PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2425 ~ Jueves
7 de Agosto de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Dios puede salir a tu encuentro a través de la lectura de
un buen libro. A este respecto se conoce la historia de Eddie Doherty, un
periodista norteamericano, que ganaba miles de dólares al mes. Era rico y no
creía en Dios. Un día se puso a leer el libro “Historia de un alma” de Santa
Teresita del Niño Jesús, y nos dice:
“Esa noche, acostado en cama, tomé el libro con la sola
intención de echarle un vistazo. Pero, una vez que comencé a leer esas páginas
tan encantadoras, no pude dejarlo. A las tres de la mañana lo terminé. Pero
seguí apretándolo sobre mi pecho, pasando mis dedos bañados en lágrimas por su
cubierta. Ningún libro me había impresionado tanto jamás”.
Eddie se convirtió y se hizo sacerdote católico. Algo
parecido podemos decir de Sta. Edith Stein, que se convirtió a la fe católica,
leyendo el libro de la vida de Sta. Teresa de Jesús.
Padre Ángel Peña
¡Buenos días!
Agradar a Dios
Tu vida, como la
de todos, transcurre, entre sencillas tareas. Puedes caer en el grave error de
juzgarlas sin importancia y hacerlas sin implicarte con entusiasmo y amor
poniendo lo mejor de ti mismo. La Reina de la Paz te invita hoy a buscar la
voluntad de Dios en la vida cotidiana, camino de santidad abierto para todos.
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a tomar en
serio los mensajes que yo les doy y a vivirlos. Yo estoy con ustedes, queridos
hijos, y deseo que cada uno de ustedes esté cada vez más cerca de mi corazón.
Por eso, mis queridos hijos, oren y busquen la voluntad de Dios en su vida
cotidiana. Yo deseo que cada uno de ustedes descubra el camino de la santidad y
que crezca en ella hasta la eternidad. Yo oraré por ustedes e intercederé por
ustedes ante Dios, para que puedan comprender la grandeza de este regalo que
Dios me concede, de poder estar con ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi
llamado! ”
“No hay mayor
sabiduría que reconocer que esta tarea que me toca hacer ahora, mientras no
aparezca otra, es la mejor que podría realizar. Y ya que es lo que me toca
hacer ahora, entonces lo vivo con todas mis energías y mis ganas, sin pensar en
otras cosas que podría realizar en este momento”. Este es el camino concreto de
la voluntad de Dios.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquellos días, llegado Jesús a la región de Cesarea de
Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es
el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que
Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros
¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de
Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de
Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que
está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra
ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la
tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará
desatado en los cielos». Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie
que Él era el Cristo.
Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus
discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos,
los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día.
Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor!
¡De ningún modo te sucederá eso!». Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro:
«¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus
pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!». (Mt 16,13-23)
Comentario
Hoy Jesús proclama afortunado a Pedro por su atinada
declaración de fe: «Simón Pedro contestó: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios
vivo’. Replicando Jesús le dijo: ‘Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás,
porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en
los cielos’» (Mt 16,16-17). En esta felicitación Jesús promete a Pedro el
primado en su Iglesia; pero poco después ha de hacerle una reconvención por
haber manifestado una idea demasiado humana y equivocada del Mesías: «Tomándole
aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: ‘¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún
modo te sucederá eso!’. Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ‘¡Quítate de mi
vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de
Dios, sino los de los hombres!’» (Mt 16,22-23).
Hay que agradecer a los evangelistas que nos hayan
presentado a los primeros discípulos de Jesús tal como eran: no como unos
personajes idealizados, sino gente de carne y hueso, como nosotros, con sus
virtudes y defectos; esta circunstancia los aproxima a nosotros y nos ayuda a
ver que el perfeccionamiento en la vida cristiana es un camino que todos
debemos hacer, pues nadie nace enseñado.
Dado que ya sabemos cómo fue la historia, aceptamos que
Jesucristo haya sido el Mesías sufriente profetizado por Isaías y haya
entregado su vida en la cruz. Lo que más nos cuesta aceptar es que nosotros
tengamos que continuar haciendo presente su obra a través del mismo camino de
entrega, renuncia y sacrificio. Imbuidos como estamos en una sociedad que
propugna el éxito rápido, aprender sin esfuerzo y de modo divertido, y
conseguir el máximo provecho con el mínimo de labor, es fácil que acabemos
viendo las cosas más como los hombres que como Dios. Una vez recibido el
Espíritu Santo, Pedro aprendió por dónde pasaba el camino que debía seguir y
vivió en la esperanza. «Las tribulaciones del mundo están llenas de pena y
vacías de premio; pero las que se padecen por Dios se suavizan con la esperanza
de un premio eterno» (San Efrén).
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Cayetano de Thiene
Presbítero y Fundador
San Cayetano de Thiene, presbítero, que en Nápoles, en la
región de la Campania, se entregó piadosamente a obras de caridad, especialmente
a favor de los aquejados de enfermedades incurables, promovió cofradías para
formar religiosamente a los laicos e instituyó los Clérigos Regulares, para la
reforma de la Iglesia, enseñando a sus discípulos a seguir la primitiva manera
de vida apostólica (1547). Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
“Dios no nos olvida, el Padre no nos abandona jamás. Pero
es un Padre paciente, nos espera siempre. Respeta nuestra libertad, pero
permanece siempre fiel. Y cuando volvemos a Él, nos acoge como hijos, en su casa,
porque no deja jamás, ni siquiera por un momento, de esperarnos, con amor. Y su
corazón está de fiesta por cada hijo que vuelve. Está de fiesta porque es
alegría. Dios tiene esta alegría, cuando uno de nosotros, pecadores, va a Él y
pide su perdón”
Papa Francisco
Tema del día:
Explicación del Ave María
Vamos a comentar el avemaría con la intención de que al
pronunciar cada frase lo hagamos con pleno sentido.
En el año 1525 se encuentra ya el avemaría en los
catecismos populares, pero la fórmula definitiva tal y como nosotros la rezamos
la fijó Pío V en 1568, con ocasión de la reforma litúrgica.
Dios te salve
Imagínate cómo es la mirada de Dios sobre la mujer que Él
creó y eligió para que fuera su madre: una mirada llena de amor, de
predilección, de gozo y complacencia. Hasta donde te sea posible, cuando
comiences el avemaría apropia la mirada de Jesús sobre su Madre y salúdala con
las palabras del Arcángel Gabriel en la anunciación (Lc. 1,28). Desde lo más
profundo de tu corazón dile: "alégrate María".
María
Pronunciar el nombre de María te llena de amor y de
confianza. María significa la amada del Señor, Señora, estrella del mar, la que
orienta a los navegantes y los dirige a Cristo. San Alfonso María de Ligorio
dice que es un "nombre cargado de divinas dulzuras" y Tomas de Kempis
afirma que los demonios temen de tal manera a la Reina del cielo, que al oír su
nombre, huyen de aquel que lo nombra como de fuego que los abrasara.
Llena eres de
gracia, el Señor es contigo
Porque Dios está con ella María está completamente
impregnada de gracia, como una esponja bajo el agua. María está llena de la
presencia de Dios y Dios es la fuente de la gracia. "El poder del Altísimo
la cubrió con su sombra"(Lc 1,35), es decir, Dios descendió para habitar
en ella. María es "la morada de Dios entre los hombres" (Ap 21,3)
Dios se da por completo a María, la colma de belleza, y ella, que desborda
Gracia divina, la entrega a la humanidad.
Bendita tú entre
las mujeres
Isabel fue la primera en decirle a María: "Tú eres
bendita entre todas las mujeres" (Lc 1,42) Es bendita porque Dios la
eligió con amor eterno, porque es la madre de Dios, porque es madre y virgen,
porque es inmaculada, porque fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celeste.
Y bendito es el
fruto de tu vientre, Jesús (cfr. Lc 1,42)
María es la viña fecunda que nos entrega el mejor de los
frutos, el alimento que sacia. El fruto de su vientre es fruto del amor de
Dios, de la maravillosa y fecunda colaboración entre el Espíritu Santo y esa
pobre jovencita de Nazareth. A mí me ayuda mucho contemplar el icono de la
"Madre del signo" que nos muestra a Jesús en el vientre de María en forma
de Eucaristía: "el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan,
vivirá para siempre" (Jn 6, 51).
Santa María, Madre
de Dios
Comenzamos la segunda parte del avemaría exaltando su
santidad y el gran motivo de su dignidad. La portadora de Dios es santa. Ella
creyó en la Palabra del Señor y se entregó como la esclava del Señor, y gracias
a eso el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Como madre alimentó a
Jesús, lo protegió, lo educó. ¡Qué digna representante del género humano que le
da a Dios todo el amor que su pequeñez es capaz de dar! Nos duele escuchar:
"Y los suyos no le recibieron" (Jn 1,11) pero María sí lo recibió y
hoy nosotros, cultivando la vida de gracia, queremos recibirlo como lo hizo
ella.
Ruega por nosotros
pecadores
Su maternidad espiritual se extiende a todas las
generaciones, a todos los hermanos de Jesús, y ella ruega por nosotros, vela
por nuestras necesidades. Como en las bodas de Caná va una y otra vez con Jesús
y le dice: "No tienen vino", y obtiene abundantes bienes para sus hijos.
Ella protege con particular predilección a los más pequeños, a los indefensos,
a los enfermos, a los que tienen heridas morales, a los pecadores. Vemos lo
espléndida que es en los Santuarios Marianos: Guadalupe, Lourdes, Fátima, El
Pilar, Loreto, Luján, Aparecida... Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra,
me declaro pecador, necesito que desbordes sobre mí tu corazón misericordioso.
Ahora
En el momento presente, en todo momento presente. Cuando
todo va bien y cuando no, cuando estoy en gracia y cuando no, cuando me siento
bien y cuando no, en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y las
tristezas, en la luz y en la oscuridad: siempre. El "ahora" abarca
toda mi vida, porque el momento presente recoge el pasado, el presente y el futuro:
todo lo pongo en tus manos. En el presente reparo por mi pasado, te ofrezco mi
futuro, vivo según el Evangelio. Decirle ruega ahora por mí, es decirle: te
necesito siempre a mi lado María, siempre; no te separes de mí. (Nota: El
"ahora" es considerado, también, para recordarnos que diario debemos
rezar esta oración).
Y en la hora de
nuestra muerte
Así como estuviste junto a Jesús en la hora de su muerte
(cf Jn 19, 27), así desde ahora te pido que cuando termine mi vida terrena
estés conmigo. Si paso mis últimos días enfermo, quiero que como buena madre me
acompañes de día y de noche. Al morir quiero tener un Rosario en la mano y
sentir tu mejilla en mi frente, mientras me dices al oído: No tengas miedo, que
no te aflija cosa alguna, ten confianza, ¿qué no estoy yo aquí que soy tu
Madre? Quiero que mis últimas palabras sean: "María, Jesús", y que
habiéndolas pronunciado me cargues en tus brazos y me pongas en los brazos del
Padre. Quiero que tú me lleves con Jesús, y que al despertar allá en el cielo
tenga mi cabeza reclinada sobre Su pecho, y estar sintiendo tus caricias por
toda la eternidad.
Amén
Es una palabra aramea (la lengua de Jesús) que significa
fuerza, solidez, fidelidad, seguridad. Se usa para afirmar y confirmar. Decir
Amén es decir que sí, que así es, que estamos de acuerdo y afirmamos con fuerza
y seguridad lo que creemos. Decir amén al final del avemaría es decirle:
"Sí, Madre, yo sé que cada vez que te dirijo esta oración tú trabajas mi
corazón, me estás formando, me vas modelando poco a poco, me vas ayudando a
crecer en las virtudes de la humildad, la pobreza, la caridad, la pureza, la
prudencia, la generosidad, la misericordia.... Sí, Madre, hazlo con toda
libertad, te lo suplico: amén".
Autor: P. Evaristo Sada
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Edilio Elfio B., de la provincia de Santa Fe, Argentina, que ha sido llamado a la presencia de Dios.
Pedimos oración por Abraham Q. O., que vive en Arica, Chile, y padece cáncer de colon bajo tratamiento de quimioterapia. Que el Buen Jesús lo asista y lo fortalezca en este duro trance para conseguir su sanación.
Pedimos oración para Juan Eduardo C., 39 años, de Argentina, quien luego de una cirugía de columna sufrió una serie de complicaciones, fue reintervenido y ahora está grave, en coma inducido. Que la Santísima Virgen María interceda por él ante Jesús para conseguir que se pueda recuperar.
Pedimos oración por Abraham Q. O., que vive en Arica, Chile, y padece cáncer de colon bajo tratamiento de quimioterapia. Que el Buen Jesús lo asista y lo fortalezca en este duro trance para conseguir su sanación.
Pedimos oración para Juan Eduardo C., 39 años, de Argentina, quien luego de una cirugía de columna sufrió una serie de complicaciones, fue reintervenido y ahora está grave, en coma inducido. Que la Santísima Virgen María interceda por él ante Jesús para conseguir que se pueda recuperar.
Tú quisiste,
Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de
manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora
las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a
cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de
sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse
unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos
por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Agosto 7
Es notable cómo la televisión puede alienar a la gente.
Algunos creen que son buenas personas sólo porque se compadecen de los
personajes de las películas, pero en la realidad son tan crueles como los malos de esas mismas películas. Hay
mujeres que se llenan de indignación por alguien que hace sufrir a otro en una
telenovela, y cuando apagan el televisor hacen sufrir a su empleada o
desprecian a su yerno.
Si escapamos del silencio, que nos enfrenta con nosotros
mismos, vivimos siempre engañados. Pero llega un momento en que experimentamos
ese vacío de no saber quiénes somos, para qué estamos en la vida, qué sentido
tiene lo que hacemos. Cuando esto sucede, percibimos que no tenemos nada
auténtico para darle a los demás, y entonces escapamos del encuentro con ellos
para no sentirnos culpables.
Si esto sucede, apaga el televisor, apártate un momento y
dialoga con el Señor sinceramente. Deja que él te proponga otro camino para
vivir mejor.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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