PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2095 ~ Viernes
26 de Julio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Para seguir al instante el
desarrollo de cada día de la JMJ Río 2013
incluyendo transmisiones de
televisión en vivo, hacer clic en la imagen
Alabado sea Jesucristo…
Quiero adorarte, Señor, quiero reconocer una vez más tu
inmensa grandeza. Porque está en cada cosa pero lo superas todo, maravilloso y
sublime. Muchas veces me siento grande o me deslumbro ante los poderosos de
este mundo. Así olvido que todo el universo es un granito de arena al lado de
tu infinita gloria. Tú eres Dios, sólo tú eres Dios más allá de todo y por
encima de todo. Recibe la adoración de esta pequeña criatura que se postra ante
ti. Me someto ante tu sagrada presencia y mi gloria es adorarte. Porque sólo
cuando te adoro soy verdaderamente grande. Tu poder me levanta y me exalta, tu
amor me libera y me promueve, tu presencia me fortalece y me ilumina. Te adoro
a ti, mi Dios, y a nadie más adoro. Nada más merece en el universo que me
postre. Sólo ante ti me someto, porque eres el único Dios. Amén.
V. M. Fernández.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros,
pues, escuchad la parábola del sembrador. Sucede a todo el que oye la Palabra
del Reino y no la comprende, que viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su
corazón: éste es el que fue sembrado a lo largo del camino. El que fue sembrado
en pedregal, es el que oye la Palabra, y al punto la recibe con alegría; pero
no tiene raíz en sí mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una
tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumbe enseguida. El que
fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero las
preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y
queda sin fruto. Pero el que fue sembrado en tierra buena, es el que oye la
Palabra y la comprende: éste sí que da fruto y produce, uno ciento, otro
sesenta, otro treinta».
(Mt 13,18-23)
Comentario
Hoy contemplamos a Dios como un agricultor bueno y
magnánimo, que siembra a manos llenas. No ha sido avaro en la redención del
hombre, sino que lo ha gastado todo en su propio Hijo Jesucristo, que como
grano enterrado (muerte y sepultura) se ha convertido en vida y resurrección
nuestra gracias a su santa Resurrección.
Dios es un agricultor paciente. Los tiempos pertenecen al
Padre, porque sólo Él conoce el día y la hora (cf. Mc 13,32) de la siega y la
trilla. Dios espera. Y también nosotros debemos esperar sincronizando el reloj
de nuestra esperanza con el designio salvador de Dios. Dice Santiago: «Ved como
el labrador aguarda el fruto precioso de la tierra, esperando con paciencia las
lluvias tempranas y tardías» (St 5,7). Dios espera la cosecha haciéndola crecer
con su gracia. Nosotros tampoco podemos dormirnos, sino que debemos colaborar
con la gracia de Dios prestando nuestra cooperación, sin poner obstáculos a
esta acción transformadora de Dios.
El cultivo de Dios que nace y crece aquí en la tierra es
un hecho visible en sus efectos; podemos verlos en los milagros auténticos y en
los ejemplos clamorosos de santidad de vida. Son muchos los que, después de
haber oído todas las palabras y el ruido de este mundo, sienten hambre y sed de
escuchar la Palabra de Dios, auténtica, allí donde está viva y encarnada. Hay
miles de personas que viven su pertenencia a Jesucristo y a la Iglesia con el
mismo entusiasmo que al principio del Evangelio, ya que la palabra divina
«halla la tierra donde germinar y dar fruto» (San Agustín); debemos, pues,
levantar nuestra moral y encarar el futuro con una mirada de fe.
El éxito de la cosecha no radica en nuestras estrategias
humanas ni en marketing, sino en la iniciativa salvadora de Dios “rico en
misericordia” y en la eficacia del Espíritu Santo, que puede transformar
nuestras vidas para que demos sabrosos frutos de caridad y de alegría
contagiosa.
P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat (Montserrat,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Joaquín y Santa Ana
Abuelos de Jesús
Martirologio Romano: Memoria de san Joaquín y santa Ana,
padres de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, cuyos nombres se
conservaron gracias a tradición de los cristianos
Una antigua tradición, datada ya en el siglo II, atribuye
los nombres de Joaquín y Ana a los padres de la Virgen María. El culto aparece
para Santa Ana ya en el siglo VI y para San Joaquín un poco más tarde. La
devoción a los abuelos de Jesús es una prolongación natural al cariño y
veneración que los cristianos demostraron siempre a la Madre de Dios.
La antífona de la misa de hoy dice: "Alabemos a
Joaquín y Ana por su hija; en ella les dio el Señor la bendición de todos los
pueblos".
La madre de nuestra Señora, la Virgen María, nació en
Belén. El culto de sus padres le está muy unido. El nombre Ana significa
"gracia, amor, plegaria". La Sagrada Escritura nada nos dice de la
santa. Todo lo que sabemos es legendario y se encuentra en el evangelio
apócrifo de Santiago, según el cual a los veinticuatro años de edad se casó con
un propietario rural llamado Joaquín, galileo, de la ciudad de Nazaret. Su
nombre significa "el hombre a quien Dios levanta", y, según san
Epifanio, "preparación del Señor". Descendía de la familia real de
David.
Moraban en Nazaret y, según la tradición, dividían sus
rentas anuales, una de cuyas partes dedicaban a los gastos de la familia, otra
al templo y la tercera a los más necesitados.
Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan
ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como algo oprobioso
y un castigo del cielo. Se los menospreciaba y en la calle se les negaba el
saludo. En el templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar
en la casa de Dios.
Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para
obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad Ana intensificó sus
ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Recordó a la otra Ana
de las Escrituras, cuya historia se refiere en el libro de los Reyes: habiendo
orado tanto al Señor, fue escuchada, y así llegó su hijo Samuel, quien más
tarde sería un gran profeta.
Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su constante
oración con el advenimiento de una hija singular, María. Esta niña, que había
sido concebida sin pecado original, estaba destinada a ser la madre de
Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado.
Desde los primeros tiempos de la Iglesia ambos fueron
honrados en Oriente; después se les rindió culto en toda la cristiandad, donde
se levantaron templos bajo su advocación. Aunque el culto de la madre de la
santísima Virgen María se había difundido en Occidente, especialmente desde el
siglo XlI, su fiesta comenzó a celebrarse en el siglo siguiente
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
¡Cuánto te ama Dios!
La Biblia es una carta de Dios que nos ama. Medita estas frases: Yo soy tu
proveedor: miro por tus necesidades, (Mt 6, 31-33). El plan que tengo para tu
futuro está siempre lleno de esperanza, (Jer. 29, 11). Yo te amo con amor
eterno, (Jer. 31, 3). Me regocijo por ti con cantos de alegría, (Sof. 3, 7).Tú
eres de gran precio para mí, porque eres valioso, (Is.43, 4). (Sigue).
Si Dios tuviera una
heladera, tu fotografía estaría pegada a su puerta. Si él tuviera una
billetera, llevaría en ella tu foto. Él te envía flores cada primavera. Él te
regala un amanecer soleado cada mañana. Las veces que deseas hablar, él te
escucha. Él puede vivir en cualquier parte del universo, pero eligió... tu
corazón. Reconócelo como amigo. ¡Él está loco por ti! Dios no prometió días sin
dolor, risas sin penas, sol sin lluvias, pero prometió fortaleza para el día, consuelo
para las lágrimas, y luz para el camino. Tanto te ama que murió por ti. Ahora
mismo, abre tu corazón y déjate amar por Dios.
Yo deseo afirmarte dándote todo mi corazón y toda mi alma, (Jer. 32, 41).
Deléitate en mí y te concederé las peticiones de tu corazón, (Sal. 37, 4).
Porque yo soy el que produce en ti el querer y el hacer, (Flp. 2, 13). Yo
también soy el Padre que te consuela y reconforta en todos tus problemas, (2
Cor. 1,3-4). Como el pastor carga a un cordero, yo te cargo a ti cerca de mi
corazón, (Is. 40, 11). La Palabra de Dios fortalezca tu confianza en el Señor.
Padre Natalio
Palabras del Papa Francisco
“No hay una verdadera promoción del bien común, ni un
verdadero desarrollo del hombre, cuando se ignoran los pilares fundamentales
que sostienen una nación, sus bienes inmateriales: la vida, que es un don de Dios, un valor que siempre se ha de
tutelar y promover; la familia,
fundamento de la convivencia y remedio contra la desintegración social; la educación integral, que no se reduce
a una simple transmisión de información con el objetivo de producir ganancias; la salud, que debe buscar el bienestar
integral de la persona, incluyendo la dimensión espiritual, esencial para el
equilibrio humano y una sana convivencia; la
seguridad, en la convicción de que la violencia sólo se puede vencer partiendo
del cambio del corazón humano”
Papa Francisco
En la Favela Varginha,
Manginhos
Información JMJ Río 2013
Agenda de hoy
Las horas que van a ver a continuación corresponden a la
hora local en Río de Janeiro, Brasil (similar en Argentina)
Para el resto de países consultar en:
Viernes 26
07.30: Santa Misa privada en la Residencia de Sumaré.
10.00: Confesiones de algunos jóvenes participantes en la
JMJ, en el Parque de la Quinta da Boa Vista.
11.30: Breve encuentro con algunos jóvenes reclusos.
12.00: Rezo del Ángelus desde el balcón central del
Palacio Arzobispal St. Joaquim. Palabras del Santo Padre.
12.15: Saludo al Comité Organizador de la JMJ y a los
benefactores, en el Palacio Arzobispal.
13.00: Almuerzo con los jóvenes en el Palacio Arzobispal.
18.00: Vía Crucis con los jóvenes en el paseo marítimo de
Copacabana. Discurso del Santo Padre.
Palabras del Papa Francisco
a los jóvenes argentinos
Gracias
por el gesto. Yo le sugerí a quienes organizan el viaje si podría haber un
lugarcito para encontrarme con ustedes. Y en un día y medio armaron todo.
También quiero agradecer a ellos.
Quisiera
decir una cosa: qué es lo que espero, como consecuencia de la JMJ. Espero lío…
sabemos que en Río va a haber mucho lío, ¡Pero quiero lío en las diócesis!
Quiero ver que la Iglesia se acerque a la gente, quiero que nos despojemos del
clericalismo, lo mundano, el estar encerrados en nosotros mismos, en nuestras
parroquias, colegios o estructuras, porque ellas son para salir.
Que me
perdonen los curas y los obispos si algún comentario puede meterlos en líos. Es
un consejo. Gracias. Miren, yo pienso que estamos presenciando una filosofía y
una praxis de exclusión de los polos de la humanidad. Exclusión a ancianos, por
supuesto, porque no se los cuida. Y exclusión de los jóvenes sin trabajo. ¡El
índice de gente sin trabajo es muy grande! No tienen experiencia de la dignidad
que se gana por el trabajo. Esta civilización excluye a las dos puntas. Ustedes
tienen que hacerse valer. Los jóvenes tienen que servir. Luchen por esos
valores. Y los viejos, transmitan.
No
claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo y quienes transmiten la
justicia, la historia, los valores, la memoria del pueblo. No se metan con los
viejos. Déjenlos hablar.
Que Dios
se haya hecho uno de nosotros es un escándalo. La cruz sigue siendo escándalo,
pero es el único camino de salvación, desde la encarnación de Jesús. Por favor,
no licúen la fe en Jesús. Hay licuados de manzana, naranja, pero por favor, ¡No
tomen licuado de fe! ¡La fe es entera! Jesús es quien me amó y murió por mí.
Hagan el bien, cuiden a los extremos del pueblo y no se dejen excluir. Y no licúen
la fe en Jesús.
También
las bienaventuranzas. Si querés saber qué cosas prácticas tenés que hacer, leé
Mateo 25. Las bienaventuranzas y Mateo 25, y no necesitan nada más. Se los
agradezco de corazón. Le agradezco la cercanía, y me da pena que estén enjaulados.
Yo vivo un poco así, y se los confieso: qué feo es estar enjaulado. Gracias por
acercarse, gracias por rezar por mí. Se los pido de corazón, necesito su
oración. Les voy a dar la bendición y vamos a bendecir la imagen de la Virgen
de Luján que va a recorrer misioneramente todo el país.
No se
olviden: hagan lío, cuiden los dos extremos de la historia del pueblo y no
licúen la fe.
Mensaje de María Reina de la
Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de julio de 2013
¡Queridos hijos! Con alegría en el corazón, a todos los
invito a vivir su fe y a testimoniarla con el corazón y el ejemplo en todas sus
manifestaciones. Hijitos, decídanse por estar lejos del pecado y de las
tentaciones, y que en sus corazones esté la alegría y el amor a la santidad.
Yo, hijitos, los amo y los acompaño con mi intercesión ante el Altísimo.
Gracias por haber respondido a mi llamado.
Nuevo video
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por la Jornada
Mundial de la Juventud que se realiza en Río de Janeiro, por el Papa Emérito
Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y
todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los
cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo
son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de
libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Gonzalo
H., de Buenos Aires, Argentina, que hoy tiene una entrevista laboral
importante, rogando al Espíritu Santo que lo asista para poder conseguir ese
trabajo en el que tiene puestas sus esperanzas.
Pedimos oración por María
Liliana, de Asunción, Paraguay, que se auto define como pecadora y ruega el
perdón de Dios nuestro Señor. Querida amiga: todos somos pecadores… y recuerda
las dulces palabras del Papa Francisco: “Dios no se cansa de perdonarnos… somos
nosotros los que a veces nos cansamos de pedir perdón”.
Pedimos oración por Carla
Julieta, de Córdoba, Argentina. Por sus intenciones personales y
espirituales. Que la Santísima Virgen la proteja siempre.
Pedimos oración por el joven César Enrique M., que tiene aneurisma cerebral, para que el Señor
los fortalezca a él y a su familia en estos momentos difíciles que están
pasando, y lo toque con su mano poderosa, ya que Él es el médico de médicos y
para Él no hay imposibles.
Pedimos oración por la señora Juana L. P., de Guatemala, que presenta quebrantada su salud por
inflamación del páncreas y será internada, con mucha fe en el Padre celestial
que podrá sanarla si esa es Su voluntad.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a feluzul@gmail.com y deben
poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin
asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben
pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo
antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
“Intimidad Divina”
Cristo nuestra
esperanza
“Estabais a la sazón… sin esperanza y sin Dios en el
mundo” (Ef 2, 12), escribía San Pablo a los efesios aludiendo al tiempo en que
vivían aún en el paganismo. ¡Qué tristeza “estar sin esperanza”! La única
esperanza indefectible del hombre es Dios, el Dios verdadero, el que desde los
orígenes de la humanidad se ha presentado como el Dios de la Promesa, el Dios
salvador de su Pueblo. A la serpiente engañadora que indujera al hombre al
pecado, le predice la derrota por obra del “linaje de la mujer” (Gn 3, 15): es
la primera promesa que deja entrever el Mesías. Esta promesa se la renueva a
Abrahán: “De ti haré una nación grande y te bendeciré… Te haré fecundo
sobremanera… Y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia
después de ti… una alianza eterna de ser yo el Dios tuyo y el de tu posteridad”
(Gn 12, 2; 17, 6-7). Cuando humanamente hablando parecían fallidas todas las
esperanzas, el nacimiento inesperado de Isaac da comienzo a la descendencia
prometida: al pueblo de Israel al que Dios elige como “pueblo suyo”, al que
defiende de la idolatría, al que salva de guerras, estragos y esclavitudes y al
que, a través de vicisitudes seculares, conduce a la realización de la promesa:
el nacimiento del Redentor.
“Cristo nos rescató… haciéndose él mismo maldición por
nosotros… a fin de que llegara a los gentiles en Cristo Jesús la bendición de
Abrahán, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa” (Gl 3, 13-14). Por
Cristo, el cual nos ha rescatado con la muerte de cruz; llega hasta nosotros la
bendición de Dios prometida a Abrahán. En Cristo se realiza la promesa y
tenemos en él la prenda y el medio de nuestra redención; el perdón de los
pecados que él tomó sobre sí y llevó “sobre el madero” (1 Pe 2, 24), y tenemos
la gracia que, justificándonos, nos hace hermanos suyos, hijos del mismo Padre
y, por tanto, “también herederos de Dios y coherederos de Cristo…, para ser
también con él glorificados” (Rm 8, 17). Y no sólo esto, sino que por mediación
de Cristo se realiza en nosotros también la nueva promesa: el envío del
Espíritu Santo, pues siendo hijos, “Dios ha enviado a nuestros corazones el
Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá Padre!” (Gl 4, 6).
La esperanza cristiana no se funda en méritos personales,
en obras buenas o en buenos propósitos, cosas todas demasiado deleznables e
inmensamente desproporcionadas al conseguimiento de Dios; se funda en Dios
mismo y en Cristo único Mediador y Salvador. Es claro que para que la esperanza
no resulte temeridad, ha de ir
acompañada del esfuerzo y empeño personales, pero el cristiano tiene que
convencerse de que toda su buena voluntad y todas sus buenas obras son siempre
insuficientes; sólo Dios puede santificarlo, sólo Dios puede levantarlo hasta
sí y darse a él en posesión. Sólo Dios, objeto de la esperanza, es también su
punto de apoyo, su sostén, su palanca… Dios nos ha bendecido y predestinado en
Cristo, en Cristo encontramos el fundamento inmediato de nuestra esperanza: en
él, vida nuestra, Mediador nuestro cabe el Padre, “Pan vivo” (Jn 6, 51),
viático para nuestro caminar.
¡Oh esperanza,
dulce hermana de la fe! Tú eres la virtud que, con las llaves de la Sangre de
Cristo, nos abres la vida eterna. Tú guardas la ciudad del alma del enemigo de
la confusión; y cuando el demonio quiere arrojar el alma en la desesperación
con la gravedad de las culpas cometidas, tú no aflojas el paso, sino que
virilmente perseveras en la virtud, poniendo en la balanza el precio de la
Sangre de Cristo. Tú pones la corona de la victoria en la cabeza de la
perseverancia porque esperaste conseguirla en virtud de la Sangre; tú eres la
que atas al demonio de la confusión con las cuerdas de la fe viva; tú
desbaratas el engaño sutil que usa con el alma para tenerla en continua
tiniebla y aflicción. (Santa Catalina de Siena)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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