sábado, 17 de noviembre de 2012

Pequeñas Semillitas 1870


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1870 ~ Sábado 17 de Noviembre de 2012
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
Y hoy más que nunca repito esta frase que pronunció Juan Pablo II y que fueron sus primeras palabras en el balcón de la Basílica de San Pedro el día de su elección para el trono de Pedro en octubre de 1978.
Hago mías estas palabras cada día de mi vida, y en especial ahora que el Señor y la Santísima Virgen estuvieron a mi lado este lunes pasado cuando una descompensación cardíaca ocasionó que fuera internado de urgencia y sometido a un cateterismo que por Gracia de Dios resultó normal.
La presencia de Jesús y de María fue constante a mi lado, y al regresar ahora con “Pequeñas Semillitas” quiero dejar constancia de mi agradecimiento por ello… Y también a todas las personas que han rezado por mi salud, y que seguramente lo seguirán haciendo.
He recibido reiteradas indicaciones tanto de los médicos como de personas que me quieren bien, en el sentido de disminuir mis actividades y descansar más… Pero creo que para descansar ya tendré tiempo si es que al cabo de mi vida tengo los merecimientos necesarios para llegar al Reino de Dios. Ahora mi intención es continuar difundiendo la Buena Nueva de Jesús como lo vengo haciendo.
Recuerdo que en los últimos años de su vida, al gran Juan Pablo II le preguntaban si no pensaba renunciar al papado por su avanzada edad y sus múltiples y graves enfermedades, y el respondía con todo ese amor y sabiduría propios de los santos: “Si Cristo no se bajó de la Cruz, yo tampoco voy a abandonar mi tarea” No quiero ponerme ni remotamente en el nivel del gran beato; sólo quiero significar que él es mi ejemplo, mi modelo, mi guía… y en esta circunstancia de estar con algunos problemas de salud y con apenas 61 años de edad, no pienso bajarme de la tarea asumida, que la seguiré desarrollando “Ad maiorem Dei gloriam” (a mayor gloria de Dios = AMDG)
Con gran alegría, reiniciamos la siembra…


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: ‘¡Hazme justicia contra mi adversario!’. Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme’».
Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?».
(Lc 18,1-8)

Comentario
Hoy, en los últimos días del año litúrgico, Jesús nos exhorta a orar, a dirigirnos a Dios. Podemos pensar cómo los padres y madres de familia esperan que —¡todos los días!— sus hijos les digan algo, que les muestren su afecto amoroso.
Dios, que es Padre de todos, también lo espera. Jesús nos lo dice muchas veces en el Evangelio, y sabemos que hablar con Dios es hacer oración. La oración es la voz de la fe, de nuestra creencia en Él, también de nuestra confianza, y ojalá fuera también siempre manifestación de nuestro amor.
A fin de que nuestra oración sea perseverante y confiada, dice san Lucas, que «Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer» (Lc 18,1). Sabemos que la oración se puede hacer alabando al Señor o dando gracias, o reconociendo la propia debilidad humana —el pecado—, implorando la misericordia de Dios, pero la mayoría de las veces será de petición de alguna gracia o favor. Y, aunque no se consiga de momento lo que se pide, sólo el poder dirigirse a Dios, el hecho de poder contarle a ese Alguien la pena o la preocupación, ya será la consecución de algo, y seguramente —aunque no de inmediato, sino en el tiempo—, obtendrá respuesta, porque «Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche?» (Lc 18,7).
San Juan Clímaco, a propósito de esta parábola evangélica, dice que «aquel juez que no temía a Dios, cede ante la insistencia de la viuda para no tener más la pesadez de escucharla. Dios hará justicia al alma, viuda de Él por el pecado, frente al cuerpo, su primer enemigo, y frente a los demonios, sus adversarios invisibles. El Divino Comerciante sabrá intercambiar bien nuestras buenas mercancías, poner a disposición sus grandes bienes con amorosa solicitud y estar pronto a acoger nuestras súplicas».
Perseverancia en orar, confianza en Dios. Decía Tertuliano que «sólo la oración vence a Dios».
Rev. D. Joan FARRÉS i Llarisó (Rubí, Barcelona, España)


Santoral Católico:
Santa Isabel de Hungría
Viuda


A los cuatro años había sido prometida en matrimonio, se casó a los catorce, fue madre a los quince y enviudó a los veinte. Isabel, princesa de Hungría y duquesa de Turingia, concluyó su vida terrena a los 24 años de edad, el I de noviembre de 1231. Cuatro años después el Papa Gregorio IX la elevaba a los altares. Vistas así, a vuelo de pájaro, las etapas de su vida parecen una fábula, pero si miramos más allá, descubrimos en esta santa las auténticas maravillas de la gracia y de las virtudes.

Su padre, el rey Andrés II de Hungría, primo del emperador de Alemania, la había prometido por esposa a Luis, hijo de los duques de Turingia, cuando sólo tenía 11 años. A pesar de que el matrimonio fue arreglado por los padres, fue un matrimonio vivido en el amor y una feliz conjunción entre la ascética cristiana y la felicidad humana, entre la diadema real y la aureola de santidad. La joven duquesa, con su austeridad característica, despertando el enojo de la suegra y de la cuñada al no querer acudir a la Iglesia adornada con los preciosos collares de su rango: “¿Cómo podría—dijo cándidamente—llevar una corona tan preciosa ante un Rey coronado de espinas?”. Sólo su esposo, tiernamente enamorado de ella, quiso demostrarse digno de una criatura tan bella en el rostro y en el alma y tomó por lema en su escudo, tres palabras que expresaron de modo concreto el programa de su vida pública: “Piedad, Pureza, Justicia”.

Juntos crecieron en la recíproca donación, animados y apoyados por la convicción de que su amor y la felicidad que resultaba de él eran un don sacramental: “Si yo amo tanto a una criatura mortal—le confiaba la joven duquesa a una de sus sirvientes y amiga—, ¿Cómo debería amar al Señor inmortal, dueño de mi alma”.

A los quince años Isabel tuvo a su primogénito, a los 17 una niña y a los 20 otra niña, cuando apenas hacía tres semanas había perdido a su esposo, muerto en una cruzada a la que se había unido con entusiasmo juvenil. Cuando quedó viuda, estallaron las animosidades reprimidas de sus cuñados que no soportaban su generosidad para con los pobres. Privada también de sus hijos, fue expulsada del castillo de Wartemburg. A partir de entonces pudo vivir totalmente el ideal franciscano de pobreza en la Tercera Orden, para dedicarse, en total obediencia a las directrices de un rígido e intransigente confesor, a las actividades asistenciales hasta su muerte, en 1231.


También hoy se celebra a los santos mártires rioplatenses: Roque González, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo
Para obtener más información, hacer clic acá.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“El Camino de Jesús es una senda que nos conducirá a la libertad:
la libertad radical que nos permite participar
en la Gran Obra de Arte de Dios
de manera libre, espontánea y creativa... y para todos juntos”

Albert Nolan


Tema del día:
Beatifican hoy a la 
Hermana María Crescencia Pérez


La Iglesia, al declarar Beata a María Crescencia confirma la santidad con que ella vivió su consagración a Dios en el Instituto de Nuestra Señora del Huerto fundado por San Antonio María Gianelli.

La Hermana María Crescencia Pérez, religiosa argentina de la Congregación Hijas de María Santísima del Huerto, nació en San Martín (Provincia de Buenos Aires) el 17 de agosto de 1897 y murió el 20 de mayo de 1932 en Vallenar (Chile). En su familia, profundamente cristiana, aprendió a vivir con plena apertura a la voluntad de Dios y al servicio de los hermanos, en particular a los más débiles y sufrientes.

Su vida como religiosa estuvo marcada por la sencillez, la oración y el cuidado de los pobres y los enfermos, manifestando que el Evangelio es capaz de dar plenitud y alegría a quienes viven según sus valores. Su vida de oración la llevó a una honda experiencia de Dios y a una profunda sintonía espiritual con los hermanos probados por el dolor. La devoción mariana y el deseo de dar a conocer a Jesucristo a sus hermanos marcaron su itinerario espiritual y apostólico.

La Hermana Crescencia, pese a su delicada salud y a la brevedad de su vida, entregó lo mejor de sí misma hasta el final. Lo imponderable fue su amor a Dios en las pequeñas cosas de cada día, realizando de una manera extraordinaria las obras más sencillas. Por su amor apasionado al Señor, entregó su vida al prójimo sintiéndose servidora de todos.

Fue una persona de profunda oración, destacada humildad y permanente crecimiento en la obediencia a la voluntad de Dios. Entendió que todo se simplificaba en su vida a través del abandono en Dios, la entrega incondicional y la más absoluta confianza. Vivió  propagó fervorosamente la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen María.

Cronología del Proceso

1986: El Obispo de San Nicolás, Monseñor domingo S. Castagna, inició el proceso diocesano de Beatificación de la Hermana María Crescencia con el aval y permanente apoyo de la Casa General y Provincial de las Hermanas del Huerto. Designó a Monseñor Roberto Mancuso como Juez Delegado y al Pbro. Dr. Ariel Busso como Postulador de la causa.

1989: Fue presentado en Roma el proceso diocesano ya concluido y se inició el proceso romano de Beatificación.

1997: El Postulador de Roma, Dr. Enrico Venanzi presentó a la Sagrada Congregación la “Positio” sobre la vida, virtudes y fama de santidad de la Hermana.

2004: El Papa Juan Pablo II declaró Venerable a la Hermana María Crescencia atestiguando la heroicidad de sus virtudes cristianas.

2011: El Papa Benedicto XVI declaró la validez del milagro atribuido a la intercesión de María Crescencia Pérez y resolvió decretar su Beatificación.

2012: Hoy, 17 de noviembre, el legado Papal, Cardenal Ángelo Amato, presidirá la celebración donde se proclamará Beata a María Crescencia, en Pergamino, provincia de Buenos Aires, República Argentina.


Canción
Alma misionera


Señor toma mi vida nueva
antes de que la espera
desgaste años en mi.
Estoy dispuesto a lo que quieras
no importa lo que sea
tú llámame a servir

Llévame donde los hombres
necesiten tus palabras
necesiten mi ganas de vivir
donde falte la esperanza
donde todo sea triste
simplemente por no saber de ti.

Te doy mi corazón sincero
para gritar sin miedo
lo hermoso que es tu amor.
Señor tengo alma misionera
condúceme a la tierra
que tenga sed de vos

Llévame donde los hombres
necesiten tu palabras
necesiten mis ganas de vivir
donde falte la esperanza
donde todo sea triste
simplemente por no saber de ti.

Así en marcha iré cantando
por pueblos predicando
tu grandeza Señor.
Tendré mis manos sin cansancio
tu historia entre mis labios
tu fuerza en la oración

Llévame donde los hombres
necesiten tus palabras
necesiten mis ganas de vivir
donde falte la esperanza
donde todo sea triste
simplemente por no saber de ti.
 
Fuente: musica.com
Imagen: Google


Pensamientos sanadores


Trabajemos en la construcción de la familia

Las tres Personas de la Santísima Trinidad son el modelo del cual brota la familia.
Sin embargo, como consecuencia del pecado original, subyace una fuerza negativa que tiende a contaminar los vínculos para fragmentar, dividir y atomizar las relaciones.
Si no luchamos contra esta tendencia, esto podría ser el comienzo del fin de la civilización, ya que, como solía repetir el Beato Juan Pablo II: “El futuro de la humanidad se fragua en la familia”. O como expresó la Beata Madre Teresa de Calcuta: “El mundo sufre porque no hay tiempo para los hijos, no hay tiempo para los esposos, no hay tiempo para disfrutar la compañía de los otros”.
Cada uno de nosotros puede marcar la diferencia.
Decídete a unirte a la fuerza del amor de la Sagrada Familia para que puedas ser instrumento de la paciencia, el servicio y la caridad con aquellos que llevan tu misma sangre.

Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga, y por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra. Génesis 12, 3.


Mes de María


Desde el 7 de Noviembre al 7 de Diciembre, se desarrolla en Argentina y en varios países del hemisferio sur, el Mes de María, pues es el mes de las flores aquí en el sur, tal como Mayo lo es en el hemisferio norte.

Día once (17/NOV): Las distracciones permitidas

CONSIDERACIÓN. – La Santa Escritura, nos invita a recrearnos bajo los ojos del Señor.
Nos es permitido pues, buscar honestas distracciones y cuando hemos llevado el peso del día y del calor, reposar en paz en el seno de nuestra familia; mas es necesario comprar esta satisfacción con el trabajo.
Una buena lectura, un paseo al campo, algunos instantes de dulce conversación entre personas que se convienen, son cosas que se permiten y no hay duda que los santos habitantes de Nazaret descansaban así de las fatigas de sus trabajos.
Huyamos, en esas horas reparadoras, de todo lo que pueda alejarnos del Señor: las conversaciones poco cristianas, una disipación muy grande, un gozo inmoderado contrario a la dignidad de los hijos de Dios, los propósitos ligeros y bromistas que hieren la modestia. Huyamos también de las lecturas perniciosas y malsanas, que, con el pretexto de divertirnos un instante, llevan el veneno hasta el fondo de las almas.
En fin, pensemos entonces que nos hallamos bajo los ojos del Señor y que nada, en nuestra conducta, en nuestras palabras y en nuestros pensamientos pueda herirlo.

EJEMPLO. – El gran sabio cardenal Bellardino, visitando un día a los alumnos del colegio Romano, durante el recreo, preguntó a algunos que se hallaban agrupados a su alrededor: -¿Qué haríais si un Ángel del Cielo viniera, de parte de Dios, a comunicaros que vais a morir?
Uno respondió: -Yo iría en seguida a confesarme.
Otro: -Yo me prosternaría delante del Santísimo Sacramento.
Un tercero: -Yo continuaría recreándome.
El cardenal fijó sobre este niño, que se llamaba Luis de Gonzaga, una mirada de emoción y abrazándolo con ternura, le dijo: -Amigo, vuestra respuesta es la mejor.
El joven escolar tenía razón: los honestos recreos están en la voluntad de Dios y santifican cuando suceden al trabajo.

PLEGARIA DE SAN EFRÉN. - ¡Oh Madre llena de gracia! interceded por mí ante vuestro divino Hijo, y por vuestra intercesión aclarad mi entendimiento, abrazad mi corazón y desligad mi lengua, a fin de que yo pueda cantar vuestras alabanzas. Así sea.

RESOLUCIÓN. – No me permitiré jamás, ningún placer en medio del cual no desearía que la muerte viniera a sorprenderme.

JACULATORIA. – María, causa de nuestra alegría, rogad por nosotros.



Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Victoria, de Santiago del Estero, Argentina, una jovencita con trastornos de ansiedad. Que el Buen Jesús la ayude a superar estas situaciones y la llene de fe y esperanzas para una vida de amor.

Pedimos oración por el Sr. Carlos M., de El Salvador, que tiene tumor canceroso en el cerebro desde hace nueve años; esta esperando ser operado nuevamente pero esta muy delicado, es un gran testimonio pues cuando se lo descubrieron le dieron 3 mese de vida y ya lleva nueve años, tiempo durante el cual ha tenido muchas y severas complicaciones. Que el amado Jesús pose sobre él sus manos sanadoras.

Pedimos oración por Sonia, que vive en Floresta, Buenos Aires, Argentina, a la cual le descubrieron un nódulo que puede ser maligno, rogando a Dios para que en todo este tiempo de estudios, biopsia, y tratamiento, le dé fortaleza a ella y su familia.

Desde Asunción, Paraguay, escribe María Liliana C. O. y dice: “Pido oración por mi trabajo, para que siempre lo tenga, y que señor Jesús junto a la Virgen María aparten de mi a aquellas personas que solo me desean el mal. ¡Que se haga en mi la voluntad del Señor!”

Pedimos oración por Gladys, de Ecuador, que está sin trabajo y a la vez construyendo su casita con sacrificio y superando algunas dificultades porque manifiesta haber sido estafada por el contratista. Que Dios Misericordioso la ayude para salir adelante y superar todas las pruebas del camino.

Pedimos oración por María Rosa P. y su madre María Rosa B., de Santa Fe, Argentina, para que el Espíritu Santo les conceda el don de la fortaleza para afrontar las difíciles situaciones familiares que están viviendo.

Pedimos oración por las siguientes personas de Buenos Aires, Argentina: por Gael, niño de un año y medio de edad que padece el Sindrome de Kawasaki y está en tratamiento siendo su estado delicado; por Doménico de 80 años de edad, con trastornos cognitivos y problemas prostáticos; y por Carlos, de 50 años, que está sufriendo una lumbo-ciatalgia con tratamientos infructuosos. Que por le intercesión de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, el Buen Jesús ayude a estos tres hermanos nuestros sanando o al menos aliviando en todo lo posible sus dolencias.

Pedimos oración por Cristian, un chico de Campana, provincia de Buenos Aires, Argentina, hijo de padres separados, que ha entrado muy malamente al mundo de la droga y la mamá está desesperada por lo que pide nuestras plegarias para que el Señor ilumine el corazón de Cristian, y a la vez quiere saber si alguien conoce algún establecimiento público y gratuito en esa zona donde puedan internar y tratar al joven adicto. Cualquier información enviarla a liliana_victoria_cpdl@yahoo.com.ar que es la persona que está intentando ayudar en esta situación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


"Intimidad Divina"

Los gemidos de la espera

El Señor quiere despojar totalmente a sus amigos del hombre viejo, renovarlos en el espíritu y revestirlos del hombre nuevo “creado según Dios en justicia y santidad” (Ef 4, 23-24). La noche del espíritu invade a todo el hombre y como el entendimiento es purificado y puesto a oscuras por la fe, así la memoria es purificada y puesta en vacío por la esperanza, la cual, sobrepasando todos los bienes poseídos, hace olvidarlos como cosas de poco valor y empeña todas las fuerzas del alma en el solo deseo de Dios. Cuanto más crece la esperanza teologal en el hombre, tanto más se siente éste insatisfecho de lo alcanzado, no sólo en el campo material, sino también en el espiritual: todo es demasiado poco para saciar su hambre y sus ansias de Dios. El recuerdo de las gracias recibidas lejos de serle consuelo le es motivo de pena, sea por el contraste con su presente estado de aridez, sea, en fin, porque son incapaces de apagar su deseo de Dios que se ha hecho más profundo.

“La esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5, 5). No es inútil desasirse de todo bien creado para buscar a solo Dios y vivir en la esperanza de la comunión perfecta con él, porque Dios ama al hombre y le ha dado su amor justamente para hacerlo capaz de unirse a él en una amistad personal. La caridad, virtud que es corona y complemento a la fe y a la esperanza, es también la virtud que lleva a cumplimiento la purificación empezada por ellas, vaciando la voluntad de todo afecto que no sea de Dios… que no acepta ser amado parcialmente, no admite competidores; él mismo lo ha ordenado: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Dt 6, 5). Este amor de absoluta preferencia exige, como contrapartida, que la voluntad sea purificada y vaciada de todos los afectos que, dividiendo sus fuerzas, le impiden cumplir el gran mandamiento del amor a Dios.

Dios que ha hecho al hombre capaz de amar, reclama para sí las primicias de su amor y no cede a nadie el primer puesto en el corazón de su criatura. Y cuanto más crece el hombre en el amor a Dios, tanto más polariza y absorbe este amor todas las fuerzas de la voluntad desasiéndola y vaciándola de todo otro afecto. Pero crecer en el amor divino no quiere decir gustar su deleite; antes bien en la noche del espíritu Dios suspende esos gustos, porque quiere que el hombre aprenda a amarle sin buscar su bienestar o consuelo. El alma entonces queda “seca y fría, y a veces caliente, no hallando en nada alivio, ni un pensamiento que la consuele, ni aun poder levantar el corazón a Dios” (J.C. Ll 1, 20). Esto no significa que no sepa amar, antes está creciendo en el amor y si, a despecho de tantas angustias se mantiene fiel a Dios, su amor se hará más puro y fuerte.

¡Oh dulce Jesús, qué dura palabra: querer que yo tome la cruz!... ¿No sabes tú qué débil soy para padecer? Mas ¡pobre de mí! Si tú, que eres resplandor de la luz eterna has sido puesto en la cruz, yo, que soy tierra y ceniza, ¿estaré libre de esa cruz? Tú, que no cometiste pecado, fuiste crucificado por mí, y ¿rehusaré yo ser crucificada por ti? Dame, Señor, esta grandeza de alma y gratitud: que desee con todo el corazón padecer por ti, ser crucificada por ti. Dame, Señor, esta grandeza de alma y gratitud: que desee con todo el corazón padecer por ti, ser crucificada por ti. (B. Camilla Da Varano)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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