sábado, 17 de agosto de 2013

Pequeñas Semillitas 2117

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2117 ~ Sábado 17 de Agosto de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Tú eres luz, tú eres paz, tú eres amor, tú eres verdad. Lleva las manos a tu corazón, y siente el palpitar de la creación. Eres amor, eres un hijo de Dios. Permítete recibir, todos los regalos que del cielo hay para ti, permítete escuchar, a través de tu gran corazón, te podemos hablar. Eres fuente divinal, eres un Ángel celestial. Eres luz, eres amor, eres paz, eres belleza infinita nunca lo puedes olvidar. Puedes volar por la inmensidad, te mereces esto y mucho más, puedes reír, puedes gozar, puedes bailar, puedes celebrar. Tu vida es esto, un regalo que el Padre te da. Un milagro que a ti se te entrega con amor incondicional. Mira tu corazón, es que no lo ves, palpita por el amor de Dios. Te cubre con la luz del creador, para que disfrutes los regalos inmensos que instante en instante tiene para ti el creador.
Ríe, goza, juega, y baila La creación es para ti, permítete entonces recibir. Solo regalos infinitos el Padre tiene para ti. Para que seas siempre un alma alegre, dichosa y muy feliz. Suelta el dolor, es ilusión y ríe como te lo pide Dios. Sueña y conquista los sueños de tu interior. Así agradas al universo y Ángeles del cielo te acompañaran siempre en tu misión. Es que no lo ves, estamos a tu alrededor, cubriéndote con la luz del padre, que es amor.

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, le presentaron a Jesús unos niños para que les impusiera las manos y orase; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos». Y, después de imponerles las manos, se fue de allí. (Mt 19,13-15)

Comentario
Hoy nos es dado contemplar una escena que, desgraciadamente, es demasiado actual: «Le presentaron a Jesús unos niños para que les impusiera las manos y orase; pero los discípulos les reñían» (Mt 19,13). Jesús ama especialmente a los niños; nosotros, con los pobres razonamientos típicos de “gente mayor”, les impedimos acercarse a Jesús y al Padre: —¡Cuando sean mayores, si lo desean, ya escogerán...! Esto es un gran error.
Los pobres, es decir, los más carentes, los más necesitados, son objeto de particular predilección por parte del Señor. Y los niños, los pequeños son muy “pobres”. Son pobres de edad, son pobres de formación... Son indefensos. Por esto, la Iglesia —“Madre” nuestra— dispone que los padres lleven pronto a sus hijos a bautizar, para que el Espíritu Santo ponga morada en sus almas y entren en el calor de la comunidad de los creyentes. Así lo indican tanto el Catecismo de la Iglesia como el Código de Derecho Canónico, ordenamientos del máximo rango de la Iglesia (que, como toda comunidad, debe tener sus ordenamientos).
¡Pero no!: ¡cuando sean mayores! Es absurda esta manera de proceder. Y, si no, preguntémonos: —¿Qué comerá este niño? Lo que le ponga su madre, sin esperar a que el niño especifique qué es lo que prefiere. —¿Qué idioma hablará este niño? El que le hablen sus padres (de otra manera, el niño nunca podrá escoger ninguna lengua). —¿A qué escuela irá este niño? A la que sus padres le lleven, sin esperar que el chico defina los estudios que prefiere...
—¿Qué comió Jesús? Aquello que le puso su Madre, María. —¿Qué lengua habló Jesús? La de sus padres. —¿Qué religión aprendió y practicó el Niño Jesús? La de sus padres, la religión judía. Después, cuando ya fue mayor, pero gracias a la instrucción que había recibido de sus padres, fundó una nueva religión... Pero, primero, la de sus padres, como es natural.
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Jacinto
Patrono de Polonia
En Cracovia, en Polonia, san Jacinto, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue designado por santo Domingo para propagar la Orden en aquella nación y, teniendo por compañeros al beato Ceslao y a Enrique Germánico, predicó el Evangelio en Bohemia y Silesia (1257).

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

Como un niño…

Confiar en Dios, es depositar toda tu fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles. Reflexiona sobre esta parábola contemporánea.

Una noche soñé que caminaba a lo largo de una playa, acompañado por Dios. Durante la caminata muchas escenas de mi vida se fueron proyectando como en una pantalla en el cielo. Según iban pasando las escenas, notaba que unas huellas se formaban en la arena. A veces aparecían dos pares de huellas, otras veces solamente aparecía un par de ellas. Esto me preocupó grandemente, porque pude notar que durante las escenas que reflejaban etapas tristes en mi vida, cuando me hallaba sufriendo de angustias, penas o derrotas, solamente podía ver un par de huellas en la arena. Entonces le dije a Dios: “Señor, tú me prometiste que si te seguía, caminarías siempre a mi lado. Sin embargo, he notado que durante los momentos más difíciles de mi vida, sólo había un par de huellas en la arena. ¿Por qué cuando más te necesitaba, no estuviste caminando a mi lado?” El Señor me respondió: “Las veces que has visto sólo un par de huellas en la arena, hijo mío, ha sido cuando te he llevado en mis brazos”.

Dios nos supera de manera insospechada en amor, bondad, delicadeza. Todo esto lo comprenderás en plenitud en la vida futura. Entretanto él valora tu fe, tu abandono incondicional en sus brazos, el haber llegado a lo que Jesús dijo: “Si no te haces como un niño no entrarás en el Reino de lo Cielos”. Te deseo un gran crecimiento en confianza.
Padre Natalio

La frase de hoy

“Estoy firmemente convencido que los males que afligen a los nuevos Estados de América no dependen tanto de sus habitantes como de las constituciones que los rigen. Si los que se llaman legisladores en América hubieran tenido presente que a los pueblos no se les debe dar las mejores leyes, pero sí las mejores que sean apropiadas a su carácter, la situación de nuestro país sería diferente”
José de San Martín

Temas Médicos:
El hospital
El hospital es una benemérita institución de la Iglesia Católica. San Basilio, en Cesarea de Capadocia, creó un hospital en el año 374, destinado a los leprosos y los más pobres, en un tiempo en que los pudientes se hacían atender en sus casas y los pobres, abandonados y sin familia no tenían adonde “caerse muertos”.

Había entonces mucha vocación, mucho corazón y muchas manos abiertas, pero poca técnica. Se prescribía tratar al enfermo pobre como a Cristo mismo. Es así que el director del centro recibía al enfermo, lavaba sus pies y le daba el beso de la paz, de la bienvenida. Lo recibía como a un huésped. De ahí el nombre de hospital. El enfermo pobre era “el dueño y Señor del hospital” (Papa Inocencio III).

Pero los tiempos cambiaron y trajeron cosas buenas: mayor socialización de la salud, mayores técnicas, mejores condiciones de vida… Pero también trajeron rasgos no tan positivos; el enfermo dejó de ser el Señor del hospital, la técnica aportó deshumanización, el centro de salud se politizó, la masificación… También cambió el concepto de ser médico. Antes era definido “Vir bonus sanandi peritus” (hombre bueno experto en sanar”. Perfecta síntesis de humanidad y profesionalización.

Hoy el profesional de salud –y no sólo el médico– ha de recordar que no visita o atiende a un número, patología o a una cama. El paciente es una persona que debe ser atendida y considerada en todas y cada una de sus dimensiones: física, emocional, social, religiosa e intelectual. Por eso ha de saber trabajar con un equipo multidisciplinar, respetuoso de los compañeros y de sus saberes.

También en el hospital hoy se nace con discapacidad, surgen conflictos éticos, se agoniza y se muere. El profesional no siempre está preparado para aportar sanas relaciones de ayuda. Y es paradójico: cuando clínicamente se le ha hecho todo al paciente, se han agotado todas las posibilidades técnicas, es entonces justo en el momento de mayor necesidad, vulnerabilidad y pedido de ayuda y presencia, cuando estamos tentados de dejar al enfermo más solo.

Recordar: 1) Está el profesional al servicio del que sufre; no el paciente al servicio del profesional. 2) No se puede pedir al profesional que ame al enfermo, pero sí que lo trate con humanidad. 
Mateo Bautista

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud de la señora Leticia, de Argentina, con diagnóstico de cáncer de piel. Que por la intercesión del Beato Juan Pablo II, el Señor le conceda la gracia de un tratamiento eficaz.

Pedimos oración por César Eduardo P. (Pili), de Ezeiza, Buenos Aires, Argentina, quien padeció una intoxicación por monóxido de carbono hace dos días y se está recuperando. También pedimos por Susana Alicia P., de Ezeiza, y por Mirta P., de Tristán Suarez, Buenos Aires, Argentina, dos hermanas que pronto deberán operarse de vesícula, para que el Señor las acompañe en sus cirugías.

Pedimos oración por Oscar, Adanila, Walter y Francisco, todos ellos de Nicaragua, rogando al Señor que los sane con sus amorosas manos.

Pedimos oración por Margarita, de 78 años, radicada en México, quien sufre fractura de húmero y un trastorno emocional que le impide aceptar ayuda. Que Nuestro Señor Jesucristo la sane en cuerpo y alma.

Pedimos oración por un bebé de un añito de vida, de Argentina, llamado Benito, al que operan de un tumor en la cabeza, rogando al Niño Jesús que lo proteja y permita su recuperación.

Pedimos oración por Catalina S., 76 años, de Lima, Perú, operada de cáncer de colon y ahora sometida a quimioterapia y radioterapia. Que el Señor la toque con su mano sanadora.

Pedimos oración por Susana G., de Buenos Aires, Argentina, con una seria dolencia en la columna vertebral que le impide caminar, por lo que rogamos a la Santísima Virgen le dé fuerzas para seguir adelante con esta dolorosa situación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
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“Intimidad Divina”

La caridad no se irrita

Cuando Santiago y Juan, indignados contra los samaritanos que no acogían al Maestro, dijeron: “Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?”, él, “volviéndose, les reprendió” (Lc 9, 54). Pues ha venido a salvar y no a perder, a sanar a los enfermos del alma y cuerpo y a redimir a los pecadores, Jesús no usa medios violentos, sino se presenta al mundo como verdadero “siervo de Yahvé”, que no grita, ni quiebra la caña cascada, ni apaga la mecha humeante (Mt 12, 19-20). Con dulzura infinita se insinúa en los corazones, instruye, amonesta, señala el camino de la salvación y repite a todos los que le siguen: “Mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt. 11, 30). La dulzura es la flor de la caridad; es una participación de la suavidad infinita con que Dios guía y gobierna todas las cosas. Nadie quiere el bien del hombre tan de veras como Dios, y sin embargo, no lo quiere con dureza, rigidez o violencia, sino con suavidad, respetando la libertad de su criatura, sosteniendo sus esfuerzos y esperando con infinita longanimidad su respuesta a la gracia.

La caridad “no se irrita” (1 Cr 13, 5); por eso recomienda San Pablo: “Toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad desaparezca de entre vosotros” (Ef 4, 31). Vicios todos opuestos a la caridad, que proceden de las pasiones no domadas, las cuales al choque de las contrariedades rompen los frenos. La ira no contenida es fuente de palabras y actos desconsiderados y violentos que turban fuertemente las relaciones fraternas. El que ama al prójimo prefiere violentarse a sí mismo para vencer la ira que brota, que herir a los otros con la aspereza y la violencia. La caridad, sin embargo, no excluye, antes exige a veces una firmeza justa, cuando por ejemplo, es preciso corregir el mal, sobre todo si están en juego los derechos de Dios o los de los humildes y débiles.

El mismo Jesús se indignó contra los profanadores del templo y lanzó duras invectivas contra los fariseos que con su hipocresía e interpretación falsa de la ley oprimían y engañaban al pueblo. Pero mientras en Cristo la indignación está dominada perfectamente por la razón y la voluntad, en el hombre, a causa del desorden producido por el pecado, no es así; por eso es siempre peligroso ceder a la ira. “Si os airáis, no pequéis –dice el Apóstol–; no se ponga el sol mientras estéis airados, ni deis ocasión al diablo” (Sf 4, 26-27). Si por fragilidad humana se enciende alguna chispa, hay que apresurarse a apagarla, no reduzca a ruinas el corazón propio y el ajeno, dando ocasión al pecado. El diablo se sirve de la ira para suscitar rencores y discordias que destruyen la caridad. Se lee en el libro de los Proverbios: “Una respuesta suave calma el furor; una palabra hiriente aumenta la ira. El hombre violento provoca disputas; el tardo a la ira aplaca las querellas. Palabras suaves, panal de miel; dulces al alma, saludables al cuerpo” (15, 1, 18; 16, 24). La meditación de estas sentencias, llenas de sabiduría como inspiradas por el Espíritu Santo, es muy útil para aprender a refrenarse y a reproducir la mansedumbre d Cristo, que dijo: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11, 29).

¡Oh, caridad inefable de nuestro Dios!... ¿Qué me has enseñado tú, Caridad increada? Me has enseñado a soportar pacientemente, como cordero, no sólo las palabras ásperas, sino los golpes duros y ásperos, las injurias y los perjuicios. Y con esto quieres que sea yo inocente e inmaculada, esto es, que no dañe a ninguno de mis prójimos y hermanos; no sólo a los que no me persiguen, sino a los que hacen injuria; y quiere que oremos por ellos como por amigos especiales que nos procuran buena y grande ganancia. Y no sólo quieres que sea paciente y mansa en las injurias y daños temporales, sino en todo lo que sea contra mi  voluntad; igual que tú no querías que se hiciese en nada tu voluntad, sino la de tu Padre… ¡Oh Jesús, amor dulcísimo! Haz que se haga siempre en nosotros tu voluntad, como la hacen en el cielo tus ángeles y santos. (Santa Catalina de Siena, Epistolario).
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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