel muy importante para mí".
El
pasado 10 de julio, con todavía 16 años, Sydney consiguió la clasificación en
los 400 metros con vallas en una situación en que tuvo que superar otras
“vallas”: en los últimos meses había estado enferma de un virus de la familia
del herpes, de mononucleosis, además, su madre había sufrido un ataque al
corazón. Aunque tuvo un ataque de nervios antes de la competencia y estuvo a
punto de abandonar todo, Sydney lo superó gracias a su fe y estableció un
récord mundial juvenil en 54.14 segundos. Poco después recibió un premio de la
Gatorade National High School por ser la atleta femenina del año.
Como
cristiana, explicó que su fe en Dios la ayudó durante todo el viaje, y encontró
el valor para competir con la ayuda de su familia y entrenadores: “Las
olimpiadas han estado siempre en mi mente, pero no a la edad de 16 años. Este
logro sin duda mostró que este es el plan de Dios para mí”, dijo la atleta.
Sydney
contó que siempre incluye la oración durante su etapa de calentamiento antes de
cada prueba “independientemente de lo que vaya a suceder".
3) Para vivir
Hablando
a los brasileños, el Papa resaltó su alegría y hospitalidad. Afirmó que espera
que “esta sea una oportunidad para superar los momentos difíciles y se
esfuercen en el ‘trabajo en equipo’ para la construcción de un país más justo y
más seguro”.
De
ese modo, concluyó, estarán “apostando por un futuro lleno de esperanza y
alegría. ¡Que Dios los bendiga a todos!”
* Pbro. José Martínez Colín
Humor:
Desafío
Hoy,
en lugar de contarte un chiste, te voy a hacer un desafío entretenido para ver
cuán hábil eres en el dominio de tu propio cuerpo.
¿Crees
que tú puedes entrenarte para que tu pie derecho haga siempre lo que quieres?
Sospecho
que no... pero, si quieres intentarlo acá te daré las instrucciones… y
felicitaciones para quien lo logre.
Primero:
Sentado ahí, en tu escritorio, levanta tu pie derecho y haz círculos en el aire
hacia el lado derecho, como gira el reloj.
Segundo:
Ahora, mientras estás haciendo esto, haz como si tuvieras pluma o lápiz (o toma
una) y traza el número 6 en el
escritorio con tu mano derecha. Y... ¿qué crees?
Tu
pie cambiará de dirección automáticamente y no podrás evitarlo. No hay nada que
puedas hacer para eso.
¡Tu
pie y el mío hacen lo que quieren!
Gracias
por intentarlo.
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Los cinco minutos de Dios
Agosto 20
Muy
curiosa la costumbre de aquel director de un colegio que, extremadamente
ocupado en la dirección del mismo y en la atención de los alumnos y sus
familiares, temía olvidarse de Dios y así había ordenado hacer una placa en la
que se podía leer esta inscripción:
“Señor,
en el día de hoy estaré muy ocupado; tal vez me olvide de ti; pero Tú no te
olvides de mí”
Quizá
pueda acontecerte a ti también lo mismo; tus ocupaciones, tus problemas, tus
preocupaciones, tus trabajos, etc… tal vez te hagan difícil acordarte de Dios a
lo largo del día; no estará mal que, al menos en la noche, le dediques alguno
de tus pensamientos y le pidas para el día siguiente su constante protección;
porque si es posible que tú te olvides de Dios, no es posible que Él se olvide
de ti. Lo dice Él mismo en la Biblia: “Podrá la madre olvidarse del hijo de sus
entrañas, pero yo no me olvidaré de ti”.
“Recuerda que me hiciste de la arcilla, y que me
harás retornar al polvo” (Job 10,9). “Acuérdate de mí, Señor, por el amor que
tienes a tu pueblo; visítame con tu salvación, para que vea la felicidad de tus
elegidos, para que me alegre con la alegría de tu nación, y me gloríe con el pueblo
de tu herencia” (Sal 106,4-5)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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