PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2264 ~ Viernes
31 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Por distintas razones, todos tenemos algunos santos que
son de nuestra especial devoción. A veces por favores concedidos, otras veces
por una tradición familiar, o por influencia de la parroquia a la que
asistimos, o por un sinfín de circunstancias más…
En lo que a mí respecta, siento una particular admiración
por muchos santos: Francisco de Asís, Ignacio de Loyola, Agustín de Hipona,
Juan María Vianney, las tres Teresas (de Ávila, de Lisieux, de Calcuta), el
Padre Pío de Pietrelcina, Faustina Kowalska, Vicente de Paul, Alberto Hurtado,
el argentino Cura Brochero, el magno Juan Pablo II…. Y ciertamente por San Juan
Bosco, el santo a quien celebramos hoy.
Su mayor interés fue atender las necesidades de los niños
y jóvenes, especialmente los más pobres y marginados, a los cuales conquistaba
con su simpatía, su buen humor, su alegría, sus juegos y trucos de magia… para
de ese modo llevarlos al conocimiento de Dios a través del catecismo y de sus
predicaciones y ejemplos de vida.
Fue llamado con toda justicia “Padre y Maestro de la
juventud”. Pero también fue escritor, editor, predicador, sociólogo,
diplomático y fue considerado precursor de la enseñanza profesional. Su obra
más perdurable fue la fundación de la Sociedad Salesiana, el Instituto de las
Hijas de María Auxiliadora, y la Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
En el día consagrado a la memoria litúrgica de “Don
Bosco”, quiero saludar con todo afecto a mis amigos salesianos, pidiendo para
todos ellos la protección maternal de María Auxiliadora.
¡Buenos días!
Ayuda inesperada
Hoy celebramos a
San Juan Bosco. No tuvo una vida fácil. A los dos años quedó huérfano de padre.
Pero se constituyó en padre de numerosos huérfanos. Y millares de jóvenes de
toda raza y nación, lo aclaman como “Padre y maestro de la juventud”. Su vida
transcurrió en la pobreza, pero dedicó sus mejores energías a la juventud
indigente y necesitada. El mismo refiere algunas de las persecuciones que
sufrió.
“Era una noche lluviosa y volvía yo de la
ciudad, cuando observo en un lugar desierto a dos hombres que marchan delante
de mí, acelerando o disminuyendo el paso, conforme andaba yo. Quise cambiar de
vereda, pero no me dieron lugar, echáronse atrás y en el mayor silencio me
arrojaron un manto a la cara. Uno me ciñó la boca con un pañuelo, para que no
gritase. En ese momento apareció un perro enorme y, gruñendo como un oso,
plantó las zarpas en el rostro de uno y el hocico en el del otro, obligados así
a atender al perro antes que a mí.
—¡Llame a su perro!, me gritaron aterrados.
—Sí, lo llamaré, pero déjenme libre.
—¡Pronto, llámelo! El perro seguía rugiendo
como lobo rabioso. Los asaltantes huyeron y el perro se me puso al lado y me
acompañó hasta el hospital Cottolengo, a donde me dirigía”.
Dios lo protegió
repetidas veces en forma prodigiosa. Don Bosco, el santo turinés, anunciaba, a
través de revelaciones nocturnas, el futuro de la Iglesia y de la Congregación
Salesiana. Por su intercesión, personas afectadas de diversas enfermedades se
curaron milagrosamente. Y hubo hasta multiplicación de panecillos, hostias y
avellanas. Todos estos dones y su vida entera los consagró a sus queridos
jóvenes.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «El Reino de
Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de
noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el
fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la
espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha
llegado la siega».
Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o
con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se
siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la
tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y
echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les
anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle;
no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba
todo en privado. (Mc 4,26-34)
Comentario
Hoy Jesús habla a la gente de una experiencia muy cercana
a sus vidas: «Un hombre echa el grano en la tierra (...); el grano brota y
crece (...). La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga,
después trigo abundante en la espiga» (Mc 4,26-28). Con estas palabras se
refiere al Reino de Dios, que consiste en «la santidad y la gracia, la Verdad y
la Vida, la justicia, el amor y la paz» (Prefacio de la Solemnidad de Cristo
Rey), que Jesucristo nos ha venido a traer. Este Reino ha de ser una realidad,
en primer lugar, dentro de cada uno de nosotros; después en nuestro mundo.
En el alma de cada cristiano, Jesús ha sembrado —por el
Bautismo— la gracia, la santidad, la Verdad... Hemos de hacer crecer esta
semilla para que fructifique en multitud de buenas obras: de servicio y
caridad, de amabilidad y generosidad, de sacrificio para cumplir bien nuestro
deber de cada instante y para hacer felices a los que nos rodean, de oración
constante, de perdón y comprensión, de esfuerzo por conseguir crecer en
virtudes, de alegría...
Así, este Reino de Dios —que comienza dentro de cada uno—
se extenderá a nuestra familia, a nuestro pueblo, a nuestra sociedad, a nuestro
mundo. Porque quien vive así, «¿qué hace sino preparar el camino del Señor
(...), a fin de que penetre en él la fuerza de la gracia, que le ilumine la luz
de la verdad, que haga rectos los caminos que conducen a Dios?» (San Gregorio
Magno).
La semilla comienza pequeña, como «un grano de mostaza
que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que
se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas
las hortalizas» (Mc 4,31-32). Pero la fuerza de Dios se difunde y crece con un
vigor sorprendente. Como en los primeros tiempos del cristianismo, Jesús nos
pide hoy que difundamos su Reino por todo el mundo.
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)
Santoral Católico:
San Juan Bosco
Presbítero y Fundador de los
Salesianos
San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en
Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida
educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y
agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes
organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la
iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad
pastoral con San José Cafasso.
Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los
jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a
rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco
(así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de
lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo
Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita,
sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco
dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro
dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una
pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y
escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que
sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la
religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda
en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre
todo, pero espera todo y aguanta todo”.
Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco
fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de
María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó
escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa
católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su
servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa
Saboya.
Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la
casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen
polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo,
nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena
voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos
siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue
canonizado por Pío XI en 1934.
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Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
“Un gran hombre demuestra su grandeza
por el modo en que trata a los que son o tienen menos que
él”
Thomas Carlyle
Tema del día:
Dichos de Don Bosco
1.- Entre vosotros jóvenes, es donde me encuentro bien.
2.- Cuando estoy lejos de vosotros me falta algo.
3.- Iría hasta Superga arrastrando la lengua con tal de
salvar un alma.
4.- Un buen consejo lo aceptaría aunque viniera del
diablo.
5.- Estad siempre unidos al Señor.
6.- Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre
alegres.
7.- Trabajo, trabajo, trabajo.
8.- Ahora hemos de trabajar, ya descansaremos en el
paraíso.
9.- Quien deja una casa por seguir la vocación encuentra
ciento.
10.- Dadme almas y quedaos el resto.
11.- Hemos de hacer buenos cristianos y honrados
ciudadanos.
12.- Salud, sabiduría, santidad (son las tras « S» en las
que insistía Don Bosco).
13.- Decían de él: cuando Don Bosco está muy alegre es
que tiene algún problema.
14.- Ante la cantidad de obras que realiza, Don Bosco
decía: «Yo voy adelante haciendo como la locomotora, puf, puf, puf...» («Puf» en piamontés significa «deudas»).
15.- Nunca hay que decir « no me toca», sino « ¡Voy yo!».
16.- Mi sistema se basa en la religión, la razón y el
amor.
17.- Al dar cultura y principios religiosos prevenimos a
los delincuentes.
18.- Más moscas se cazan con una gota de miel que con un
barril de vinagre.
19.- Vosotros jóvenes sois los responsables de vuestro
futuro.
20.- La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que
han de sostener nuestras vidas.
21.- Sed devotos del Papa, es una de nuestras principales
devociones.
22.- Tristeza y melancolía fuera de la casa mía.
23.- Dios te ve.
24.- Como padres amorosos corrijamos siempre con
amabilidad.
25.- Por los jóvenes hemos de estar dispuestos a soportar
cualquier contratiempo y fatiga.
26.- Los jóvenes no sólo deben ser amados, sino que deben
notar que se les ama.
27.- Amemos lo que aman los jóvenes.
28.- Procurad siempre vivir en la amistad de Dios.
Web Católico de Javier
Nuevo video
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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Leandro
D., de Rosario, Argentina, para que pronto consiga un trabajo estable y
digno, ya que a sus 28 años está entrando en depresión por no poder tener ese
empleo tan necesario.
Pedimos oración por Luis
S., de Argentina, quien ha sufrido un severo accidente con su motocicleta,
se encuentra fuera de peligro gracias a Dios, pero enfrenta lesiones en sus
manos, costillas y piernas. Que por la intercesión de María Auxiliadora, el
Señor sane pronto sus heridas.
Seguimos rezando por Eric
Daniel, niño de 6 años, internado en La Habana, Cuba, por una infección
severa y generalizada. Los médicos han identificado ya la bacteria causante,
pero hay que esperar que los medicamentos ayuden a combatirla y mejoren las
defensas del niño.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Enero 31
“Señor, a veces me siento débil. Fortalece cada fibra de
mi cuerpo y de mi interior. Así yo sé que nada podrá derribarme, porque ningún
poder humano, ningún problema, ninguna enfermedad y ninguna dificultad pueden
ser más fuertes que tu amor.
Lléname de tu vida intensa, Señor, infunde tu dinamismo
en mis acciones, inunda de vitalidad todo mi ser, renueva mis deseos de vivir.
Ayúdame para que una vez más pueda elegir la vida en
lugar de la muerte, la alegría en lugar de la melancolía, la esperanza en lugar
del desánimo, el empeño en lugar de los lamentos. Tú que eres pura vida,
inúndame, Señor. Amén”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-