miércoles, 21 de abril de 2010

Pequeñas Semillitas 1047

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1047 ~ Miércoles 21 de Abril de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Lo urgente en estos tiempos es saber distinguir la voz de Jesús en medio de tantas palabras, voces, ruidos... Una condición esencial, en cualquier tiempo y circunstancia, es oír su voz y hacer sitio a su mensaje en nuestra vida. Necesitamos recuperar la capacidad de escucha.
¿Escucho mi voz interior? ¿Escucho a los demás?


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día».
(Juan 6, 35-40)

Comentario
Hoy, Jesús se presenta como el pan de vida. A primera vista, causa curiosidad y perplejidad la definición que da de sí mismo; pero, cuando profundizamos, nos damos cuenta de que en estas palabras se manifiesta el sentido de su misión: salvar al hombre y darle vida. «Ésta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día» (Jn 6,39). Por esta razón y para perpetuar su acción salvadora y su presencia entre nosotros, Jesucristo se ha hecho para nosotros alimento de vida.
Dios hace posible que creamos en Jesucristo y nos acerquemos a Él: «Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado» (Jn 6,37-38). Acerquémonos, pues, con fe a Aquel que ha querido ser nuestro alimento, nuestra luz y nuestra vida, ya que «la fe es el principio de la verdadera vida», como afirma san Ignacio de Antioquía.
Jesucristo nos invita a seguirlo, a alimentarnos de Él, dado que esto es lo que significa verlo y creer en Él, y a la vez nos enseña a realizar la voluntad del Padre, tal como Él la lleva a cabo. Al enseñar a los discípulos la oración de los hijos de Dios, el Padrenuestro, colocó seguidas estas dos peticiones: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día». Este pan no sólo se refiere al alimento material, sino a sí mismo, alimento de vida eterna, con quien debemos permanecer unidos día tras día con la cohesión profunda que nos da el Espíritu Santo.
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona, España)


Santoral Católico
San Anselmo, Arzobispo y Doctor de la Iglesia


Nació en Aosta del Piamonte hacia el año 1033. Ingresó al monasterio de Bec a los 26 años y tres años más tarde, ocupó el cargo de prior del monasterio. El santo era un pensador original e independiente, de gran cultura y fue sin duda el mayor teólogo de su tiempo y el "padre de la escolástica".

En 1078, después de 15 años de priorato, Anselmo fue elegido abad de Bec, lo cual obligaba a viajar con frecuencia a Inglaterra, donde la abadía contaba con algunas propiedades. Pese a que el rey Guillermo el Rojo se rehuía a nombrar a Anselmo como Arzobispo de Canterbury, una poderosa enfermedad lo hizo reflexionar y nombró a San Anselmo como Arzobispo. Sin embargo, la conversión del rey no fue total; empezó a oprimir a la Iglesia siempre que podía cuando el clero no se plegaba a su voluntad, exigiéndoles elevados impuestos y hasta logró desterrar a San Anselmo.

La muerte de Guillermo puso fin al destierro del santo; sin embargo nuevamente surgieron las dificultades cuando Enrique I reclamó su derecho de investidura de los laicos sobre las abadías y catedrales. La oposición del rey y el Arzobispo fue agravándose cada día, hasta que se extendió el rumor de que San Anselmo iba a excomulgar al rey, quien de inmediato se reconcilió con el santo.

La salud de San Anselmo, que era muy anciano se debilitó mucho y falleció en 1109 entre los monjes de Canterbury.


Pensamiento


"Si encomiendas a un hombre más de lo que puede hacer, lo hará.
Si solamente le encomiendas lo que puede hacer, no hará nada"
R. Kipling


Temas Médicos:
La dignidad en el sufrimiento


Margaret Sommerville, directora del Centre for Medicine, Ethics and Law at McGill University, escribe en MercatorNet (22-01-10) sobre los modos de evitar que los pacientes terminales sufran por la pérdida de control sobre lo que les ocurre.

Los partidarios de la eutanasia la presentan como la respuesta apropiada al dolor y al sufrimiento, precisamente, dicen, porque da a los pacientes el control último sobre lo que va a ocurrirles. Pero si, por razones éticas y prácticas, uno piensa (como es mi caso) que legalizar la eutanasia es una mala idea, ¿qué más podemos hacer para reducir el sufrimiento de los enfermos graves y de los terminales?

En primer lugar, todo el mundo tiene derecho al necesario tratamiento contra el dolor: hay que liquidar al dolor, no a la persona que sufre el dolor. Dejar que alguien sufra sin motivo razonable es una violación de un derecho humano fundamental y una ruptura de la confianza.

La confianza en los propios cuidadores es muy importante para reducir el sufrimiento. En los últimos 30 años hemos pasado de la confianza ciega –"confía en mí porque sé lo que es mejor para ti"– a la confianza ganada –"te demostraré que puedes confiar en mí y me ganaré tu confianza"–.

Para ganarse la confianza hace falta sinceridad, y compartir la información y las decisiones, todo lo cual aumenta en el paciente el sentido de que tiene las cosas bajo control, y así se reduce el sufrimiento. Y cuando no es posible que el paciente mantenga el control, es incluso más importante hacer honor a la confianza del enfermo.

La muerte ha sido medicalizada, despersonalizada, deshumanizada y tecnificada, y el resultado es que los enfermos terminales sufren una intensa soledad antes de la muerte. Necesitamos reconocer y afrontar esa soledad. La eutanasia es una respuesta de tecnología médica al sufrimiento y a la muerte. Pero en una sociedad ética, atenta al cuidado, la respuesta a la soledad y al abandono no es una inyección letal.

Necesitamos comprender lo que los pacientes gravemente enfermos o terminales necesitan para sentirse respetados. Harvey Chochinov, un psiquiatra de Manitoba especializado en el cuidado de los enfermos terminales, ha desarrollado junto con sus colegas un tratamiento que llaman "terapia de la dignidad". Identifican los elementos que provocan el sufrimiento de los enfermos y diseñan intervenciones para contrarrestarlos. La esperanza, por ejemplo, es muy importante para reducir el sufrimiento. Hace falta que los pacientes tengan un sentido de conexión con el futuro. Podemos dar a la gente "pequeñas esperanzas" –cosas que esperar– incluso cuando no es posible un futuro a largo plazo.

Dejar un legado también ayuda a crear una conexión con el futuro. Para que un paciente muera con tranquilidad es importante que su vida tenga un sentido, que haya merecido la pena. (...)

Un elemento central de la esencia humana es que somos seres en busca de sentido. El reto es encontrar un sentido a la muerte, hacer que la muerte sea el último gran acto de la vida. Una inyección letal es una solución tecnológica rápida, barata, simplista. En cambio, encontrar sentido a la muerte no es nada de eso. Pero probablemente es necesario si hemos de encontrar sentido a la vida y transmitirlo a las futuras generaciones. Quizá esta es una importante razón por la que la eutanasia está prohibida.

http://www.condignidad.org/


Nuevos videos y artículos


Hay un nuevo video subido a este blog
Te recuerdo que para verlo tienes que ir a la parte final de esta página

Hay nuevo material publicado en el blog "Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/


Meditación breve


Me gusta la sensación de libertad que siento cuando me quito la pesada capa de críticas, miedo, culpa, resentimiento y vergüenza.
Entonces puedo perdonarme a mí y perdonar a los demás. Eso nos deja libres a todos.
Renuncio a darle vueltas y más vueltas a los viejos problemas. Me niego seguir viviendo en el pasado. Me perdono por haber llevado esa carga durante tanto tiempo, por no saber amarme a mí mismo y a los demás.
Cada persona es responsable de su comportamiento y lo que da, la vida se lo devuelve. Así pues, no necesito castigar a nadie, todos estamos sometidos a la ley de nuestra propia conciencia.
Yo también continúo con el trabajo de limpiar las partes negativas de mi mente y dar entrada al amor. Entonces me curo.
Louise L.Hay


Pedidos de oración


Pedimos oración por la salud física, psíquica y espiritual de María Isabel G. A. y su esposo Néstor Ángel F., de Argentina, que desde hace un tiempo vienen atravesando distintas situaciones de salud y de otra índole que los tienen sumamente preocupados. Que el Buen Jesús los ayude a superar estas dificultades por los méritos de su Divina Sangre.


Pedimos oración por el señor Victor C. que se encuentra internado en Perú afectado por una cruel enfermedad. Que el Señor le dé fortaleza para poder mejorar y mucha contención a su familia.


Le pedimos a Jesús por la salud de Fátima Belén, Fati, de Córdoba, Argentina, con algunas complicaciones derivadas de su tratamiento de leucemia, y a María Santísima para que fortalezca y aliente a su familia con mucha fe en la curación de la niña.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, fuente inagotable de perdón y misericordia, que pueda conocerme cada día mejor, para que te conozca y ame cada día más a vos. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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