lunes, 2 de enero de 2012

Pequeñas Semillitas 1580

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1580 ~ Lunes 2 de Enero de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola!!!
Mira tu vida. Evalúate a la luz de lo que eres hoy y de lo que puedes ser mañana. Separa lo bueno de lo malo. Cuando termines, decide mejorar lo malo y utilizar al máximo lo bueno en tu vida. Cuando no le simpatices a alguien, considera que ese es problema de él.
Algunas personas no simpatizarán contigo independientemente de lo que hagas o de quien seas. Un hecho lamentable de la vida es que no todo el mundo simpatizará contigo. Si honestamente puedes admitir que tienes defectos y que éstas haciendo un esfuerzo por mejorar, entonces no debes preocuparte por lo que la gente pueda pensar o decir de ti. Es problema de ellos si aún no simpatizan contigo.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron adonde estaba él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: «¿Quién eres tú?». El confesó, y no negó; confesó: «Yo no soy el Cristo». Y le preguntaron: «¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?». El dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el profeta?». Respondió: «No». Entonces le dijeron: «¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?». Dijo él: «Yo soy voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías».
Los enviados eran fariseos. Y le preguntaron: «¿Por qué, pues, bautizas, si no eres tú el Cristo ni Elías ni el profeta?». Juan les respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis, que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia». Esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
(Jn 1,19-28)

Comentario
Hoy, en el Evangelio de la liturgia eucarística, leemos el testimonio de Juan el Bautista. El texto que precede a estas palabras del Evangelio según san Juan es el prólogo en el que se afirma con claridad: «Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros» (Jn 1,14). Aquello que en el prólogo —a modo de gran obertura— se anuncia, ahora en el Evangelio, paso a paso, se manifiesta. El misterio del Verbo encarnado es misterio de salvación para la humanidad: «La gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo» (Jn 1,17). La salvación nos viene por Jesucristo, y la fe es la respuesta a la manifestación de Cristo.
El misterio de la salvación en Cristo está siempre acompañado por el testimonio. Jesucristo mismo es el «Amén, el Testigo fiel y veraz» (Ap 3,14). Juan Bautista es quien da testimonio, con su misión y mirada de profeta: «En medio de vosotros está uno (…) que viene detrás de mí» (Jn 1,26-27). Y los Apóstoles así entienden la misión: «A este Jesús, Dios le resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos» (Hch 2,32).
La Iglesia toda ella, y por tanto todos sus miembros, tenemos la misión de ser testigos. El testimonio que nosotros traemos al mundo tiene un nombre. El Evangelio es el mismo Jesucristo. Él es la “Buena Nueva”. Y la proclamación del Evangelio a lo largo de todo el mundo hay que entenderla también en clave de testimonio que une inseparablemente el anuncio y la vida. Es conveniente recordar aquellas palabras del papa Pablo VI: «El hombre contemporáneo escucha mejor a quienes dan testimonio que a quienes enseñan (…), o, si escuchan a quienes enseñan, es porque dan testimonio».
Mons. Romà CASANOVA i Casanova Obispo de Vic (Barcelona, España)


Santoral Católico:

San Basilio Magno
Doctor de la Iglesia


San Gregorio Nacianceno
Doctor de la Iglesia



La frase de  hoy
  
“Todos somos ángeles, de una sola ala.
Por eso, debemos abrazarnos para poder volar”


Tema del día:
Para el año que comienza


Soy un convencido que nada cambia por el simple hecho de cambiar los calendarios y costarnos un poco el cambiar el 1 por el 2. Pero no puedo evitar desearle LO MEJOR para este año que comienza.

No se necesita ser muy lúcido para saber que el año ha de transcurrir con su carga de muchas instancias de todos los signos. Vendrán instancias que uno desearía se continuasen interminablemente. Vendrán instancias que uno desearía pasasen a toda prisa. Ello es una realidad inevitable. Lo importante es nuestra postura ante cada una de esas realidades.

Desear lo mejor no es desear que no existan situaciones difíciles sino que, las mismas, se puedan vivir de la mejor manera. A lo largo del año nos encontraremos con personas que son un verdadero de placer y también con las otras.

Desear lo mejor no es desear nos encontremos únicamente con seres positivos sino que sepamos vivir correctamente nuestra relación con todos.

Desear lo mejor es que, ante las diversas realidades que le toquen vivir, pueda actuar movido por el sentido común. Es desear que con sus actitudes pueda ayudar a los demás a que se descubran como personas dignas de ser tratadas como tales. Es desear saber poner lo mejor de uno en cada una de sus tareas para ser constructor de un hoy más justo y fraterno.

Desear lo mejor es augurar uno pueda aprender de cada una de las instancias que le toque enfrentar. Nada de lo que nos sucede es por pura casualidad. Cada uno de los momentos de nuestro año está cargado de lecciones y debemos aprender a leerlos y asimilarlos. Cada situación nos acerca una palabra que, constantemente, nos está invitando a ser mejores seres humanos y debemos saber involucrarnos con ellas.

Debemos transitar cada momento de nuestro año con la certeza de que podemos ser útiles en cuanto agentes de transformación pero, también, con la certeza de que esa transformación comienza a ser realidad en la medida que seamos capaces de transformarnos. Todos, absolutamente todos, tenemos mucho para aprender y cambiar. Para asumir esta realidad debemos estar muy atentos a la realidad en la que estamos inmersos.

Desear lo mejor es desear que nuestro actuar sea respetuoso de la originalidad del otro. No es nada simple respetar al otro tal como es ya que, en oportunidades, su actuar es totalmente distinto al nuestro. En oportunidades necesitamos de mucho tiempo para llegar a aceptar los códigos que guían el actuar de otros y muchísimo más cuando se mueve con ausencia de códigos.

Respetar al otro no quiere decir apoyar todos los comportamientos ajenos pero sin ese elemental respeto es muy difícil poder ayudar a que el otro crezca y madure. Cuando pretendemos imponernos o avasallamos al otro no hacemos otra cosa que lograr que el otro se encierre en su realidad y se aparte de nosotros o se encierre en sí mismo. Todo esto es un empeño de nuestra parte que se hace esfuerzo constante en cada uno de nuestros actos.

El año que comienza nos presentará un sin número de oportunidades para ejercitarnos en todo aquello que nos irá permitiendo hacer aflorar lo mejor de nosotros. Es evidente que esto no lo habremos de lograr de un momento a otro. Requerirá de nosotros todo un proceso que debemos vivir con sencillez y tenacidad.

Los errores son parte integrante de nuestro proceso de crecimiento y será en la atenta lectura de ellos y en el humilde reconocimiento de tales cosas que podremos ir acercándonos a lo mejor de nosotros.

Por eso, para este año que comienza, LO MEJOR. Sentido común, respeto y proceso. Viviendo estas realidades, sin lugar a dudas, habremos de tener un AÑO NUEVO que estará pleno de FELICIDAD.

Padre Martín Ponce de León SDB.


Pensamientos sanadores


Hoy pide a Dios el don del buen humor.

¡Es tan importante el buen humor! Es lo opuesto a la ironía, a la amargura y al enojo.
Con el buen humor, los males se minimizan y predisponemos a Dios para que derrame nuevas bendiciones en nuestras vidas.
Con el santo sacerdote jesuita Alberto Hurtado, en cada dificultad, podemos decir: “Contento, Señor, contento”, para recordarnos que, en ningún momento debemos perder el buen humor y la alegría.
Hay quienes erróneamente piensan que la virtud es sinónimo de seriedad y rigidez, pero nada más lejano y opuesto a la verdadera santidad.
Recordemos a Santa Teresa de Jesús, quien en una oportunidad, cuando le llegó una carta con noticias contrarias a una fundación que ella deseaba realizar, sacó a relucir su buen humor expresando: “Parece que el diablo se metió de cartero”. También nosotros, cuando algo quiera angustiarnos, cantemos y proclamemos que Nuestro Señor es más grande que nuestro problema.

El corazón alegre es un excelente remedio; un espíritu abatido seca los huesos. Proverbios 17, 22.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por una nenita llamada Sofía, que está internada en Buenos Aires en el Sanatorio de la Trinidad con un cuadro de meningitis, para que el Niño Jesús esté junto a ella y le dé la gracia de sanarse. También pedimos por su abuela Isabel, para que a través de este momento difícil que tiene que vivir con la enfermedad de su nietita, descubra el amor infinito de Jesús y María y pueda tener paz.

Pedimos oración por Nachito, de Buenos Aires, Argentina, que tiene 19 años de edad y padece de osteosarcoma (tumor maligno en huesos) bajo tratamiento de quimioterapia. Que el Señor lo apoye y le dé fuerzas para afrontar esta difícil situación y le permita salir curado de la misma.

Pedimos oración por Maruca, de 89 años de edad, de Córdoba, Argentina, afectada por una infección intestinal sumada a problemas crónicos de reumatismo artrósico, rogando a la Virgen de Lourdes que interceda por ella ante Jesús para su recuperación si es Su voluntad.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén


"Intimidad Divina"


El nombre que salva

“Cuando se hubieron cumplido los ocho días para circuncidar al Niño, le dieron el nombre de Jesús, impuesto por el Ángel antes de ser concebido en el seno” (Lc 2, 21). Este nombre no fue elegido en la tierra sino en el cielo y fue anunciado por voluntad de Dios tanto a María como a José. Ningún nombre, como éste asignado al Hijo del Altísimo, expresa tan cabalmente la realidad profunda del que lo lleva: Jesús, como dice su nombre, es por naturaleza el Señor que salva.

“Ningún otro nombre nos ha sido dado bajo el cielo, entre los hombres, por el cual podamos ser salvos” (Hc 4, 12) declara San Pedro después de haber curado en nombre de Jesús al tullido que pedía limosna en la puerta del templo. Jesús mismo había dicho: “Cuanto pidiereis al Padre, os lo dará en mi nombre… Pedid y recibiréis” (Jn 16, 23-24). No es el nombre en sí mismo lo que vale, sino lo que el nombre expresa y significa, y el nombre de Jesús es omnipotente porque designa el misterio, el poder, la misión del Hijo de Dios hecho hombre para ser el Salvador del mundo. Invocar con confianza su santo nombre es siempre eficaz porque esa invocación sube a Dios apoyada en los méritos infinitos de Jesús Salvador.

“El Señor –afirma el Concilio- es el fin de la historia humana, punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la civilización, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y plenitud total de sus aspiraciones” (GS 45)

San Bernardo no se cansa de cantar las glorias del nombre de Jesús: “Este dulcísimo nombre brilla predicado, alimenta rumiado, unge y mitiga los males invocado… Pues invoque este nombre vital y al punto respirará de nuevo aires de vida”

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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