PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2439 ~ Jueves
21 de Agosto de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
La Iglesia Católica celebra cada 21 de agosto el Día del Catequista, en conmemoración
del papa Pío X. Ese Papa, que fue santificado, tuvo actuación preponderante a
favor de la catequesis e hizo posible entre otras cosas impartir los
sacramentos a los niños.
El catequista se reconoce en búsqueda, en camino; no se
cree ni dueño de la verdad ni el "maestro" que llega para esclarecer
a los demás sino un instrumento que el mismo Jesús, presente en la comunidad,
envía, sostiene y da fuerza para superar las oscuridades y dificultades.
Es parte de la gran marcha de creyentes que han recorrido
y aún recorren la historia. Marcha que fue iniciada por el pueblo de Israel y
ha continuado en la Iglesia y, a través de ella, ha llegado hasta nosotros.
Un saludo cargado de admiración y afecto a todos los
catequistas, y que el Señor siempre guíe sus pasos.
¡Buenos días!
Renovarte
Renovarte es
dejar atrás algo a lo cual estuviste apegado y de lo cual te cuesta
desprenderte; es atreverte una vez más y estar dispuesto a ser diferente de lo
que fuiste ayer; es desarrollarte y evolucionar desde adentro. Cuando decides
cambiar una actitud negativa, te estás renovando. Cuando corriges un error,
estás creciendo.
¿Qué te parece... hacer algo diferente, una
salida a un lugar que te guste, con alguien que quieres y no ves hace tiempo?,
¿una nueva profesión?, ¿ayudar al más cercano?, ¿mejorar tu carácter?, ¿o
desarrollar un poco más el antiguo deseo de aprender a pintar, dibujar, o
computación? ¿Ves cuántos desafíos, cuántas cosas esperan que tú te decidas a
realizarlas? Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo
bueno, pues la vida nos trae lo que anhelamos; si pensamos pequeño, lo pequeño
nos vendrá. Si pensamos firmemente en lo mejor, en lo positivo y luchamos por
alcanzarlo, lo mejor va a venir a nuestra vida.
Resultado de la
renovación es la madurez. Serás maduro cuando tengas la habilidad de controlar
la ira y resolver las discrepancias sin violencia o destrucción; cuando no
prejuzgues, ni participes en chismes que contaminan el alma… Ten presente que
renovarte solo termina con la vida.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a los
grandes sacerdotes y a los notables del pueblo: «El Reino de los Cielos es
semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió a sus
siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió
todavía a otros siervos, con este encargo: ‘Decid a los invitados: Mirad, mi
banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y
todo está a punto; venid a la boda’. Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el
uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los
escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte
a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.
»Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada,
pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a
cuantos encontréis, invitadlos a la boda’. Los siervos salieron a los caminos,
reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se
llenó de comensales. Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había
allí uno que no tenía traje de boda, le dice: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí
sin traje de boda?’. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los
sirvientes: ‘Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí
será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, mas pocos
escogidos». (Mt
22,1-14)
Comentario
Hoy, la parábola evangélica nos habla del banquete del
Reino. Es una figura recurrente en la predicación de Jesús. Se trata de esa
fiesta de bodas que sucederá al final de los tiempos y que será la unión de
Jesús con su Iglesia. Ella es la esposa de Cristo que camina en el mundo, pero
que se unirá finalmente a su Amado para siempre. Dios Padre ha preparado esa
fiesta y quiere que todos los hombres asistan a ella. Por eso dice a todos los
hombres: «Venid a la boda» (Mt 22,4).
La parábola, sin embargo, tiene un desarrollo trágico,
pues muchos, «sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su
negocio...» (Mt 22,5). Por eso, la misericordia de Dios va dirigiéndose a
personas cada vez más lejanas. Es como un novio que va a casarse e invita a sus
familiares y amigos, pero éstos no quieren ir; llama después a conocidos y
compañeros de trabajo y a vecinos, pero ponen excusas; finalmente se dirige a
cualquier persona que encuentra, porque tiene preparado un banquete y quiere
que haya invitados a la mesa. Algo semejante ocurre con Dios.
Pero, también, los distintos personajes que aparecen en
la parábola pueden ser imagen de los estados de nuestra alma. Por la gracia
bautismal somos amigos de Dios y coherederos con Cristo: tenemos un lugar
reservado en el banquete. Si olvidamos nuestra condición de hijos, Dios pasa a
tratarnos como conocidos y sigue invitándonos. Si dejamos morir en nosotros la
gracia, nos convertimos en gente del camino, transeúntes sin oficio ni
beneficio en las cosas del Reino. Pero Dios sigue llamando.
La llamada llega en cualquier momento. Es por invitación.
Nadie tiene derecho. Es Dios quien se fija en nosotros y nos dice: «¡Venid a la
boda!». Y la invitación hay que acogerla con palabras y hechos. Por eso aquel
invitado mal vestido es expulsado: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de
boda?» (Mt 22,12).
Rev. D. David AMADO i Fernández (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Pío X
Papa
Memoria del papa san Pío X, que fue sucesivamente
sacerdote con cargo parroquial, obispo de Mantua y después patriarca de
Venecia. Finalmente, elegido Sumo Pontífice, adoptó una forma de gobierno
dirigida a instaurar todas las cosas en Cristo, que llevó a cabo con sencillez
de ánimo, pobreza y fortaleza, promoviendo entre los fieles la vida cristiana
por la participación en la Eucaristía, la dignidad de la sagrada liturgia y la
integridad de la doctrina (1914). Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Frases de San Pío X
“La bondad es lo que importa, pues es el bálsamo que pone
un poco de suavidad en cualquier amarga llaga”
“El Rosario es de todas las oraciones, la más bella, la
más rica en gracias y la que más complace a la Santísima Virgen. Si deseáis paz
en vuestros corazones y en vuestros hogares, rezad diariamente el Santo
Rosario. Dadme un ejército que rece el Rosario y lograré con él conquistar el
mundo”
“El pobre no debe avergonzarse de su pobreza ni desdeñar
la caridad del rico, pues debe pensar en Jesucristo, que pudiendo haber nacido
en medio de la opulencia, se hizo pobre para ennoblecer la pobreza y
enriquecerla con incomparables méritos para el cielo. Yo soy un pobre hombre y
Jesucristo lo es todo”
Tema del día:
Y Dios creó a los
catequistas…
Cuando Dios creó el mundo, un día antes de darlo por
terminado, Dios encomendó a sus ángeles la tarea de recorrer de nuevo el mundo
y ver si faltaba algo por hacer. Un ángel llamado Juan, le contestó: “Señor, mil veces nos has enviado a ver si
faltaba algo, ya te hemos dicho que todo quedó muy bien” Y Dios se fue a
dormir.
A la mañana siguiente, Dios madrugó más de lo normal, y
aún en pijama se asomó a la ventana y vio que el hombre estaba talando bosques,
matando focas, robando a sus empleados, e inventando armas para pelear por el
petróleo, antes aún de descubrirlo. Dios mandó a sus ángeles bajar a la tierra
a indagar que había hecho mal y corregirlo.
Muchos días después, los ángeles subieron a Su presencia.
“Señor, te tenemos
que dar una mal noticia. Toda tu obra ha quedado perfecta salvo una cosa: el
corazón del hombre se rasga con cada palabra que pronuncian otros hombres, y en
cada grieta se cuelan unos sentimientos extraños que Tú no creaste y que el
hombre mismo les ha puesto nombre: odio, celos, rencores, ambición...”
“Nosotros hemos
cerrado sus heridas con Tus palabras y con Tus sentimientos, pero no basta con
cerrarlas una vez; se vuelven a abrir continuamente, el corazón del hombre te
ha quedado algo olvidadizo y frágil. Habría que estar todo el día a su lado”
Un ángel propuso: “Sólo
cabe una solución, has de destruirlo y volverlo a crear de nuevo, mejorando su
corazón; el de los elefantes te quedó muy bien, podrías copiárselo”
Dios contestó: “No
sería mala idea si no fuera que les he tomado ya tanto cariño, y hasta tengo
escogido de entre ellos algunos para grandes misiones. Creo que es mejor
solución la que dijiste antes: que haya ángeles en medio de ellos,
constantemente cerca, para cerrar sus heridas y sanarles el corazón y para
hablarles de mí y de nuestro proyecto común, a todas horas, en toda ocasión, a tiempo
y a destiempo. Id todos…”
Y así fue como Dios creo a los catequistas…
Natalio Saludes OFM
Oración del catequista
Señor haz que yo sea tu testigo, para comunicar tu
enseñanza y amor.
Concédeme poder cumplir la misión de catequista
con
humildad y profunda confianza.
Que mi catequesis sea un servicio a los demás,
una
entrega gozosa y viva de tu evangelio.
Recuérdame continuamente que la fe que deseo irradiar
la
he recibido de ti para los que me confías.
Hazme verdadero educador de la fe atento a la voz de tu
Palabra,
amigo sincero de los demás, especialmente de mis hermanos
catequistas.
Que sea el Espíritu Santo quien conduzca mi vida
para que
no deje de buscarte y quererte,
para que no me venza la pereza y el egoísmo, para
combatir la tristeza.
Señor: unido a ti y a la Iglesia y a tu Madre María,
sepa yo guardar, como ella, tu Palabra y ponerla al
servicio del mundo.
Amén.
San Juan Pablo II
Nuevo video
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Un estímulo todos los días
Agosto 21
“Señor, me rebelan los dolores, me causa temor la
enfermedad, me cuesta mucho estar limitado. Por eso vengo a tu presencia para
ponerme en tus brazos. Si dejo esto en tus manos todo terminará bien aunque yo
no sepa cómo y aunque no pueda controlarlo todo.
Jesús, mi Señor y mi Pastor, mírame, contempla mi cuerpo,
que es semejante al tuyo. Soy como un herido necesitado de tus cuidados.
Cárgame sobre tus hombros y venda mis heridas, Señor. Mira con ternura mi
cuerpo, este cuerpo mío que es obra de tus amorosas manos. Mira sus
enfermedades y sus debilidades. Tú que estás lleno de misericordia, toma cada
uno de los órganos de mi cuerpo y dales un poco más de tu aliento de vida.
Libéralos de todo mal, cúralos de toda enfermedad que los debilite.
Toca todo mi ser, dañado a veces por mis nerviosismos y
angustias. Sana mi sistema nervioso, pasa por mis neuronas, por mi cerebro, y
pacifica, serena, calma. Armonízalo todo, para que pueda vivir con serenidad,
con lucidez, con gozo.
Sana toda raíz enferma que lleve adentro, destrúyela con
tu fuego divino, con la vida nueva y poderosa de tu resurrección. Adorado
Jesús, pasa por cada célula de mi cuerpo restaurándolo, devuélvele vida y
fortaleza a todas las partes de mi cuerpo, abrázalo y penétralo con tu cuerpo
santísimo y lleno de salud. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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