lunes, 2 de noviembre de 2009

Pequeñas Semillitas 0890

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0890 ~ Lunes 2 de Noviembre de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Hoy conmemoramos a los fieles difuntos, a todos aquellos que ya no están físicamente con nosotros y ya viven con su propia identidad en la presencia de Jesús, y desde allí abogan por nosotros.
Cristo pasó por la muerte y la venció, pues resucitó transformándose en vencedor de la muerte y soberano de la vida. Creer en la resurrección de los muertos ha sido desde siempre un elemento esencial de la Fe cristiana.


La Palabra de Dios :
Evangelio del día


Cuando los soldados llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!». Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».
(Lucas 23, 33.39-43)

Comentario
Hoy, el Evangelio evoca el hecho más fundamental del cristiano: la muerte y resurrección de Jesús. Hagamos nuestra, hoy, la plegaria del Buen Ladrón: «Jesús, acuérdate de mí» (Lc 23,42). «La Iglesia no ruega por los santos como ruega por los difuntos, que duermen en el Señor, sino que se encomienda a las oraciones de aquéllos y ruega por éstos», decía san Agustín en un Sermón. Una vez al año, por lo menos, los cristianos nos preguntamos sobre el sentido de nuestra vida y sobre el sentido de nuestra muerte y resurrección. Es el día de la conmemoración de los fieles difuntos, de la que san Agustín nos ha mostrado su distinción respecto a la fiesta de Todos los Santos.
Los sufrimientos de la Humanidad son los mismos que los de la Iglesia y, sin duda, tienen en común que todo sufrimiento humano es de algún modo privación de vida. Por eso, la muerte de un ser querido nos produce un dolor tan indescriptible que ni tan sólo la fe puede aliviarlo. Así, los hombres siempre han querido honrar a los difuntos. La memoria, en efecto, es un modo de hacer que los ausentes estén presentes, de perpetuar su vida. Pero sus mecanismos psicológicos y sociales amortiguan los recuerdos con el tiempo. Y si eso puede humanamente llevar a la angustia, cristianamente, gracias a la resurrección, tenemos paz. La ventaja de creer en ella es que nos permite confiar en que, a pesar del olvido, volveremos a encontrarlos en la otra vida.
Una segunda ventaja de creer es que, al recordar a los difuntos, oramos por ellos. Lo hacemos desde nuestro interior, en la intimidad con Dios, y cada vez que oramos juntos, en la Eucaristía: no estamos solos ante el misterio de la muerte y de la vida, sino que lo compartimos como miembros del Cuerpo de Cristo. Más aún: al ver la cruz, suspendida entre el cielo y la tierra, sabemos que se establece una comunión entre nosotros y nuestros difuntos. Por eso, san Francisco proclamó agradecido: «Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana, la muerte corporal».
Fra. Agustí BOADAS Llavat OFM (Barcelona, España)


Santoral Católico

Conmemoración de los Fieles Difuntos

Esta fiesta responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma.

La Iglesia llama "Purgatorio" a esa purificación; y para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: "La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego". (1Cor. 3, 14).

La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, la Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos.

Al respecto, San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso".

Estos actos de piedad son constantemente alentados por la Iglesia.

Hay una hermosa página para ampliar conocimientos sobre esta conmemoración en el Web Católico de Javier en:
http://webcatolicodejavier.org:80/todossantos.html



Pensamiento


Hagamos que el pensamiento de hoy vaya
hacia las Benditas Almas del Purgatorio.
Para ello invito a entrar en:
http://www.benditasalmas.org/home.htm



Tema del día :
Si me voy antes que tú


Si me voy antes que tú, no llores por mi ausencia; alégrate por todo lo que hemos amado juntos. No me busques entre los muertos, en donde nunca estuvimos; encuéntrame en todas aquellas cosas que no habrían existido si tú y yo no nos hubiésemos conocido.

Yo estaré a tu lado, sin duda alguna, en todo lo que hayamos creado juntos: en nuestros hijos, por supuesto, pero también en el sudor compartido tanto en el trabajo como en el placer y en las lágrimas que intercambiamos.

Y en todos aquellos que pasaron a nuestro lado y que, irremediablemente, recibieron algo de nosotros, y llevan incorporado -sin ellos ni nosotros notarlo- algo de ti y algo de mí.

También nuestros fracasos, nuestra indolencia y nuestros pecados serán testigos permanentes de que estuvimos vivos y no fuimos ángeles, sino humanos.

No te ates a los recuerdos ni a los objetos, porque dondequiera que mires que hayamos estado, con quienquiera que hables que nos conociese, allá habrá algo mío. Aquello sería distinto, pero indudablemente distinto, si no hubiésemos aceptado vivir juntos nuestro amor durante tantos años; el mundo estará ya siempre salpicado de nosotros.

No llores mi ausencia, porque sólo te faltará mi palabra nueva y mi calor de ese momento. Llora, si quieres, porque el cuerpo se llena de lágrimas ante todo aquello que es más grande que él, que no es capaz de comprender, pero que entiende como algo grandioso, porque cuando la lengua no es capaz de expresar una emoción, ya sólo pueden hablar los ojos.

Y vive. Vive creando cada día, y más que antes. Porque yo no sé cómo, pero estoy seguro de que, desde mi otra presencia, yo también estaré creando junto a ti, y será precisamente en ese acto de traer algo que no estaba, donde nos habremos encontrado. Sin entenderlo muy bien, pero así como los granos de trigo que no entienden que su compañero muerto en el campo ha dado vida a muchos nuevos compañeros.

Así, con esa esperanza, deberás continuar dejando tu huella, para que, cuando tu muerte nos vuelva a dar la misma voz, cuando nuestro próximo abrazo nos incorpore ya sin ruptura a la Única Creación, muchos puedan decir de nosotros; si no nos hubieran amado, el mundo estaría más triste.


Meditación breve


Según la vida va pasando, los seres que amamos van partiendo…. algún día sabemos que nos tocará a nosotros. Como los árboles que en el otoño dejan caer sus hojas, así de los troncos familiares y sus ramas las personas se van. Ya no están con nosotros, los abuelos, los tíos, los padres, el esposo o la esposa; a veces a algún retoño fresco y nuevo también le toca irse… tal vez es entonces cuando más duele, cuando más difícil es la disponibilidad para la aceptación, pero es más fácil con la fe.
Dios conoce el corazón del ser humano, sabe de ese sufrir originado por "esa partida", a veces sorpresiva y si tomando ese dolor se lo entregamos, Él ha de poner en nuestro corazón el consuelo sobrenatural, pues de no ser así, hay separaciones tan dolorosas que humanamente no serían soportables.
No es que se han muerto, se fueron antes… Déjalos siquiera que restañen en el regazo del Padre las heridas de los pies andariegos. Déjalos siquiera que apacienten sus ojos en las verdes praderas de la paz…
Pasiri


Pedidos de oración


Pedimos oración por Manny, que vive en California, USA, que está pasando por un momento delicado de su salud y necesita de toda la fuerza de nuestras plegarias, para que la Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos, interceda por él para lograr su recuperación más plena en lo físico y en lo espiritual.


Pedimos oración por Emelda ("Esmeralda" para los amigos), que es de Ezeiza, Buenos Aires, Argentina, y está luchando con un cáncer de mamas, siendo una mujer joven y con una hija de cinco años. Que el Buen Jesús, por la intercesión de Todos los Santos, le conceda la hermosa gracia de la curación.


Pedimos oración por Agustín T. que vive en San Rafael, Mendoza, Argentina, y tiene una rara enfermedad metabólica por la que su cuerpo produce excesiva cantidad de insulina. Rogamos a Dios Todopoderoso que obre en él para que se normalice y pueda vivir una vida normal junto a su familia.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Reflexión Mariana


Si tenemos la desgracia de vivir en el pecado y todos nos desprecian y odian, sepamos que hay alguien que nos ama con todo su corazón, y ese alguien es María Santísima, pues ve sobre nosotros la sangre de su Divino Hijo y quiere volvernos al buen camino para que ya no ofendamos más el Corazón de Jesús y su Corazón Inmaculado. Recordemos siempre esta verdad: que María siempre, siempre, siempre, tendrá misericordia de nosotros y nos volverá al buen camino si se lo pedimos sinceramente. Porque ahora tal vez vivimos en gracia de Dios y nos va todo bien. Pero puede suceder que una tempestad de Satanás se desencadene en nuestra vida y así perdamos la gracia de Dios y nos volvamos pecadores. Ojalá no suceda nunca, pero puede suceder. Entonces, si así sucediere, no olvidemos nunca que María siempre está dispuesta a perdonarnos y que nos sigue amando estemos como estemos, pues Ella es nuestra Madre y nunca nos abandona. Confiemos siempre en Ella, y estaremos salvados.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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