martes, 12 de agosto de 2014

Pequeñas Semillitas 2430

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2430 ~ Martes 12 de Agosto de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Con las desgracias que suceden en el mundo nos lamentamos y entristecemos. Pero hay que reconocer que no tenemos la justa visión de las cosas, la visión de la fe, que nos hace ver la verdad. Porque si pensamos que la pérdida de un alma en el Infierno es mayor mal que todas las desgracias y catástrofes de todos los mundos desde la creación del universo, entonces sí que abrimos los ojos para comprender que lo que realmente es malo es perderse para siempre en el Infierno.
Hoy la muerte se toma como algo muy trágico, olvidando que la muerte sólo es trágica para quien sale de este mundo en pecado mortal, porque para los demás es el paso a la felicidad del Cielo o a la purificación del Purgatorio.
No entendemos bien qué quiere decir que un alma esté padeciendo tormentos inimaginables por toda la eternidad. Por eso el Señor dice que un alma que se va al Infierno es mayor mal que todos los males de todas clases ocurridos en la Tierra desde el principio del mundo.
Pensemos en estas cosas y veamos los fenómenos naturales y catástrofes que suceden en el mundo como llamados de Dios para vivir una vida más santa, aprovechando el tiempo que nos queda y escarmentando en cabeza ajena, para tomar el camino justo que nos lleve a la salvación, a evitar el Infierno. Sitio Santísima Virgen

¡Buenos días!

El poema de la creación
Por medio de tus sentidos, aprende a conocer mejor y amar la naturaleza. Acostúmbrate a mirar con admiración y agradecimiento el bosque y los trigos ondulantes. Escucha el murmullo del arroyo y el canto de la calandria. Siente la frescura de la tierra recién labrada y el perfume de los prados. Toca suavemente la rosa que se entreabre y el fruto que madura...

Padre, tú has creado este universo, para que me ayude a conocerte mejor y a amarte mejor. Cada rayo de luz, cada flor, cada nuevo paisaje a la vuelta del camino es un mensajero discreto que me invita, por senderos fáciles a subir hasta ti. El rocío de la noche y el gallo que canta por la mañana, el viento que murmura al pasar y el pan sobre la mesa, todo me habla de tu bondad. Pero me falta atención del corazón para encontrarte en todas estas cosas. Consérvame un alma vibrante, entusiasta, un alma joven, que no se canse de leer el poema de la creación.

“Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies” (Sal. 8). Cultiva la atención del corazón.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En una ocasión, los discípulos preguntaron a Jesús: «¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?». Él llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños». (Mt 18,1-5.10.12-14)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos vuelve a revelar el corazón de Dios. Nos hace entender con qué sentimientos actúa el Padre del cielo en relación con sus hijos. La solicitud más ferviente es para con los pequeños, aquellos hacia los cuales nadie presta atención, aquellos que no llegan al lugar donde todo el mundo llega. Sabíamos que el Padre, como Padre bueno que es, tiene predilección por los hijos pequeños, pero hoy todavía nos damos cuenta de otro deseo del Padre, que se convierte en obligación para nosotros: «Si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos» (Mt 18,3).
Por tanto, entendemos que aquello que valora el Padre no es tanto "ser pequeño", sino "hacerse pequeño". «Quien se haga pequeño (...), ése es el mayor en el Reino de los Cielos» (Mt 18,4). Por esto, podemos entender nuestra responsabilidad en esta acción de empequeñecernos. No se trata tanto de haber sido uno creado pequeño o sencillo, limitado o con más capacidades o menos, sino de saber prescindir de la posible grandeza de cada uno para mantenernos en el nivel de los más humildes y sencillos. La verdadera importancia de cada uno está en asemejarnos a uno de estos pequeños que Jesús mismo presenta con cara y ojos.
Para terminar, el Evangelio todavía nos amplía la lección de hoy. Hay, ¡y muy cerca de nosotros!, unos "pequeños" que a veces los tenemos más abandonados que a los otros: aquellos que son como ovejas que se han descarriado; el Padre los busca y, cuando los encuentra, se alegra porque los hace volver a casa y no se le pierden. Quizá, si contemplásemos a quienes nos rodean como ovejas buscadas por el Padre y devueltas, más que ovejas descarriadas, seríamos capaces de ver más frecuentemente y más de cerca el rostro de Dios. Como dice san Asterio de Amasea: «La parábola de la oveja perdida y el pastor nos enseña que no hemos de desconfiar precipitadamente de los hombres, ni desfallecer al ayudar a los que se encuentran con riesgo».
Rev. D. Valentí ALONSO i Roig (Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Juana Francisca de Chantal
Co-Fundadora
Santa Juana Francisca Frémiot de Chantal, religiosa, que siendo primero madre de familia, tuvo como fruto de su cristiano matrimonio seis hijos, a los que educó piadosamente, y muerto su esposo, bajo la dirección de san Francisco de Sales abrazó con decisión el camino de la perfección y realizó obras de caridad, en especial para con los pobres y enfermos. Dio comienzo a la Orden de la Visitación de santa María, que dirigió también prudentemente, y su muerte tuvo lugar en Moulins, junto al Aller, cerca de Nevers, en Francia, el día trece de diciembre (1641). Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

Palabras del Papa Francisco

“Buscar a Jesús, encontrar a Jesús, éste es el gran tesoro. Cuántas personas, cuántos santos y santas, leyendo con corazón abierto el Evangelio, se han sentido tan conmovidos por Jesús, que se han convertido a Él… Donde está Jesús, está la esperanza, donde está Jesús los hermanos se aman, se comprometen a salvaguardar sus vidas, su salud, también respetando el ambiente y la naturaleza, y ésta es la esperanza que no desilusiona jamás, aquella que da Jesús”
Papa Francisco

Tema del día:
El miedo a la muerte

Quizá recuerdes aquella escena de la partida de ajedrez de la película "El séptimo sello", de Ingmar Bergman. Es la personificación de la Muerte, que juega con el hombre la partida decisiva.

Así, dramáticamente, como una lucha absurda y fatal contra un destino ciego, plantean algunos hombres su existencia, inmersa en una visión triste y angustiosa de la que no logran escapar. Cuando lo natural debiera ser asumir la muerte con serenidad, como una parte real y normal de la propia vida, como una certeza que nos lleva a redoblar nuestro esfuerzo para sacarle mayor partido a los años que nos quedan, esas personas se resisten a pensar en su origen y su destino. Han convertido la muerte en un tabú, en una cosa innombrable.

Hasta ahora, solo un verdadero sentido de la religión ha sido capaz de superar satisfactoriamente el temor a la muerte. El miedo a la muerte solo puede quedar contrapesado por la esperanza de una nueva vida. Para el creyente, la muerte es como tomarse una medicina amarga cuando uno está seguro de que con ella recobrará la salud. Pero, aun teniendo eso claro, mucha gente tiene miedo a morir. ¿Por qué crees que resulta tan difícil aceptar la vida en el otro mundo?

Es natural tener algo de miedo –o al menos respeto– a la muerte. Pero la muerte es algo natural (entre otras cosas, sería enormemente aburrido levantarse todas las mañanas, lavarse los dientes, vestirse y desayunar, milenio tras milenio). Podremos controlar nuestro miedo a la muerte cuando comprendamos que nuestra alma, nuestra verdadera esencia, jamás morirá.

Cada minuto en esta vida es un paso a la eternidad, y si esa eternidad es el cielo, es un paso más hacia una bienaventuranza de dimensión tan extraordinaria que nadie sería capaz de describir. Así lo entendió finalmente –comentaba Martín Descalzo– aquella mujer afligida por el zarpazo de la muerte de unos seres queridos, cuando escuchó dentro de sí una voz que le decía: "Pero..., ¿ese es el modo que tú tienes de agradecer a Dios los padres y el hermano que disfrutaste durante tantos años?". Desde entonces esa señora hace regalos, en cada cumpleaños de los fallecidos, a instituciones de caridad.

Hay una diferencia grande, de modo habitual, en la forma en que se recibe la muerte en familias sin fe y en familias con una verdadera fe. Un radical desgarro en unas, que contrasta con una honda serenidad en las otras. No saben cuánto pierden cuando pierden la fe. Si tuvieran fe -una fe hondamente vivida, se entiende-, en lugar de ver la muerte como el hoyo negro, fatal, donde toda vida humana se derriba y se hunde, como un final dramático de todo, la verían como el nacimiento a una nueva vida, como cuando la mariposa deja la crisálida de la que sale. El alma vive siempre y renace.

La muerte es el máximo enigma de la vida. El hombre sufre con el dolor y la enfermedad, pero el máximo tormento es el temor por la desaparición perpetua. El hecho de la muerte aparece como un misterio ante el cual la imaginación del hombre sin fe naufraga por completo.
Alfonso Aguiló

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de María Elena Z. J., de México, que ha partido llamada por el Padre celestial.

Pedimos oración para Lisandro, un niño de Salta, Argentina, que está en tratamiento por problemas intestinales, por lo que rogamos a la Virgen María que lo ampare con su amor y consiga para él las gracias sanadoras de Jesús.

Pedimos oración por Natalia, de Córdoba, Argentina, operada ayer de un tumor cerebral, por lo que rogamos a Dios por su recuperación. 

Pedimos oración para las siguientes personas de la provincia del Chaco, Argentina:
- Sandra, afectada de cáncr de útero con complicaciones.
- Justina, afectade de cáncer de mama.
- Patricio, con cáncer y en tratamiento.
- María Angélica, operada de cáncer de mama y en espera de los marcadores tumorales.
Que Jesús Misericordioso y la Santísima Virgen de Lourdes les conceda fortaleza y sanación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Agosto 12
“Señor, te entrego todas las personas que quiero: mis amigos, vecinos, parientes, compañeros. Los coloco bajo tu protección divina. Son tuyos, Señor, y yo te proclamo una vez más rey y salvador de sus vidas.
Tú sabes lo que es mejor para ellos, tú los conoces mejor que yo y tienes un plan maravilloso para sus vidas. Tómalos, Señor, condúcelos con tu luz, renuévalos con tu amo y tu paz.
Cuídalos de todo mal y protégelos de toda perturbación. No permitas que nada ni nadie les haga daño. Y si algo les sucede, yo sé que tú sacarás de eso algún bien para sus vidas, porque eres sabio y poderoso, y yo los he dejado en tus manos.
Alabado seas por sus vidas, porque son obra de tus manos amorosas y son tuyos. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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