miércoles, 31 de diciembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0601

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0601 ~ Miércoles 31 de Diciembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)




Gracias Padre, por todo cuanto me diste en el año que termina.
Gracias por los días de sol y los nublados tristes; por las tardes tranquilas y las noches oscuras.
Gracias por la salud y la enfermedad por las penas y las alegrías.
Gracias por todo cuanto me prestaste y luego me pediste.
Gracias Señor por la sonrisa amable y por la mano amiga, por el amor y por todo lo hermoso y por todo lo dulce.
Por las flores y las estrellas, por la existencia de los niños y de las almas buenas.
Gracias por la soledad, por el trabajo por las inquietudes, las dificultades y las lágrimas.
Por todo lo que me acercó a Ti...
Gracias por haberme conservado la vida y por haberme dado techo, abrigo y sustento...
¿Qué me traerá el año que empieza?.... ¡¡Lo que Tú quieras Señor!!
Pero te pido Fe para mirarte en todo, Esperanza para no desfallecer y Caridad para amarte cada día más y para hacerte amar.
Dame paciencia y humildad, desprendimiento y generosidad. Dame Señor, lo que Tú sabes que me conviene y yo no sé pedir.
Que tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas y que me halle siempre dispuesto a hacer tu Santa Voluntad.
Derrama Señor, tus gracias sobre todos los que amo y concede Tu paz al mundo entero...
Así sea.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.
(Juan 1, 1-18)

Comentario
Hoy es el último día del año. Frecuentemente, una mezcla de sentimientos —incluso contradictorios— susurran en nuestros corazones en esta fecha. Es como si una muestra de los diferentes momentos vividos, y de aquellos que hubiésemos querido vivir, se hiciesen presentes en nuestra memoria. El Evangelio de hoy nos puede ayudar a decantarlos para poder comenzar el nuevo año con empuje.
«La Palabra era Dios (...). Todo se hizo por ella» (Jn 1,1.3). A la hora de hacer el balance del año, hay que tener presente que cada día vivido es un don recibido. Por eso, sea cual sea el aprovechamiento realizado, hoy hemos de agradecer cada minuto del año.
Pero el don de la vida no es completo. Estamos necesitados. Por eso, el Evangelio de hoy nos aporta una palabra clave: “acoger”. «Y la Palabra se hizo carne» (Jn 1,14). ¡Acoger a Dios mismo! Dios, haciéndose hombre, se pone a nuestro alcance. “Acoger” significa abrirle nuestras puertas, dejar que entre en nuestras vidas, en nuestros proyectos, en aquellos actos que llenan nuestras jornadas. ¿Hasta qué punto hemos acogido a Dios y le hemos permitido entrar en nosotros?
«La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Jn 1,9). Acoger a Jesús quiere decir dejarse cuestionar por Él. Dejar que sus criterios den luz tanto a nuestros pensamientos más íntimos como a nuestra actuación social y laboral. ¡Que nuestras actuaciones se avengan con las suyas!
«La vida era la luz» (Jn 1,4). Pero la fe es algo más que unos criterios. Es nuestra vida injertada en la Vida. No es sólo esfuerzo —que también—. Es, sobre todo, don y gracia. Vida recibida en el seno de la Iglesia, sobre todo mediante los sacramentos. ¿Qué lugar tienen en mi vida cristiana?
«A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn 1,12). ¡Todo un proyecto apasionante para el año que vamos a estrenar!
Rev. D. David Compte (Manlleu-Barcelona, España)



Santoral Católico



San Silvestre, Papa



Este Pontífice se ha hecho famoso porque le correspondió gobernar a la Iglesia Católica en la época en la que se acabaron las persecuciones y el emperador Constantino decretó plena libertad para practicar en todas partes la religión de Jesucristo. A San Silvestre le regaló Constantino el palacio de Letrán en Roma, y desde entonces estuvo allí la residencia de los Pontífices.

También tuvo este Pontífice la suerte de poder construir (con ayuda del gobierno y de los fieles) la antigua Basílica de San Pedro en el Vaticano, y la primera Basílica de Letrán.

Durante su Pontificado se reunió el Concilio de Nicea (año 325), en el cual los obispos de todo el mundo declararon que quien no crea que Jesucristo es Dios, no puede pertenecer a nuestra santa religión, y compusieron el Credo que rezamos los católicos.

Dicen que a San Silvestre le correspondió el honor de bautizar a Constantino, el primer emperador que se hizo cristiano (todos los anteriores habían sido paganos).

El Pontificado de San Silvestre duró 20 años y transcurrió todo en medio de gran tranquilidad y completa libertad para la Iglesia.

Murió el 31 de diciembre del año 335, a edad muy avanzada




Pensamiento



"En la eternidad, las condecoraciones no serán para los que tuvieron una vida sin problemas, sino para quienes supieron luchar contra las dificultades"
San Francisco de Sales




Tema del día : Una oración de fin de año



Padre...Señor nuestro... Dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que están más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón. Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo.

También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón.

Pronto iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría. Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.

Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones, y las derrame a mi paso.

Cólmame de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de TI.

Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad

Amén

Anónimo.
Enviado por Mariela Nieto




Meditación breve



En el recinto del corazón del ser humano, en ese sublime espacio, reside Dios asociado al principio del Ser, como la luz del sol está asociada con la sombra. Las sombras son muchas y variadas, si bien la luz es una.
Cuando el Uno se refleja en los muchos, en la multitud de individuos, se presenta como el Ser en cada uno, que observa sin ser afectado, en calidad de Testigo.
El alma (Ser Divino) es eterna. El Ser es la Realidad. Sin embargo, dado que está envuelto en carne, huesos y piel, el hombre se autoengaña creyendo que la fuente de bienaventuranza es la cubierta externa, en lugar del núcleo interior.
El principal deber del ser humano hacia sí mismo es, por lo tanto, penetrar a través de estos envoltorios y empaparse del éxtasis que sólo este centro del Alma puede conferir. Todos deben, en el mejor de sus intereses, esforzarse por alcanzar ese principio divino que es su tesoro interior.




Pedidos de oración




Nuestro lector Roger Perez, que vive en Costa Rica, nos pide una oración de bendición por su familia, especialmente por su esposa Andrea que lleva en su pancita un bebé de tres meses de gestación, y por su hija Emily. Que Dios los bendiga generosamente.



Nuestro lector Luis Alexander Vallejos Lezama, nos pide oraciones por una amiga llamada Sonia A. que vive en el municipio de Managua, Nicaragua. Oramos por sus necesidades.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



El rincón de los lectores




Este es un espacio destinado a los lectores de Pequeñas Semillitas. Aquí podrán reflejar sus comentarios y opiniones, tanto acerca de los temas tratados en esta página como también sobre cualquier asunto de interés general.
Para que tu mensaje se publique debes dirigirlo por mail a pequesemillitas@gmail.com con el título "El rincón de los lectores" y deberá ser muy breve y no contener conceptos agraviantes para nada ni para nadie.
Los mensajes serán moderados por el propietario de esta página y se publicarán a medida que el tiempo y el espacio en la misma lo permitan, y no se admitirán réplicas o respuestas públicas a mensajes anteriores de otros lectores.


# Juan Pacífico - 31-Diciembre-2008 - Buenos Aires, Argentina
juan.pacifico@speedy.com.ar

Querido amigo Felipe:
Ha sido un gran honor y felicidad recibir cada día de este año tus pps o diapositivas.
Cada una de ellas sirvió para enfrentar alguna situación en nuestras vidas, por eso, traté de coleccionar la mayor cantidad posible de ellas, para hojearlas como el mejor libro que haya leído.
Que no afloje tu entusiasmo por difundir las "Pequeñas Semillitas", que son para muchos de nosotros, grandes árboles que nos cobijan de la intemperie de la vida.
Estoy proyectando crear una Fundación para niños sin hogar, de la calle, y madres con chicos sin hogar.
Es difícil conseguir un lugar físico en Buenos Aires o gran Buenos Aires, pero sigo insistiendo.
Afortunadamente, se ofrecen muchas voluntarias para colaborar. Lo extraño es que no existen "voluntarios". ¿Qué les pasa a los varones? ¿Tienen miedo de ser solidarios, tienen miedo de amar a su prójimo? ¿Tienen el corazón tan duro?
Roguemos para que muchos hombres también se sumen a este proyecto y podamos ayudar a muchos niños que hoy duermen y viven en las calles, con el riesgo de la droga, la prostitución y tráfico de órganos a los que son sometidos.
Gracias por tantos lindos mensajes. Son una escuela de vida.
Un buen fin de año y mejor comienzo del 2009.
Juan Pacífico



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



En este último día del año será bueno meditar que María Santísima fue la primera criatura pensada por Dios desde toda la eternidad.
María fue predestinada en el mismo decreto por el que Dios destinó a su Verbo eterno para hacerse hombre; porque Dios quiso hacerse hombre en el seno de una mujer y esa mujer era María.
María está así puesta en la cima de toda la creación, como la corona de la obra de Dios, la más sublime, la más perfecta después de Dios.
Terminemos el año con una alabanza a Dios por haber hecho a María tan maravillosamente buena y hermosa.

María, que dedique toda mi vida a vivir tu espíritu y difundir tu amor.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

martes, 30 de diciembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0600

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0600 ~ Martes 30 de Diciembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Hoy estamos celebrando las seiscientas (600) ediciones de "Pequeñas Semillitas", y me ha parecido oportuno publicar como "Tema del día" un escrito del Presbítero José Martínez Colín que habla de la historia de un personaje imaginario llamado "Vela", que habiendo recibido la gracia de la Luz, tomó conciencia que tenía que repartirla, difundirla, compartirla con los demás, prendiendo otras muchas nuevas velas, aunque en esa acción se consumiera a sí misma por tanta entrega en el servicio de la Luz.
Y ese es de alguna manera el sentido y la razón de ser de "Pequeñas Semillitas": compartir y difundir la Luz que podemos tener por la gracia de Dios, sin importar el sacrificio o el esfuerzo personal que ello nos depare.
Y así lo venimos intentando desde hace ya seiscientas ediciones, con la inspiración de Jesús, y con la ayuda invalorable de la Santísima Virgen María de Lourdes, de San José y del Siervo de Dios Juan Pablo II.
Renovamos entonces nuestra vocación de seguir esparciendo semillitas y de seguir encendiendo velas, sin medir esfuerzos, hasta donde nos den las fuerzas, para mayor gloria de Dios y para provecho de todos quienes quieran recibir la gracia de su Luz.


La Palabra de Dios : Evangelio del día



Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre Él.
(Lucas 2, 36-40)

Comentario
Hoy, José y María acaban de celebrar el rito de la presentación del primogénito, Jesús, en el Templo de Jerusalén. María y José no se ahorran nada para cumplir con detalle todo lo que la Ley prescribe, porque cumplir aquello que Dios quiere es signo de fidelidad, de amor a Dios.
Desde que su hijo —e Hijo de Dios— ha nacido, José y María experimentan maravilla tras maravilla: los pastores, los magos de Oriente, ángeles... No solamente acontecimientos extraordinarios exteriores, sino también interiores, en el corazón de las personas que tienen algún contacto con este Niño.
Hoy aparece Ana, una señora mayor, viuda, que en un momento determinado tomó la decisión de dedicar toda su vida al Señor, con ayunos y oración. No nos equivocamos si decimos que esta mujer era una de las “vírgenes prudentes” de la parábola del Señor (cf. Mt 25,1-13): siempre velando fielmente en todo aquello que le parece que es la voluntad de Dios. Y está claro: cuando llega el momento, el Señor la encuentra a punto. Todo el tiempo que ha dedicado al Señor, aquel Niño se lo recompensa con creces. —¡Preguntatle, preguntatle a Ana si ha valido la pena tanta oración y tanto ayuno, tanta generosidad!
Dice el texto que «alababa a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén» (Lc 2,38). La alegría se transforma en apostolado decidido: ella es el motivo y la raíz. El Señor es inmensamente generoso con los que son generosos con Él.
Jesús, Dios Encarnado, vive la vida de familia en Nazaret, como todas las familias: crecer, trabajar, aprender, rezar, jugar... ¡“Santa cotidianeidad”, bendita rutina donde crecen y se fortalecen casi sin darse cuenta la almas de los hombres de Dios! ¡Cuán importantes son las cosas pequeñas de cada día!
Rev. D. Joaquim Fluriach Domínguez (St. Esteve de Palautordera-Bcn, España)



Santoral Católico



Pensamiento


"La alegría es distinta a la felicidad, pues cuando somos felices es por algo y la alegría, en cambio, te posee, tiene su propia combustión y nace del corazón"




Tema del día : Una reflexión de fin de año



Con motivo de estas fiestas navideñas recibí un relato que nos puede servir de ayuda para reflexionar en este fin de año y formular propósitos que orienten nuestro caminar.

Sucede que había una vez una persona llamada "Vela", que cansada de las tinieblas que rodeaban su existencia, se quiso abrir a la luz. No se conformaba con estar apagada y su ansia era recibir la luz. Hasta que un día, "la Luz verdadera que alumbra a todo hombre", llegó y la iluminó. La encendió.

"Vela" se sintió feliz por haber recibido la luz que vence las tinieblas. Ahora todo adquiría sentido y color. Pronto se dio cuenta, de que tener esa luz, además de ser una alegría, era una fuerte exigencia, pues no todos tenían esa luz...

Tomó conciencia de que para que la luz perdurara en ella, tenía que alimentarla desde su interior, a través de un diario derretirse, de un permanente consumirse… Entonces se alegró más y aceptó con más fuerza su vocación. A veces pensaba que hubiera sido más cómodo no haber recibido la luz, pues en lugar de derretirse, su vida hubiera sido más tranquila, estando ahí nada más. Le vino la tentación de no alimentar su llama, pero la venció, pues pensó que valía la pena tener esa vida llena de luz, y no, en cambio, una existencia de tinieblas y oscuridad.

Pero también vio que hay muchas corrientes de aire en el mundo que trataban de apagar su luz y comprendió que además de alimentar su luz tendría que defenderla firmemente contra las corrientes del mundo. No podía permitirse descuidos o exponerse inútilmente a vientos contrarios que la dejaran sin su luz.

Su luz le permitía ver a su alrededor, y se dio cuenta de que hay muchas velas apagadas, unas porque nunca tuvieron la oportunidad de recibir la luz, otras por miedo a derretirse, otras porque no pudieron o no quisieron defenderse de las corrientes del mundo…

Y se preguntó: ¿Podré yo encender otras velas? Entonces descubrió su vocación a transmitir esa luz que tenía. Podía dar esa luz sin quedarse a oscuras. No solo permanecía iluminada, sino que al compartirla, se iluminaba más el espacio, y mientras más la compartía a otras velas apagadas, más luz había.

Así que dedicó su vida a encender velas de todas las características, tamaños, edades… para que hubiera más luz en el mundo. Cada día crecía su alegría y su esperanza, porque en su diario consumirse, encontraba por todas partes "velas": velas desechadas de hombre y mujeres, velas apagadas, velas jóvenes, velas recién nacidas sin estrenar, y a todas las encendía.

Cuando presintió que se acercaba el final, porque se había consumido totalmente al servicio de la luz, pensó que había podido identificarse con la Luz, y dijo con voz muy fuerte y con profunda expresión de satisfacción en su rostro: “¡Cristo ha vivido en mí, Cristo vive en mí!

En Verdad, Cristo es la Luz, y quien la recibe, no solo ha de cuidarla, sino también ha de compartirla. Este relato recuerda una enseñanza de San Josemaría Escrivá: la de ser como esas lámparas de cera encendidas que se ponen junto al Sagrario de las Iglesias para indicar la presencia de nuestro señor Jesucristo y que se van consumiendo día a día. De esa manera, humilde, hemos de aprender a gastarnos día a día, en nuestros deberes, casi imperceptiblemente, del todo por el Señor.

Pbro. José Martínez Colín



Meditación breve



Vivimos en mutua compañía por una razón. Los talentos con los que cada uno de nosotros ha sido favorecido nos producirán mayor goce si los usamos para beneficiar a muchas personas. Y cada uno de nosotros posee talentos únicos que se convierten en una carga si no los compartimos.
Nuestro crecimiento y nuestro desarrollo personal dependen en parte de las aportaciones de aquellos que nos acompañan. Vivimos mejor gracias a la presencia de otros y a sus talentosas contribuciones en situaciones que nos afectan a todos. De la misma forma, los demás se ven igualmente beneficiados por nuestra participación positiva en sus vidas.
Nos necesitamos mutuamente para disipar el dolor y la frustración de nuestra existencia. El hecho de compartir alivia la carga de un solo par de hombros y nos recuerda que ninguno de nosotros posee una carga que no resulte familiar para los demás. Reír juntos multiplica nuestro aprecio por la participación de otra persona en nuestras vidas. Cada aspecto de la existencia promete un mayor significado cuando se comparte abiertamente con otra persona. Incluso podemos decir que ningún hecho se integra realmente en nuestra vida si es experimentado en soledad.
Hallaré el sentido del día de hoy en compañía de otros.



Pedidos de oración



Seguimos pidiendo oración por la PAZ en Medio Oriente y en todo el mundo.



Pedimos oración por Nelly C. que se encuentra internada en unidad de terapia intensiva en El Salvador.



Nuestro lector y amigo Exequiel Diego Milanovsky, de San Lorenzo, Santa Fe, Argentina nos pide oraciones por la señora Mousi, de 80 años de edad que sufrió un accidente de tránsito que por el momento la obliga a usar silla de ruedas para desplazarse; por Olga M. de 65 años que sufrió una caída y está en reposo absoluto con una férula en su pierna, y por Ignacio S. de 35 años que sufrió un accidente automovilístico y se encuentra en coma farmacológico. Que la Santísima Virgen María ayude a estas personas a recuperar pronto su movilidad y su salud más plena.



Pedimos oración por Jorge Alberto Rodriguez Kissner, hombre joven y con tres hijos pequeños, que se encuentra internado en la Fundación Favaloro de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en espera de que aparezca un donante pues necesita con extrema urgencia un transplante cardíaco como única opción de vida. Oremos para que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro haga que pronto llegue el órgano necesario y se pueda salvar esta vida tan querida.



Pedimos oración por el niño Xavier S. de cinco años de edad, que vive en Guatemala y que ha sido diagnosticado con Hernia Hiatal. Que el Niño Jesús que acaba de nacer, restaure su salud.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



Cristo, muerto en la cruz y sepultado, dio apariencia de fracaso. Con su resurrección gloriosa fracasaron todas las apariencias.
María no se dejó llevar por las apariencias del fracaso y, aún envuelta en su manto de dolor, no perdió nunca la esperanza en la resurrección.
La vida del cristiano es la vida de una esperanza, pero no de una esperanza que pueda resultar fallida; es una esperanza cierta, segura de que en ella habrá de triunfar la Palabra de Dios.

María dijo sí y Dios vino a nosotros, está con nosotros, obra en nosotros y nos salva.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

lunes, 29 de diciembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0599

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0599 ~ Lunes 29 de Diciembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Cuando ya estamos terminando el año, siempre es tiempo propicio para alguna breve pero sustanciosa reflexión como inicio de nuestro boletín diario "Pequeñas Semillitas". Les dejo entonces esta idea que encontré en mis archivos:
Cultiva la habilidad de ver siempre el lado bueno de todo lo que te ocurra... Serás más feliz y llenarás tu vida de optimismo.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



Cuando se cumplieron los días de la purificación según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y en él estaba el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al Niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre Él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».
(Lucas 2, 22-35)

Comentario
Hoy, 29 de diciembre, festejamos al santo Rey David. Pero es a toda la familia de David que la Iglesia quiere honrar, y sobre todo al más ilustre de todos ellos: ¡a Jesús, el Hijo de Dios, Hijo de David! Hoy, en ese eterno "hoy" del Hijo de Dios, la Antigua Alianza del tiempo del Rey David se realiza y se cumple en toda su plenitud. Pues, como relata el Evangelio de hoy, el Niño Jesús es presentado al Templo por sus padres para cumplir con la antigua Ley: «Cuando se cumplieron los días de la purificación según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: ‘Todo varón primogénito será consagrado al Señor’» (Lc 2,22-23).
Hoy, se eclipsa la vieja profecía para dejar paso a la nueva: Aquel, a quien el Rey David había anunciado al entonar sus salmos mesiánicos, ¡ha entrado por fin en el Templo de Dios! Hoy es el gran día en que aquel que San Lucas llama Simeón pronto abandonará este mundo de oscuridad para entrar en la visión de la Luz eterna: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos» (Lc 2,29-32).
También nosotros, que somos el Santuario de Dios en el que su Espíritu habita (cf. 1Cor 3,16), debemos estar atentos a recibir a Jesús en nuestro interior. Si hoy tenemos la dicha de comulgar, pidamos a María, la Madre de Dios, que interceda por nosotros ante su Hijo: que muera el hombre viejo y que el nuevo hombre (cf. Col 3,10) nazca en todo nuestro ser, a fin de convertirnos en los nuevos profetas, los que anuncien al mundo entero la presencia de Dios tres veces santo, ¡Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Como Simeón, ¡seamos profetas por la muerte del "hombre viejo"! Tal como dijo el Papa Juan Pablo II, «la plenitud del Espíritu de Dios viene acompañada (…) antes que nada por la disponibilidad interior que proviene de la fe. De ello, el anciano Simeón, ‘hombre justo y piadoso’, tuvo la intuición en el momento de la presentación de Jesús en el Templo».
Abbé Dr. Daniel Meynen (San Aubain-Namur, Bélgica)



Santoral Católico


Santo Tomás Becket, Arzobispo y Mártir



Este mártir que entregó su vida por defender los derechos de la religión católica, nació en Londres en 1118. Era hijo de un empleado oficial, y en sus primeros años fue educado por los monjes del convento de Merton.

A los 24 años consiguió un puesto como ayudante del Arzobispo de Inglaterra (el de Canterbury) el cual se dio cuenta de que este joven tenía cualidades excepcionales para el trabajo, y le fue confiando poco a poco oficios más difíciles e importantes. Lo ordenó de diácono y lo encargó de la administración de los bienes del arzobispado. Lo envió varias veces a Roma a tratar asuntos de mucha importancia, y así Tomás llegó a ser el personaje más importante, después del arzobispo, en aquella iglesia de Londres. Monseñor afirmaba que no se arrepentía de haber depositado en él toda su confianza, porque en todas las responsabilidades que se le encomendaban se esmeraba por desempeñarlas lo mejor posible.

Tomás como buen diplomático había obtenido que el Papa Eugenio Tercero se hiciera muy amigo del rey de Inglaterra, Enrique II, y este en acción de gracias por tan gran favor, nombró a nuestro santo (cuando sólo tenía 36 años) como Canciller o Ministro de Relaciones Exteriores. Tomás puso todas sus cualidades al servicio de tan alto cargo, y llegó a ser el hombre de confianza del rey. Este no hacía nada importante sin consultarle. Su presencia en el gobierno contribuyó a que dictaran leyes muy favorables para el pueblo

En el 1161 murió el Arzobispo Teobaldo, y entonces al rey le pareció que el mejor candidato para ser arzobispo de Inglaterra era Tomás Becket. Este le advirtió que no era digno de tan sublime cargo. Que su genio era violento y fuerte, y que tomaba demasiado en serio sus responsabilidades y que por eso podía tener muchos problemas con el gobierno civil si lo nombraban jefe del gobierno eclesiástico. Pero su confesor decía: "En su vida privada es intachable, y sabe mantener una gran dignidad aún en ocasiones peligrosas y en tentaciones de toda especie". Y un Cardenal de mucha confianza del Sumo Pontífice lo convenció de que debía aceptar, y al fin aceptó.

Ordenado de sacerdote y luego consagrado como Arzobispo la vida de Tomás cambió por completo. Se levantaba muy al amanecer. Luego dedicaba una hora a la oración y a la lectura de la S. Biblia. Después del desayuno estudiaba otra hora con un doctor en teología, para estar al día en conocimientos religiosos. Cada día repartía el personalmente las limosnas a muchísimos pobres que llegaban al Palacio Arzobispal. Muy pronto ya los pobres que allí recibían ayuda, eran el doble de los que antes iban a pedir limosna.

Cada día tenía algunos invitados a su mesa, pero durante las comidas, en vez de música escuchaba la lectura de algún libro religioso. Casi todos los días visitaba algunos enfermos del hospital. Examinaba rigurosamente la conducta y la preparación de los que deseaban ser sacerdotes, y a los que no estaban bien preparados o no habían hecho los estudios correspondientes no los dejaba ordenarse de sacerdotes, aunque llegaran con recomendaciones del mismo rey.

El rey se propuso ponerles enormes impuestos a los bienes de la Iglesia Católica. El arzobispo se opuso totalmente a ello, y desde entonces el cariño de Enrique hacía su antiguo canciller Tomás, se apagó casi por completo. Luego pretendió el rey imponer un fuerte castigo a un sacerdote. El arzobispo se opuso, diciendo que al sacerdote lo juzga su superior eclesiástico y no el poder civil. La rabia del mandatario se encendió furiosamente. Enrique redactó una ley en la cual la Iglesia quedaba casi totalmente sujeta al gobierno civil. El arzobispo exclamó: "No permita Dios que yo vaya jamás a aprobar o a firmar semejante ley". Y no la aceptó. ¡Nueva rabia del rey! Enseguida este se propuso que en adelante sería el gobierno civil quien nombrara para ciertos cargos eclesiásticos. Tomás se le opuso terminantemente. Resultado: tuvo que salir del país.

Tomás se fue a Francia a entrevistarse con el Papa Alejandro III y pedirle que lo reemplazara por otro en este cargo tan difícil. "Santo Padre le digo yo soy un pobre hombre orgulloso. Yo no fui nunca digno de este oficio. Por favor: nombre a otro, y yo terminaré mis días dedicado a la oración en un convento". Y se fue a estarse 40 días rezando y meditando en una casa de religiosos.

Pero el Pontífice intervino y obtuvo que entre Enrique y Tomás hicieran las paces. Y así volvió a Inglaterra. Sin embargo, el problema peor estaba por llegar.

Después de seis años de destierro y cuando ya le habían sido confiscados por el rey todos sus bienes y los de sus familiares, el arzobispo Tomás regresó a Inglaterra el 1º de diciembre con el título de "Delegado del Sumo Pontífice". El trayecto desde que desembarcó hasta que llegó a su catedral de Canterbury fue una marcha triunfal. Las gentes aglomeradas a lo lago de la vía lo aclamaban. Las campanas de todas las iglesias repicaban alegremente y parecía que la hora de su triunfo ya había llegado. Pero era otra clase de triunfo distinta la que le esperaba en ese mes de diciembre. La del martirio.

Los envidiosos empezaron a llevar cuentos y cuentos al rey contra el arzobispo. Y dicen que un día en uno de sus terribles estallidos de cólera, Enrique II exclamó: "No podrá haber más paz en mi reino mientras viva Becket. ¿Será que no hay nadie que sea capaz de suprimir a este clérigo que me quiere hacer la vida imposible?".

Al oír semejante exclamación de labios del mandatario, cuatro sicarios se fueron donde el santo arzobispo resueltos a darle muerte. Estaba él orando junto al altar cuando llegaron los asesinos. Era el 29 de diciembre de 1170. Lo atacaron a cuchilladas. No opuso resistencia. Murió diciendo: "Muero gustoso por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia Católica". Tenía apenas 52 años.

Quiera Dios que todos los hijos de la Santa Iglesia Católica, prefieran perder bienes, dignidades y hasta la propia vida, con tal de permanecer fieles a nuestra santísima religión hasta la muerte.



Pensamiento



"Busca el lado positivo y agradable, aún de las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles, y a convertir los problemas en oportunidades"
Napoleón Hill



Tema del día : Un cuento de año nuevo


Dicen que cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos se sientan al borde de las nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra.
- ¿Qué hay de nuevo? -pregunta un ángel pelirrojo, recién llegado.
- Lo de siempre: amor, paz, salud, felicidad...- contesta el ángel más viejo. Y bueno, todas esas son cosas muy importantes.
Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo.
- ¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos? - Dice el más joven y entusiasta de los ángeles.
- ¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que quieran escucharlo? - pregunta el anciano.
Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángel pelirrojo se deslizó a la tierra convertido en susurro y trabajó duramente mañana, tarde y noche, hasta los últimos minutos del último día del año.
Ya casi se escuchaban las doce campanadas y el ángel viejo esperaba ansioso la llegada de una plegaria renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un hombre que decía:
"Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo instante, empecemos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor: sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías y más maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos pobres. Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y viejos, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor que tanta falta nos hace. Si queremos, podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos, porque nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad".
Desde el borde de una nube, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían satisfechos.
Autor: Pancho Aquino



Meditación breve



Muy poca gente habla de calidad humana. En esta época todos hablan de calidad de productos, de calidad de procesos, calidad de servicios, calidad de sistemas. Muy poca gente habla de calidad humana, calidad de vida. Sin ella, todo lo demás es apariencia sin fundamento.
Hablar de calidad humana es cuidar nuestros vínculos con los demás. Necesitamos rehacer nuestros vínculos humanos. De nada sirve trabajar de sol a sol en un lugar donde no tenemos amigos y llegar cansados a un hogar en el que nadie se interesa en saber cómo nos fue. ¿Para qué trabajar tanto si nos sentimos solos? ¿Para qué tener lo que no se puede compartir?
Ni las cosas, ni el dinero poseen valor intrínseco. El valor de lo material está en su aplicación, en el servicio a alguien más o la convivencia con alguien más.
La belleza de tener, está en compartir. La magia de luchar por una prosperidad económica, estriba ni más ni menos, en poder ver sonreír a alguien a quien le damos el privilegio de disfrutar lo que ganamos.
Eso es parte de la naturaleza humana: dar, convivir, amar, servir, ayudar .



Pedidos de oración


Pedimos oración por la PAZ en Medio Oriente y en todo el mundo.



Pedimos oración por Peter, hijo de Haydée C., lectora de ciudad de Guatemala, el cual sufrió un accidente automovilístico con diversos traumatismos, gracias a Dios ninguno de gravedad. Que el Señor le devuelva pronto su más plena salud.



Pedimos oración por Mary, una querida lectora de Pequeñas Semillitas que vive en una población del sur de la provincia de Córdoba, Argentina, y que está atravesando una grave crisis matrimonial. Que Jesús, José y María, la Sagrada Familia, acudan en ayuda de este matrimonio y permitan que se solucionen los problemas que hoy los afectan.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



Si Cristo es la luz, María es la portadora de la luz; si Cristo es el camino, María es la señal que nos asegura que vamos por el buen camino; si Cristo es la verdad, María es la Maestra que nos enseña esa verdad; si Cristo es la vida, es de María de quien nos viene esa vida.
Así el devoto de María sabe de dónde viene, sabe a dónde va y sabe por dónde debe ir. No tiene miedo a equivocarse; es el hombre de la seguridad.

Nuestra Señora de la luz, ilumina mi camino y conviérteme en luz para los que caminan en tinieblas.


Felipe de urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

domingo, 28 de diciembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0598

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0598 ~ Domingo 28 de Diciembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
A veces cuando algo sucede, pensamos que no debería haber ocurrido así.
Por eso sentimos, cuando muere un ser querido, cuando perdemos unas elecciones, cuando sufrimos cualquier derrota, que todo ha terminado. Y no es verdad. Ése es el principio siempre.
Porque la grandeza se alcanza, no cuando todo va bien, sino cuando la vida te pone a prueba, cuando tienes un gran tropiezo, cuando te decepcionan, cuando la tristeza te invade.
Porque solamente estando en lo más profundo del valle, puede saberse lo magnífico que es, estar en la cima de una montaña.....


La Palabra de Dios : Evangelio del día



Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre Él.
(Lucas 2, 22-40)

Comentario
Hoy, celebramos la fiesta de la Sagrada Familia. Nuestra mirada se desplaza del centro del belén -Jesús- para contemplar cerca de Él a María y José. El Hijo eterno del Padre pasa de la familia eterna, que es la Santísima Trinidad, a la familia terrenal formada por María y José. ¡Qué importante ha de ser la familia a los ojos de Dios cuando lo primero que procura para su Hijo es una familia!
Juan Pablo II, en su Carta apostólica El Rosario de la Virgen María, ha vuelto a destacar la importancia capital que tiene la familia como fundamento de la Iglesia y de la sociedad humana, y nos ha pedido que recemos por la familia y que recemos en familia con el Santo Rosario para revitalizar esta institución. Si la familia va bien, la sociedad y la Iglesia irán bien.
El Evangelio nos dice que el Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría. Jesús encontró el calor de una familia que se iba construyendo a través de sus recíprocas relaciones de amor. ¡Qué bonito y provechoso sería si nos esforzáramos más y más en construir nuestra familia!: con espíritu de servicio y de oración, con amor mutuo, con una gran capacidad de comprender y de perdonar. ¡Gustaríamos -como en el hogar de Nazaret- el cielo y la tierra! Construir la familia es hoy una de las tareas más urgentes. Los padres, como recordaba el Concilio Vaticano II, juegan ahí un papel insubstituible: «Es deber de los padres crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, y que favorezca la educación íntegra personal y social de los hijos». En la familia se aprende lo más importante: a ser personas.
Finalmente, hablar de familia para los cristianos es hablar de la Iglesia. El evangelista san Lucas nos dice que los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor. Aquella ofrenda era figura de la ofrenda sacrificial de Jesús al Padre, fruto de la cual hemos nacido los cristianos. Considerar esta gozosa realidad nos abrirá a una mayor fraternidad y nos llevará a amar más a la Iglesia.
Mn. Joan Antoni Mateo i García (Tremp-Lleida, España)



Santoral Católico


Los Santos Inocentes



Hoy celebramos la fiesta de los Niños Inocentes que mandó matar el cruel Herodes.

Nos cuenta el evangelio de San Mateo que unos Magos llegaron a Jerusalén preguntando dónde había nacido el futuro rey de Israel, pues habían visto aparecer su estrella en el oriente, y recordaban la profecía del Antiguo Testamento que decía: "Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones" (Números 24, 17) y por eso se habían venido de sus lejanas tierras a adorar al recién nacido.

Dice San Mateo que Herodes se asustó mucho con esta noticia y la ciudad de Jerusalén se conmovió ante el anuncio tan importante de que ahora sí había nacido el rey que iba a gobernar el mundo entero. Herodes era tan terriblemente celoso contra cualquiera que quisiera reemplazarlo en el puesto de gobernante del país que había asesinado a dos de sus esposas y asesinó también a varios de sus hijos, porque tenía temor de que pudieran tratar de reemplazarlo por otro. Llevaba muchos años gobernando de la manera más cruel y feroz, y estaba resuelto a mandar matar a todo el que pretendiera ser rey de Israel. Por eso la noticia de que acababa de nacer un niñito que iba a ser rey poderosísimo, lo llenó de temor y dispuso tomar medidas para precaverse.

Herodes mandó llamar a los especialistas en Biblia (a los Sumos Sacerdotes y a los escribas) y les preguntó en qué sitio exacto tenía que nacer el rey de Israel que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: "Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: "Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel" (Miq. 5, 1).

Entonces Herodes se propuso averiguar bien exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo todo lo contrario, les dijo a los Magos: - "Vayan y se informan bien acerca de ese niño, y cuando lo encuentren vienen y me informan, para ir yo también a adorarlo". Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.

Y sucedió que en sueños recibieron un aviso de Dios de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo.

Entonces rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y mandó a sus soldados a que mataran a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y sus alrededores. Ya podemos imaginar la terribilísima angustia para los papás de los niños al ver que a sus casas llegaban los herodianos y ante sus ojos asesinaban a su hijo tan querido. Con razón el emperador César Augusto decía con burla que ante Herodes era más peligroso ser Hijo (Huios) que cerdo (Hus), porque a los hijos los mataba sin compasión, en cambio a los cerdos no, porque entre los judíos esta prohibido comer carne de ese animal.

San Mateo dice que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen" (Jer. 31, 15).

Como el hombre propone y Dios dispone, sucedió que un ángel vino la noche anterior y avisó a José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así cuando llegaron los asesinos, ya no pudieron encontrar al niño que buscaban para matar.

Y aquellos 30 niños inocentes, volaron al cielo a recibir el premio de las almas que no tienen mancha y a orar por sus afligidos padres y pedir para ellos bendiciones. Y que rueguen también por nosotros, pobres y manchados que no somos nada inocentes sino muy necesitados del perdón de Dios.



Pensamiento



"Dios hace fracasar los planes de los malvados"

S. Biblia




Tema del día : Un año más



Cada día que pasa, y en cada mirada sobre el mundo que nos rodea, es la última vez que lo miramos. Aunque mañana podamos volver a mirar lo mismo nuevamente, nunca será el mismo momento que hayamos visto la vez anterior.

Cierro mis ojos y recuerdo tu mirada, recuerdo tu voz y la tersura de tu piel, recuerdo que en el abrazo yo percibía el tibio aroma de tu perfume. Y me doy cuenta que cada vez era siempre la única vez, aún cuando yo pensaba que todo era eterno y el tiempo no pasaba más, creía que nada se iba, que todo momento era atrapado por mí. Ahora sé que nada de esto era así. Los momentos son únicos e irrepetibles, los momentos son eso, obras de arte del tiempo. Fijar nuestra atención en otras cosas que nos sacan de la reflexión para no pensar es un ardid del alma para no enfrentarse a su finitud. Y los momentos se van elevándose como el vapor hasta donde vive la eterna luz.

Olvidamos ciertas cosas y nos aferramos a otras en la tozudez de la memoria para repetir una y otra vez el gozo tenido y cada momento vivido nunca será un momento perdido, pero nunca volverá a ser el mismo, de cada uno de nosotros depende que cada vez sea mejor porque los momentos no vuelven más.

Los recuerdos nos constituyen, nos arman como rompecabezas dejando ver un resultado en la objetividad de un espejo que cada día nos devuelve la imagen de un rostro distinto al de otros años. Somos la encarnación constante de lo vivido con el don de Dios para seleccionar, como cada uno pueda, la forma de lo por vivir. Y así nos vamos construyendo día a día con lo mucho o poco que tenemos.

Un año más se suma a la ordenación de las vivencias que han quedado en la memoria pero que se han evaporado como el agua de los ríos. Vaya uno a saber por cuál nube andarán nuestras alegrías y tristezas, nuestros amores y odios, nuestros trabajos y nuestras perezas. En algún lugar seguramente todavía resuenan nuestros pasos y nuestras voces, quizás en el trazo dejado en el banco de la escuela o en el papel que escribimos para dejar constancia de la necesidad del amor. En algún lugar seguramente que no es lugar sino que es la virtud de tu memoria.

Detalles que se han pasado en un tiempo entero, tiempo que es la medida de nuestros sueños, marcas que van quedando en los silencios. Y detrás de cada cosa están tus ojos, mirando con ilusiones los nuevos senderos.

Un año es la medida con que valernos, para conocer lo sutil fortuito y lo eterno, y de ello sabemos tantas cosas que no sabemos como que estamos seguros que todavía quedan por crear muchos recuerdos.

De tu sonrisa y la mía depende el tiempo con el que vayamos a dibujar nuestros momentos para viajar por un mundo que es un sueño, despiertos y en la medida que conocemos buscaremos horizontes de sueños nuevos. Si todo en la vida pasa como las blancas nubes van por el cielo, vivamos nuestros años con los mejores anhelos porque solo se vive realmente cuando comprendemos que cada vez, es la última vez.

© Miguel Ángel Arcel




Meditación breve



Mi corazón se llena de un gozo que proviene de saberme hija bienamada de Dios. Porque creo en el inagotable poder de Dios, llevo una vida feliz y llena de alegría. Soy bendecida constantemente, a cada minuto de cada día.
Creo que soy algo más que un simple cuerpo físico. Soy un ser espiritual plena en ideas divinas. Sé que, si me creo capaz de hacer algo, puedo hacerlo.
Puedo enfrentarme con seguridad a cualquier situación, pues Jesús prometió: "Todo puede hacerlo aquel que cree". Cualesquiera sean mis necesidades (salud, prosperidad, empleo), Dios me guía hacia la satisfacción de ellas y de todas las demás. ¡Qué maravillosa sensación es saber que Dios siempre está a mi lado!
Diariamente afirmo: Porque creo invariablemente en Dios me lleno de fe y alegría.
Gra Baq



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



En la conmemoración de los Santos Inocentes, que en este día celebramos, podemos suponer los sentimientos que albergaría el Corazón de la Madre del Niño Jesús, que era propiamente el buscado, el perseguido a muerte.
¡Cómo lo apretaría en su regazo maternal mientras iba camino del destierro, temiendo momento a momento encontrar a los soldados con sus espadas ya ensangrentadas!
María estaba dispuesta a defender con su vida la vida del Niño Jesús.
¿Cómo defendemos nosotros la inocencia de los niños?

María, Madre de la vida, cuida de los inocentes, de los pobres, de los desprotegidos y convierte el corazón de los que atentan contra la vida.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

sábado, 27 de diciembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0597

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0597 ~ Sábado 27 de Diciembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Siempre que Dios ha requerido de alguien que haga algo grande, lo ha enviado a un refugio solitario. Lo ha llamado para que vaya solo. ¡Cuán solitarios andaban los profetas de Israel! Juan el Bautista estaba solo en medio de la multitud. Pablo tuvo que decir: "todos me han desamparado". Y ¿quién ha estado más solo que nuestro Señor Jesucristo?
Las victorias de Dios no las ganan las multitudes. El hombre que se atreve a ir donde otros retroceden, se encontrará solo, pero verá la Gloria de Dios...
Gordon Watt.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



El primer día de la semana, María Magdalena fue corriendo a Simón Pedro y a donde estaba el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó.
(Juan 20, 2-8)

Comentario
Hoy, la liturgia celebra la fiesta de san Juan, apóstol y evangelista. Al siguiente día de Navidad, la Iglesia celebra la fiesta del primer mártir de la fe cristiana, san Esteban. Y el día después, la fiesta de san Juan, aquel que mejor y más profundamente penetra en el misterio del Verbo encarnado, el primer "teólogo" y modelo de todo verdadero teólogo. El pasaje de su Evangelio que hoy se propone nos ayuda a contemplar la Navidad desde la perspectiva de la Resurrección del Señor. En efecto, Juan, llegado al sepulcro vacío, «vio y creyó» (Jn 20,8). Confiados en el testimonio de los Apóstoles, nosotros nos vemos movidos en cada Navidad a "ver" y "creer".
Uno puede revivir estos mismos "ver" y "creer" a propósito del nacimiento de Jesús, el Verbo encarnado. Juan, movido por la intuición de su corazón -y, deberíamos añadir, por la "gracia"- "ve" más allá de lo que sus ojos en aquel momento pueden llegar a contemplar. En realidad, si él cree, lo hace sin "haber visto" todavía a Cristo, con lo cual ya hay ahí implícita la alabanza para aquellos que «creerán sin haber visto» (Jn 20,29), con la que culmina el vigésimo capítulo de su Evangelio.
Pedro y Juan "corren" juntos hacia el sepulcro, pero el texto nos dice que Juan «corrió más aprisa que Pedro, y llegó antes al sepulcro» (Jn 20,4). Parece como si a Juan le mueve más el deseo de estar de nuevo al lado de Aquel a quien amaba -Cristo- que no simplemente estar físicamente al lado de Pedro, ante el cual, sin embargo -con el gesto de esperarlo y de que sea él quien entre primero en el sepulcro- muestra que es Pedro quien tiene la primacía en el Colegio Apostólico. Con todo, el corazón ardiente, lleno de celo, rebosante de amor de Juan, es lo que le lleva a "correr" y a "avanzarse", en una clara invitación a que nosotros vivamos igualmente nuestra fe con este deseo tan ardiente de encontrar al Resucitado.
Rev. D. Manel Valls i Serra (Barcelona, España)




Santoral Católico


San Juan Evangelista




Juan significa: "Dios es misericordioso". Este apóstol tuvo la inmensa dicha de ser el discípulo más amado por Jesús. Y se ha hecho muy famoso por haber compuesto el cuarto evangelio.

Nació en Galilea. Era hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor. Su oficio era el de pescador. Parece que fue uno de los dos primeros discípulos de Jesús, junto con Andrés. Los dos eran también discípulos de Juan Bautista y un día al escuchar que el Bautista señalaba a Jesús y decía: "Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo", se fueron detrás de Él. Jesús se volvió y les dijo: "¿Qué buscan?". Ellos le respondieron: "Señor: ¿dónde habitas?". Y Jesús les dijo: "Vengan y verán". Y se fueron con él y estuvieron en su compañía toda la tarde recibiendo sus enseñanzas. Durante toda su vida, jamás Juan podrá olvidar el día, la hora y el sitio en que se encontró por primera vez con Jesucristo. Fue el momento más decisivo de su existencia.

Juan estaba después un día con su hermano Santiago, y con sus amigos Simón y Andrés, remendando las redes a la orilla del lago, cuando pasó Jesús y les dijo: "Vengan conmigo y los haré pescadores de almas". Inmediatamente, dejando a su padre y a su empresa pequeña, se fue con Cristo a dedicarse para siempre y por completo a extender el Reino de Dios.

Juan evangelista hizo parte, junto con Pedro y Santiago, del pequeño grupo de preferidos que Jesús llevaba a todas partes y que presenciaron sus más grandes milagros. Los tres estuvieron presentes en la Transfiguración, y presenciaron la resurrección de la hija de Jairo. Los tres presenciaron la agonía de Cristo en el Huerto de los Olivos. Junto con Pedro, fue este apóstol encargado por Jesús de prepararle la Última Cena.

Al ver la mamá de Santiago y Juan que Jesús los prefería tanto, y aconsejada por ellos dos, que eran bien orgullosos, se atrevió a pedirle al Señor una gracia muy especial: que cuando él empezara a reinar, nombrara a Juan primer ministro y a Santiago ministro también. Jesús le respondió que el señalar los primeros puestos en el Reino de los cielos le correspondía al Padre Celestial, y que estos ya estaban determinados para otros. Los demás apóstoles se indignaron contra estos dos vanidosos, pero Jesús aprovechó aquella ocasión para recordarles que en el Reino de los cielos ocuparán los primeros puestos los que se hayan dedicado a prestar servicios humildes a los demás.

En la Última Cena tuvo el honor de recostar su cabeza sobre el corazón de Cristo. Juan Evangelista fue el único de los apóstoles que estuvo presente en el Calvario al morir Jesús. Y recibió de Él en sus últimos momentos el más precioso de los regalos. Cristo le encomendó que se encargara de cuidar a la Madre Santísima María, como si fuera su propia madre, diciéndole: "He ahí a tu madre". Y diciendo a María: "He ahí a tu hijo".

El domingo de la resurrección, fue el primero de los apóstoles en llegar al sepulcro vacío de Jesús. Se fue corriendo con Pedro (al oír la noticia de que el sepulcro estaba vacío), pero como era más joven, corrió a mayor velocidad y llegó primero. Sin embargo por respeto a Pedro lo dejó entrar a él primero y luego entró él también y vio y creyó que Jesús había resucitado.

Después de la resurrección de Cristo, cuando la segunda pesca milagrosa, Juan fue el primero en darse cuenta de que el que estaba en la orilla era Jesús.

Después de recibir el Espíritu Santo en Pentecostés, Juan iba con Pedro un día hacia el templo y un pobre paralítico les pidió limosa. En cambio le dieron la curación instantánea de su enfermedad. Con este milagro se convirtieron cinco mil personas, pero los apóstoles fueron llevados al tribunal supremo de los judíos que les prohibió hablar de Jesucristo. Pedro y Juan les respondieron: "Tenemos que obedecer a Dios, antes que a los hombres". Los encarcelaron, pero un ángel llegó y los libertó. Otra vez los pusieron presos y les dieron 39 azotes a cada uno. Ellos salieron muy contentos de haber tenido el honor de sufrir esta afrenta por amor al Señor Jesús, y siguieron predicando por todas partes.

Juan, para cumplir el mandato de Jesús en la cruz, se encargó de cuidar a María Santísima como el más cariñoso de los hijos. Con Ella se fue a evangelizar a Éfeso y la acompañó hasta la hora de su gloriosa muerte.

El emperador Dominiciano quiso matar al apóstol San Juan y lo hizo echar en una olla de aceite hirviente, pero él salió de allá más joven y más sano de lo que había entrado, entonces fue desterrado de la isla de Patmos, donde fue escrito el Apocalipsis.

Después volvió otra vez a Éfeso donde escribió el Evangelio según San Juan, que es el libro que lo ha hecho tan famoso. Este libro tiene un estilo elevadísimo e impresionantemente hermoso. Agrada mucho a las almas místicas, y ha convertido a muchísimos con su lectura.

A San Juan Evangelista lo pintan con un águila al lado, porque es el escritor de la Biblia que se ha elevado a más grandes alturas de espiritualidad con sus escritos. Ningún otro libro tiene tan elevados pensamientos como en su evangelio.

Dice San Jerónimo que cuando San Juan era ya muy anciano se hacía llevar a las reuniones de los cristianos y lo único que les decía siempre era esto: "hermanos, ámense los unos a otros". Una vez le preguntaron por qué repetía siempre lo mismo, y respondió: "es que ese es el mandato de Jesús, y si lo cumplimos, todo lo demás vendrá por añadidura".

San Epifanio dice que San Juan murió hacia el año cien, a los 94 años de edad.




Pensamiento


"Dios es amor"

San Juan




Tema del día : San José y la Navidad



Señor Jesús, José, ese hombre justo y noble, recto y digno, sensible y respetuoso, hombre de corazón grande, aceptó ser tu custodio, tu protector, tu guardián.

Cuidó de María, la protegió, la ayudó para que Tú pudieras nacer sin problemas, fue él quien proveía las cosas para que Tú crecieras en el vientre de tu Madre, fue él quien se preocupaba de ti y de María, tu Virgen-Madre.

Fue él quien con su trabajo de carpintero conseguía lo que necesitaba María para alimentarla, para que pudieras crecer sano y fuerte.

Fue José quien aceptó cambiar sus planes de vivir con tu Madre, y aceptó ser tu padre dándote el nombre, haciéndote su hijo y así descendiente de David.

Señor, viendo a José como supo hacer tu voluntad, te pedimos que nosotros, podamos tener las mismas actitudes y sentimientos de José. Que vivamos como Tú nos pides.

Ayuda Señor a los padres de familia a ser cada vez más cariñosos y cercanos a sus hijos, a ser mejores esposos, más atentos y cuidadosos con sus esposas, que sean no sólo los que traigan el pan a la casa sino que sean los hombres de Dios, fieles y serviciales, hombres que den su vida cuidando, protegiendo y ayudando a su familia como lo hizo José.

Que en esta Navidad la familia esté más unida, que se quieran más, como vivieron ustedes en Nazaret.

Señor bendice a cada familia por intercesión de José y María-Virgen.

Que así sea.



Mensaje de María Reina de la Paz



Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de diciembre de 2008

¡Queridos hijos! Ustedes corren, trabajan y acumulan, pero sin bendición. ¡Ustedes no oran! Hoy los invito a que se detengan ante el Pesebre y mediten sobre Jesús, a quien también hoy les doy, para que Él los bendiga y les ayude a comprender que sin Él no tienen futuro. Por eso, hijitos, pongan sus vidas en las manos de Jesús para que Él los guíe y proteja de todo mal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

www.MensajerosdelaReinadelaPaz.org



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



Juan Evangelista recibió a María por Madre. Jesús no podía otorgarle título más tierno y embellecedor que el de "Hijo de María".
Como dice la liturgia, nosotros compartimos su honor, pues también nosotros somos hijos de María. Su honor y su responsabilidad.
Amemos a María y hagamos siempre cuanto le agrada a tan buena Madre. ¡La Madre de Dios es mi Madre!

María, quiero ser buen hijo tuyo, amarte con todas mis fuerzas y todo mi corazón.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

viernes, 26 de diciembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0596

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0596 ~ Viernes 26 de Diciembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
En Navidad celebramos el nacimiento de Aquel que nos dio vida y tiene poder para hacer aquellas cosas que parecen imposibles.
En Navidad recordamos a Aquel que, teniéndolo todo al lado del Padre, se hizo hombre y habitó en la tierra con un propósito especial: acercarnos a Dios.
La Navidad es una buena ocasión para aceptar la iniciativa de Dios y su amor. Es una oportunidad para tomar la decisión más importante de la vida: ¿qué hacer con Jesús?
Esta puede ser una Navidad especial, y el comienzo de una vida diferente, si tomas una decisión por Jesús.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: «Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará».
(Mateo 10, 17-22)

Comentario
Hoy, la Iglesia celebra la fiesta de su primer mártir, el diácono san Esteban. El Evangelio, a veces, parece desconcertante. Ayer nos transmitía sentimientos de gozo y de alegría por el nacimiento del Niño Jesús: «Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto» (Lc 2,20). Hoy parece como si nos quisiera poner sobre aviso ante los peligros: «Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán» (Mt 10,17). Es que aquellos que quieran ser testimonios, como los pastores en la alegría del nacimiento, han de ser también valientes como Esteban en el momento de proclamar la Muerte y Resurrección de aquel Niño que tenía en Él la Vida.
El mismo Espíritu que cubrió con su sombra a María, la Madre virgen, para que fuera posible la realización del plan de Dios de salvar a los hombres; el mismo Espíritu que se posó sobre los Apóstoles para que salieran de su escondrijo y difundieran la Buena Nueva —el Evangelio— por todo el mundo, es el que da fuerzas a aquel chico que discutía con los de la sinagoga y ante el que «no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba» (Hch 6,10).
Era un mártir en vida. Mártir significa “testimonio”. Y fue también mártir por su muerte. En vida hizo caso de las palabras del Maestro: «No os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento» (Mt 10,19). Esteban, «mirando al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios» (Hch 7,55). Esteban lo vio y lo dijo. Si el cristiano hoy es un testigo de Jesucristo, lo que ha visto con los ojos de la fe lo ha de decir sin miedo con las palabras más comprensibles, es decir, con los hechos, con las obras.
Rev. D. Joan Busquets i Masana (Sabadell-Barcelona, España)



Santoral Católico


San Esteban, protomártir



Esteban significa: "coronado" (Esteb: corona). Este santo se llama "protomártir", porque tuvo el honor de ser el primer mártir que derramó su sangre por proclamar su fe en Jesucristo.

Esteban era uno de los hombres de confianza de los apóstoles. La S. Biblia, en los Hechos de los Apóstoles narra que cuando en Jerusalén hubo una protesta de las viudas y pobres que no eran israelitas porque en la distribución de las ayudas se les daba más preferencia a los que eran de Israel que a los pobres que eran del extranjero, los 12 apóstoles dijeron: "A nosotros no nos queda bien dejar nuestra labor de predicar por dedicarnos a repartir ayudas materiales". Y pidieron a los creyentes que eligieran por voto popular a siete hombres de muy buena conducta y llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, para que se encargaran de la repartición de las ayudas a los pobres. Y entre los siete elegidos, resultó aclamado Esteban (junto con Nicanor, Felipe y otros). Fueron presentados a los apóstoles los cuales oraron por ellos y les impusieron las manos, quedando así ordenados de diáconos (palabra que significa "ayudante", "servidor". Diácono es el grado inmediatamente inferior al sacerdote).

Los judíos provenientes de otros países, al llegar a Jerusalén empezaron a discutir con Esteban que les hablaba muy bien de Jesucristo, y no podían resistir a su sabiduría y al Espíritu Santo que hablaba por medio de él. Siempre les ganaba las discusiones. Lo llevaron ante el Tribunal Supremo de la nación llamado Sanedrín, para acusarlo con falsos testigos, diciendo que él afirmaba que Jesús iba a destruir el templo y a acabar con las leyes de Moisés. Y los del tribunal al observarlo vieron que su rostro brillaba como el de un ángel.

Esteban pronunció entre el Sanedrín un impresionante discurso en el cual fue recordando toda la historia del pueblo de Israel (está en el Capítulo 7 de los Hechos de los Apóstoles) y les fue echando en cara a los judíos que ellos siempre se habían opuesto a los profetas y enviados de Dios, terminando por matar al más santo de todos, Jesucristo el Salvador. Al oír esto, ellos empezaron a rechinar de rabia. Pero Esteban lleno del Espíritu Santo miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la derecha de Dios y exclamó: "Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre en pie a la derecha de Dios". Entonces ellos llenos de rabia se taparon los oídos y se lanzaron contra él.

Lo arrastraron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Los que lo apedreaban dejaron sus vestidos junto a un joven llamado Saulo (el futuro San Pablo que se convertirá por las oraciones de este mártir) y que aprobaba aquel delito. Mientras lo apedreaban, Esteban decía: "Señor Jesús, recibe mi espíritu". Y de rodillas dijo con fuerte voz: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado". Y diciendo esto, murió. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban y la comunidad hizo gran duelo por él.



Pensamiento


"Recoge todas las bendiciones de la Navidad... Están sólo al alcance de una oración. Ponlas entonces en tu mochila para la jornada de un nuevo año"




Tema del día : Un cuento de Navidad



El escritor está sentado frente a la computadora, necesita escribir un breve cuento de Navidad que le han encargado en la editorial para la cual trabaja. Pero su inspiración parece agotada, por más que intenta dentro de su mente nada surge. Es lógico ¿cuánto hace que no festeja una Navidad?

Desde que se separó de su esposa se ha convertido en un ermitaño y de eso ya han transcurrido cinco años, fueron veinticinco años de matrimonio que acabaron muy mal, 'por suerte' no hubo hijos.

Busca desesperado hilvanar un motivo para contar, pero la Navidad hace tiempo que se ha alejado de su alma. ¿Cuánto hace que no hay en él espíritu navideño? De la nebulosa de su mente intentan asomar los recuerdos, al principio fueron imágenes poco claras, pero ahora las escenas se muestran más nítidas.

La habitación es amplia, la mesa está colmada de frutas secas, almendras, nueces, castañas... El rostro arrugado de la abuela refleja una sonrisa de escasos dientes, su madre y sus tías conversan alrededor de la mesa mientras su padre descorcha una botella de sidra. Sus primos, esos que hace años que no ve, comen masas y pan dulce a boca llena.

Su mente transportada hacía el pasado, gira sus abstractos ojos recorriendo el cuarto. Todo es tan real que parece que lo estuviera viviendo, sí hasta sus sentidos funcionan al compás de este momento incomparable, su madre, su padre, su abuela, todos... vivos y a su lado.

Hay un pequeño, le cuesta reconocer a ese niño alegre, su rostro refleja la inocencia de los pocos años que posee. En un rincón de la habitación, solitario y orgulloso sobre una pequeña mesa rodeado de algunos paquetes con regalos que aguardan destinatario, el árbol de Navidad espera el momento de su protagonismo.

El chiquillo se levanta de su silla, camina hasta donde se halla el pino navideño, al pie del mismo está el pesebre, los pequeños muñecos que representan la natividad de Jesús en Belén conforman el cuadro. El chico estira su mano, toma al niño Jesús, pero el minúsculo muñeco se resbala de sus dedos, cae y se rompe en pedazos. El niño los recoge y lo vuelve a colocar sobre el moisés.

Ahora los recuerdos del hombre se agigantan, recupera las imágenes melancólicas, al fin la infancia revive en su interior. Se levanta del asiento, camina hasta su viejo escritorio, abre un cajón, extrae una diminuta caja, busca observar por un instante los trozos de lo que fue un menudo muñeco de pesebre.

Con gran sorpresa comprueba que ya no hay pedazos, el niño de Belén es una pieza compacta, como sí nunca se hubiese roto, el escritor no encuentra explicación, pero se siente distinto, sabe que ha recuperado su niñez.

Guarda todo en el mismo lugar, retorna a su asiento en la computadora. En la pantalla iluminada comienza a releer el cuento que acaba de escribir, el que le encargaron en la editorial.



Meditación breve



Bella tarea aquella que facilita la vida de los demás. Gentil acto es aquel que facilita la vida de los demás.
Noble y gracioso movimiento el de pie o de la mano que remueven el obstáculo puesto por la naturaleza o por los hombres en medio del camino: desde la corteza de fruta en que se resbala, hasta la rama de espino que desgarra las carnes; desde el guijarro puntiagudo, hasta las lianas que encierran los senderos y que a través de ellos parecen serpientes.
¡Qué alegre, qué ágil marcha el que va apartando de los caminos y las veredas todo lo que es impedimento y obstáculo para la marcha de los otros!
Cantando va el peregrino. Sin sentir recorre las rutas y, al atardecer, se da cuenta, con jubilosa sorpresa, de que al apartar y remover los obstáculos que entorpecían los caminos de los demás, él despejó maravillosamente su propio camino.
Amado Nervo



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro


Cuando la Virgen oraba al Padre de los cielos, teniendo a Jesús en sus brazos, le ofrecía aquel Hijo recién nacido, que era todo para ella, y con él, se ofrecía por entero.
Cuando nosotros nos ofrezcamos a Dios, no nos reservemos nada para nosotros, no limitemos nuestra entrega. Que nuestra vida sea, como la de María, poseída por el Espíritu de Dios.

María, que conduces a tus hijos para vencer con enérgica determinación el pecado (MC 57), impúlsanos a poner nuestros talentos y habilidades, nuestro tiempo y todo lo que poseemos al servicio de Dios.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

jueves, 25 de diciembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0595

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Año 3 - Número 0595 ~ Jueves 25 de Diciembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

¡FELIZ NAVIDAD!

Nace de nuevo el Señor en este mundo sin paz.
Brille la aurora de amor de tu eterna Navidad.
Cuando un hombre y una mujer nacen, naces Tú.
Cuando una planta germina, naces Tú.
Cuando un hombre y una mujer se arrepienten, naces Tú.
Cuando una fe se confirma, naces Tú. Si una lágrima se seca, naces Tú.
Cuando brota una ilusión, naces Tú. Cuando nace una amistad, naces Tú.
Cuando florece un amor, naces Tú. Cuando brilla una sonrisa, naces Tú.
Cuando una guerra termina, naces Tú. Cuando un odio se ha apagado, naces Tú.
Si una ofensa se perdona, naces Tú. Cuando un herido camina, naces Tú.
Cuando se cumple un proyecto, naces Tú. Cuando una vida termina, naces Tú.
Navidad es Esperanza, Navidad es Alegría, Navidad es el Camino que recorres cada día.
Navidad es cercanía, Navidad es comprensión. ¡¡¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra Paz y Bien!!



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.
(Juan 1, 1-18)

Comentario
Hoy, con la sencillez de niños, consideramos el gran misterio de nuestra fe. El nacimiento de Jesús señala la llegada de la “plenitud de los tiempos”. Desde el pecado de nuestros primeros padres, el linaje humano de había apartado del Creador. Pero Dios, compadecido de nuestra triste situación, envió a su Hijo eterno, nacido de la Virgen María, para rescatarnos de la esclavitud del pecado.
El apóstol Juan lo explica usando expresiones de gran profundidad teológica: «En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios» (Jn 1,1). Juan llama “Palabra” al Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad. Y añade: «Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros» (Jn 1,14).
Esto es lo que celebramos hoy, por eso hacemos fiesta. Maravillados, contemplamos a Jesús acabado de nacer. Es un recién nacido… y, a la vez, Dios omnipotente; sin dejar de ser Dios, ahora es también uno de nosotros.
Ha venido a la tierra para devolvernos la condición de hijos de Dios. Pero es necesario que cada uno acoja en su interior la salvación que Él nos ofrece. Tal como explica san Juan, «a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn 1,12). ¡Hijos de Dios! Quedamos admirados ante este misterio inefable: «El Hijo de Dios se ha hecho hijo del hombre para hacer a los hombres hijos de Dios» (San Juan Crisóstomo).
Acojamos a Jesús, busquémosle: solamente en Él encontraremos la salvación, la verdadera solución para nuestros problemas; sólo Él da el sentido último de la vida y de las contrariedades y del dolor. Por esto, hoy os propongo: leamos el Evangelio, meditémoslo; procuremos vivir verdaderamente de acuerdo con la enseñanza de Jesús, el Hijo de Dios que ha venido a nosotros. Y entonces veremos cómo será verdad que, entre todos, haremos un mundo mejor.
Mons. Jaume Pujol i Balcells, Arzobispo metropolitano de Tarragona y Primado




Santoral Católico


El Nacimiento del Hijo de Dios



« Alegrémonos todos en el Señor, porque nuestro Salvador ha nacido en el mundo. Hoy, desde el cielo, ha descendido la paz para nosotros. »

La Iglesia en su misión de ir por todo el mundo llevando la Buena Nueva ha querido dedicar un tiempo a profundizar, contemplar y asimilar el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios; a este tiempo lo conocemos como Navidad. Cerca de la antigua fiesta judía de las luces y buscando dar un sentido cristiano a las celebraciones paganas del solsticio de invierno, la Iglesia aprovechó el momento para celebrar la Navidad. En este tiempo los cristianos, por medio del Adviento, se preparan para recibir a Cristo,"luz del mundo" (Jn 8, 12) en sus almas, rectificando sus vidas y renovando el compromiso de seguirlo.

Durante el Tiempo de Navidad al igual que en el Triduo Pascual de la Semana Santa celebramos la redención del hombre gracias a la presencia y entrega de Dios; pero a diferencia del Triduo Pascual en el que recordamos la Pasión y muerte del Salvador, en la Navidad recordamos que Dios se hizo Hombre y habitó entre nosotros.

Así como el sol despeja las tinieblas durante el alba, la presencia de Cristo irrumpe en las tinieblas del pecado, el mundo, el demonio y de la carne para mostrarnos su camino a seguir. Con su luz nos muestra la verdad de nuestra existencia. Cristo mismo es la vida que renueva la naturaleza caída del hombre y de la naturaleza. La Navidad celebra esa presencia renovadora de Cristo que viene a salvar al mundo.



Pensamiento



«Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros»
(Jn 1,14)




Tema del día : Todos los días nace el Señor



Como siempre Jesús es desconcertante, nos desconcierta porque nos saca de toda lógica humana, porque su actuar se basa en el amor y siendo de condición divina se despojó de su rango para compartir nuestra condición humana; lo esperaban como rico y nació en la pobreza; esperaban un guerrero y sus armas fueron el perdón y la paz; su revolución se hizo por medio del amor y el signo de su triunfo está en el madero de la cruz.

Dios se hizo hombre, para que aquel que vive en tinieblas y sombras de muerte pueda vivir en la luz; para que aquel que vive en pecado se levante y experimentando la misericordia del Señor viva en la gracia; para que aquel que se siente solo y abatido, sepa que tiene a alguien a su lado; para que aquel que sufre y llora, tenga consuelo; para que aquel que pasa por la injusticia y la violencia, experimente la paz; "Dios se hizo hombre, para que el hombre se haga Dios" (San Agustín).

Si para esto ha venido el Señor, podemos decir que todos los días nace el Señor, en aquellos corazones que se abren para recibirlo como si fueran unos pesebres, en aquellos corazones que llenos de gozo no solo cantan sino que dan gloria a Dios con sus obras y se esfuerzan por mantener la paz entre los hombres.

Todos los días nace el Señor, en aquellos hogares que son comunidades de vida y amor, donde los esposos y padres e hijos se esfuerzan por comprenderse y amarse.

Todos los días nace el Señor, en aquellas personas que en los campos, en las fábricas, en las oficinas, van cumpliendo con su labor cotidiana, si egoísmos ni envidias, solo pensando que con su trabajo contribuyen al bienestar de la sociedad.

Todos los días nace el Señor, en aquellos hospitales donde el personal tiene que luchar contra la enfermedad y la muerte, y ponen todo su conocimiento y esfuerzo al servicio de la vida.

Todos los días nace el Señor, en los medios de comunicación que nos transmiten la verdad sin manipulaciones y sus programas nos culturizan.

Todos los días nace el Señor, en las escuelas donde los maestros educan y van formando no solo con la palabra sino también con el ejemplo.

Todos los días nace el Señor, en aquellas autoridades que con honestidad buscan la justicia, el desarrollo y la paz para sus pueblos.

Todos los días nace el Señor, en aquellas personas que consagran su vida a Dios y a la Iglesia y viven con fidelidad su compromiso, sirviendo a Cristo en sus hermanos.

Todos los días nace el Señor en mi corazón.




Meditación breve



Señor Jesús:
Tú has venido a traer la salvación y reconciliación a todos los hombres, más allá de su raza o de su credo.
Tú Señor eres el Salvador, la luz que ilumina a todo hombre.
Tú Señor nos has dado vida.
Tú has venido para que todos tengamos vida y vida en abundancia.
Haz Señor que podamos profundizar tu Palabra, penetremos en ella, nos dejemos cuestionar e iluminar.
Que tu Palabra nos ayude a valorar lo que Tú eres para nosotros.
Que tu Palabra nos inspire para reconocerte como el Señor y el Cristo, como el Mesías y el Dios verdadero.
Que así sea.



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



El día de Navidad contemplamos a Jesús en la cuna, pero también se nos presenta la dulce Madre absorta en la contemplación de su divino Hijo, en éxtasis sublime frente a la gloria de la divinidad.
Pobre, muy humilde, muy necesitada en las cosas materiales, pero inmensamente rica al poseer a Dios.

Madre mía: hoy te recuerdo en Belén cuando te llegó el tiempo de ser madre y diste a luz a Jesús, lo envolviste en pañales y lo acostaste en un pesebre porque para ti y tu Hijo no había lugar en el albergue. Hoy como nunca te siento madre y te consagro mi amor y mi ternura. Haz nacer a tu Hijo Jesús en mi corazón.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com