PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2043 ~
Miércoles 29 de Mayo de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Señor, Tú has sido mi socorro...
Quiero buscarte desde Temprano, desde la madrugada quiero
estar cercar de ti.
Mi alma te anhela, tiene sed, de ver tu gloria y tu
poder....
Yo sé que mi socorro has sido, y en las sombra de tus
alas me siento seguro, y sé que tu diestra, me sostiene...
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, los discípulos iban de camino subiendo a
Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los
que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo
que le iba a suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será
entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le
entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le
matarán, y a los tres días resucitará».
Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y
le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo:
«¿Qué queréis que os conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos
sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser
bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron:
«Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y
también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero,
sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que
es para quienes está preparado».
Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra
Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos
como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes
las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que
quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera
ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del
hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por
muchos».
(Mc 10,32-45)
Comentario
Hoy, el Señor nos enseña cuál debe ser nuestra actitud
ante la Cruz. El amor ardiente a la voluntad de su Padre, para consumar la
salvación del género humano —de cada hombre y mujer— le mueve a ir deprisa
hacia Jerusalén, donde «será entregado (…), le condenarán a muerte (…), le
azotarán y le matarán» (cf. Mc 10,33-34). Aunque a veces no entendamos o,
incluso, tengamos miedo ante el dolor, el sufrimiento o las contradicciones de
cada jornada, procuremos unirnos —por amor a la voluntad salvífica de Dios— con
el ofrecimiento de la cruz de cada día.
La práctica asidua de la oración y los sacramentos,
especialmente el de la Confesión personal de los pecados y el de la Eucaristía,
acrecentarán en nosotros el amor a Dios y a los demás por Dios de tal modo que
seremos capaces de decir «Sí, podemos» (Mc 10,39), a pesar de nuestras
miserias, miedos y pecados. Sí, podremos abrazar la cruz de cada día (cf. Lc
9,23) por amor, con una sonrisa; esa cruz que se manifiesta en lo ordinario y
cotidiano: la fatiga en el trabajo, las normales dificultades en la vida
familia y en las relaciones sociales, etc.
Sólo si abrazamos la cruz de cada día, negando nuestros
gustos para servir a los demás, conseguiremos identificarnos con Cristo, que
vino «a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). Juan Pablo
II explicaba que «el servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en
Cruz, o sea, con el don total de sí mismo». Imitemos, pues, a Jesucristo,
transformando constantemente nuestro amor a Él en actos de servicio a todas las
personas: ricos o pobres, con mucha o poca cultura, jóvenes o ancianos, sin
distinciones. Actos de servicio para acercarlos a Dios y liberarlos del pecado.
Rev. D. René PARADA Menéndez (San Salvador, El
salvador)
Santoral Católico:
San Maximino de Tréveris
Obispo
Maximino nació al comienzo del siglo IV el Poitiers
(Aquitania), al sudoeste de la antigua Galia. Provenía de un hogar muy piadoso.
La santidad de Agricio, obispo de Tréveris, llevó a
Maximino a dejar el suelo natal e ir en busca de aquel prelado, para recibir
lecciones de religión, ciencias y humanidades. El santo reconoció en el recién
llegado una lúcida inteligencia y un firme amor a la doctrina católica, razón
por la cual le confirió las sagradas órdenes. En el ejercicio de estas
funciones hizo en breve tiempo notables progresos.
Al morir Agricio, conocidos por el pueblo los atributos
de Maximino, por voluntad unánime éste fue su sucesor, ocupando la cátedra de
Tréveris en el año 332.
Perturbaba en aquel tiempo en la Iglesia el arrianismo,
doctrina que negaba la unidad y consustancialidad en las tres personas de la
santísima Trinidad; según ellos el Verbo habría sido creado de la nada y era
muy inferior al Padre. El Verbo encarnado era Hijo de Dios, pero por adopción.
Contra esta interpretación, que disminuía el misterio de
la encarnación y el de la redención del hombre, se levantó Atanasio, obispo de
Alejandría, que se había de constituir en el campeón de la ortodoxia.
Reinaba entonces el emperador Constantino el Grande, a
quien los herejes engañaron acumulando calumnias sobre Atanasio, y así lograron
que lo desterraste a Tréveris en el año 336. Allí Maximino lo recibió con
evidencias de la veneración que le profesaba y trató por todos los medios de
suavizar la situación del desterrado. Lo mismo hizo con Pablo, obispo de
Constantinopla, también forzado a ir a Tréveris después de un remedo de sínodo
arriano. Al morir Constantino, el hijo mayor, Constantino el Joven, su sucesor
en Occidente, devolvió a Atanasio la sede de Alejandría.
En el año 345, Maximino concurrió al concilio de Milán, donde
los arrianos, cuyo jefe era Eusebio de Nicomedia, fueron otra vez condenados.
Considerado indispensable para cimentar la paz de la Iglesia celebrar un nuevo
concilio ecuménico. Maximino lo propuso al emperador Constante; éste,
hallándolo conveniente, escribió a su hermano Constantino, concertándose para
tal reunión la ciudad de Sárdica (hoy Sofía, capital de Bulgaria).
Los arrianos quisieron atraer al emperador a su secta y
justificar la conducta seguida contra Atanasio. Pero Maximino alertó al emperador,
defendiendo así al obispo sin culpa; y Atanasio fue nuevamente restablecido.
Vuelto a su Iglesia, Maximino hizo frente a las
necesidades, socorriendo a los pobres. Su familia residía en Poitiers y allá
fue a visitarlos, pero murió al poco tiempo en esa ciudad, en el año 349. La
fecha de hoy recuerda la traslación de sus reliquias a Tréveris.
Fuente: EWTN
¡Buenos días!
Oye tu voz interior
No siempre lo que
aprueban o desaprueban los demás es lo correcto. Es mejor prestar atención a
nuestra conciencia para percibir la verdad. No te dejes esclavizar del temor a
lo que dirán los otros. El Cura de Ars decía: “¿Saben cuál es la primera
tentación del demonio a una persona que ha comenzado a servir mejor a Dios? Es
el respeto humano”.
El cura de Ars dijo en cierta ocasión: “He
recibido hoy dos cartas en el mismo correo: una decía que yo era un gran santo
y, la otra, que era un hipócrita y un impostor. La primera me hacía mejor de lo
que soy y la segunda me hacía peor de lo que soy. Delante de Dios, todos somos
lo que somos, nada más ni nada menos”.
Con una
comparación ingeniosa san Francisco de Sales nos persuade de lo desacertado que
es dar una importancia excesiva al parecer de los que nos rodean: “Temblar ante
el juicio de los demás, es como tener reparo de viajar en verano por miedo a
las moscas”. Que sepas tomar tus decisiones ante Dios y tu conciencia.
Padre Natalio
La frase de hoy
“Si supiera que el mundo se acaba mañana,
yo, hoy todavía, plantaría un árbol.”
Martín Luther King
Tema del día:
El llamado de Cristo
Cristo vino a este mundo no para hacer una obra solo,
sino con nosotros, con todos nosotros, para ser la cabeza de un gran cuerpo
cuyas células vivas, libres, activas, somos nosotros. Todos estamos llamados a
estar incorporados en Él, ese es el grado básico de la vida cristiana... Pero,
para otros hay llamados más altos: a entregarse a Él; a ser sólo para Él; a
hacerlo norma de su inteligencia, a considerarlo, en cada una de sus acciones,
a seguirlo en sus empresas, más aún, ¡hacer de su vida la empresa de Cristo!
Para el marino, su vida es el mar; para el soldado, el ejército; para la
enfermera, el hospital; para el agricultor, el campo; para el alma generosa,
¡su vida es la empresa de Cristo!
Esto es lo esencial del llamamiento de Cristo: ¿Quisieras
consagrarme tu vida? ¡No es problema de pecado! ¡Es problema de consagración!
¿A qué? A la santidad personal y al apostolado. Santidad personal que ha de ir
calcada por la santidad de Cristo.
La prueba de la fe es el amor, amor heroico, y el
heroísmo no es obligatorio. El sacerdocio, las misiones, las obras de caridad
no son materia de obligaciones, de pecado; son absolutamente necesarias para la
Iglesia y son obra de la generosidad. El día que no haya sacerdotes no habrá
sacramentos, y el sacerdocio no es obligatorio; el día que no haya misioneros,
no avanzará la fe, y las misiones no son obligatorias; el día que no haya
quienes cuiden a los leprosos y a los pobres no habrá el testimonio distintivo
de Cristo, y esas obras no son obligatorias... El día que no haya santos, no
habrá Iglesia y la santidad no es obligatoria. ¡Qué grande es esta idea! ¡La
Iglesia no vive del cumplimiento del deber, sino de la generosidad de sus
fieles!
Si Él te llamara, ¿qué le dirías? ¿En qué disposición
estás? ¡Pide, ruega estar en la mejor! San Ignacio pide al que entra en
Ejercicios: ¡Grande ánimo y liberalidad para con Dios Nuestro Señor! ¡Querer
afectarse y entregarse enteros!
Si en este mundo del siglo XX, una generación
comprendiese su misión y quisiera dar testimonio del Cristo en que cree, no
sólo con gritos que nada significan de ¡Cristo vence, Cristo reina, Cristo
impera! ¿Dónde?, sino en la ofrenda humilde, silenciosa de sus vidas, para
hacerlo reinar por los caminos en que Cristo quiere reinar: en su pobreza,
mansedumbre, humillación, en sus dolores, en su oración, ¡en su caridad humilde
y abnegada! ¡Si Cristo encontrara esa generación! Si Cristo encontrara uno...
¿querrás ser tú?, el más humilde. El más inútil a los ojos del mundo, puede ser
el más útil a los ojos de Dios... Yo, Señor, nada valgo... pero confuso, con
temor y temblor, yo te ofrezco mi propio corazón.
El Señor entró a Jerusalén el día de su triunfo en un
asno, y sigue fiel a esa su práctica: entra en las almas de los asnos de buena
voluntad, pobres, mansos, humildes. ¿Quieres ser el asno de Cristo?
Cristo no me quiere engañar, me advierte... Es difícil,
bien difícil. Hay que luchar contra las pasiones propias, que apetecen lo
contrario de su programa. ¡No estarán muertas de una vez para siempre, sino que
habrán de ir muriendo cada día!
Hay que luchar contra el ambiente: amigos, familia,
mundo, atracciones... todo parecerá levantarse escandalizado ante quienes
pretendan señalar el error. ¡Si me aman, querrán darme lo que ellos llaman
bienes! y librarme de exageraciones ridículas, pasadas de moda, "que hacen
más mal que bien...". Dirán: ¿para qué esas exageraciones? ¿Por qué no
hacer como todos? Pero nosotros debemos luchar contra los escándalos... luchar
contra los desalientos, el cansancio de la edad, la sequedad del espíritu, el
tedio, la fatiga, la monotonía...
Sí, hay que luchar, pero allí estoy Yo, dice Jesús.
Tengan confianza en Mí, Yo he vencido al mundo. Mi yugo es suave y mi carga
ligera... Vengan a Mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo os
aliviaré... El que tenga sed, venga a Mí y beba. ¡Yo haré brotar en él una
fuente que brota hasta la vida eterna! (Jn 16,33; Mt 11,30.29; Jn 7,37-38).
Necesito de ti... No te obligo, pero necesito de ti para
realizar mis planes de amor. Si tú no vienes, una obra quedará sin hacerse que
tú, sólo tú puedes realizar. Nadie puede tomar esa obra, porque cada uno tiene
su parte de bien que realizar. Mira el mundo: los campos cómo amarillean,
cuánta hambre, cuánta sed en el mundo. Mira cómo me buscan a mí, incluso cuando
se me persigue...
Hay un hambre ardiente, atormentadora de justicia, de
honradez, de respeto a la persona; una voluntad resuelta a hacer saltar el
mundo con tal que terminen explotaciones vergonzosas; hay gentes, entre los que
se llaman mis enemigos, que practican por odio lo que enseño por amor... Hay un
hambre en muchos de Religión, de espíritu, de confianza, de sentido de la vida.
¿Difícil? ¡Sí! El mundo no lo comprenderá... Se
burlará... Dirá: ¡exageraciones! ¡Que se ha vuelto loco! De Jesús se dijo que
estaba loco, se le vistió de loco, se le acusó de endemoniado... y finalmente
se le crucificó. Y si Cristo viniera hoy a la tierra, horror me da pensarlo, no
sería crucificado pero sería fusilado.
En la gran obra de Cristo todos tenemos un sitio;
distinto para cada uno, pero un sitio en el plano de la santidad. En la cadena
de la gracia que Dios destina a la bondad, ¡yo estoy llamado a ser un eslabón!
Puedo serlo, puedo rechazar, ¿qué haré? La respuesta: Plantearme este problema
a fondo ¡y responder con seriedad!
Muchos jóvenes no tendrán el valor de planteárselo. Será
superior a sus fuerzas pero, ¿si pensaran en las fuerzas de Cristo? Si pensaran
que con Cristo, ellos también podrían ser santos. ¡Que no se refugien en la
cobardía del puro deber!
Otros darán la limosna de algo. ¡Algo es! Peor sería
nada. ¡Pero no es eso lo que Cristo pide! No hay que ofrecer otra cosa,
insistiendo que es buena, cuando Cristo pide otra mejor: La voluntad de Dios
única y sola.
San Alberto Hurtado
Mayo, mes de María
Flor del 29 de mayo:
María, Reina del Santísimo
Rosario
Meditación:
“Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo” (Lucas 1,28). El
Arcángel San Gabriel fue quien comenzó el Rosario, pero el Espíritu Santo nos
ha manifestado a través de los místicos que todo lo que proviene de la boca de
los enviados celestiales (ángeles, santos y la misma Virgen) viene de la Voz de
Dios, de tal modo que el mismo Dios fue quien lo inició. A María, la Reina de
nuestro corazón, la Reina de las rosas, presentémosle como regalo un ramo de
Avemarías. La oración a María, Medianera e Intercesora, va dirigida por su
medio a Dios; le pedimos “ruega por nosotros pecadores” para que su oración se
una a la nuestra y le de valor. Ella siempre responde ”ruego por vosotros
pecadores”, ya que la oración es el diálogo sublime de la pobre criatura con su
Señor. Nuestra oración, en manos de María, es presentada ante el Trono de Dios
como un delicado perfume, entregado por la criatura más perfecta que existió,
¿y qué no puede obtener ése Purísimo Corazón del Corazón del Amor…?.
Oración: ¡Oh
María, Reina del Santo Rosario!. Enséñanos a rezar de corazón como lo hiciste
vos, y a prestar eterna alabanza a nuestro Señor. Amén.
Decena del Santo
Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para
este día: Rezar un Rosario pidiendo se derrame sobre nosotros el Espíritu
Santo, y por las intenciones de la Virgen.
Fuente: reinadelcielo.org
Nuevo artículo
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo
II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Oración a San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén
La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29
de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el
rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo
Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los
días 29 de cada mes.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la familia Lizarazo, en Bucaramanga, Colombia, que se encuentran afrontando
graves problemas jurídicos, para que todo salga muy bien en la presente semana.
Pedimos oración por el éxito de los Cursillos de Cristiandad que se realizarán en agosto para damas y
caballeros en Ciudad Mante, Tamaulipas, México, para que estos encuentros
permitan llevar a Dios al corazón de los fieles que participen en ellos.
Pedimos oración por Martha
Patricia M. P., de León, Gto. México que operan por prolapso múltiple.
Rogamos la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe y Juan Pablo II para que
esta cirugía se resuelva de la mejor manera para ella.
Pedimos oración por la niña Elizabeth V., de 9 años de edad, que en Austin, Texas, USA, será intervenida hoy por una delicada afección en la cabeza. Que el Buen Jesús esté junto a ella y guíe las manos de los médicos para que todo salga bien.
Pedimos oración por la niña Elizabeth V., de 9 años de edad, que en Austin, Texas, USA, será intervenida hoy por una delicada afección en la cabeza. Que el Buen Jesús esté junto a ella y guíe las manos de los médicos para que todo salga bien.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a feluzul@gmail.com y deben
poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin
asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben
pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo
antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
“Intimidad Divina”
La pobreza
voluntaria
“La madre Iglesia se goza de que en su seno se hallen
muchos varones y mujeres que siguen más de cerca el anonadamiento del Salvador
y dan un testimonio más evidente de él al abrazar la pobreza en la libertad de
los hijos de Dios” (LG 42). La pobreza voluntaria profesada con voto o promesa
particular, es distintivo de los que, consagrándose totalmente a Dios en el
estado de perfección, quieren participar “en la pobreza de Cristo, el cual,
siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de que por su pobreza nos
enriqueciésemos” (PC 13). La pobreza voluntaria se abraza, pues, por amor; pues
el que ama anhela parecerse a la persona amada, compartir totalmente su vida y
su suerte y aun seguir del modo más exacto sus consejos. El voto de pobreza
aparece así como la realización más completa de la doctrina de Cristo sobre la
pobreza evangélica. Quien emite ese voto o la promesa correspondiente, no
considera la vida pobre como un peso no como una conveniencia económica, sino
como un ideal; y el ideal se ama, no se tolera, se persigue, no se esquiva, se
vive y se defiende a toda costa.
El Concilio Vaticano II declara que, en nuestros días
sobre todo, la pobreza abrazada voluntariamente… es un signo muy apreciado del
seguimiento de Cristo (PC 13). Pues aunque la sociedad moderna esté dominada
por los valores económicos y sea toda presa de bienestar y de los placeres de
la vida, es muy sensible y exigente en cuanto a la pobreza de las “personas de
la Iglesia”. El ejemplo vivo de desasimiento, desinterés y vida austera ejerce
una fascinación especial sobre los hombres de hoy y, tal vez más que ningún
otro factor, tiene el poder de evocarles los valores eternos. El Concilio ha
hablado en este sentido: “El estado religioso, por librar mejor a sus seguidores
de las preocupaciones terrenas, cumple también mejor, sea la función de
manifestar ante todos los fieles que los bienes celestiales se hallan ya
presentes en este mundo, sea la de testimoniar la vida nueva y eterna… sea la
de prefigurar la futura resurrección y la gloria del reino celestial” (LG 44).
Los religiosos, tomando conciencia de su responsabilidad, se sienten más
empeñados que nunca en esta misión de testimonio. Para ello no basta “someterse
a los superiores en el uso de los bienes, sino que es menester que… sean pobres
de espíritu y de hecho” (PC 13).
Ser pobres de nombre en virtud del voto de pobreza y no
serlo en lo concreto de la vida, sería hipócrita y escandaloso, además de ser
una traición a ideal abrazado. Si los superiores –a tenor de las Constituciones
de cada Instituto y de las necesidades particulares– pueden autorizar el uso de
bienes determinados y conceder alivios, no pueden nunca dispensar ni a sí mismo
ni a los súbditos de la renuncia sustancial íntimamente unida a la vida de la
pobreza voluntaria. En toda circunstancia los religiosos –tanto individual como
colectivamente– deben portarse de modo que sean ejemplo luminoso de auténtica
pobreza evangélica, animada de desinterés personal y de caridad para con el
prójimo. Por tanto, muy lejos de acumular los frutos de su trabajo, serán
largos en proveer “a otras necesidades de la Iglesia y al sustento de los
menesterosos, a los que todos los religiosos han de amar en las entrañas de
Jesucristo” (ib.). Sólo así proporcionará el estado religioso el “preclaro e
inestimable testimonio” de espíritu de pobreza y de caridad que han sido
siempre “gloria y signo de la Iglesia de Cristo" (LG 31; GS 88).
La pobreza es el
tesoro escondido en el campo evangélico para comprar el cual hay que vender todas
las cosas. Quien quiera llegar a la altura de la santa pobreza renuncie a la
prudencia humana, desaprópiese de toda posesión y ofrézcase desnudo en tus
brazos, ¡oh Cristo Crucificado! Tú
Señor, te has complacido de la pobreza; y yo tengo por dignidad real e insigne
nobleza el seguirte a ti, que, siendo rico, te has hecho pobre por nosotros. No
quiero por la posesión de falsas riquezas dejar esa dignidad real que has
asumido tú por nosotros, para enriquecernos con tu pobreza y constituirnos,
siendo verdaderos pobres de espíritu, en reyes y herederos del reino de los
cielos. (San Francisco de Asís, Dichos)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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