martes, 25 de noviembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0565

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0565 ~ Martes 25 de Noviembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)




Hola !!!
Es increíble cuánto podemos aprender de nuestros errores y equivocaciones. Si aprendemos a mirar positivamente, un error cometido es una lección, un aprendizaje y una experiencia. Ese error nos está indicando que algo nos falta por aprender y mejorar. Miremos y analicemos todo positivamente; en muchas ocasiones se aprende más y mejor de los propios errores.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, como dijeran algunos acerca del Templo que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».
Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Estad alerta, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato». Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo».
(Lucas 21, 5-11)

Comentario
Hoy escuchamos asombrados la severa advertencia del Señor: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida» (Lc 21,6). Estas palabras de Jesús se sitúan en las antípodas de una así denominada “cultura del progreso indefinido de la humanidad” o, si se prefiere, de unos cuantos cabecillas tecnocientíficos y políticomilitares de la especie humana, en imparable evolución.
¿Desde dónde? ¿Hasta dónde? Esto nadie lo sabe ni lo puede saber, a excepción, en último término, de una supuesta materia eterna que niega a Dios usurpándole los atributos. ¡Cómo intentan hacernos comulgar con ruedas de molino los que rechazan comulgar con la finitud y precariedad que son propias de la condición humana!
Nosotros, discípulos del Hijo de Dios hecho hombre, de Jesús, escuchamos sus palabras y, haciéndolas muy nuestras, las meditamos. He aquí que nos dice: «Estad alerta, no os dejéis engañar» (Lc 21,8). Nos lo dice Aquel que ha venido a dar testimonio de la verdad, afirmando que aquellos que son de la verdad escuchan su voz.
Y he aquí también que nos asevera: «El fin no es inmediato» (Lc 21,9). Lo cual quiere decir, por un lado, que disponemos de un tiempo de salvación y que nos conviene aprovecharlo; y, por otro, que, en cualquier caso, vendrá el fin. Sí, Jesús, vendrá «a juzgar a los vivos y a los muertos», tal como profesamos en el Credo.
Lectores de Contemplar el Evangelio de hoy, queridos hermanos y amigos: unos versículos más adelante del fragmento que ahora comento, Jesús nos estimula y consuela con estas otras palabras que, en su nombre, os repito: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestra vida» (Lc 21,19).
Nosotros, dándole cordial resonancia, con la energía de un himno cristiano de Cataluña, nos exhortamos los unos a los otros: «¡Perseveremos, que con la mano ya tocamos la cima!».
Rev. D. Antoni M. Oriol i Tataret (Vic-Barcelona, España)



Santoral Católico



San Dionisio, obispo



Entre los muchos santos que han llevado el nombre de Dionisio, el santo de hoy fue llamado "El Grande", o Dionisio Magno. San Atanasio lo llamó "Maestro de la Iglesia Católica", por su gran sabiduría y el notable ascendiente que tuvo entre los católicos de su tiempo.

Nació y vivió en Alejandría, Egipto. Al principio era pagano, pero después de haber tenido una visión, y al dedicarse a estudiar la S. Biblia se dio cuenta de que la verdadera religión es la católica y se convirtió.

En aquellos tiempos la escuela de teología más famosa que tenía nuestra Santa Iglesia era la de Alejandría. Allá iban a enseñar o a aprender los más destacados intelectuales del clero y Dionisio brilló allí como un alumno especialmente dotado de gran inteligencia y de prodigiosa memoria, y poco después de graduarse fue nombrado como director de tan famosa escuela, cargo que ejerció durante 15 años con aplauso de todos.

En el año 247 Dionisio fue elegido obispo de Alejandría, pero luego empezaron las persecuciones. Al principio eran los sacerdotes paganos que incitaban al populacho contra los seguidores de Cristo. Luego estalló la terrible persecución de Decio, y lo primero que hizo el gobernador de Alejandría fue mandar llevar preso a Dionisio. Los perseguidores lo buscaron por todas partes, menos en su casa, pues se imaginaban que había salido huyendo. Pero él no se había movido de su habitación.

A los cuatro días Dionisio dispuso huir con todos sus ayudantes pero la policía los atrapó y se los llevó presos a todos, menos a uno de los empleados que logró huir a contar la noticia. El fugitivo se encontró con un enorme grupo de personas que se dirigían a celebrar unas bodas y les narró lo sucedido. Aquellas gentes se llenaron de indignación y con palos y piedras atacaron a la policía y les quitaron a los prisioneros. Dionisio se oponía a esto, y se entristecía que ya no podía ser mártir. Pero aquellos hombres no le hicieron caso a sus ruegos sino que lo subieron sobre una mula y lo mandaron al desierto, para que allá quedara libre de los perseguidores. En el desierto estuvo varios años hasta que terminó la persecución.

Al volver a Alejandría se encontró con que algunos teólogos se oponían al Pontífice de Roma y le pedían a él que los apoyara en esta oposición. Dionisio escribió a Novaciano, que era jefe de los rebeldes: "Es necesario estar resuelto a sufrir cualquier otro daño, antes que destruir la unidad de la Iglesia. Hay que estar tan dispuesto a morir a favor de la unidad de la Iglesia, como estaría uno dispuesto a morir por defender la fe". Y siguió siendo fiel al Papa de Roma.

El hereje Novaciano decía que a los que cometen faltas muy graves no se les debe perdonar nunca. San Dionisio, apoyando lo que enseñaba el Papa San Cornelio, escribió varias cartas recomendando tener una gran misericordia con los pecadores, y narraba cómo cuando un pobre que había sido muy pecador en la vida, estando moribundo pedía el perdón y la comunión, no teniendo más con quién enviarle la eucaristía, le mandaron la comunión con un niñito, y el pobre pecador al comulgar exclamó: "Ya he quedado libre de mis pecados. Puedo partir tranquilo para la eternidad". Y cuenta el santo que aquel hombre pecador Dios le conservó milagrosamente la vida hasta que llegó el que llevaba la Sagrada Eucaristía.

Dionisio que había estudiado y enseñado por 15 años lo referente a la S. Biblia, empleó con gran maestría una serie de frases muy especiales de la Sagrada Escritura para combatir a los herejes. Estas respuestas de tan notable sabio sirvieron mucho en los siglos siguientes para enfrentarse a los que negaban verdades de nuestra santa religión.

En el año 257 estalló la persecución de Valeriano. El gobernador de Egipto llamó a Dionisio y a sus sacerdotes y les exigió que adoraran a los ídolos del imperio. El santo obispo respondió: "Nosotros los seguidores de Cristo no adoramos sino al único Dios que existe, que es el Creador de cielos y tierra. Rezamos por Valeriano y los demás gobernantes, pero en cuanto a la religión sólo obedecemos a nuestra Santa Iglesia. Ofrecemos oraciones y sacrificios por la paz, el bienestar y la prosperidad de la patria, pero en cuestiones religiosas dependemos solamente de Nuestro Señor Jesucristo". Por más que el gobernador trató de convencerlos para que adoraran a sus ídolos, ellos no aceptaron, y fueron desterrados al terrible desierto de Libia.

Pero a los dos años el emperador perseguidor fue hecho prisionero y esclavo por sus enemigos, y Dionisio y sus sacerdotes pudieron volver a Alejandría. Mas allá se encontraron que por falta de enseñanzas religiosas las gentes se habían vuelto violentísimas y peleaban y se mataban por cualquier cosa (la mayor parte de esas gentes eran paganas). No se podía ya ni salir a la calle sin peligro de ser asesinados. El santo obispo escribía: "Es más peligroso andar tres cuadras por esta ciudad, que viajar 300 kilómetros por el resto de la nación". Les faltaba el espíritu cristiano, que es caridad, perdón y paz con todos.

Y para colmo de penas llegaron la peste de tifo negro y la disentería. Las gentes morían por centenares, pero entonces brilló la caridad cristiana. Mientras los paganos echaban los cadáveres a las calles y desterraban de sus casas a los enfermos, los cristianos dirigidos por su obispo, sepultaban caritativamente a los muertos y asistían con gran caridad a los infectados. Esto les atrajo muchas simpatías en la gran ciudad.

Después de haber sido obispo de Alejandría por 17 años dando muestra de gran prudencia y santidad y ganándose la simpatía y la admiración de creyentes e incrédulos, San Dionisio murió en el año 265.

San Epifanio cuenta que por muchos años las gentes lo recordaban como un verdadero padre y maestro, y dedicaron un templo en su honor. Sus virtudes y sus sabios escritos le dieron fama universal.



Pensamiento



"La libertad es aquella facultad que aumenta la utilidad de todas las demás facultades"
Emanuel Kant



Tema del día : La pareja en la familia



Hace algunos años, cuando todavía era soltero, tuve una clase muy especial. Fui a ella con una chica llamada Norma, que en ese entonces era mi novia, y puedo asegurar que la lección que aprendimos ese día impacto muchísimo mi vida.

No recuerdo mucho del tema de la clase, pero lo que si recuerdo con mucha frecuencia es la dinámica que se realizó en ella. Para empezar, nos sentamos todos en círculo, y entre bromas, nos pidieron a Norma y a mí que nos sentáramos juntos. La persona que daba la clase dijo entonces 'Supongamos que Juan Pablo y Norma se acaban de casar'. Ambos nos miramos con los ojos muy abiertos y tragamos saliva. La instructora continúa sin prestar mucha atención a nuestro desconcierto: 'Ellos han construido su hogar, establecido sus normas, y comienzan a ser muy felices. Con el tiempo viene el primer hijo'. Llamaron a uno de los jóvenes y le pidieron que se sentara entre nosotros. 'Norma y Juan Pablo le dan la bienvenida a su hogar y le tratan con mucha ternura y cariño. Pero, como suelen ser las cosas, tienen entonces a otro hijo'. Pidieron a otro de los jóvenes que se sentara al lado de su 'hermano', entre nosotros. 'La familia va creciendo, y tienen buenas normas. Los chicos se tratan con mucho cariño y los papás vigilan que no haya riñas entre ellos. Son muy buenos padres y literalmente dedican su vida a ellos'. En cada ocasión pidieron a alguno de los jóvenes o jovencitas que se sentaran en medio de nosotros para darles la bienvenida. 'El tiempo pasa', continúa la instructora, ' y llega el día en que los hijos hacen su propia vida. Primero, Julio se casa y forma su propio hogar. 'Dejará el hombre a su padre y a su madre'. Julio, nuestro primer 'hijo', se levanta y ocupa su nuevo lugar.'También Martita y Linda encuentran buenos partidos y se casan'. Las chicas se levantaron y dejaron su lugar. Así cada uno de nuestros hijos se fue 'casando' y dejando sus sillas vacías.

Cuando todos hubieron terminado de irse, la instructora hizo una pausa y luego dijo: 'Ahora miren la distancia que existe entre ellos'. Y callé nuevamente. Efectivamente, había entre nosotros una distancia enorme de sillas vacías. A mi me pareció kilométrica. Me hice muchas preguntas entonces. ¿Que pudo haber causado ese hueco enorme? Como si leyera mi mente, la instructora respondió entonces algunas de las preguntas que me hacía. 'Juan Pablo y Norma han cometido un gran error, porque han permitido que sus hijos se interpongan entre ellos; y ahora que están de nuevo solos, si acaso, tendrán que empezar desde el principio'.

¿Que habíamos hecho mal? ¿Acaso no nos habíamos dedicado con fervor a nuestros hijos? ¿O era ese el centro mismo de la construcción de una familia?

La instructora nos explicó el error de darlo todo por nuestros hijos. Explicó que la base del fundamento del hogar no son los hijos, sino la pareja y que esta debe permanecer unida contra viento y marea. De hecho, el mejor regalo que se puede dar a nuestros hijos es el hecho de saber que sus padres se aman y que permanecen unidos y ellos aprenden a amar en función de cómo aprenden que se aman sus padres.

Si los padres no salen juntos, no se siguen cortejando con frecuencia, no se hablan con 'tiernos acentos' y no se comunican entre ellos de manera frecuente y especial, es escasa la probabilidad de tener hijos espiritual y emocionalmente estables y, cuando ellos partan de casa, nos encontraremos incomunicados y encontraremos a nuestra pareja a una enorme distancia, sin saber del todo como recuperar lo que nuestro propio descuido ha dejado que se pierda con los años.

Y no es egoísmo; por el contrario, es un seguro de vida para ellos y para nosotros mismos; para garantizar la vida eterna. Primero la pareja. Son los hijos los que deberán acomodarse. La vida familiar tendrá que girar no en torno a ellos, sino en torno de los padres.

Los padres deben recordar que una relación de verdadero amor con su pareja es el mejor regalo que puede darles, y su principal prioridad, y su mayor herencia, y la forma de enseñarles a sus hijos a amar y de garantizar así su verdadera felicidad, temporal y eterna.

Estoy aplicando esto con mi novia actual. Mi única novia, gloriosa, infinita y eterna. Mis hijos saben que tendrán una plática conmigo si faltan el respeto a su madre. Y mi esposa, mi novia, les recuerda que necesitamos espacios para platicar y estar juntos en ocasiones.

Encuentro que es mas fácil darlo todo por los hijos de esta forma, si uno sabe que el amor por la pareja está creciendo. Es la fuente de donde uno puede extraer todas las fuerzas.

A los frutos no se los alimenta, se alimenta el árbol… Un árbol fuerte y sano dará frutos buenos y sanos.

Enviado por Vicky Dorado



Meditación breve



A consecuencia de la violencia política imperante, una madre observó sola y aterrorizada la ejecución de su hijo de 15 años.
Antes de fundirse en el último abrazo, el joven pidió: "Perdónalos, mamita, de lo contrario ellos serán los triunfadores". Pero ella no pudo perdonar. Juró vengarse. Y durante 10 años, cargó con el peso del odio, desarrollando planes de venganza.
Sin embargo, al verse debilitada por tanto odio, y ver truncado todo lo positivo que planeaba hacer en torno a su familia, decidió liberarse de la prisión en que ella había encerrado su vida. Y al fin pudo comprender las últimas palabras de su hijo, es decir, que cuando devolvemos el odio, caemos en el juego de nuestros enemigos y les concedemos el gran favor de perjudicarnos.
El perdonar nos libera. Todo aquel que perdona, inevitablemente siente esa paz, sosiego, tranquilidad de espíritu... se ha liberado del peso de la venganza.
Doris Donnelly



Pedidos de oración



Pedimos oración por María Cristina De La Vega, de Buenos Aires, Argentina, que padece de diabetes con inestabilidad metabólica y por su esposo que es cardíaco y lo despidieron de su trabajo. Que el buen Jesús acompañe siempre a esta familia y la asista en todas sus necesidades. Solicitado por María Cristina De La Vega.



Pedimos oración por Luis B., de Lima Perú, a quien le han realizado una biopsia de hígado. Que el Señor lo ayude a encontrar la salud que tanto necesita. Solicitado por su yerno Manuel.



Pedimos oración por Nicolasa M. que tiene 90 años y está internada en terapia intensiva en la ciudad de Lambaré, Paraguay. Solicitado por Rosa Ortigoza.



Pedimos oración por Fausta Dolores B., de República Dominicana, que vive una situación conflictiva con toda su familia, para que la Santísima Virgen lleve mucha paz a su corazón. Solicitado por su hermana Ana Miguelina.



Pedimos oración por Oscar M. de Guadalajara, Jalisco, México, que tiene una hemorragia intra torácica que deberá ser drenada para que el pulmón pueda respirar. Solicitado por Irene Lancaster-Jones.



Pedimos oración por Mélody, que vive en Lima, Perú y que se encuentra delicada de salud. Solicitado por su mamá Olga.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.




Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



La Virgen se dio a sí misma y nos dio lo que amaba más que su propia vida —su Hijo Jesús— porque nos amaba entrañablemente; ese amor fue el que la invitó a sufrir por nosotros y a entregar a su Hijo para que nosotros fuéramos salvados.
Su amor fue un amor sincero y por lo tanto oblativo; el que ama se da; María nos amó como hijos y se nos dio como Madre.

Nuestra Señora de la entrega, concédeme darme sin medida a los que me rodean.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com



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