viernes, 31 de enero de 2014

Pequeñas Semillitas 2264

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2264 ~ Viernes 31 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Por distintas razones, todos tenemos algunos santos que son de nuestra especial devoción. A veces por favores concedidos, otras veces por una tradición familiar, o por influencia de la parroquia a la que asistimos, o por un sinfín de circunstancias más…
En lo que a mí respecta, siento una particular admiración por muchos santos: Francisco de Asís, Ignacio de Loyola, Agustín de Hipona, Juan María Vianney, las tres Teresas (de Ávila, de Lisieux, de Calcuta), el Padre Pío de Pietrelcina, Faustina Kowalska, Vicente de Paul, Alberto Hurtado, el argentino Cura Brochero, el magno Juan Pablo II…. Y ciertamente por San Juan Bosco, el santo a quien celebramos hoy.
Su mayor interés fue atender las necesidades de los niños y jóvenes, especialmente los más pobres y marginados, a los cuales conquistaba con su simpatía, su buen humor, su alegría, sus juegos y trucos de magia… para de ese modo llevarlos al conocimiento de Dios a través del catecismo y de sus predicaciones y ejemplos de vida.
Fue llamado con toda justicia “Padre y Maestro de la juventud”. Pero también fue escritor, editor, predicador, sociólogo, diplomático y fue considerado precursor de la enseñanza profesional. Su obra más perdurable fue la fundación de la Sociedad Salesiana, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, y la Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
En el día consagrado a la memoria litúrgica de “Don Bosco”, quiero saludar con todo afecto a mis amigos salesianos, pidiendo para todos ellos la protección maternal de María Auxiliadora.

¡Buenos días!

Ayuda inesperada

Hoy celebramos a San Juan Bosco. No tuvo una vida fácil. A los dos años quedó huérfano de padre. Pero se constituyó en padre de numerosos huérfanos. Y millares de jóvenes de toda raza y nación, lo aclaman como “Padre y maestro de la juventud”. Su vida transcurrió en la pobreza, pero dedicó sus mejores energías a la juventud indigente y necesitada. El mismo refiere algunas de las persecuciones que sufrió.

“Era una noche lluviosa y volvía yo de la ciudad, cuando observo en un lugar desierto a dos hombres que marchan delante de mí, acelerando o disminuyendo el paso, conforme andaba yo. Quise cambiar de vereda, pero no me dieron lugar, echáronse atrás y en el mayor silencio me arrojaron un manto a la cara. Uno me ciñó la boca con un pañuelo, para que no gritase. En ese momento apareció un perro enorme y, gruñendo como un oso, plantó las zarpas en el rostro de uno y el hocico en el del otro, obligados así a atender al perro antes que a mí.
—¡Llame a su perro!, me gritaron aterrados.
—Sí, lo llamaré, pero déjenme libre.
—¡Pronto, llámelo! El perro seguía rugiendo como lobo rabioso. Los asaltantes huyeron y el perro se me puso al lado y me acompañó hasta el hospital Cottolengo, a donde me dirigía”.

Dios lo protegió repetidas veces en forma prodigiosa. Don Bosco, el santo turinés, anunciaba, a través de revelaciones nocturnas, el futuro de la Iglesia y de la Congregación Salesiana. Por su intercesión, personas afectadas de diversas enfermedades se curaron milagrosamente. Y hubo hasta multiplicación de panecillos, hostias y avellanas. Todos estos dones y su vida entera los consagró a sus queridos jóvenes.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado. (Mc 4,26-34)

Comentario
Hoy Jesús habla a la gente de una experiencia muy cercana a sus vidas: «Un hombre echa el grano en la tierra (...); el grano brota y crece (...). La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga» (Mc 4,26-28). Con estas palabras se refiere al Reino de Dios, que consiste en «la santidad y la gracia, la Verdad y la Vida, la justicia, el amor y la paz» (Prefacio de la Solemnidad de Cristo Rey), que Jesucristo nos ha venido a traer. Este Reino ha de ser una realidad, en primer lugar, dentro de cada uno de nosotros; después en nuestro mundo.
En el alma de cada cristiano, Jesús ha sembrado —por el Bautismo— la gracia, la santidad, la Verdad... Hemos de hacer crecer esta semilla para que fructifique en multitud de buenas obras: de servicio y caridad, de amabilidad y generosidad, de sacrificio para cumplir bien nuestro deber de cada instante y para hacer felices a los que nos rodean, de oración constante, de perdón y comprensión, de esfuerzo por conseguir crecer en virtudes, de alegría...
Así, este Reino de Dios —que comienza dentro de cada uno— se extenderá a nuestra familia, a nuestro pueblo, a nuestra sociedad, a nuestro mundo. Porque quien vive así, «¿qué hace sino preparar el camino del Señor (...), a fin de que penetre en él la fuerza de la gracia, que le ilumine la luz de la verdad, que haga rectos los caminos que conducen a Dios?» (San Gregorio Magno).
La semilla comienza pequeña, como «un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas» (Mc 4,31-32). Pero la fuerza de Dios se difunde y crece con un vigor sorprendente. Como en los primeros tiempos del cristianismo, Jesús nos pide hoy que difundamos su Reino por todo el mundo.
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)

Santoral Católico:
San Juan Bosco
Presbítero y Fundador de los Salesianos
San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.

Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.

Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.

Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.

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Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“Un gran hombre demuestra su grandeza
por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él”

Thomas Carlyle


Tema del día:
Dichos de Don Bosco
1.- Entre vosotros jóvenes, es donde me encuentro bien.

2.- Cuando estoy lejos de vosotros me falta algo.

3.- Iría hasta Superga arrastrando la lengua con tal de salvar un alma.

4.- Un buen consejo lo aceptaría aunque viniera del diablo.

5.- Estad siempre unidos al Señor.

6.- Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres.

7.- Trabajo, trabajo, trabajo.

8.- Ahora hemos de trabajar, ya descansaremos en el paraíso.

9.- Quien deja una casa por seguir la vocación encuentra ciento.

10.- Dadme almas y quedaos el resto.

11.- Hemos de hacer buenos cristianos y honrados ciudadanos.

12.- Salud, sabiduría, santidad (son las tras « S» en las que insistía Don Bosco).

13.- Decían de él: cuando Don Bosco está muy alegre es que tiene algún problema.

14.- Ante la cantidad de obras que realiza, Don Bosco decía: «Yo voy adelante haciendo como la locomotora, puf, puf, puf...»  («Puf» en piamontés significa «deudas»).

15.- Nunca hay que decir « no me toca», sino « ¡Voy yo!».

16.- Mi sistema se basa en la religión, la razón y el amor.

17.- Al dar cultura y principios religiosos prevenimos a los delincuentes.

18.- Más moscas se cazan con una gota de miel que con un barril de vinagre.

19.- Vosotros jóvenes sois los responsables de vuestro futuro.

20.- La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que han de sostener nuestras vidas.

21.- Sed devotos del Papa, es una de nuestras principales devociones.

22.- Tristeza y melancolía fuera de la casa mía.

23.- Dios te ve.

24.- Como padres amorosos corrijamos siempre con amabilidad.

25.- Por los jóvenes hemos de estar dispuestos a soportar cualquier contratiempo y fatiga.

26.- Los jóvenes no sólo deben ser amados, sino que deben notar que se les ama.

27.- Amemos lo que aman los jóvenes.

28.- Procurad siempre vivir en la amistad de Dios.

Web Católico de Javier

Nuevo video

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Leandro D., de Rosario, Argentina, para que pronto consiga un trabajo estable y digno, ya que a sus 28 años está entrando en depresión por no poder tener ese empleo tan necesario.

Pedimos oración por Luis S., de Argentina, quien ha sufrido un severo accidente con su motocicleta, se encuentra fuera de peligro gracias a Dios, pero enfrenta lesiones en sus manos, costillas y piernas. Que por la intercesión de María Auxiliadora, el Señor sane pronto sus heridas.

Seguimos rezando por Eric Daniel, niño de 6 años, internado en La Habana, Cuba, por una infección severa y generalizada. Los médicos han identificado ya la bacteria causante, pero hay que esperar que los medicamentos ayuden a combatirla y mejoren las defensas del niño.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Enero 31
“Señor, a veces me siento débil. Fortalece cada fibra de mi cuerpo y de mi interior. Así yo sé que nada podrá derribarme, porque ningún poder humano, ningún problema, ninguna enfermedad y ninguna dificultad pueden ser más fuertes que tu amor.
Lléname de tu vida intensa, Señor, infunde tu dinamismo en mis acciones, inunda de vitalidad todo mi ser, renueva mis deseos de vivir.
Ayúdame para que una vez más pueda elegir la vida en lugar de la muerte, la alegría en lugar de la melancolía, la esperanza en lugar del desánimo, el empeño en lugar de los lamentos. Tú que eres pura vida, inúndame, Señor. Amén”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

jueves, 30 de enero de 2014

Pequeñas Semillitas 2263

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2263 ~ Jueves 30 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
¡Dios mío, tómame de la mano! Te seguiré de manera resuelta, sin mucha resistencia. No me sustraeré a ninguna de las tormentas que caigan sobre mí en esta vida. Soportaré el choque con lo mejor de mis fuerzas.
Pero dame de vez en cuando un breve instante de paz. No me creeré, en mi inocencia, que la paz que descenderá sobre mí es eterna. Aceptaré la inquietud y el combate que vendrá después. Me gusta mantenerme en el calor y la seguridad, pero no me rebelaré cuando haya que afrontar el frío con tal que tú me lleves de la mano.
Yo te seguiré por todas partes e intentaré no tener miedo. Esté donde esté, intentaré irradiar un poco de amor, del verdadero amor al prójimo que hay en mí.  (Etty Hillesum)


¡Buenos días!

El cabrero y su cabra

Un proverbio dice: “La mentira tiene las patas cortas”, a saber, que no puede llegar muy lejos. Quien dice una mentira para evitar una reprensión, no piensa que tarde o temprano se va encontrar con la dura realidad que pretendió ignorar o esconder. Más vale afrontar con valentía la verdad, aunque se deba aceptar una falta y sufrir la corrección.

Llamaba un cabrero a sus cabras para llevarlas al establo. Una de ellas, al pasar por un rico pasto se detuvo, y el cabrero le lanzó una piedra, pero con tan mala suerte que le rompió un cuerno. Entonces el cabrero le suplicó a la cabra que no se lo contara al patrón, a lo que la cabra respondió: -¡Quisiera yo quedarme callada, mas no podría! Bien claro está a la vista mi cuerno roto. (Esopo).

“Puedes engañar a todo el mundo por algún tiempo. Puedes engañar a algunos por todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo por todo el tiempo”, dijo Abrahán Lincoln. Y el gran orador de Roma, Cicerón, expresó: “Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo”. Decídete siempre por la verdad.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga».
Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará». (Mc 4,21-25)

Comentario
Hoy, Jesús nos explica el secreto del Reino. Incluso utiliza una cierta ironía para mostrarnos que la “energía” interna que tiene la Palabra de Dios —la propia de Él—, la fuerza expansiva que debe extenderse por todo el mundo, es como una luz, y que esta luz no puede ponerse «debajo del celemín o debajo del lecho» (Mc 4,21).
¿Acaso podemos imaginarnos la estupidez humana que sería colocar la vela encendida debajo de la cama? ¡Cristianos con la luz apagada o con la luz encendida con la prohibición de iluminar! Esto sucede cuando no ponemos al servicio de la fe la plenitud de nuestros conocimientos y de nuestro amor. ¡Cuán antinatural resulta el repliegue egoísta sobre nosotros mismos, reduciendo nuestra vida al marco de nuestros intereses personales! ¡Vivir bajo la cama! Ridícula y trágicamente inmóviles: “autistas” del espíritu.
El Evangelio —todo lo contrario— es un santo arrebato de Amor apasionado que quiere comunicarse, que necesita “decirse”, que lleva en sí una exigencia de crecimiento personal, de madurez interior, y de servicio a los otros. «Si dices: ¡Basta!, estás muerto», dice san Agustín. Y san Josemaría: «Señor: que tenga peso y medida en todo..., menos en el Amor».
«‘Quien tenga oídos para oír, que oiga’. Les decía también: ‘Atended a lo que escucháis’» (Mc 4,23-24). Pero, ¿qué quiere decir escuchar?; ¿qué hemos de escuchar? Es la gran pregunta que nos hemos de hacer. Es el acto de sinceridad hacia Dios que nos exige saber realmente qué queremos hacer. Y para saberlo hay que escuchar: es necesario estar atento a las insinuaciones de Dios. Hay que introducirse en el diálogo con Él. Y la conversación pone fin a las “matemáticas de la medida”: «Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará» (Mc 4,24-25). Los intereses acumulados de Dios nuestro Señor son imprevisibles y extraordinarios. Ésta es una manera de excitar nuestra generosidad.
Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España)

Santoral Católico:
Santa Jacinta Mariscotti
Terciaria Franciscana 
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Fuente: Catholic.net    

Palabras del Papa Francisco

"El Señor es muy generoso. El Señor abre todas las puertas. El Señor también entiende al que le dice, ‘¡No, Señor, no quiero ir contigo!’. Entiende y lo espera, porque es misericordioso. Pero al Señor no le gusta el hombre que dice 'sí' y hace 'no', que aparenta agradecerle por tantas cosas bellas, pero que en realidad sigue por su camino, que tiene buenos modales, pero que hace su propia voluntad y no la del Señor: los que siempre se excusan, los que no conocen la alegría, que no experimentan la alegría del pertenecer"
Papa Francisco

Tema del día:
Necesito poco
“Yo necesito pocas cosas y lo poco que necesito, lo necesito poco” 
(San Francisco de Asís)

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O  porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas  de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la  sensación -al menos la sensación- de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un  pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y  ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.

También  quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada o todo.

Artículo  publicado en La Vanguardia, escrito por la periodista Ángeles  Caso

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la niña Abril, de Paraná, Argentina, de 7 años de edad, que tiene un problema de crecimiento (talla baja) por el cual comienza un tratamiento hormonal. Que el Padre Pío interceda ante Jesús para que Él sane el crecimiento de esta niña y se desarrolle en forma normal.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Enero 30
Muchas personas se pasan la vida tratando de demostrarles a los demás que valen algo, que son importantes, que son capaces. Gastan inútilmente sus fuerzas y su tiempo preocupados por la aceptación de los demás, buscando ser aprobados. Lo peor es que viven comparándose, y si ven que otros son más queridos o más elogiados, entonces se sienten poca cosa y sufren profundamente por su vanidad insatisfecha. Pero de esta manera entran en una loca competencia por demostrar quién tiene la razón, quién es más sabio, quién es más capaz, quién vale más. Esa lucha produce un profundo cansancio interior y termina llenando el corazón de tristeza e insatisfacción.
Por eso decía Carlos de Foucauld: “Señor, a mí dame el último lugar, ese lugar que nadie querrá quitar”. Si elegimos ser los últimos y renunciamos a demostrar que valemos más, eso nos brinda una gran paz y una bella libertad interior. Dejamos de ser esclavos de la opinión ajena y caminamos en calma bajo la mirada amorosa del Señor. Al mismo tiempo, así nos liberamos de la envidia de los demás y de esa competencia permanente que hay en la sociedad. Entonces renunciamos a ser más que otros.
No hay más ni menos, sino personas distintas, y todas importantes. Tampoco dejes que tus padres o tus amigos te coloquen en la cabeza el propósito de ser más que otros. Libérate de las expectativas de los demás. No necesitas ser más que nadie. Sólo necesitas dejar aflorar tu propio ser, ser tú mismo y serlo plenamente.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

miércoles, 29 de enero de 2014

Pequeñas Semillitas 2262

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2262 ~ Miércoles 29 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Los seguidores y seguidoras de Jesús han de actuar como actuó Él. Contagiar su mensaje de abundancia de paz, libertad, fraternidad, justicia, alegría, luz...
Jesús empieza por invitarnos a cambiar, a encontrarnos con Alguien que quiere hacernos mejores personas, más humanas y más felices. Siempre es buen momento para convertirse, porque siempre es buen momento para amar, para ser feliz, para agradecer, para dejarse transformar por la acogida, la cercanía, la compañía y el amor de Dios y de los demás.
Dios está cerca… viene como brisa, como susurro, se le siente dentro del corazón, porque el Reino de Dios no está fuera, está en nuestro interior. Jesús es el comienzo de ese “algo  nuevo”, diferente a todo lo anterior, que ya ha comenzado y que no tiene fin. La auténtica conversión, la auténtica felicidad, es conocer a Jesús y vivir como vivió Él.
Jesús llama a personas sencillas en su trabajo cotidiano. Como a Pedro, Andrés... nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre. Y esa llamada no es a minorías, es a todos, se realiza cada día en nuestro entorno, en nuestro trabajo, en las actividades diarias; la respuesta, personal, responsable y libre, también se va dando cada día. Jesús nos invita a vivir felices, a alegrar y  liberar a todas las personas, llevando la Nueva, la Buena, la Mejor Noticia. Como hace Él.
Jesús sigue repitiéndonos la invitación a salir de la rutina, las falsas seguridades,  la comodidad mental y existencial y a convertirnos en sus mensajeros,  priorizando en nuestra vida cotidiana todo aquello que tenga que ver con el proyecto del Reino de Dios: la verdad, la justicia, la solidaridad y la dignidad de todas las personas, especialmente las empobrecidas, las que se ven privadas de consuelo, luz, horizonte y esperanza.
Jesús siempre acompaña sus palabras con hechos. Al ver a las personas agobiadas, angustiadas, oprimidas, empobrecidas, tratadas injustamente, con miedos y escrúpulos en sus relaciones con Dios, no se limita a hablar, consuela, sana, libera, denuncia, enseña, acoge, devuelve la dignidad... cura las almas y los cuerpos, mostrando cómo es Dios y cómo debe actuar quien quiera seguirle. Con ese llamado y ejemplo suyo debemos hacernos sus discípulos.

¡Buenos días!

Camino de esperanza

Te presento hoy un poema vibrante de esperanza. Esta virtud busca lo bueno en la gente, en lugar de subrayar lo malo. La esperanza descubre lo que se puede hacer, en lugar de protestar por lo que no se puede. La esperanza obtiene su poder de una firme confianza en Dios y en sus promesas y en la bondad innata de la humanidad. La esperanza ayuda a llevar una vida plena.

Cuando la luz del día está en su cumbre, eres, Señor Jesús, luz y alegría de quienes en la fe y en la esperanza celebran ya la fiesta de la vida.
Eres resurrección, palabra y prenda de ser y de vivir eternamente; sembradas de esperanzas nuestras vidas, serán en ti cosecha para siempre.
Ven ya, Señor Jesús, Salvador nuestro, de tu radiante luz llena este día, camino de alegría y de esperanza, real acontecer de nueva vida. Amén.

Que en las pruebas y luchas de la vida sepas recordar y repetirte, como el salmista: “Señor, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha” (S 16). Don Bosco en sus homilías solía recordar a los niños y jovencitos del Oratorio: “No olviden que un rinconcito de Cielo todo lo arregla”. Que tengas un día de mucha paz.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús se puso otra vez a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a Él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: «Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó enseguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento». Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga».
Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. Él les dijo: «A vosotros se os ha dado comprender el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone».
Y les dice: «¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la Palabra. Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos. De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben enseguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento». (Mc 4,1-20)

Comentario
Hoy escuchamos de labios del Señor la “Parábola del sembrador”. La escena es totalmente actual. El Señor no deja de “sembrar”. También en nuestros días es una multitud la que escucha a Jesús por boca de su Vicario —el Papa—, de sus ministros y... de sus fieles laicos: a todos los bautizados Cristo nos ha otorgado una participación en su misión sacerdotal. Hay “hambre” de Jesús. Nunca como ahora la Iglesia había sido tan católica, ya que bajo sus “alas” cobija hombres y mujeres de los cinco continentes y de todas las razas. Él nos envió al mundo entero (cf. Mc 16,15) y, a pesar de las sombras del panorama, se ha hecho realidad el mandato apostólico de Jesucristo.
El mar, la barca y las playas son substituidos por estadios, pantallas y modernos medios de comunicación y de transporte. Pero Jesús es hoy el mismo de ayer. Tampoco ha cambiado el hombre y su necesidad de enseñanza para poder amar. También hoy hay quien —por gracia y gratuita elección divina: ¡es un misterio!— recibe y entiende más directamente la Palabra. Como también hay muchas almas que necesitan una explicación más descriptiva y más pausada de la Revelación.
En todo caso, a unos y otros, Dios nos pide frutos de santidad. El Espíritu Santo nos ayuda a ello, pero no prescinde de nuestra colaboración. En primer lugar, es necesaria la diligencia. Si uno responde a medias, es decir, si se mantiene en la “frontera” del camino sin entrar plenamente en él, será víctima fácil de Satanás.
Segundo, la constancia en la oración —el diálogo—, para profundizar en el conocimiento y amor a Jesucristo: «¿Santo sin oración...? —No creo en esa santidad» (San Josemaría).
Finalmente, el espíritu de pobreza y desprendimiento evitará que nos “ahoguemos” por el camino. Las cosas claras: «Nadie puede servir a dos señores...» (Mt 6,24).
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Sulpicio Severo
Obispo de Bourges
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Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“Todo santo tiene su pasado.
Eso quiere decir que todo pecador tiene su futuro”
San Agustín

Tema del día:
Las Misas que oíste en tu vida
A la hora de tu muerte, tu mayor consuelo serán las Misas que durante tu vida oíste. Cada Misa que oíste te acompañará en el tribunal divino y abogará para que alcances perdón. Con cada Misa puedes disminuir el castigo temporal que debes por tus pecados, en proporción con el fervor con que la oigas. Con la asistencia devota a la Santa Misa, rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor.

La Santa Misa bien oída suple tus muchas negligencias y omisiones. Por la Santa Misa bien oída se te perdonan todos los pecados veniales que estás resuelto a evitar, y muchos otros de que ni  siquiera te acuerdas.

Por ella pierde también el demonio dominio sobre ti. Ofreces el mayor consuelo a las benditas ánimas del Purgatorio Consigues bendiciones en tus negocios y asuntos temporales.

Una Misa oída mientras vivas te aprovechará mucho más que muchas que ofrezcan por ti después de la muerte. Te libras de muchos peligros y desgracias en los cuales quizás caerías sino fuera por la Santa Misa. Acuérdate también de que con ella acortas tu Purgatorio.

Con cada Misa aumentarás tus grados de gloria en el Cielo. En ella recibes la bendición del sacerdote, que Dios ratifica en el cielo. Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles que asisten invisiblemente al Santo Sacrificio con  suma reverencia.

Cuando oímos misa en honor de algún Santo en particular, dando a Dios gracias por los favores concedidos a ese Santo, no podemos menos de granjearnos su protección y especial  amor, por el honor, gozo y felicidad que de nuestra buena obra  se le sigue. Todos los días que oigamos Misa, estaría bien que además de las otras intenciones, tuviéramos la de honrar al Santo del día.

“La Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las almas, para sacarlas del purgatorio, librarlas de sus  penas y llevarlas a gozar de la gloria” San Bernardo de Sena

“El que oye Misa, hace oración, da limosna o reza por las almas del Purgatorio, trabaja en su propio provecho” San Agustín.

“Por cada Misa celebrada u oídas con devoción, muchas almas salen del Purgatorio, y a las que allí quedan se les acortan las penas que padecen” San Gregorio el Grande, Papa.

“Durante la celebración de la Misa, se suspenden las penas de las almas por quienes ruega y obra el sacerdote, y especialmente  de aquellas por las que ofrece la Misa” San Gregorio el Grande.

La Santa Misa es la renovación del Sacrificio del Calvario, el mayor acto de adoración a la Santísima Trinidad. Por eso es  obligación oírla todos los domingos y fiestas de guardar.
Fuente: Catolicidad

Oración a San Miguel Arcángel 
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén

La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29 de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los días 29 de cada mes.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Cristina, 94 años, que hoy será operada en Miami, USA, de cataratas y glaucoma en ojo izquierdo. Que el Señor permita que todo se desarrolle según el orden divino durante y después de la operación. Y que toda su familia esté unida y en paz.

Pedimos oración por Oscar C. F., de Costa Rica para que el Señor le ayude a conseguir un buen trabajo. También por la salud de Teresa, Fabiola e Irene. Y por Nidia, que se interna para una cirugía delicada.

Pedimos oración al niño cubano Eric Daniel, de 6 años de edad, que está ingresado grave en La Habana con una infección bacteriana, para que por la intercesión de la Virgen de la Caridad del Cobre (patrona de Cuba), Jesús le conceda la gracia de curarse. 

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Enero 29
El Señor quiere hacer muchas cosas buenas en el mundo: saciar a los hambrientos, consolar a los tristes, reconciliar a los enemistados. Pero normalmente Dios hace esas cosas a través de nosotros para resolver los problemas del mundo. Por eso es tan importante que cada uno cumpla bien con su misión.
Si realmente nos preocupan los problemas del mundo y las angustias de los hermanos, podemos ofrecerlos a Dios cada día para que él nos tome como instrumentos suyos. Entonces él podrá hacer muchas cosas buenas a través de nosotros, derramará bendiciones, producirá cambios importantes a nuestro alrededor.
Pero ser instrumentos de Dios no significa que seamos pasivos, porque él nos ha regalado la inteligencia y muchas capacidades para que las utilicemos ingeniosamente. Un verdadero creyente es activo y creativo, se las ingenia para resolver los problemas y para producir algo bello, porque sabe que sus capacidades son un don del Señor para los demás.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-