miércoles, 26 de agosto de 2009

Pequeñas Semillitas 0822

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0822 ~ Miércoles 26 de Agosto de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Iniciamos la edición de hoy de "Pequeñas Semillitas" con esta breve y hermosa historia de autor anónimo:
Una mañana llegó a las puertas de la ciudad un mercader árabe y allí se encontró con un pordiosero medio muerto de hambre.
Sintió pena por él y le socorrió dándole dos monedas de cobre.
Horas más tarde, los dos hombres volvieron a coincidir en el mercado.
- ¿Qué has hecho con las dos monedas que te he dado? - preguntó el mercader.
- Con una de ellas me he comprado pan para tener de qué vivir, con la otra me he comprado una rosa para tener por qué vivir.


La Palabra de Dios :
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: ‘Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!’. Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!».
(Mateo 23, 27-32)

Comentario
Hoy, como en los días anteriores y los que siguen, contemplamos a Jesús fuera de sí, condenando actitudes incompatibles con un vivir digno, no solamente cristiano, sino también humano: «Por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad» (Mt 23,28). Viene a confirmar que la sinceridad, la honradez, la lealtad, la nobleza..., son virtudes queridas por Dios y, también, muy apreciadas por los humanos.
Para no caer, pues, en la hipocresía, tengo que ser muy sincero. Primero, con Dios, porque me quiere limpio de corazón y que deteste toda mentira por ser Él totalmente puro, la Verdad absoluta. Segundo, conmigo mismo, para no ser yo el primer engañado, exponiéndome a pecar contra el Espíritu Santo al no reconocer los propios pecados ni manifestarlos con claridad en el sacramento de la Penitencia, o por no confiar suficientemente en Dios, que nunca condena a quien hace de hijo pródigo ni pierde a nadie por el hecho de ser pecador, sino por no reconocerse como tal. En tercer lugar, con los otros, ya que también -como Jesús- a todos nos pone fuera de sí la mentira, el engaño, la falta de sinceridad, de honradez, de lealtad, de nobleza..., y, por esto mismo, hemos de aplicarnos el principio: «Lo que no quieras para ti, no lo quieras para nadie».
Estas tres actitudes -que podemos considerar de sentido común- las hemos de hacer nuestras para no caer en la hipocresía, y hacernos cargo de que necesitamos la gracia santificante, debido al pecado original ocasionado por el "padre de la mentira": el demonio. Por esto, haremos caso de la exhortación de san Josemaría: «A la hora del examen ve prevenido contra el demonio mudo»; tendremos también presente a Orígenes, que dice: «Toda santidad fingida yace muerta porque no obra impulsada por Dios», y nos regiremos, siempre, por el principio elemental y simple propuesto por Jesús: «Sea vuestro lenguaje: ‘Sí, sí’; ‘no, no’» (Mt 5,37).
María no se pasa en palabras, pero su sí al bien, a la gracia, fue único y veraz; su no a mal, al pecado, fue rotundo y sincero.
Rev. D. Lluís +ROQUÉ i Roqué (Manresa, Barcelona, España)


Santoral Católico

Beato Ceferino Namuncurá

Laico salesiano mapuche.
Primer indígena argentino en ser beatificado.
Leer más aquí


Pensamiento


"Veinte golpes de martillo quizá no logren romper la piedra, pero el vigésimo primero podría hacerlo. Esto no significa que los veinte golpes no sirvieron de nada. Cada uno de ellos contribuyó al logro final"
Sri Sathya Sai


Familia :
Los hijos no esperan


Hay un tiempo para anticipar la llegada del bebé, un tiempo para consultar al médico; un tiempo para hacer dieta y ejercicios y un tiempo para preparar el ajuar.

Hay un tiempo de maravillarse en los caminos de Dios, sabiendo que éste es el destino para el cual fui preparada, un tiempo para soñar lo que será este niño cuando crezca, un tiempo para pedirle a Dios que me enseñe a criar al hijo que llevo en mis entrañas, un tiempo para preparar mi alma para alimentar la suya pues muy pronto llega el día en que nacerá... porque los hijos no esperan.

Hay un tiempo para alimentarlo durante la noche, para cólicos y biberones. Hay un tiempo para mecerlo y un tiempo para pasearlo por la habitación. Un tiempo para ejercer paciencia y abnegación, de amor de bondad y de dependencia. Hay un tiempo para maravillarme de lo que él es, ni mascota ni juguete, sino una persona, un individuo, un ser creado a imagen de Dios. Hay un tiempo para reflexionar acerca de mi mayordomía, para saber que no puedo poseerlo. Que no es mío, que he sido elegida para cuidar de él, para amarlo, disfrutar de él, edificarlo y responder ante Dios por él. He resuelto hacer lo máximo a mi alcance... porque los hijos no esperan.

Hay un tiempo para tenerlo entre mis brazos y contarle la historia más hermosa que jamás haya oído. Un tiempo para mostrarle a Dios en la tierra, el cielo y en la flor, y enseñarle a maravillarse y sentir asombro. Hay un tiempo para dejar a un lado los platos sucios y llevarlo al parque a columpiarse. De correr con él una carrera, hacerle un dibujo, atrapar una mariposa y darle compañerismo lleno de alegría. Hay un tiempo para señalarle el camino y enseñarle a orar con sus labios de niño, enseñarle a amar la Palabra de Dios y el día de Dios... porque los hijos no esperan.

Hay un tiempo para cantar en vez de renegar, sonreír en vez de fruncir el ceño, de secar lágrimas y reírse de los platos rotos. Un tiempo para compartir con él mis mejores actitudes, mi amor por la vida, mi amor por Dios, mi amor por los míos. Hay un tiempo para contestar a sus preguntas, a todas sus preguntas... Porque quizá vendrá el momento en que no querrá escuchar mis respuestas. Hay un tiempo para enseñarle muy pacientemente a obedecer, a poner en su lugar los juguetes. Hay un tiempo para mostrarle lo hermoso del deber cumplido, de adquirir el hábito de leer la Biblia, de gozarse en la comunión y adoración en medio de los suyos. De conocer la paz que viene por la oración... porque los hijos no esperan.

Hay un tiempo para verlo partir valientemente a la escuela, y extrañar su manera de estar siempre alrededor mío. De saber que hay otros que atraen su interés, pero de saber que estaré allí para responder a su llamado cuando vuelva de la escuela. De escuchar con interés sus descripciones de lo acontecido en ese día. Hay un tiempo para enseñarle a ser independiente, a tener responsabilidad, autodisciplina, de ser firme pero afectuosa, de saber disciplinarlo con amor. Porque pronto llegará el momento de dejarlo partir y de soltar los lazos que lo sujetan a mi falda... porque los hijos no esperan.

Hay un tiempo para atesorar cada instante fugaz de su niñez, sólo dieciocho preciosos años para inspirarlo y prepararlo. No voy a cambiar este derecho natural por ese "plato de lentejas" llamado posición social, o reputación profesional, o por un cheque de sueldo. Una hora de dedicación hoy podrá salvar años de dolor mañana. La casa puede esperar, los platos pueden esperar, la pieza nueva puede esperar... pero los hijos no esperan.

Llegará el momento en que ya no habrá más puertas que golpean, ni juguetes en la escalera, ni peleas entre ellos, ni marcas en las paredes. Entonces podré mirar atrás con gozo y no con pesar. Será el tiempo de concentrarme en un servicio fuera de mi hogar. De visitar a los enfermos, a los que han perdido a sus seres queridos, a los desanimados, a los que no tienen instrucción. Para entonces dar mis servicios a "los más pequeñitos".

Habrá un tiempo para mirar a atrás y saber que estos años de ser madre no se desperdiciaron. Pido a Dios que llegue el momento en que pueda ver a mi hijo hecho un hombre íntegro y recto, amando a Dios y sirviendo a los demás.

Dios mío, dame sabiduría para ser que hoy es el día de mis hijos. No existen momentos de poca importancia en sus vidas. Que sepa comprender que no hay carrera mejor, ni trabajo más remunerador, ni tarea más urgente, que yo no postergue ni descuide esta labor, que pueda aceptarla con gozo y que con la ayuda del Espíritu, y por tu gracia, me dé cuenta que el tiempo es breve, y que mi tiempo es hoy... porque los hijos no esperan.

Helen M. Young


Mensaje de María Reina de la Paz


Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de Agosto de 2009

¡Queridos hijos!
Hoy los invito nuevamente a la conversión.
Hijitos, ustedes no son suficientemente santos y no irradian santidad a los demás, por eso oren, oren, oren y trabajen en la conversión personal para que sean signos del amor de Dios para los demás.
Yo estoy con ustedes y los guío hacia la eternidad, que cada corazón debe anhelar.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!


Meditación breve


La vida es una mezcla continua de alegrías y de dolores, de éxitos y de fracasos, de mañanas llenas de luz y de noches cargadas de oscuridad.
¡Cuántos fracasos, cuántos apagones en la vida de todo hombre, aún en la vida de los héroes, aún en la vida de los santos! No hay que extrañarse, por lo tanto, de que también los tengamos nosotros, aunque no seamos ni lo uno, ni lo otro.
Pero esos héroes y esos santos se hicieron tales, porque supieron armonizar y equilibrar esos momentos, ni se dejaron abatir por las tinieblas, ni se desubicaron por la luz de los éxitos.
Eso también tú lo puedes hacer, y, si lo puedes, lo debes. Nunca te deslices por la cuenta de los vulgares pensamientos y de las acciones innobles.
Deberás caminar siempre con los pies en el suelo, pero que tu corazón esté en el cielo, Allá, en el término de tu camino, como estrella orientadora, fija tu ideal: hacerte cada vez mejor asemejándote a Dios.


Pedidos de oración


Pedimos oración por Carola C. S. que vive en Perú y debe ser operada de cataratas en ambos ojos; por Borisito (hijo) que vive en Canadá para que encuentre trabajo y no caiga en depresión. Que Dios Misericordioso esté junto a ellos y atienda sus necesidades tanto físicas como materiales.


Pedimos oración para que aparezca bien Rafael L., que desapareció o escapó de un centro de rehabilitación de drogas en Lima, Perú. Que la Virgen Madre de Dios interceda por este joven.


Nuestra lectora Silvia María D., de Buenos Aires, Argentina, pide oraciones y la intercesión de la Virgen de la Sonrisa y de la Virgen que desata nudos, para conseguir trabajo o poder iniciar un emprendimiento propio. Oramos junto a ella.


Pedimos una oración por el alma de Irma, de 80 años, que ha partido hacia la casa del Padre celestial.


Pedimos oración por Herney, que vive en Pereira, Colombia, y por Sor Adelita, que vive en Chia, Colombia, siendo que ambas personas están enfermas de cáncer de pulmón, las dos personas están muy mal, y las dos personas quieren curarse. Pidamos a la Virgen de Lourdes, que interceda por estas ellas para conseguir la gracia de su curación.


Pedimos oración por Gustavo C. internado en el hospital de Quilmes, Buenos Aires, Argentina con múltiples lesiones. Que Jesús con su poder sanador le ayude a recuperarse pronto.


Pedimos oración por Rosa Isela J. T. que vive en la ciudad de Salvatierra, estado de Guanajuato, México, y que en los próximos días se realizará importantes estudios médicos y una operación de quistes de ovario. Que la Santísima Virgen la acompañe para que todo se resuelva de la mejor manera.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Reflexión Mariana


¿Cómo podemos temer perdernos si somos hijos de María? Una madre de la tierra hace todo por salvar la vida de sus hijos. Pero María es la Madre del Cielo y hace todo por salvar a sus hijos de las garras de los demonios y de las pasiones desordenadas. Estemos contentos de tener semejante Madre y entreguémonos a la Virgen cada día más, si es posible mediante una formal consagración a su Corazón Inmaculado, ya que Ella promete la salvación eterna a los que se le consagran. ¿Qué mayor regalo le podemos hacer a la Virgen, puesto que Ella nos ha donado a su propio Hijo, lo más querido que tenía? Entonces entreguémoselo todo de nosotros para que María nos guarde en su Corazón y así estemos protegidos de los piratas de este mundo de tinieblas que tratan de robarnos el precioso tesoro de la gracia de nuestras almas.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.