miércoles, 23 de diciembre de 2009

Pequeñas Semillitas 0941

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0941 ~ Miércoles 23 de Diciembre de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Alguien viene sin llamarle, sin haber pensado siquiera en Él, sin saber muy bien quién es, sin tener oídos para escucharlo, sin comprender su palabra. Alguien viene a sentarse a nuestro lado para estar con nosotros, los hombres.
Alguien viene y tiene tantas cosas que cambiar dentro de nosotros... No viene para que todo siga igual ni para hacer silencio a nuestro lado. Viene porque es posible ser de otra manera y compartir el pan a manos llenas.
Alguien viene a nuestro lado desde la orilla que no conocemos. Viene desde la cercanía de Dios a encontrarse con el hombre y la mujer para que el hombre y la mujer conozcan a Dios.
Alguien viene desde Dios y trae presencia de Dios a la tierra.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues, ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.
(Lucas 1, 57-66)

Comentario
Hoy, en la primera lectura leemos: «Esto dice el Señor: ‘Yo envío mi mensajero para que prepare el camino delante de Mí’» (Mal 3,1). La profecía de Malaquías se cumple en Juan Bautista. Es uno de los personajes principales de la liturgia de Adviento, que nos invita a prepararnos con oración y penitencia para la venida del Señor. Tal como reza la oración colecta de la misa de hoy: «Concede a tus siervos, que reconocemos la proximidad del Nacimiento de tu Hijo, experimentar la misericordia del Verbo que se dignó tomar carne de la Virgen María y habitar entre nosotros».
El nacimiento del Precursor nos habla de la proximidad de la Navidad. ¡El Señor está cerca!; ¡preparémonos! Preguntado por los sacerdotes venidos desde Jerusalén acerca de quién era, él respondió: «Yo soy la voz del que clama en el desierto: ‘Enderezad el camino del Señor’» (Jn 1,23).
«Mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3,20), se lee en la antífona de comunión. Hemos de hacer examen para ver cómo nos estamos preparando para recibir a Jesús el día de Navidad: Dios quiere nacer principalmente en nuestros corazones.
La vida del Precursor nos enseña las virtudes que necesitamos para recibir con provecho a Jesús; fundamentalmente, la humildad de corazón. Él se reconoce instrumento de Dios para cumplir su vocación, su misión. Como dice san Ambrosio: «No te gloríes de ser llamado hijo de Dios —reconozcamos la gracia sin olvidar nuestra naturaleza—; no te envanezcas si has servido bien, porque has cumplido aquello que tenías que hacer. El sol hace su trabajo, la luna obedece; los ángeles cumplen su misión. El instrumento escogido por el Señor para los gentiles dice: ‘Yo no merezco el nombre de Apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios’ (1Cor 15,9)».
Busquemos sólo la gloria de Dios. La virtud de la humildad nos dispondrá a prepararnos debidamente para las fiestas que se acercan.
Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España)


Santoral Católico
San Juan Cancio


Este santo nació en la ciudad de Dant, Polonia, en el año 1473. Siendo todavía muy joven se ordenó sacerdote y fue nombrado profesor de la Universidad de Cracovia. Pero la envidia de algunos de sus compañeros terminó por conseguir que lo nombraran párroco de un pueblo lejano. Tiempo después recuperó el puesto de profesor en la Universidad de Cracovia y durante muchos años dictó clases sobre las Sagradas Escrituras o explicación de la Santa Biblia. Su fama llegó a ser sumamente grande. En las discusiones repetía lo que decía San Agustín: "Combatimos el pecado pero amamos al pecador. Atacamos el error, pero no queremos violencia contra nadie, la violencia siempre hace daño, en cambio la paciencia y la bondad abren las puertas de los corazones".

Cuando predicaba acerca del pecado lloraba al recordar la ingratitud de los pecadores hacia Dios, y la gente al verlo llorar se conmovía y cambiaba de conducta.

A sus alumnos les repetía estos consejos: "Cuídense de ofender, que después es difícil hacer olvidar la ofensa. Eviten murmurar, porque después resulta muy difícil devolver la fama que se ha quitado". Fueron centenares los sacerdotes formados espiritualmente por él, y la gente lo llegó a llamar "el padre de los pobres" por sus muchas obras de caridad con los más desvalidos.

Murió el 24 de diciembre de 1473. En su sepulcro se obraron muchos milagros y por su intercesión se consiguieron admirables favores.


Pensamiento


"¿Qué es la Navidad?
Es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro.
Es el deseo más sincero de que cada taza
se rebose con bendiciones ricas y eternas,
y de que cada camino nos lleve a la paz"

Agnes M. Pharo


Tema del día:
Historia de Navidad


En ocasiones pensamos que nuestros problemas son los más grandes del mundo. Algo parecido le sucedió a un muchacho llamado Francisco, hasta que le sucedió un encuentro inesperado con una señora. Frank, así le llamaban, siempre había sido un buen estudiante y deportista. En sus estudios, era un alumno sobresaliente. Le gustaba el básquetbol y sabía jugarlo.

En su casa le llamaban "el atleta de la temporada" y él se sentía feliz. Se había preparado especialmente para jugar la próxima temporada. Incluso había comprado como calzado unos tenis muy suaves y cómodos para jugar.

Tal vez por esa situación tan halagadora le produjo un gran dolor cuando al leer la lista de los seleccionados no se encontró en ella.
Lleno de esperanzas buscaba frenéticamente su nombre, pero no estaba. Ese día sintió como si hubiera dejado de existir, como si se hubiese vuelto invisible.

Muy triste salió de los vestidores, tratando de encontrar una explicación a su exclusión del equipo. Caminó durante un buen rato pero nada lo consolaba. Duró varios días de mal humor, no queriendo hablar con nadie y respondiendo mal a sus padres cuando intentaban acercársele. Nada le agradaba.

Pero un día de mucho frío y lluvia, tomó el autobús de costumbre y se sentó cerca del chofer. Una mujer muy adelantada en su embarazo con paso lento subió al bus y se sentó detrás del asiento del chofer.

Entonces el chofer le preguntó en voz alta:
"¿Dónde están sus zapatos, señora? Porque afuera habrá sólo diez grados".

Francisco no se había fijado, pero efectivamente la señora iba sólo con unas calcetas medio mojadas. La señora le contestó al chofer:
"No puedo darme el lujo de tener zapatos. Subí al autobús sólo para calentarme los pies. Si no le importa viajaré con usted un rato".

El chofer se rascó su cabeza calva y exclamó:
"Sólo dígame cómo es que no puede permitirse unos zapatos."

La señora le dijo:
"Tengo ocho hijos. Todos tienen zapatos. No quedó dinero para mí. Pero está bien, el Señor cuidará de mí."

En ese momento Frank miró hacia abajo, observó sus nuevos tenis Nike de Básquetbol. Sus pies estaban cálidos y cómodos, igual que siempre. Y entonces miró a la mujer, sus calcetas estaban desgarradas. Pensó que esa persona era "invisible" en otro sentido. Era una señora marginada y olvidada por la sociedad. Él siempre podría darse el lujo de tener zapatos. Ella tal vez nunca.

En un momento se quitó los tenis. Pensó que tendría que caminar tres cuadras, pero el frío nunca le había molestado. Cuando el autobús se detuvo en la parada final Frank esperó hasta que todos se hubieran bajado. Entonces recogió sus tenis, se acercó a la mujer y se los entregó diciéndole: "Tenga señora, usted los necesita más que yo".

No esperó a que le diera las gracias, sino que bajó de prisa sin darse cuenta que caía en un charco. No importaba, no sentía el frío. En eso escuchó a la señora que desde la ventana del autobús le decía:
"Mira, ¡me quedan perfectos!".

A la vez, el chofer le preguntaba
"¿Cómo te llamas muchacho?".
Él respondió, "Frank".
El chofer le dijo: "Muy bien, Frank. En mis veinte años de chofer nunca he visto algo semejante".
La mujer, llorando, le decía al chofer:
"Ya ve. Le dije que el Señor cuidaría de mí"
Y volviéndose, dijo:
"Gracias Frank".
"No hay de qué. No es gran cosa; además es Navidad", respondió Frank, quien se dirigió a su casa con los pies helados pero con el corazón contento y riéndose por haberse preocupado de no jugar con la selección ese año.

José Martínez Colín


Propuesta para esta Navidad


Sabemos que el Nacimiento de Jesús se produce a las doce de la noche del día 24 de diciembre, o a las cero horas del 25 (lo cual es lo mismo), y es precisamente en ese momento cuando debemos colocar al Niño en el pesebre que hemos armado varios días antes.

Mi propuesta es esta: que en la cena de Noche Buena coloquemos el Niñito en el centro de la mesa y recién al terminar la cena y los brindis y saludos de Navidad lo llevemos a su pesebre.

Será una manera de festejar CON ÉL. Será una manera de tenerlo presente en la cena de Noche Buena y en la llegada de la Navidad.

Que no nos pase como en tantas narraciones que leemos en estos días donde Jesús se queja amargamente porque a su fiesta de cumpleaños no lo hemos invitado…

La Navidad es Jesús. La Navidad es de Jesús y con Jesús. ¿Cómo se te ocurre que no lo vas a llevar a la Mesa?

¡Feliz Navidad CON JESÚS!

Felipe


Meditación breve


El nacimiento de Jesús nos invita a todos a bajar de nuestros engreimientos y a inclinarnos ante un niño.
Quien quiera visitar en Belén el lugar del nacimiento de Jesús, tiene que inclinarse. La puerta de entrada a la Basílica de la Natividad tiene un metro de altura. La razón de esta puerta tan pequeña no tiene que ver directamente con la Navidad.
En la Edad Media los dominadores entraban en las iglesias a caballo, sin desmontarse, y para evitarlo se tapió la puerta de la entrada a la basílica, dejando sólo esta pequeña apertura.
Los señores, si querían entrar en la gruta del nacimiento, tenían que desmontar del caballo, de buena o mala gana, bajar de su cabalgadura e inclinarse. Esta entrada, tan baja, permanece actualmente. Sólo quien se hace pequeño, quien se inclina puede acercarse al Dios que se hace pequeño y se inclina ante nosotros. Sólo quien desciende de la alta cabalgadura de su saber, de su poder... puede comprender el misterio de un Dios que se ha hecho hombre para nosotros, con nosotros, por nosotros, en nosotros y para siempre.


Pedidos de oración


Pedimos oración por el niño Lucas E. de 4 años de edad, que es de Olavarría, Buenos Aires, Argentina y está internado en el Hospital Garraham con un tumor en un riñón. Que el Niño Jesús le regale la gracia de la sanación.


Desde la provincia de Entre Ríos, Argentina, nuestra lectora Evangelina nos pide oraciones por Teo que debe iniciar un tratamiento de quimioterapia y por Raúl que tiene exámenes universitarios. Que Jesús los acompañe y los ayude.


Pedimos oración por la salud de Ernesto D. C. que está internado en terapia intensiva en su país. No tenemos otros datos, pero Jesús sabe quién es y dónde está, y seguramente lo ayudará a recuperarse.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Reflexión Mariana


¡Pobres de las almas que se enfrían en la devoción a María o la dejan completamente! No tienen más remedio que sucumbir a sus enemigos. Porque la devoción a María es tan necesaria para la salvación como el aire es necesario a la vida corporal. María es la enemiga personal de Satanás, a quien ha sustituido en su trono después del acto de soberbia que tuvo Lucifer. Y como el demonio es enemigo nuestro también, es lógico que nosotros busquemos refugio bajo el manto de María, pues todas las tentaciones del Maligno se convierten en inofensivas si acudimos con fe a la Virgen, si corremos a ampararnos en su regazo. Ya dice la Escritura que María es terrible como un ejército preparado a la batalla. Y hay que decir que María es tan terrible al demonio y todos sus ángeles que en cierto sentido le tienen más miedo que a Dios mismo. Por eso que no se nos caiga de la boca el Nombre de María, y que en cada tentación o prueba lo invoquemos con amor y fe.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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